Los estudios realizados a la momia hallada junto a un sello papal, del siglo XIV, enterrada en el altar mayor del Santuario de la Peregrina de Sahagún (León), han revelado que se trata de un varón, de entre 45 y 55 años, y que posiblemente fue una personalidad de elevada dignidad.
La investigación no ha permitido determinar la figura histórica en cuestión de la que se trata, pero sí que el ataúd estaba justo en el altar mayor, lo que hace pensar que el personaje fuera relevante, y que junto a la momia estaban enterradas otras dos mujeres, así como un sello del Papa Gregorio XI.
Así lo han explicado hoy en León en un café de redacción organizado por EFE, en el Parador de San Marcos, los expertos que han participado en este estudio, que ha desterrado ciertas hipótesis que se sostenían en un principio como que esta momia pertenecía a una mujer.
Los restos humanos aparecieron por sorpresa a finales de 2008 ocultos en un ataúd detrás de una pared del altar mayor del Santuario de la Peregrina de Sahagún, una de las joyas del mudéjar del país, con motivo de las obras de restauración que se están realizando en este monumento, que aún no han concluido, según ha explicado el arquitecto director de las obras, José Ramón Sola.
La Peregrina de Sahagún fue un antiguo convento franciscano que se empezó a construir en 1257, según consta en el acta fundacional del mismo.
Por su parte, el arqueólogo Javier Morala, ha desvelado que se trata de un enterramiento secundario, que no es original, y que la momia, además de los restos de las otras dos mujeres, y el sello papal, fueron trasladados, por razones que se desconocen, a otro féretro, en una época que se desconoce también.
Este féretro a lo largo de la historia ha sido abierto hasta en dos ocasiones, e incluso tiene injertos de madera distintos al original, ha explicado el arqueólogo.
Se desconoce si el sello papal, la momia y las mujeres son coetáneos, pero lo que sí está claro es que hubo intención de ocultarlos, al haberles enterrado juntos, y después tapados con una pared.
En ese lugar, hay colocado un retablo, del siglo XVIII, que se pudo colocar una vez emparedados los restos.
El proceso de momificación de este varón ha sido natural, es decir, se ha producido por haber estado en un lugar con unas determinadas condiciones de sequedad y por eso ha llegado a nuestros días, según ha dicho.
El arqueólogo ha explicado que no son frecuentes hallazgos de este tipo, y mucho menos enterrados en un altar y con un sello papal.
Por su parte, el profesor de Anatomía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid Juan Francisco Pastor ha detallado el resultado del escáner realizado a estos restos, del que se desprende que el varón presentaba marcas a nivel de los muslos como que estuviera atado, había perdido dientes, tenía una lesión en el brazo muy importante, en la zona del codo, y cálculos en la vejiga.
Respecto a las marcas de los muslos que presenta la momia, ha apuntado que se las ha podido producir el cordón de un hábito franciscano, que pudo llevar en vida, o que se le colocaron cuando se le amortajó, algo que tampoco era raro en personajes acaudalados.
En cuanto a las dos mujeres que han aparecido con él, una de entre 21 y 35 años, y la otra de entre 36 y 50, no presentan patologías relevantes, salvo artrosis cervical, una de ellas, y la otra, en un tobillo.
Las obras de este santuario concluyeron en el siglo XIV, según Sola.
Durante la restauración de este monumento, que comenzó en 2004, han aparecido desde yeserías, hasta pinturas, e incluso inscripciones mudéjares, difíciles de descifrar, según ha explicado el arquitecto.
En este santuario, se pretende habilitar el Centro de Documentación del Camino de Santiago.
Fuente: ABC
Fecha: 25/11/2010
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