Almería, aparte de Los Millares, guarda en la llamada cultura de El Argar otra de las joyas de la arqueología española.
Para muchos países europeos el periodo conocido como Bronce Medio, que abarca las fechas comprendidas entre el 2000 y el 1200 a.C. es el punto de partida para el inicio de las culturas y tradiciones que acabarían conformando su identidad nacional actual. En Grecia la cultura micénica tomaba fuerza para después desplomarse poco después de acabar este periodo, en Italia los etruscos y sus predecesores conformaban un próspero país en el noroeste de Italia mientras que en la Anatolia turca surgía con fuerza un nuevo reino: los hititas.
Sin embargo en España no ocurre lo mismo. Nosotros por lo general nos consideramos hijos de Roma y de su cultura ignorando que en nuestras raíces existen sustratos de procedencia mucho más antigua de los que aún se conservan huellas en nuestro folclore, aunque no recordemos o nos cueste interpretar su verdadero origen.
Nuestra ignorancia muchas veces nos hace afirmar que en España no hubo grandes culturas antes de los romanos, y que los llamados pueblos íberos apenas eran más que un puñado de salvajes que se dedicaban a la ganadería y la agricultura. Quizás hemos oído , como un rumor, de Tartessos y de los tesoros del rey Argantonio pero enseguida lo denominamos leyenda y negamos la posibilidad de que existiera realmente.
El propósito de este artículo es mostrar que en el sur de la Península, al mismo tiempo que las grandes culturas citadas anteriormente, se estaba desarrollando una civilización cuyo nivel de progreso no le iba muy a la zaga a ninguna de ellas. Se trata de la cultura argárica o de El Argar, cuyo núcleo principal se encontraba en la actual provincia de Almería.
Una sociedad agrícola fuertemente jerarquizada
La cultura de El Argar se desarrolló en poblados en los cuales cobra gran importancia la industria del hierro, tanto en su uso agrícola como militar. En cuanto a la ganadería aparece el primer testimonio de domesticación del caballo, aunque no está del todo claro cual era su uso real.
La sociedad de la cultura argárica se encuentra fuertemente jerarquizada. Probablemente cada núcleo urbano estuviera dirigido por un caudillo o una clase dominante que controlaba al resto de la población que empleaba para labores agrícolas, ganaderas o como parte de sus huestes defensivas.
Aunque también se construyeron asentamientos sobre terreno llano, la mayoría de los poblados argáricos se realizaron en terreno elevado, colinas o laderas de montaña. Las casas vecinales solían situarse en las partes más bajas mientras que los edificios militares y de las clases altas se edificaban en las partes superiores. Las casas argáricas son de muros rectos y planta rectangular. Los arqueólogos que realizan estudios demográficos de la cultura de El Argar afirman que se observa un crecimiento de población y una mejora del nivel de vida de la población en cuanto al periodo anterior, el calcolítico. Defienden que cada poblado argárico mantenía una población media de 300 individuos que podían llegar a los 1.500 en los grandes asentamientos. Esto puede deberse, según estos arqueólogos, no sólo a las incipientes relaciones comerciales sino también al desarrollo agrícola y ganadero que ya se estaba produciendo en los últimos siglos de la edad del Cobre.
Asimismo, en los lugares geográficos que eran propicios para ello, durante la cultura argárica también empezaron a explotarse determinados recursos mineros.
Enterramientos argáricos: la integración del difunto en la sociedad y la creencia en el más allá
Un hecho destacado que se produce durante el periodo de El Argar es el cambio de mentalidad respecto al enterramiento del difunto. En este periodo los sepulcros se encuentran dentro del recinto de las propias casa o en su subsuelo. Los cadáveres solían introducirse en grandes tinajas rodeados de los objetos más valiosos que poseían, que generalmente eran de metal. Los arqueólogos distinguen el nivel que tenía el difunto dentro de la sociedad argárica por el valor de su ajuar funerario.
Gracias a esto se sabe, como se ha apuntado al principio del texto, que había una elaboradora jerarquización de dos o tres niveles: "reyes" o "caudillos", "nobles" y "campesinos" o "vasallos". Los personajes de más alta cuna solían enterrarse junto con bellas armas rituales y joyas muy elaboradas.
El motivo por el cual los enterramientos se realizaban dentro del recinto de las casas se debe, según los arqueólogos, a que esta sociedad ya creía en el más allá e integraban a los difuntos dentro de la comunidad de los vivos.
Orígenes de la cultura de El Argar
Antiguamente se creía que la cultura de El Argar había surgido, como muchos de los hitos culturales de nuestra península por imitación o influencia de otras culturas, sin embargo actualmente esa concepción ha cambiado.
Investigadores como Lull y otros afirman que ya en la cultura de Los Millares, además cercana y coterránea a los lugares donde se desarrolló la cultura argárica ya aparecen indicios de lo que se produjo en esta época y que por lo tanto no es descartable el origen autóctono, aunque sin negar la evidencia de influencias debidas al intercambio comercial con regiones a veces distantes de El Argar como la Grecia micénica.
Extensión y lugares arqueológicos de la cultura argárica
El ámbito geográfico que ocupó la cultura de El Argar abarca una extensa franja del sureste peninsular que se corresponde con las actuales provincias de Almería y Jaén y quizás una parte de la región de Murcia.
Los principales sitios arqueológicos son El Argar, Fuente Bermeja de Níjar, Cerro del Nacimiento, Cuevas del Almanzora y Sierra de las Estancias en Almería, Peñalosa en Jaén y La Bastida de Totana y Puntarrón Chico en Murcia, entre otros.
Estas zonas y lugares arqueológicos aún no están completamente excavados y pueden que aún guarden más sorpresas y descubrimientos acerca de esta gran civilización del sureste español.
Autor: Jose Manuel Peque Martínez
Fuente: Suite101
Fecha: 26/11/2010
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jueves, 2 de diciembre de 2010
La momia hallada en Sahagún (León) era de un varón y posiblemente una celebridad
Los estudios realizados a la momia hallada junto a un sello papal, del siglo XIV, enterrada en el altar mayor del Santuario de la Peregrina de Sahagún (León), han revelado que se trata de un varón, de entre 45 y 55 años, y que posiblemente fue una personalidad de elevada dignidad.
La investigación no ha permitido determinar la figura histórica en cuestión de la que se trata, pero sí que el ataúd estaba justo en el altar mayor, lo que hace pensar que el personaje fuera relevante, y que junto a la momia estaban enterradas otras dos mujeres, así como un sello del Papa Gregorio XI.
Así lo han explicado hoy en León en un café de redacción organizado por EFE, en el Parador de San Marcos, los expertos que han participado en este estudio, que ha desterrado ciertas hipótesis que se sostenían en un principio como que esta momia pertenecía a una mujer.
Los restos humanos aparecieron por sorpresa a finales de 2008 ocultos en un ataúd detrás de una pared del altar mayor del Santuario de la Peregrina de Sahagún, una de las joyas del mudéjar del país, con motivo de las obras de restauración que se están realizando en este monumento, que aún no han concluido, según ha explicado el arquitecto director de las obras, José Ramón Sola.
La Peregrina de Sahagún fue un antiguo convento franciscano que se empezó a construir en 1257, según consta en el acta fundacional del mismo.
Por su parte, el arqueólogo Javier Morala, ha desvelado que se trata de un enterramiento secundario, que no es original, y que la momia, además de los restos de las otras dos mujeres, y el sello papal, fueron trasladados, por razones que se desconocen, a otro féretro, en una época que se desconoce también.
Este féretro a lo largo de la historia ha sido abierto hasta en dos ocasiones, e incluso tiene injertos de madera distintos al original, ha explicado el arqueólogo.
Se desconoce si el sello papal, la momia y las mujeres son coetáneos, pero lo que sí está claro es que hubo intención de ocultarlos, al haberles enterrado juntos, y después tapados con una pared.
En ese lugar, hay colocado un retablo, del siglo XVIII, que se pudo colocar una vez emparedados los restos.
El proceso de momificación de este varón ha sido natural, es decir, se ha producido por haber estado en un lugar con unas determinadas condiciones de sequedad y por eso ha llegado a nuestros días, según ha dicho.
El arqueólogo ha explicado que no son frecuentes hallazgos de este tipo, y mucho menos enterrados en un altar y con un sello papal.
Por su parte, el profesor de Anatomía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid Juan Francisco Pastor ha detallado el resultado del escáner realizado a estos restos, del que se desprende que el varón presentaba marcas a nivel de los muslos como que estuviera atado, había perdido dientes, tenía una lesión en el brazo muy importante, en la zona del codo, y cálculos en la vejiga.
Respecto a las marcas de los muslos que presenta la momia, ha apuntado que se las ha podido producir el cordón de un hábito franciscano, que pudo llevar en vida, o que se le colocaron cuando se le amortajó, algo que tampoco era raro en personajes acaudalados.
En cuanto a las dos mujeres que han aparecido con él, una de entre 21 y 35 años, y la otra de entre 36 y 50, no presentan patologías relevantes, salvo artrosis cervical, una de ellas, y la otra, en un tobillo.
Las obras de este santuario concluyeron en el siglo XIV, según Sola.
Durante la restauración de este monumento, que comenzó en 2004, han aparecido desde yeserías, hasta pinturas, e incluso inscripciones mudéjares, difíciles de descifrar, según ha explicado el arquitecto.
En este santuario, se pretende habilitar el Centro de Documentación del Camino de Santiago.
Fuente: ABC
Fecha: 25/11/2010
La investigación no ha permitido determinar la figura histórica en cuestión de la que se trata, pero sí que el ataúd estaba justo en el altar mayor, lo que hace pensar que el personaje fuera relevante, y que junto a la momia estaban enterradas otras dos mujeres, así como un sello del Papa Gregorio XI.
Así lo han explicado hoy en León en un café de redacción organizado por EFE, en el Parador de San Marcos, los expertos que han participado en este estudio, que ha desterrado ciertas hipótesis que se sostenían en un principio como que esta momia pertenecía a una mujer.
Los restos humanos aparecieron por sorpresa a finales de 2008 ocultos en un ataúd detrás de una pared del altar mayor del Santuario de la Peregrina de Sahagún, una de las joyas del mudéjar del país, con motivo de las obras de restauración que se están realizando en este monumento, que aún no han concluido, según ha explicado el arquitecto director de las obras, José Ramón Sola.
La Peregrina de Sahagún fue un antiguo convento franciscano que se empezó a construir en 1257, según consta en el acta fundacional del mismo.
Por su parte, el arqueólogo Javier Morala, ha desvelado que se trata de un enterramiento secundario, que no es original, y que la momia, además de los restos de las otras dos mujeres, y el sello papal, fueron trasladados, por razones que se desconocen, a otro féretro, en una época que se desconoce también.
Este féretro a lo largo de la historia ha sido abierto hasta en dos ocasiones, e incluso tiene injertos de madera distintos al original, ha explicado el arqueólogo.
Se desconoce si el sello papal, la momia y las mujeres son coetáneos, pero lo que sí está claro es que hubo intención de ocultarlos, al haberles enterrado juntos, y después tapados con una pared.
En ese lugar, hay colocado un retablo, del siglo XVIII, que se pudo colocar una vez emparedados los restos.
El proceso de momificación de este varón ha sido natural, es decir, se ha producido por haber estado en un lugar con unas determinadas condiciones de sequedad y por eso ha llegado a nuestros días, según ha dicho.
El arqueólogo ha explicado que no son frecuentes hallazgos de este tipo, y mucho menos enterrados en un altar y con un sello papal.
Por su parte, el profesor de Anatomía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid Juan Francisco Pastor ha detallado el resultado del escáner realizado a estos restos, del que se desprende que el varón presentaba marcas a nivel de los muslos como que estuviera atado, había perdido dientes, tenía una lesión en el brazo muy importante, en la zona del codo, y cálculos en la vejiga.
Respecto a las marcas de los muslos que presenta la momia, ha apuntado que se las ha podido producir el cordón de un hábito franciscano, que pudo llevar en vida, o que se le colocaron cuando se le amortajó, algo que tampoco era raro en personajes acaudalados.
En cuanto a las dos mujeres que han aparecido con él, una de entre 21 y 35 años, y la otra de entre 36 y 50, no presentan patologías relevantes, salvo artrosis cervical, una de ellas, y la otra, en un tobillo.
Las obras de este santuario concluyeron en el siglo XIV, según Sola.
Durante la restauración de este monumento, que comenzó en 2004, han aparecido desde yeserías, hasta pinturas, e incluso inscripciones mudéjares, difíciles de descifrar, según ha explicado el arquitecto.
En este santuario, se pretende habilitar el Centro de Documentación del Camino de Santiago.
Fuente: ABC
Fecha: 25/11/2010
La Olmeda acerca las costumbres funerarias del Bajo Imperio Romano
La villa romana La Olmeda, situada en Pedrosa de la Vega (Palencia), acerca las tradiciones y costumbres funerarias del Bajo Imperio Romano con una exposición que recorre el complejo mundo del "funus" romano a través del hallazgo de dos necrópolis con 700 tumbas excavadas en esta villa.
La muestra titulada "El Último Viaje. Los Ajuares Funerarios de la Olmeda" ha sido calificada como una "magnifica exposición sobre el último viaje y los ajuares funerarios de la época tardo romana".
Su objetivo es dar a conocer todo lo que concierne a los enterramientos de la época romana y las ceremonias que se utilizaban pero "sobre todo intentamos que la villa romana La Olmeda sea un espacio cultural vivo y permanente", ha subrayado el presidente de la diputación de Palencia.
Para el director arqueológico de La Olmeda, José Antonio Abásolo, "en el estudio del mundo funerario de la antigüedad hay un antes y un después de La Olmeda".
Abásolo ha recordado que esta villa era el centro de un vasto territorio donde residía una población muy grande por lo que contaba con cinco cementerios.
En este sentido ha destacado que "hay muy pocas villas como La Olmeda pero carecemos en arqueología de sus cementerios" debido a que en la edad antigua las tumbas no tenían ninguna evidencia externa que sirviera para identificarlas y de ahí que resulte muy difícil localizarlos.
De ahí la importancia de las dos necrópolis excavadas en los alrededores de la villa, donde se han encontrado 700 tumbas, un numero muy superior al del único cementerio del Bajo Imperio que hasta ahora se conocía en Castilla y León, entre las provincias de Burgos y Álava, y que cuenta con 50 enterramientos identificados.
La exposición se estructura en una serie de paneles en los que se habla del origen y antecedentes de las creencias de los antiguos, la historia funeraria de La Olmeda y lo que ha significado la Olmeda en el estudio del "funus" romano.
Se completa con vitrinas con piezas de las dos necrópolis excavadas entre las que hay pulseras y collares de ámbar, piezas de vidrio y cerámica y objetos de diversa naturaleza asociadas al sexo y profesión del difunto.
La exposición ha pretendido buscar una especie de complemento y convergencia entre lo que era la vida en la villa y el conocimiento del mundo de las creencias de la antigüedad cuando enterraban a sus difuntos, las ofrendas que depositaban y comprobar así la evolución cronológica y cultural en la ingente cantidad de enterramientos hallados, ha explicado Abásolo.
Fuente: ABC
Fecha: 25/11/2010
La muestra titulada "El Último Viaje. Los Ajuares Funerarios de la Olmeda" ha sido calificada como una "magnifica exposición sobre el último viaje y los ajuares funerarios de la época tardo romana".
Su objetivo es dar a conocer todo lo que concierne a los enterramientos de la época romana y las ceremonias que se utilizaban pero "sobre todo intentamos que la villa romana La Olmeda sea un espacio cultural vivo y permanente", ha subrayado el presidente de la diputación de Palencia.
Para el director arqueológico de La Olmeda, José Antonio Abásolo, "en el estudio del mundo funerario de la antigüedad hay un antes y un después de La Olmeda".
Abásolo ha recordado que esta villa era el centro de un vasto territorio donde residía una población muy grande por lo que contaba con cinco cementerios.
En este sentido ha destacado que "hay muy pocas villas como La Olmeda pero carecemos en arqueología de sus cementerios" debido a que en la edad antigua las tumbas no tenían ninguna evidencia externa que sirviera para identificarlas y de ahí que resulte muy difícil localizarlos.
De ahí la importancia de las dos necrópolis excavadas en los alrededores de la villa, donde se han encontrado 700 tumbas, un numero muy superior al del único cementerio del Bajo Imperio que hasta ahora se conocía en Castilla y León, entre las provincias de Burgos y Álava, y que cuenta con 50 enterramientos identificados.
La exposición se estructura en una serie de paneles en los que se habla del origen y antecedentes de las creencias de los antiguos, la historia funeraria de La Olmeda y lo que ha significado la Olmeda en el estudio del "funus" romano.
Se completa con vitrinas con piezas de las dos necrópolis excavadas entre las que hay pulseras y collares de ámbar, piezas de vidrio y cerámica y objetos de diversa naturaleza asociadas al sexo y profesión del difunto.
La exposición ha pretendido buscar una especie de complemento y convergencia entre lo que era la vida en la villa y el conocimiento del mundo de las creencias de la antigüedad cuando enterraban a sus difuntos, las ofrendas que depositaban y comprobar así la evolución cronológica y cultural en la ingente cantidad de enterramientos hallados, ha explicado Abásolo.
Fuente: ABC
Fecha: 25/11/2010
A debate, teorías del poblamiento de América
Para hacer una revisión de las teorías del poblamiento de América, tras diversos hallazgos arqueológicos en diferentes sitios del continente con rangos de antigüedad de 10,000 y 12,000 años, que apuntan hacia la ocupación múltiple, investigadores nacionales y extranjeros se reunirán en el marco del V Simposio Internacional "El Hombre Temprano en América", que se realizará en La Plata, Argentina.
Con el tema, A cien años del debate Ameghino-Hrdlicka (1910-2010), el encuentro académico organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), servirá además para recordar las dos teorías vertidas hace un siglo por ambos científicos en torno al poblamiento de América; el argentino Florentino Ameghino señaló que el hombre habría evolucionado en las pampas argentinas y que desde ese lugar emigró al resto del planeta; mientras que el norteamericano Alex Hrdlicka, propuso que el hombre americano procede de un grupo racial asiático que entró al continente por el Estrecho de Bering.
José Concepción Jiménez, investigador de la Dirección de Antropología Física del INAH, fundador y organizador del Simposio que se realiza desde 2002, informó que un equipo de investigadores mexicanos viajará a Argentina para participar en este foro que tendrá lugar en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata.
Al respecto, Arturo González, director del Museo del Desierto, en Coahuila; y el antropólogo Enrique Serrano, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, coincidieron en señalar que los planteamientos que se han formulado en México a partir de recientes investigaciones, refieren que el poblamiento de América se dio mediante una colonización múltiple, a partir de varias migraciones, posiblemente anteriores a la llegada de los grupos clovis a Norteamérica, y no mediante una sola migración.
Arturo González, coordinador del proyecto Estudio de los Hombres Precerámicos en la Península de Yucatán, cuyo equipo hace unos meses, rescató del interior de una cueva sumergida de Quintana Roo, el esqueleto de un hombre de la Era de Hielo, recordó que la teoría que prevalece hasta la actualidad es que grupos clovis cruzaron por el Estrecho de Bering desde Siberia, persiguiendo al mamut, y así colonizaron el continente.
"Sin embargo, nosotros estamos encontrando evidencias de hombres anteriores a los clovis; es así que poco a poco México está aportando importantes elementos que se empiezan a volver piezas clave para entender el rompecabezas del poblamiento de América, como los esqueletos rescatados del interior de cuevas sumergidas de la península de Yucatán, que no se asemejan a ningún grupo nativo americano, sino que están asociados al sur de Asia".
En ese sentido, González consideró que esta quinta edición del Simposio va a ser polémica, por la discusión que hay entre colegas norteamericanos que defienden la migración de clovis como la más antigua y única, contrapuestos a evidencias de argentinos y brasileños, que han localizado restos culturales más antiguos a los clovis en sus respectivos países.
El antropólogo físico Concepción Jiménez especificó que mientras en Brasil hay fechamientos de objetos trabajados por el hombre de 30,000 años, en Venezuela de 14,000 y en Chile de 33,360, en Norteamérica sólo llegan a 10 y 15 mil años de antigüedad, pero en cambio en México las dataciones se han obtenido directamente de huesos humanos, de ahí la relevancia y porque son pocos los restos de hombres antiguos encontrados en todo América.
Los investigadores coincidieron en que en el siglo XX hubo un hueco muy grande en los estudios de la prehistoria en México, en tanto que el 95% del territorio nacional aún no ha sido explorado y existen un gran número de cuevas, acantilados y abrigos donde los primeros humanos plasmaron pinturas rupestres y petrograbados, además de existir otras evidencias.
"Pero ahora se está reactivando y este Simposio —originado al interior del INAH por iniciativa de prehistoriadores mexicanos, encabezados por Concepción Jiménez, que sentían la necesidad de aglutinar a otros colegas para intercambiar puntos de vista—, permite discernir teorías, planteamientos y nuevas metodologías para avanzar en la investigación de la prehistoria", advirtieron.
En el V Simposio Internacional "El Hombre Temprano en América" participarán 150 investigadores procedentes de Brasil, Venezuela, Chile, Uruguay, Argentina y México. Entre los temas que se abordarán están los relativos a las migraciones de los primeros pobladores, fechamientos de vestigios precerámicos, recuperación de ADN antiguo para determinar poblaciones, así como problemáticas relacionadas con la megafauna (animales de grandes proporciones como el mamut) y la fauna.
Fuente: Canal Patrimonio
Fecha: 22/11/2010
Con el tema, A cien años del debate Ameghino-Hrdlicka (1910-2010), el encuentro académico organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), servirá además para recordar las dos teorías vertidas hace un siglo por ambos científicos en torno al poblamiento de América; el argentino Florentino Ameghino señaló que el hombre habría evolucionado en las pampas argentinas y que desde ese lugar emigró al resto del planeta; mientras que el norteamericano Alex Hrdlicka, propuso que el hombre americano procede de un grupo racial asiático que entró al continente por el Estrecho de Bering.
José Concepción Jiménez, investigador de la Dirección de Antropología Física del INAH, fundador y organizador del Simposio que se realiza desde 2002, informó que un equipo de investigadores mexicanos viajará a Argentina para participar en este foro que tendrá lugar en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata.
Al respecto, Arturo González, director del Museo del Desierto, en Coahuila; y el antropólogo Enrique Serrano, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, coincidieron en señalar que los planteamientos que se han formulado en México a partir de recientes investigaciones, refieren que el poblamiento de América se dio mediante una colonización múltiple, a partir de varias migraciones, posiblemente anteriores a la llegada de los grupos clovis a Norteamérica, y no mediante una sola migración.
Arturo González, coordinador del proyecto Estudio de los Hombres Precerámicos en la Península de Yucatán, cuyo equipo hace unos meses, rescató del interior de una cueva sumergida de Quintana Roo, el esqueleto de un hombre de la Era de Hielo, recordó que la teoría que prevalece hasta la actualidad es que grupos clovis cruzaron por el Estrecho de Bering desde Siberia, persiguiendo al mamut, y así colonizaron el continente.
"Sin embargo, nosotros estamos encontrando evidencias de hombres anteriores a los clovis; es así que poco a poco México está aportando importantes elementos que se empiezan a volver piezas clave para entender el rompecabezas del poblamiento de América, como los esqueletos rescatados del interior de cuevas sumergidas de la península de Yucatán, que no se asemejan a ningún grupo nativo americano, sino que están asociados al sur de Asia".
En ese sentido, González consideró que esta quinta edición del Simposio va a ser polémica, por la discusión que hay entre colegas norteamericanos que defienden la migración de clovis como la más antigua y única, contrapuestos a evidencias de argentinos y brasileños, que han localizado restos culturales más antiguos a los clovis en sus respectivos países.
El antropólogo físico Concepción Jiménez especificó que mientras en Brasil hay fechamientos de objetos trabajados por el hombre de 30,000 años, en Venezuela de 14,000 y en Chile de 33,360, en Norteamérica sólo llegan a 10 y 15 mil años de antigüedad, pero en cambio en México las dataciones se han obtenido directamente de huesos humanos, de ahí la relevancia y porque son pocos los restos de hombres antiguos encontrados en todo América.
Los investigadores coincidieron en que en el siglo XX hubo un hueco muy grande en los estudios de la prehistoria en México, en tanto que el 95% del territorio nacional aún no ha sido explorado y existen un gran número de cuevas, acantilados y abrigos donde los primeros humanos plasmaron pinturas rupestres y petrograbados, además de existir otras evidencias.
"Pero ahora se está reactivando y este Simposio —originado al interior del INAH por iniciativa de prehistoriadores mexicanos, encabezados por Concepción Jiménez, que sentían la necesidad de aglutinar a otros colegas para intercambiar puntos de vista—, permite discernir teorías, planteamientos y nuevas metodologías para avanzar en la investigación de la prehistoria", advirtieron.
En el V Simposio Internacional "El Hombre Temprano en América" participarán 150 investigadores procedentes de Brasil, Venezuela, Chile, Uruguay, Argentina y México. Entre los temas que se abordarán están los relativos a las migraciones de los primeros pobladores, fechamientos de vestigios precerámicos, recuperación de ADN antiguo para determinar poblaciones, así como problemáticas relacionadas con la megafauna (animales de grandes proporciones como el mamut) y la fauna.
Fuente: Canal Patrimonio
Fecha: 22/11/2010
La mayor necrópolis emiral
CIS Arqueología se encarga de los trabajos en este solar del centro.
Cuando se trata de documentar el pasado musulmán de Málaga, el centro histórico se erige en fuente inagotable de información. A estas alturas no es de extrañar que tras cada nueva construcción que se emprende, el subsuelo eleve la voz para reivindicar su lugar en la historia. El pasado año las catas en los almacenes de la plaza Félix Sáez revelaron un cementerio islámico fechado en el siglo X con 90 cadáveres. A pocos metros los arqueólogos han ubicado su continuación, la primera y mayor necrópolis islámica hallada en la ciudad de época emiral, de entre los siglos VIII y IX, con 200 inhumaciones documentadas en apenas 300 metros cuadrados de solar. Entre las calles Sebastián Souvirón y Olozaga, el equipo de CIS Arqueología, comandado por Carmen Íñiguez trabaja ya en la tercera y última fase de esta operación, iniciada en 2007.
"Después de la conquista cuando se establecen los musulmanes en la ciudad, las inhumaciones son aún muy precarias. Son fosas excavadas en línea de costa aprovechando la arena blanda", detalla Íñiguez. La primera vez que se constató la presencia de una necrópolis de esta características en la zona de costa fue en la excavación de Plaza de la Marina en 1988, "en niveles inferiores se documentaron unos cuantos enterramientos, lo que no sabíamos era el alcance y la extensión de la necrópolis. De la plaza de la Marina hasta aquí, en la calle Olozabal", añade la arqueóloga.
A tres metros de profundidad respecto a la cota actual de calle, se encuentra este cementerio que se está excavando en su totalidad, junto a estudios de antropología física que permitirán determinar el sexo, la edad de los cuerpos en el momento de la muerte, además de las enfermedades. Aún así, por la patología que presentan los huesos se sabe que "algunos de los cuerpos adultos están afectados de brucelosis, conocida popularmente como fiebre del Malta", apunta la directora.
Uno de los hallazgos que más ha sorprendido al equipo es la aparición de restos de las extremidades inferiores de un feto de seis meses de gestación. Significativo resulta también el hallazgo de inhumaciones mixtas: dos casos de madres enterradas con un niño y un bebé "y dos jóvenes masculinos abrazados y enterrados juntos a un tercer individuo asociado a esa tumba", añade Iñiguez.
Algunos cuerpos presentan síntomas de daños por las posteriores construcciones de pozos sépticos y de agua potable. "Una vez que se abandona la necrópolis se colmata y se construye encima. En el siglo X toda esta zona se urbaniza, forma parte ya de la ciudad. Constituyendo un importante barrio de tipo artesanal" relata. Durante el proceso de excavación, en el que se han documentado cuatro niveles salió a la luz, en el primer nivel, un enterramiento mixto de humanos y fauna con fragmentos de huesos y cráneos , en el que, en principio se han documentado restos pertenecientes a bóvidos y équidos".
Una vez realizado la mayor parte del trabajo de campo, los expertos han podido constatar datos cómo el tipo de enterramiento en consonancia con los usos de la época y religión. "Todos están enterrados siguiendo el ritual islámico: posición fetal con la colocación del cuerpo de cúbito lateral derecho y con el cráneo mirando a la Meca, "sur o sureste, en este caso, mirando al mar", sostiene Íñiguez. Se trata de tumbas simples, excavadas en fosas, no en cajas, y con sudario. "Tenemos muchos ejemplos de cuerpos que en el momento del enterramiento se sujetan con fragmentos de ladrillo o cantos rodados recogidos del Guadalmedina delimitando la cabeza, extremidades, cadera y mandíbula para que la boca no se abra", explica Íñiguez.
Una zona de la necrópolis está totalmente sellada con materiales del siglo IX, preludio de lo que acontecería en periodos posteriores. "Entre finales del IX y comienzos del siglo X es cuando se ubica la necrópolis en la famosa Yabal Faruh Entre", recuerda la arqueóloga para referirse a la mayor fosa islámica de Málaga, que abarca desde el monte de Gribralfaro hasta El Ejido, y del siglo X al XV.
En 2007, cuando se iniciaron las primeras catas salieron a relucir los restos de una fondac, una especie de alhóndiga de casi unos 300 metros de extensión, además de los vestigios de un barrio artesanal. "De Especerías hasta Atarazanas se llevó a cabo una de las ampliaciones urbanísticas más importantes en época islámica, constatada desde el siglo X al XV", relata. La documentación aportada por los Repartimientos relata cómo la alhóndiga se dona a una familia cristiana "y continúa siendo un mesón después de la conquista castellana", sostiene Íñiguez.
Fuente: Málaga Hoy
Fecha: 21/11/2010
Cuando se trata de documentar el pasado musulmán de Málaga, el centro histórico se erige en fuente inagotable de información. A estas alturas no es de extrañar que tras cada nueva construcción que se emprende, el subsuelo eleve la voz para reivindicar su lugar en la historia. El pasado año las catas en los almacenes de la plaza Félix Sáez revelaron un cementerio islámico fechado en el siglo X con 90 cadáveres. A pocos metros los arqueólogos han ubicado su continuación, la primera y mayor necrópolis islámica hallada en la ciudad de época emiral, de entre los siglos VIII y IX, con 200 inhumaciones documentadas en apenas 300 metros cuadrados de solar. Entre las calles Sebastián Souvirón y Olozaga, el equipo de CIS Arqueología, comandado por Carmen Íñiguez trabaja ya en la tercera y última fase de esta operación, iniciada en 2007.
"Después de la conquista cuando se establecen los musulmanes en la ciudad, las inhumaciones son aún muy precarias. Son fosas excavadas en línea de costa aprovechando la arena blanda", detalla Íñiguez. La primera vez que se constató la presencia de una necrópolis de esta características en la zona de costa fue en la excavación de Plaza de la Marina en 1988, "en niveles inferiores se documentaron unos cuantos enterramientos, lo que no sabíamos era el alcance y la extensión de la necrópolis. De la plaza de la Marina hasta aquí, en la calle Olozabal", añade la arqueóloga.
A tres metros de profundidad respecto a la cota actual de calle, se encuentra este cementerio que se está excavando en su totalidad, junto a estudios de antropología física que permitirán determinar el sexo, la edad de los cuerpos en el momento de la muerte, además de las enfermedades. Aún así, por la patología que presentan los huesos se sabe que "algunos de los cuerpos adultos están afectados de brucelosis, conocida popularmente como fiebre del Malta", apunta la directora.
Uno de los hallazgos que más ha sorprendido al equipo es la aparición de restos de las extremidades inferiores de un feto de seis meses de gestación. Significativo resulta también el hallazgo de inhumaciones mixtas: dos casos de madres enterradas con un niño y un bebé "y dos jóvenes masculinos abrazados y enterrados juntos a un tercer individuo asociado a esa tumba", añade Iñiguez.
Algunos cuerpos presentan síntomas de daños por las posteriores construcciones de pozos sépticos y de agua potable. "Una vez que se abandona la necrópolis se colmata y se construye encima. En el siglo X toda esta zona se urbaniza, forma parte ya de la ciudad. Constituyendo un importante barrio de tipo artesanal" relata. Durante el proceso de excavación, en el que se han documentado cuatro niveles salió a la luz, en el primer nivel, un enterramiento mixto de humanos y fauna con fragmentos de huesos y cráneos , en el que, en principio se han documentado restos pertenecientes a bóvidos y équidos".
Una vez realizado la mayor parte del trabajo de campo, los expertos han podido constatar datos cómo el tipo de enterramiento en consonancia con los usos de la época y religión. "Todos están enterrados siguiendo el ritual islámico: posición fetal con la colocación del cuerpo de cúbito lateral derecho y con el cráneo mirando a la Meca, "sur o sureste, en este caso, mirando al mar", sostiene Íñiguez. Se trata de tumbas simples, excavadas en fosas, no en cajas, y con sudario. "Tenemos muchos ejemplos de cuerpos que en el momento del enterramiento se sujetan con fragmentos de ladrillo o cantos rodados recogidos del Guadalmedina delimitando la cabeza, extremidades, cadera y mandíbula para que la boca no se abra", explica Íñiguez.
Una zona de la necrópolis está totalmente sellada con materiales del siglo IX, preludio de lo que acontecería en periodos posteriores. "Entre finales del IX y comienzos del siglo X es cuando se ubica la necrópolis en la famosa Yabal Faruh Entre", recuerda la arqueóloga para referirse a la mayor fosa islámica de Málaga, que abarca desde el monte de Gribralfaro hasta El Ejido, y del siglo X al XV.
En 2007, cuando se iniciaron las primeras catas salieron a relucir los restos de una fondac, una especie de alhóndiga de casi unos 300 metros de extensión, además de los vestigios de un barrio artesanal. "De Especerías hasta Atarazanas se llevó a cabo una de las ampliaciones urbanísticas más importantes en época islámica, constatada desde el siglo X al XV", relata. La documentación aportada por los Repartimientos relata cómo la alhóndiga se dona a una familia cristiana "y continúa siendo un mesón después de la conquista castellana", sostiene Íñiguez.
Fuente: Málaga Hoy
Fecha: 21/11/2010
ESPAÑA SIGUE BUSCANDO EN FOSAS A LOS DERROTADOS DE LA GUERRA CIVIL
Más de setenta años después de la Guerra Civil, diversas asociaciones y familiares de víctimas siguen buscando restos de personas ejecutadas por los franquistas, casi con sus propios medios y sin apenas ayuda oficial del Estado o de la judicatura.
"Esto se está haciendo muy lentamente y con pocos medios", dice a la AFP Santiago Macías, vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH).
La búsqueda y exhumación de los cuerpos se lleva a cabo con los medios de cada asociación, mientras el Estado sólo prevé reparaciones simbólicas para las víctimas y subvenciones para las actividades de las asociaciones, hasta un máximo de 60.000 euros por organización, merced a la denominada Ley de Memoria Histórica, aprobada en 2007.
Desde 2006, el Gobierno socialista ha destinado un total de 19,4 millones de euros al desarrollo de la ley, de los que 5,9 millones se dedicaron a exhumaciones y el resto a homenajes, exposiciones, estudios, etc.
La ley "sirve para (reconocer) nacionalidades, para los brigadistas internacionales, para garantizarles los mismos derechos que a cualquier combatiente español, para arreglar algún tema de los hijos y nietos del exilio (a 93.344 de ellos se ha concedido la nacionalidad española) y dar un certificado de víctimas", según Macías, que critica su escasa operatividad práctica en las exhumaciones.
La ARMH fue pionera hace diez años en la apertura de fosas y desde entonces ha abierto más de 150 y exhumado más de 1.500 cadáveres, los últimos esta semana, cuando el sábado se cumplen 35 años de la muerte del dictador Francisco Franco.
"Entre todas las asociaciones se habrán sacado unos 5.000 cuerpos", explica el arqueólogo de la ARMH René Pacheco, que dirige la exhumación de siete asesinados en noviembre de 1936, apenas cuatro meses después del inicio de la contienda española en Calzada de Oropesa.
"No habremos sacado ni un 10% de las (personas) que están enterradas. Se calcula que hay entre 105.000 y 130.000 desaparecidos" en fosas en España, añadió Pacheco, de 27 años, que dirige a un grupo de voluntarios que buscan con cuidado los cuerpos.
Los restos de Alberto García Simón, Manuel Gutiérrez Castaño, Antolín Gutiérrez Castaño, Germán Sarro García, Francisco Herreruela Arroyo, Lorenzo Polo Hernández y Enemesio Hernández Alvarez, vecinos del pueblo de Las Ventas de San Julián, van saliendo a la luz ante la emoción de algunos familiares. "Estoy contenta, aunque apenas lo recuerdo. Ahora vamos a poder sepultarlos", dice a la AFP Paula Polo González, de 78 años, que tenía cuatro cuando mataron a su padre, Lorenzo Polo.
Al igual que en la mayoría de los casos, el proceso de búsqueda se inició con algún familiar, que se suele dirigir a la ARMH enviándole información que se completa con investigación en archivos, entrevistas personales, etc, pero sin ayuda oficial o judicial. Pocos jueces se personan en el lugar cuando se descubre una fosa, pese a que, según la legislación, un magistrado debe estar presente "cuando hay signos evidentes de violencia en unos restos encontrados en medio del campo", critica Macías.
Cada vez que se encuentran unos restos, la ARMH cursa la correspondiente denuncia ante las autoridades, pero "los jueces habrán venido unas cinco veces tras más de 150 fosas abiertas", afirma. La incertidumbre todavía existente sobre el órgano judicial competente y el caso del juez Baltasar Garzón podría explicar en alguna medida las reticencias judiciales.
"Es bochornoso que la única persona perseguida en relación a los crímenes más graves que se han cometido nunca en este país sea el juez que intentó abrir el proceso", aseguró recientemente el magistrado de la Audiencia Nacional Ramón Sáez Valcárcel.
Garzón está en espera de juicio por prevaricación (dictar una resolución injusta a sabiendas de que lo es) por haber querido investigar sobre los desaparecidos de la Guerra Civil (1936-39).
Sin embargo, pese a estas dificultades, Macías cree que la recuperación de desaparecidos es un fenómeno imparable porque muchos de los que inician la búsqueda son jóvenes "y no es que se muera con la generación de sus abuelos o de sus padres, sino que pasa a ellos, y sus hijos van a querer hacerlo. No se puede estar como si no hubiera pasado nada", sentenció.
Fuente: AFP
Autor: Gabriel Rubio
Fecha: 18/11/2010
"Esto se está haciendo muy lentamente y con pocos medios", dice a la AFP Santiago Macías, vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH).
La búsqueda y exhumación de los cuerpos se lleva a cabo con los medios de cada asociación, mientras el Estado sólo prevé reparaciones simbólicas para las víctimas y subvenciones para las actividades de las asociaciones, hasta un máximo de 60.000 euros por organización, merced a la denominada Ley de Memoria Histórica, aprobada en 2007.
Desde 2006, el Gobierno socialista ha destinado un total de 19,4 millones de euros al desarrollo de la ley, de los que 5,9 millones se dedicaron a exhumaciones y el resto a homenajes, exposiciones, estudios, etc.
La ley "sirve para (reconocer) nacionalidades, para los brigadistas internacionales, para garantizarles los mismos derechos que a cualquier combatiente español, para arreglar algún tema de los hijos y nietos del exilio (a 93.344 de ellos se ha concedido la nacionalidad española) y dar un certificado de víctimas", según Macías, que critica su escasa operatividad práctica en las exhumaciones.
La ARMH fue pionera hace diez años en la apertura de fosas y desde entonces ha abierto más de 150 y exhumado más de 1.500 cadáveres, los últimos esta semana, cuando el sábado se cumplen 35 años de la muerte del dictador Francisco Franco.
"Entre todas las asociaciones se habrán sacado unos 5.000 cuerpos", explica el arqueólogo de la ARMH René Pacheco, que dirige la exhumación de siete asesinados en noviembre de 1936, apenas cuatro meses después del inicio de la contienda española en Calzada de Oropesa.
"No habremos sacado ni un 10% de las (personas) que están enterradas. Se calcula que hay entre 105.000 y 130.000 desaparecidos" en fosas en España, añadió Pacheco, de 27 años, que dirige a un grupo de voluntarios que buscan con cuidado los cuerpos.
Los restos de Alberto García Simón, Manuel Gutiérrez Castaño, Antolín Gutiérrez Castaño, Germán Sarro García, Francisco Herreruela Arroyo, Lorenzo Polo Hernández y Enemesio Hernández Alvarez, vecinos del pueblo de Las Ventas de San Julián, van saliendo a la luz ante la emoción de algunos familiares. "Estoy contenta, aunque apenas lo recuerdo. Ahora vamos a poder sepultarlos", dice a la AFP Paula Polo González, de 78 años, que tenía cuatro cuando mataron a su padre, Lorenzo Polo.
Al igual que en la mayoría de los casos, el proceso de búsqueda se inició con algún familiar, que se suele dirigir a la ARMH enviándole información que se completa con investigación en archivos, entrevistas personales, etc, pero sin ayuda oficial o judicial. Pocos jueces se personan en el lugar cuando se descubre una fosa, pese a que, según la legislación, un magistrado debe estar presente "cuando hay signos evidentes de violencia en unos restos encontrados en medio del campo", critica Macías.
Cada vez que se encuentran unos restos, la ARMH cursa la correspondiente denuncia ante las autoridades, pero "los jueces habrán venido unas cinco veces tras más de 150 fosas abiertas", afirma. La incertidumbre todavía existente sobre el órgano judicial competente y el caso del juez Baltasar Garzón podría explicar en alguna medida las reticencias judiciales.
"Es bochornoso que la única persona perseguida en relación a los crímenes más graves que se han cometido nunca en este país sea el juez que intentó abrir el proceso", aseguró recientemente el magistrado de la Audiencia Nacional Ramón Sáez Valcárcel.
Garzón está en espera de juicio por prevaricación (dictar una resolución injusta a sabiendas de que lo es) por haber querido investigar sobre los desaparecidos de la Guerra Civil (1936-39).
Sin embargo, pese a estas dificultades, Macías cree que la recuperación de desaparecidos es un fenómeno imparable porque muchos de los que inician la búsqueda son jóvenes "y no es que se muera con la generación de sus abuelos o de sus padres, sino que pasa a ellos, y sus hijos van a querer hacerlo. No se puede estar como si no hubiera pasado nada", sentenció.
Fuente: AFP
Autor: Gabriel Rubio
Fecha: 18/11/2010
miércoles, 24 de noviembre de 2010
XI Congreso Nacional de Paleopatología
En la Asamblea Anual de la Sociedad Española de Paleopatología celebrada el 5 de septiembre de 2009 con motivo de la celebración del X Congreso Nacional en la UAM, fue aceptada la candidatura propuesta desde la UAB para la celebración del XI Congreso de la Sociedad.
Nuestro objetivo para esta 11ª edición es que el congreso tenga un carácter amplio y se traten las distintas áreas de estudio de la Paleopatología. Además aprovechando la situación estratégica del país que nos acogerá, contamos con la participación de colegas franceses y portugueses en lo que ha ser el I Encuentro Transpirenaico de Paleopatología. La estructura inicial del congreso consta de un importante apartado de comunicaciones libres y pósters, así como un número reducido de conferencias y tres mesas específicas de trabajo. Entendemos que el futuro de nuestra sociedad está en los jóvenes, por lo que también hemos planteado una sesión de casos clínicos específica para ellos.
La sede estará radicada en el Centro de Congresos de Andorra la Vella. Durante el congreso, también podremos disfrutar del programa cultural y de ocio que ofrece el Principado lo que nos permitirá conocer su historia, su patrimonio artístico y natural, practicar deportes o shopping.
Por todo ello, el comité organizador se complace en invitarte a participar activamente en este XI Congreso Nacional de Paleopatología, que tendrá lugar los días 15, 16 y 17 de septiembre de 2011. Los interesados pueden pre-inscribirse desde este momento registrándose en la web (http://jornades.uab.cat/paleopatologia-XICongreso/) o remitiendo, por email (cg.paleopatologia.XI@uab.cat) o por correo postal a las direcciones abajo indicadas, el impreso de inscripción, antes del 1 de marzo de 2011.
El precio de inscripción del XI Congreso de la SEP será 180 € (100 € para estudiantes que lo acrediten documentalmente) y 200 € a partir del 1 de mayo de 2011.
Cualquier consulta o aclaración puede remitirse también a página web o a la Secretaría del XI Congreso de la Sociedad Española de Paleopatología:
Secretaria del XI Congreso de la Sociedad Española de Paleopatología
Unitat d’Antropologia Biològica
Dept. Biologia Animal, Biologia Vegetal i Ecologia
Universitat Autònoma de Barcelona
08193 Bellaterra-Cerdanyola del Vallès
España
Benvinguts a Andorra, el pais dels Pirineus!!
Bienvenidos a Andorra, el país de los Pirineos!!!
Albert Isidro y Assumpció Malgosa
Nuestro objetivo para esta 11ª edición es que el congreso tenga un carácter amplio y se traten las distintas áreas de estudio de la Paleopatología. Además aprovechando la situación estratégica del país que nos acogerá, contamos con la participación de colegas franceses y portugueses en lo que ha ser el I Encuentro Transpirenaico de Paleopatología. La estructura inicial del congreso consta de un importante apartado de comunicaciones libres y pósters, así como un número reducido de conferencias y tres mesas específicas de trabajo. Entendemos que el futuro de nuestra sociedad está en los jóvenes, por lo que también hemos planteado una sesión de casos clínicos específica para ellos.
La sede estará radicada en el Centro de Congresos de Andorra la Vella. Durante el congreso, también podremos disfrutar del programa cultural y de ocio que ofrece el Principado lo que nos permitirá conocer su historia, su patrimonio artístico y natural, practicar deportes o shopping.
Por todo ello, el comité organizador se complace en invitarte a participar activamente en este XI Congreso Nacional de Paleopatología, que tendrá lugar los días 15, 16 y 17 de septiembre de 2011. Los interesados pueden pre-inscribirse desde este momento registrándose en la web (http://jornades.uab.cat/paleopatologia-XICongreso/) o remitiendo, por email (cg.paleopatologia.XI@uab.cat) o por correo postal a las direcciones abajo indicadas, el impreso de inscripción, antes del 1 de marzo de 2011.
El precio de inscripción del XI Congreso de la SEP será 180 € (100 € para estudiantes que lo acrediten documentalmente) y 200 € a partir del 1 de mayo de 2011.
Cualquier consulta o aclaración puede remitirse también a página web o a la Secretaría del XI Congreso de la Sociedad Española de Paleopatología:
Secretaria del XI Congreso de la Sociedad Española de Paleopatología
Unitat d’Antropologia Biològica
Dept. Biologia Animal, Biologia Vegetal i Ecologia
Universitat Autònoma de Barcelona
08193 Bellaterra-Cerdanyola del Vallès
España
Benvinguts a Andorra, el pais dels Pirineus!!
Bienvenidos a Andorra, el país de los Pirineos!!!
Albert Isidro y Assumpció Malgosa
Los neandertales maduraban antes que los humanos modernos
La estrategia de vivir despacio y morir tarde parece ser una característica clave de nuestra especie, frente a la más primitiva de vivir rápido y morir pronto.
Esa infancia larga, con una maduración prolongada, facilitaría el aprendizaje adicional y la capacidad cognitiva compleja de los individuos, por lo que "aunque costosa en términos de desarrollo, ayudaría a convertir al ser humano en uno de los organismos más exitosos del planeta", dice Tanya Smith, especialista en evolución humana de la Universidad de Harvard (EE.UU.). Unos nuevos estudios de dientes fósiles infantiles, realizados con técnicas avanzadas de rayos X, demuestran precisamente que el desarrollo de los neandertales era bastante más rápido que el de los humanos modernos. Los análisis, de tomografía microcomputerizada, se han hecho con el sincrotrón europeo de Grenoble (ESRF).
"Los dientes son registros notables del tiempo, porque marcan cada día de crecimiento, algo así como los anillos de los troncos de los árboles", explica Smith. "Además, nuestras primeras muelas tiene un minúsculo certificado de nacimiento, y su identificación permite determinar la edad de muerte de un niño". Smith y sus colegas han descubierto que el crecimiento dental de los neandertales, un indicador importante del desarrollo, era notablemente más rápido que el de nuestra especie, incluyendo algunos antepasados directos de hace 90.000 a 100.000 años. El hallazgo sugiere que la madurez lenta es un rasgo evolutivo relativamente reciente.
El estudio de los dientes se ha hecho con fósiles de once individuos, incluido el primer homínido descubierto, un neandertal que apareció en Bélgica en el invierno de 1829-30 cuya edad de muerte, por estudios comparativos con los patrones de desarrollo de nuestra especie, se había fijado en cinco años, mientras que ahora se ha adelantado a tres. Los resultados de estos estudios dentales añaden información importante a las diferencias de desarrollo que han salido a la luz con la secuenciación del genoma neandertal y que apuntan diferencias entre ambas especies en el desarrollo del esqueleto y del cráneo.
Otros primates, como los chimpancés, tienen una gestación comparativamente corta, maduración infantil rápida, edad temprana de reproducción y vida más corta. Los australopitecos, homínidos primitivos, tendrían patrones de crecimiento no muy distintos de los de los chimpancés, mientras que los neandertales estarían en algún punto intermedio entre aquellas especies y la nuestra. Los neandertales compartieron territorio durante mucho tiempo con nuestros antepasados y se extinguieron hace menos de 30.000 años. Los científicos no han aclarado aún por qué, pero buscan ventajas que pudieran tener los humanos actuales frente a aquellos parientes y la estrategia de vivir despacio y morir tarde puede ser una clave.
La investigación de los dientes de fósiles infantiles con sincrotrón, que se publica en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, ha durado cinco años. Los científicos han utilizado los finos haces de luz sincrotrón, rayos X, para obtener imágenes de los dientes haciéndolos rotar, con lo que han obtenido, tras el proceso de datos, una tomografía de su estructura con gran resolución. El sincrotrón actúa como un super-microscopio. "Hemos podido ver dentro de los valiosos fósiles sin dañarlos, utilizando las propiedades especiales de los rayos X de alta energía; así podemos investigar fósiles a escalas diferentes y en tres dimensiones, desde la forma general hasta las líneas microscópicas de crecimiento diario", explica Paul Tafforeau, científico del ESRF.
Autor: Alicia Rivera
Fuente: El País Digital
Fecha: 18/11/2010
Esa infancia larga, con una maduración prolongada, facilitaría el aprendizaje adicional y la capacidad cognitiva compleja de los individuos, por lo que "aunque costosa en términos de desarrollo, ayudaría a convertir al ser humano en uno de los organismos más exitosos del planeta", dice Tanya Smith, especialista en evolución humana de la Universidad de Harvard (EE.UU.). Unos nuevos estudios de dientes fósiles infantiles, realizados con técnicas avanzadas de rayos X, demuestran precisamente que el desarrollo de los neandertales era bastante más rápido que el de los humanos modernos. Los análisis, de tomografía microcomputerizada, se han hecho con el sincrotrón europeo de Grenoble (ESRF).
"Los dientes son registros notables del tiempo, porque marcan cada día de crecimiento, algo así como los anillos de los troncos de los árboles", explica Smith. "Además, nuestras primeras muelas tiene un minúsculo certificado de nacimiento, y su identificación permite determinar la edad de muerte de un niño". Smith y sus colegas han descubierto que el crecimiento dental de los neandertales, un indicador importante del desarrollo, era notablemente más rápido que el de nuestra especie, incluyendo algunos antepasados directos de hace 90.000 a 100.000 años. El hallazgo sugiere que la madurez lenta es un rasgo evolutivo relativamente reciente.
El estudio de los dientes se ha hecho con fósiles de once individuos, incluido el primer homínido descubierto, un neandertal que apareció en Bélgica en el invierno de 1829-30 cuya edad de muerte, por estudios comparativos con los patrones de desarrollo de nuestra especie, se había fijado en cinco años, mientras que ahora se ha adelantado a tres. Los resultados de estos estudios dentales añaden información importante a las diferencias de desarrollo que han salido a la luz con la secuenciación del genoma neandertal y que apuntan diferencias entre ambas especies en el desarrollo del esqueleto y del cráneo.
Otros primates, como los chimpancés, tienen una gestación comparativamente corta, maduración infantil rápida, edad temprana de reproducción y vida más corta. Los australopitecos, homínidos primitivos, tendrían patrones de crecimiento no muy distintos de los de los chimpancés, mientras que los neandertales estarían en algún punto intermedio entre aquellas especies y la nuestra. Los neandertales compartieron territorio durante mucho tiempo con nuestros antepasados y se extinguieron hace menos de 30.000 años. Los científicos no han aclarado aún por qué, pero buscan ventajas que pudieran tener los humanos actuales frente a aquellos parientes y la estrategia de vivir despacio y morir tarde puede ser una clave.
La investigación de los dientes de fósiles infantiles con sincrotrón, que se publica en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, ha durado cinco años. Los científicos han utilizado los finos haces de luz sincrotrón, rayos X, para obtener imágenes de los dientes haciéndolos rotar, con lo que han obtenido, tras el proceso de datos, una tomografía de su estructura con gran resolución. El sincrotrón actúa como un super-microscopio. "Hemos podido ver dentro de los valiosos fósiles sin dañarlos, utilizando las propiedades especiales de los rayos X de alta energía; así podemos investigar fósiles a escalas diferentes y en tres dimensiones, desde la forma general hasta las líneas microscópicas de crecimiento diario", explica Paul Tafforeau, científico del ESRF.
Autor: Alicia Rivera
Fuente: El País Digital
Fecha: 18/11/2010
El contacto genético entre Europa y América fue 500 años antes de Colón
Investigadores del Instituto de Biología Evolutiva (IBE) de Barcelona y de la Universidad de Islandia han hallado por primera vez el rastro genético de indígenas americanos en los antepasados vikingos de cuatro familias islandesas, lo que demostraría que el primer contacto genético entre Europa y América se produjo cinco siglos antes del descubrimiento de Cristóbal Colón.
La investigación, en la que ha participado el centro barcelonés coparticipado por la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se basa en el descubrimiento de un linaje genético de origen amerindio, correspondiente a una mujer que habría llegado a Islandia en torno al año 1000. La investigación se publica en la revista 'American Journal of Physical Anthropology'.
Los científicos, con la colaboración del banco de datos familiares de la empresa biofarmacéutica deCODE Genetics, con sede en Reijkiavik y que tiene documentadas las genealogías de hasta el 80% de los habitantes de Islandia, iniciaron su investigación tras descubrir hace cuatro años un linaje mitocondrial típico de los indígenas americanos y del este de Asia en cuatro islandeses.
La hipótesis de que dicho linaje procediera de la inmigración reciente --el rastro genético está ausente de Europa-- quedó descartada al comprobar que los cuatro islandeses procedían de antepasados que habitaron la isla en torno al año 1700 y 1740, en la misma región próxima al glaciar VatnaJökull.
Según los investigadores del IBE Carles Lalueza-Fox y Federico Sánchez-Quinto, el linaje hallado -denominado C1e- corresponde a una mujer porque es mitocondrial y éste solo se hereda por vía materna.
"Como la isla quedó prácticamente aislada desde el siglo X, la hipótesis más factible es que estos genes correspondan a una mujer amerindia que fue llevada desde América por los vikingos cerca del año 1000", ha manifestado Lalueza-Fox.
El descubrimiento ha sido posible tras analizar los genes de las cuatro familias de islandeses, que actualmente conforman un grupo de unas 80 personas.
HISTORIA ESCRITA
Hasta la fecha se había probado que los genes de los islandeses proceden de los países escandinavos, Escocia e Irlanda, y a pesar de las teorías de que los vikingos hollaron tierra americana antes de Colón no se había confirmado ningún rastro genético que respaldara esta teoría.
Pruebas históricas de la llegada de los vikingos a América son el poblado descubierto en Anse aux Meadows -Terranova (Canadá)- y textos medievales islandeses como la 'Saga de los groenlandeses' de 1200 y la 'Saga de Eric el Rojo' de 1260, que apuntan a la llegada de los vikingos a América a partir del siglo X. Restos mayas y de otras civilizaciones precolombinas apuntan en la misma dirección.
La población de Islandia, con 320.000 habitantes, es suficientemente grande como para estar presentes todos los trastornos que afectan a los europeos, y al mismo tiempo suficientemente pequeña como para controlar la diversidad genética propia de linajes antepasados, según los científicos.
Fuente: Europa Press
Fecha: 17/11/2010
La investigación, en la que ha participado el centro barcelonés coparticipado por la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se basa en el descubrimiento de un linaje genético de origen amerindio, correspondiente a una mujer que habría llegado a Islandia en torno al año 1000. La investigación se publica en la revista 'American Journal of Physical Anthropology'.
Los científicos, con la colaboración del banco de datos familiares de la empresa biofarmacéutica deCODE Genetics, con sede en Reijkiavik y que tiene documentadas las genealogías de hasta el 80% de los habitantes de Islandia, iniciaron su investigación tras descubrir hace cuatro años un linaje mitocondrial típico de los indígenas americanos y del este de Asia en cuatro islandeses.
La hipótesis de que dicho linaje procediera de la inmigración reciente --el rastro genético está ausente de Europa-- quedó descartada al comprobar que los cuatro islandeses procedían de antepasados que habitaron la isla en torno al año 1700 y 1740, en la misma región próxima al glaciar VatnaJökull.
Según los investigadores del IBE Carles Lalueza-Fox y Federico Sánchez-Quinto, el linaje hallado -denominado C1e- corresponde a una mujer porque es mitocondrial y éste solo se hereda por vía materna.
"Como la isla quedó prácticamente aislada desde el siglo X, la hipótesis más factible es que estos genes correspondan a una mujer amerindia que fue llevada desde América por los vikingos cerca del año 1000", ha manifestado Lalueza-Fox.
El descubrimiento ha sido posible tras analizar los genes de las cuatro familias de islandeses, que actualmente conforman un grupo de unas 80 personas.
HISTORIA ESCRITA
Hasta la fecha se había probado que los genes de los islandeses proceden de los países escandinavos, Escocia e Irlanda, y a pesar de las teorías de que los vikingos hollaron tierra americana antes de Colón no se había confirmado ningún rastro genético que respaldara esta teoría.
Pruebas históricas de la llegada de los vikingos a América son el poblado descubierto en Anse aux Meadows -Terranova (Canadá)- y textos medievales islandeses como la 'Saga de los groenlandeses' de 1200 y la 'Saga de Eric el Rojo' de 1260, que apuntan a la llegada de los vikingos a América a partir del siglo X. Restos mayas y de otras civilizaciones precolombinas apuntan en la misma dirección.
La población de Islandia, con 320.000 habitantes, es suficientemente grande como para estar presentes todos los trastornos que afectan a los europeos, y al mismo tiempo suficientemente pequeña como para controlar la diversidad genética propia de linajes antepasados, según los científicos.
Fuente: Europa Press
Fecha: 17/11/2010
Encuentran reliquias del rey Ricardo II de Inglaterra en museo londinense
Un archivero de la Galería Nacional del Retrato, de Londres, ha encontrado varias reliquias de la tumba del rey Ricardo II (1367-1400) mientras catalogaba unos documentos del primer director de ese centro, George Sharf.
Entre los cientos de diarios y cuadernos de notas que dejó Sharf, fallecido en 1895, en cajas que permanecieron durante años apareció el contenido del féretro de un rey medieval y dibujos de cráneo y los huesos.
El contenido de una caja de cigarrillos que llevaba la fecha de 31 de agosto de 1871 estaba sólo identificado como "reliquias de una tumba real" medieval.
Dentro había fragmentos de madera, posiblemente del propio féretro, y trozos de tejido, indicó la Galería en un comunicado, según el cual el propio Sharf estuvo presente en la apertura de los féretros reales en la abadía londinense de Westminster.
El director y fundador de ese centro hizo dibujos muy precisos del cráneo y de los huesos del rey, incluidas las medidas de esos restos.
Sharf asistió a varias aperturas de tumbas reales, entre ellas las de Ricardo II, Eduardo VI, Enrique VII, Jacobo I e Isabel de York, esposa de Enrique VII y madre de Enrique VIII.
El primer director de la Galería fue un minucioso observador de la vida en la Inglaterra victoriana y sus diarios y dibujos constituyen un precioso testimonio de aquella época.
Fuente: ABC
Fecha: 16/11/2010
Entre los cientos de diarios y cuadernos de notas que dejó Sharf, fallecido en 1895, en cajas que permanecieron durante años apareció el contenido del féretro de un rey medieval y dibujos de cráneo y los huesos.
El contenido de una caja de cigarrillos que llevaba la fecha de 31 de agosto de 1871 estaba sólo identificado como "reliquias de una tumba real" medieval.
Dentro había fragmentos de madera, posiblemente del propio féretro, y trozos de tejido, indicó la Galería en un comunicado, según el cual el propio Sharf estuvo presente en la apertura de los féretros reales en la abadía londinense de Westminster.
El director y fundador de ese centro hizo dibujos muy precisos del cráneo y de los huesos del rey, incluidas las medidas de esos restos.
Sharf asistió a varias aperturas de tumbas reales, entre ellas las de Ricardo II, Eduardo VI, Enrique VII, Jacobo I e Isabel de York, esposa de Enrique VII y madre de Enrique VIII.
El primer director de la Galería fue un minucioso observador de la vida en la Inglaterra victoriana y sus diarios y dibujos constituyen un precioso testimonio de aquella época.
Fuente: ABC
Fecha: 16/11/2010
Los australopitecos vuelven a ser 'monos'.
Unas marcas en fósiles atribuidas a herramientas resultan ser pisotones.
Los australopitecos, una de las viejas ramas del enmarañado árbol de homininos al que pertenece el ser humano, vuelven a ser monos zopencos. En agosto, un grupo internacional de científicos anunció el hallazgo en Dikika (Etiopía) de dos huesos animales que presentaban marcas de herramientas de piedra. El descubrimiento era trascendental.
Los fósiles, de 3,4 millones de años, implicaban que la única especie que vivía entonces en el lugar, el Australopithecus afarensis, ya empleaba herramientas para cortar carne, un rasgo tan humano que hasta entonces se reservaba al primer representante del género Homo, el habilis. Sin embargo, la costilla y el fémur de Dikika mostraban un australopiteco habilidoso, casi humano.
El uso de útiles para cortar carne se considera un rasgo humano.
Ahora, un equipo liderado por el español Manuel Domínguez-Rodrigo tumba en la revista PNAS las conclusiones de sus colegas. Según el nuevo estudio, las marcas en los dos huesos etíopes no fueron hechas, en absoluto, con herramientas. "Estos animales murieron al lado de un río, y unos antílopes, o similares, pasaron por encima hace 3,4 millones de años. Las marcas que vemos son de pisoteo", explica el científico, profesor de Prehistoria en la Universidad Complutense de Madrid.
Su equipo no ha tenido acceso a los fósiles originales, pero ha estudiado sus fotografías y ha comparado las marcas con las obtenidas al pisotear huesos modernos. "Son iguales macroscópica y microscópicamente", zanja. Cuando un animal pesado pisa un hueso, la grava del suelo deja unas marcas características de abrasión, "como si se pasara un estropajo". Al microscopio, "son inconfundibles", según explica el prehistoriador, que ha trabajado con australopitecos en la garganta de Olduvai (Tanzania).
Sin embargo, el grupo de Dikika, encabezado por Shannon McPherron, del Instituto Max Planck (Alemania), mantiene la validez de su teoría. El equipo de Domínguez-Rodrigo "no considera la pieza que pudo formar las marcas, una piedra natural, sin tratar", replica McPherron a Público. En su lugar, "basa su estudio en piedras sometidas a lascado, que no han aparecido en Dikika". Según su versión, las marcas del yacimiento etíope coinciden con las producidas por roca natural, según un estudio todavía no publicado. Domínguez-Rodrigo rebate esta hipótesis: "Es imposible descuartizar una cabra con una roca natural. Nosotros lo hemos intentado y no se puede".
Unos antílopes pisaron los huesos hace 3,4 millones de años.
El arqueólogo Jordi Ro-sell, del equipo de las excavaciones de Atapuerca y ajeno a ambos estudios, respalda al español. "Son marcas de la fricción de los huesos contra el suelo. Creo que un día veremos herramientas de australopitecos, pero ese día no ha llegado", afirma.
Fuente: Público
Fecha: 16/11/2010
Los australopitecos, una de las viejas ramas del enmarañado árbol de homininos al que pertenece el ser humano, vuelven a ser monos zopencos. En agosto, un grupo internacional de científicos anunció el hallazgo en Dikika (Etiopía) de dos huesos animales que presentaban marcas de herramientas de piedra. El descubrimiento era trascendental.
Los fósiles, de 3,4 millones de años, implicaban que la única especie que vivía entonces en el lugar, el Australopithecus afarensis, ya empleaba herramientas para cortar carne, un rasgo tan humano que hasta entonces se reservaba al primer representante del género Homo, el habilis. Sin embargo, la costilla y el fémur de Dikika mostraban un australopiteco habilidoso, casi humano.
El uso de útiles para cortar carne se considera un rasgo humano.
Ahora, un equipo liderado por el español Manuel Domínguez-Rodrigo tumba en la revista PNAS las conclusiones de sus colegas. Según el nuevo estudio, las marcas en los dos huesos etíopes no fueron hechas, en absoluto, con herramientas. "Estos animales murieron al lado de un río, y unos antílopes, o similares, pasaron por encima hace 3,4 millones de años. Las marcas que vemos son de pisoteo", explica el científico, profesor de Prehistoria en la Universidad Complutense de Madrid.
Su equipo no ha tenido acceso a los fósiles originales, pero ha estudiado sus fotografías y ha comparado las marcas con las obtenidas al pisotear huesos modernos. "Son iguales macroscópica y microscópicamente", zanja. Cuando un animal pesado pisa un hueso, la grava del suelo deja unas marcas características de abrasión, "como si se pasara un estropajo". Al microscopio, "son inconfundibles", según explica el prehistoriador, que ha trabajado con australopitecos en la garganta de Olduvai (Tanzania).
Sin embargo, el grupo de Dikika, encabezado por Shannon McPherron, del Instituto Max Planck (Alemania), mantiene la validez de su teoría. El equipo de Domínguez-Rodrigo "no considera la pieza que pudo formar las marcas, una piedra natural, sin tratar", replica McPherron a Público. En su lugar, "basa su estudio en piedras sometidas a lascado, que no han aparecido en Dikika". Según su versión, las marcas del yacimiento etíope coinciden con las producidas por roca natural, según un estudio todavía no publicado. Domínguez-Rodrigo rebate esta hipótesis: "Es imposible descuartizar una cabra con una roca natural. Nosotros lo hemos intentado y no se puede".
Unos antílopes pisaron los huesos hace 3,4 millones de años.
El arqueólogo Jordi Ro-sell, del equipo de las excavaciones de Atapuerca y ajeno a ambos estudios, respalda al español. "Son marcas de la fricción de los huesos contra el suelo. Creo que un día veremos herramientas de australopitecos, pero ese día no ha llegado", afirma.
Fuente: Público
Fecha: 16/11/2010
LA MEMORIA DE LA TIERRA
Al abrir una fosa no se desentierra a los muertos, sino la historia robada a muchos vivos. Allí dentro hay huesos de seres queridos, las balas que los mataron, la evidencia de lo sucedido. En el año 2000 se abrió la primera fosa con protocolo científico en Priaranza (León), en busca de Emilio Silva Faba y otras 12 personas. En esta década, un total de 5.277 de los más de 100.000 desaparecidos en la Guerra Civil han sido exhumados en 231 fosas. Arqueólogos, forenses, antropólogos, familiares y voluntarios lo hacen posible.
Veo cómo limpiáis cada hueso despacio, con la brocha, con tanto mimo, que parece que los estáis acariciando, y pienso en lo distinto que es hoy a como debió ser el día que los asesinaron...". Lo comenta Anabel Lapuente, nieta de una de las personas que acaban de encontrar en una fosa de Ágreda (Soria) los expertos y voluntarios de la Sociedad Aranzadi, dirigidos por el forense Francisco Etxeberria y la antropóloga Lourdes Herrasti. Se hace el silencio. Y es entonces cuando las aludidas, cuatro estudiantes de Medicina de la Universidad del País Vasco (UPV), rompen a llorar. Y con ellas, todos los presentes.
Ágreda es austero y monumental. Tranquilo. Saltan corzos por las carreteras. Lo advierten los carteles. Mil desaparecidos durante la Guerra Civil se cuentan en Soria. El cementerio está esquinado, y aquí, en una zona en desuso, se ven los cuatro esqueletos tirados bocabajo, maniatados, liberados ya de la tierra apelmazada durante décadas y mojada por la lluvia del día. Algunos vecinos del pueblo lo repitieron: "Vimos cómo los echaban aquí y cómo los mataban allá arriba, en el paraje de Los Cabezos...". Son Luis Torres (35 años, jornalero), Marcelino Navarro (17, aguacil), Gregorio Torres (alcalde) y Feliciano Lapuente (campesino, de 33). "Que consta fueron asesinados el 19 de octubre de 1936", se lee en el informe preliminar del equipo, que indica además: "Se encuentra presente doña Pilar Pérez, alcaldesa de Torrellas". Y aquí está ella hoy de nuevo. "No es habitual que un cargo municipal se implique tanto", asegura Etxeberria al hilo de la indiferencia política nacional al uso. Nada extraño si se tiene en cuenta que la Ley de la Memoria Histórica (leymemoria.mjusticia.es) data en España de 2007, tan coja que Amnistía Internacional la definió como "alejada del Derecho internacional", pues delega en asociaciones de víctimas una tarea que debía realizar el Estado. Y que Baltasar Garzón, el juez que abrió causa contra los crímenes del franquismo tres décadas después de la muerte del dictador, está inhabilitado desde mayo, como aviso para navegantes. Y ahí anda, en La Haya, en espera.
"Los cuatro de Morella", llaman a estos hombres. Uno es menor, Marcelino. Lo explica el estomatólogo Claudio Albizu al mostrar uno de sus dientes. "Se sabe por esto". Los otros tres deben ser identificados. Irán al laboratorio de la UPV junto a otros muchos en busca de un nombre que se les podrá dar o no: porque no haya ADN para comparar o esté contaminado. En los esqueletos, donde aparecen piezas de metal, han colocado bolas de colores; la mayoría son balas de pistola. Marcelino llevaba gemelos y una moneda de plata. Los muestran. Nadie se lo explica: "Quizá su madre le dijo al salir: 'Hijo, ponte bien por si acaso", comentan los lugareños. Pero se ve que dio igual.
Los familiares cuentan lo que sienten antes de que los cuerpos sean retirados. También es invitado Iván Aparicio, de la Asociación Soriana Recuerdo y Dignidad, a decir unas palabras. Dice varias: "Se habla de 'muertos de la Guerra Civil', pero estos no son muertos en la guerra, son civiles que no habían cogido un arma en su vida, sacados de sus casas y asesinados. Esto es lo que fue el fascismo en España, un crimen contra la humanidad. Y no puede ser que tengamos que corregir las violaciones de derechos humanos los voluntarios de cuatro asociaciones y los parientes. Esto es un acto de reparación hacia las familias. Pero aún hay que reparar a las víctimas. La legislación internacional vinculante incluye verdad, justicia y reparación. Hay que mostrar la verdad, hay que juzgar a los responsables, y hay que reparar. Sobre juzgar, en algún momento se tendrá que afrontar lo que pasó hace 74 años, pero también lo que pasa hoy con la Ley de la Memoria Histórica, que cumple la función de ley de punto final, y la falta de actuación de las Administraciones de justicia. Aquí tenía que haber un juez levantando un cadáver, esclarecer las señales de violencia, y no es así; así que alguna vez se tendrá que ver en el Tribunal de Derechos Humanos a los responsables de que se perpetúe la inmunidad del franquismo". Y ciertamente, aquí juez no hay ninguno.
El trabajo que realiza este equipo (y otros, valga este de ejemplo) sigue un protocolo científico propio (recogida de información, prospección, exhumación, identificación) a falta de uno oficial que asegura Etxeberria ya está elaborado hace rato porque él mismo ha participado. Pero, sí, se diría que es ceremonia amorosa: excavan con dedicación la tierra, la criban; extraen los restos, los observan y, tras limpiarlos (esqueletos, ropas, zapatos...), los guardan en cajas para luego dotarles de genealogía: esposa, hijos, padres, currículo... Reconstruyen así biografías. Como estas de Ágreda en una fosa más, la penúltima de las 231 abiertas desde hace una década, de las 2.052 que existen, según el Gobierno. Un total de 5.277 personas han sido exhumadas, pero se calcula que los desaparecidos superan los 100.000. Garzón manejó en 2008 un censo elaborado por familiares de 143.353, porque no existe ninguno oficial. Algunas comunidades tienen elaborado ya su mapa de fosas; otras están en ello.
Más de 100.000 biografías. Como la de Bárbara Sebastián Vela, de 70 años, encontrada en Illueca (Zaragoza); la de la maestra María de los Desamparados Blanco, vista por última vez en Lario (León) cuando su hijo Florentino tenía 18 años, y a la que este ha exhumado ahora con noventa y tantos; la de Jerónima Blanco y su hijo Fernando Cabo, de tres años, a los que mataron y enterraron en el huerto de su propia casa en Ponferrada para forzar la vuelta del marido, Isaac Cabo, que les sobrevivió; la docena de enfermeras del hospital psiquiátrico en Valdediós (Asturias); las 15 mujeres y un adolescente de Grazalema (Cádiz); los siete muertos de Fontanosas (Ciudad Real), cuya ubicación desveló una carta anónima dirigida al alcalde por un miembro del pelotón de fusilamiento. O la de Julián Merino, cuya esposa, Teresa Pozo (recién fallecida), quedó sola a los 23, embarazada de siete meses, con dos hijos, represaliada. La única viuda que vivió lo bastante para presenciar en 2005, con 93 años, la exhumación de su marido en Covarrubias (Burgos).
"La dignidad de las víctimas de la represión franquista no se ha perdido nunca", dijo el juez Garzón hace nada. "La dignidad la pierden los que en España no dan una respuesta adecuada a esos hechos". Y añadió algo que todos los implicados en exhumaciones confirman: "Nunca, ni en Chile, ni en Argentina, ni en España, he visto a los familiares de las víctimas pedir venganza. Solo piden justicia, y eso es algo así de sencillo. Y tan complicado, parece ser, a la vez". Nada extraño. Nada que no se haya hecho ya antes. En realidad, como dice la periodista Natalia Junquera en el prólogo del libro reciente Memoria histórica, del CSIC, se podría decir que la memoria histórica la inventó Franco: "Fue él el primero en pedir censos de desaparecidos, en encargar a expertos un protocolo de exhumaciones y, hasta ahora, el único que preservó por ley las fosas comunes para que no se construyera sobre ellas. Múltiples órdenes en el BOE dan cuenta de su afán por honrar a las víctimas. A las suyas". Y hasta desplazó restos de republicanos al panteón de El Escorial cuando los suyos no le alcanzaron para llenarlo (la gran tumba pendiente).
Desde siempre hubo familiares que quisieron recuperar a sus seres queridos para darles sepultura, el acto que cierra el círculo y es primordial para muchos. Algunos lo intentaron por sí solos, con pico y pala por así decir, pero se dieron cuenta de que no era modo. Porque en la mayoría de las fosas se encuentran varios o muchos; fosas comunes se llaman por algo. Por eso juntos yacían 125 en la de Valdenoceda (Burgos), 80 en la de Magallón (Zaragoza), más de 300 en la del monasterio de Uclés (Cuenca), 2.840 en la del cementerio de San Rafael (Málaga)... ¿Y cómo saber quién es quién? La tarea de poner nombre y apellido a los desaparecidos en España tiene mucho que ver con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH, www.memoriahistorica.org). Esta nació al calor de lo sucedido en 2000 en la cuneta de la carretera N-536 en Priaranza del Bierzo (León), cuando se abrió una fosa por vez primera con método científico. En ella se encontraba Emilio Silva Faba.
"A mí fue mi abuelo quien me enseñó a hablar. Aun muerto. Porque hasta el día que lo encontramos en Priaranza nunca fui capaz de hablar en público, ni levantar el dedo siquiera en la universidad para no significarme, tal era el miedo en mi familia". Emilio Silva nieto (presidente de la ARMH) lo confiesa en su casa en Madrid, mientras Emilio Silva padre, 84 años, manos delgadas y piel transparente, asiente. Hablan de aquel hombre que les dio la vida, cosmopolita, que a principios del siglo XX residió en EE UU y Argentina, regresó un día a su pueblo natal para papeleos y allí se quedó para siempre tras conocer a Modesta Santín, con la que tuvo seis hijos. Pusieron tienda en Villafranca del Bierzo, al estilo almacén de coloniales, La Preferida se llamaba. De ella nos dirá luego Felisa Rubio, testigo de aquel tiempo y amiga de la familia, tumbada en su cama en Triacastela (Lugo) por el peso de sus 87 años, que vendía "las mejores aceitunas de la comarca y muchas alpargatas; era una casa con corredor hacia el río, allí jugábamos". Emilio Silva hijo enseña una foto en la que aparece él con una pancarta reivindicando un centro escolar. Al fondo se ve La Preferida, en la esquina del viaducto donde hoy se levanta una casa moderna.
"Mi padre era azañista, se significó mucho, en Villafranca había mucho convento... Recuerdo el día en que empezó la guerra, y cómo los falangistas nos quitaban productos de la tienda; aquí tengo los recibos, mira. Mi padre sabía que su vida valía lo que la mercancía; cuando se terminó, se acabó". Su desaparición le marcó. "Me hinché a llorar, lo que me ha cambiado la vida, pensaba. Mi madre quedó rota, yo era el mayor, 10 años, trabajé hasta de pastor". Aun así, consiguió burlar al destino y tener la vida viajera que su padre habría querido. Emilio nieto añade: "Mi abuela murió cuando yo tenía 32. Siempre me sentí atraído por la figura del abuelo, pero nunca la oí hablar de él, y lo intenté". Hasta que tomó una decisión: "Que dejara de ser un relato familiar. Sus restos estaban en un lugar que yo desconocía. Pero estaba dispuesto a cambiar el final de su historia".
Lo que sucedió luego lo saben bien los implicados: Julio Vidal, Paco Etxeberria, Daniel Fernández, Santiago Macías... Vidal, arqueólogo de León, hombre de gran preparación, muy viajado, que se define a sí mismo como "pesimista político", y su esposa, la antropóloga María Encina Prada, se pusieron a su disposición desde el minuto uno. "Corre, corre, que por aquí hay muertos', siempre oí de niño esa frase de mi hermana al pasar por un lado de la carretera. Mi madre era de Priaranza, y lo de la fosa era cercano a mí, a mis vacaciones... A raíz de un artículo en prensa de Emilio Silva en 2000 nos enteramos que quería recuperar el cuerpo de su abuelo. Nos ofrecimos a colaborar aplicando la metodología arqueológica y de la antropología forense... Contacté con Etxeberria, que no tardó ni dos segundos en plantarse aquí. Se formó un pequeño equipo, el Ayuntamiento prestó la excavadora". Se pusieron a ello. Los lugareños sabían del lugar. "Pero sucede que las referencias espaciales y el paisaje cambian, así que no fue hasta el tercer fin de semana, ya desesperados creyendo que los cubría la carretera, cuando aparecieron restos de un zapato con pie". Fue un impacto. Esos muertos eran casi leyenda. En ese instante pasaron a ser pura verdad.
Como lo serán seguramente los tres maquis cuya fosa andaba localizando Etxeberria en Ezcurra (Navarra), un valle hermosísimo, hace una semana a petición de la Asociación Navarra de Familiares. En Navarra hubo 3.500 víctimas aun sin guerra. Ángel Mariezcurrena, oriundo, lleva años soñando con destapar el suceso del que él supo por su padre. El propietario del terreno lo confirmó: "Fue una emboscada y los mataron". Ese rincón era antaño zona de paso de los guerrilleros escondidos en Francia. "Ahora habrá que asegurar con el georradar", dice el forense. Y allí sucedió que en el bar del pueblo los lugareños ampliaron detalles. "Antes eso era imposible", cuenta Etxeberria, "en 10 años la gente ha perdido el miedo a hablar". Un grupo de estudiantes alemanes está presente; realizan sus tesis sobre el fascismo. Han pasado ya por Gernika, van a la zona del Ebro, quisieron saber de fosas. "No entendemos que esto esté ocurriendo ahora y no antes". Él responde: "Hay quien no quiere que se sepa nada, incluidos partidos con conciencia de izquierda, y hasta nos acusan de destruir pruebas. Pero esto es justo lo contrario. Un lugar como este pasa de ser anónimo para convertirse en una prueba histórica. Antes de Navidad estará abierto y será un hecho". Mariezcurrena no puede dormir pensando que alguien abra la tierra por su cuenta. "Hace años alguien habría excavado, pero ahora ya no, basta pedir permiso, de prospección y exhumación se llama. Navarra, por ejemplo, nunca los negó, pero en otras comunidades... bueno, según qué zonas".
"La fosa de Priaranza tardó en aparecer, lo cual fue positivo porque se empezó a correr la voz, a venir gente, incluso de derechas, a ayudar; otros, a preguntar, a ver si ellos también podían buscar a los suyos", rememora el entonces alcalde de la localidad y ahora concejal socialista Daniel Fernández, que colaboró sin dudarlo ("a una persona que busca a su padre no hay que mirarle filiación"), subiendo las calles de Priaranza. "El dueño de la finca sabía lo que había, no puso el terreno en producción nunca, plantó nogales y esperó. Luego nos lo cedió". Allí estaban los 13 hombres asesinados el 16 de octubre de 1936, la mayoría con dos tiros en la nuca. Como deseaba, Emilio sacó a su abuelo, y este se convirtió en el primer represaliado de la guerra identificado genéticamente. Lo llevó a Pereje, su pueblo natal, en el Camino de Santiago, a un bucólico cementerio en la ladera de un monte ante el que cruzan los peregrinos. Allí en el panteón se lee su nombre completo por expreso deseo de su viuda, como si ella siempre hubiera sabido que iba a regresar.
Del grupo, no todos fueron identificados, algunos nunca reclamados. "Eso es tremendo, vidas en suspenso". Juntos yacen en un nicho del cementerio de Villalibre de la Jurisdicción bajo una placa: "A la memoria de todos aquellos que lucharon y dieron sus vidas por la democracia y la libertad". El ex alcalde puntualiza: "Ni luchar pudieron, si los mataron en octubre". Las historias que se cuentan en la comarca de El Bierzo son infinitas. La guerra está aún presente. Y la posguerra, aún más, "mucho hambre y mucho maqui; vete al Campo de las Danzas y verás", sugiere una de las mujeres con zuecos mientras trabaja la huerta en esta tierra vigorosa. Los hombres se agolpan a la hora del café en el bar Inés, y también cuentan. Antonio Fierro, por ejemplo: "Los vi muertos en la cuneta, los niños bajamos a mirar". No le impresionó. "Estábamos hechos a todo..., así eran esos tiempos".
Santiago Macías, vicepresidente de la ARMH, 38 años, oriundo, llevaba desde los noventa reivindicando a los desaparecidos, interesado por los guerrilleros que abundaron en Castilla y León (de los que ha escrito). "Pero no es lo mismo organizar un homenaje que tener una fosa delante, la presencia física de los desaparecidos cambió completamente la historia, las evidencias transforman todo", dice pisando hoy la acera de la N-536. "Emilio tenía un interés particular, y yo, general; coincidimos, y ahí nació la ARMH", aclara. Su laboratorio se encuentra en Ponferrada, en una sala cedida por la Universidad de León. Es sobria, llena de fichas con el título "desapariciones forzadas", cajas con restos humanos y prendas, informes para mandar a Presidencia a efectos de cuentas, recortes de prensa, una pizarra con fosas pendientes de abrir (la de Candeleda, en Ávila, quizá lo esté ya, dirigida por los forenses José Luis Prieto o Roxana Ferllini). Por las paredes cuelgan viñetas. Destaca una en la que una silueta del Rey dice: "La ley dice que cada vez que se encuentra un cadáver debe presentarse un juez para su levantamiento". Y otra de Franco responde: "Es al revés. Primero hicimos el levantamiento y luego escondimos los cadáveres".
Aquí trabajan René, Marco, Nuria, Aníbal, parientes de desaparecidos o profesionales de antropología o arqueología. Hablan de la entrega de restos a la familia como momento clave: "Es una ceremonia civil, se convoca a parientes y autoridades. En Carajal de Campos, por ejemplo, con alcalde del PP, el acto se realizó con normalidad. Otras veces los políticos no quieren saber, dicen que desean ser neutrales, y yo digo, ¿neutrales ante quién?". El arqueólogo Julio Vidal ya antes de Priaranza había intentado hacer informe de fosas existentes, "pero la Junta de Castilla y León nunca quiso saber nada. Se trataba de concebir esas intervenciones como de Patrimonio, en lugar de 70.000 años, de 70 años atrás, porque el pasado nos importa a todos y todo". La Administración debe implicarse, dice. "Pero no quisieron; para mí fue una frustración, son tus ciudadanos, es asunto democrático...". Cree que las exhumaciones no deben hacerse por altruismo. Para él, las fosas deben ser catalogadas, protegidas, ser monumentos "contra la intolerancia y la barbarie".
Tras la fosa de Priaranza, el movimiento de reivindicación de los desaparecidos se convirtió en una suerte de marea empujada por la generación de nietos y por la apertura de una fosa tras otra. Adquirió notoriedad. Tiene picos, cuentan en la AHRM: el intento frustrado de encontrar a Lorca en Alfacar (Granada), lo de Garzón, cuando los muertos hallados son muchos... El interés internacional y de investigadores fue y es inmenso. Como las invitaciones a participar en congresos, conferencias, libros. Y los voluntarios de todo el mundo: "Solo tenemos eso, capital humano, unos 400 voluntarios. La asociación no tiene ni sede, cuenta con una subvención de 48.000 euros, nos ayuda la gente con su trabajo, los mismos familiares dando de comer al equipo o alojándolo. Hemos exhumado unas 1.600 personas, otras tantas están reclamadas".
Ellos y el resto de organizaciones (bien Foro de la Memoria, Federación de Foros de la Memoria, agrupaciones de asociaciones de víctimas o familias que actúan por su cuenta) consiguen sacar adelante lo que el Estado no saca. Con su trabajo rehacen un pedazo de la amnesia que España ha tenido durante siete décadas, dicen muchos. Pero Santos Juliá, en su libro Hoy no es ayer, asegura que no es tal, sino que fue puro pacto: "Guardar los cadáveres de uno y otro para que no se interpongan en el camino de la democracia". Y señala dos circunstancias hoy que lo alteran: la aparición en la escena pública de una nueva generación que no guarda recuerdo personal del régimen de Franco y la llegada de la derecha al poder.
"En Priaranza no éramos conscientes del desarrollo e impacto que iba a tener nuestro trabajo. E incluso a pesar de la frustración de muchas familias que opinan que no se hace nada, creo que se ha avanzado mucho. Hasta gente del PP nos ha dicho: 'Es lo menos que se puede hacer'. Sí, sé que aún es insuficiente. Pero nos quejamos de que el Gobierno no hace esto, lo otro... sí, pero también hay que preguntarse: '¿Y tu universidad y tus estudiantes?, ¿dónde están los intelectuales que deberían hablar de esto sin parar? Vivimos aún con la impronta de un tiempo preconstitucional", dice Etxeberria en su laboratorio de la UPV, que destila el estilo funcional de los edificios docentes. Nada destacado salvo que está repleto de secretos, que él sabe manejar. Muchas cajas de cartón y plástico que lucen los nombres en colores de lugares llenos de muerte: La Predaja, Villalba de Duero, Milagros... Y números por todas partes: individuo número uno, dos, tres... Además de huesos, hay balas, casquillos, monedas... Enseña los restos de un cuerpo completo y no pierde oportunidad: "Por aquí entró la bala, por allá salió, este tenía ya una patología...". Donde puede, él enseña. Es siempre el centro, por ser puro hombre enciclopédico e incansable, acorde con esa Sociedad de Ciencias para la que trabaja (a la que el Gobierno vasco asignó ocuparse de las exhumaciones; existen ayudas desde 2003 en el País Vasco). Etxeberria también forma parte del equipo de investigación del CSIC que, bajo la dirección del antropólogo imprescindible Francisco Ferrándiz, acaba de publicar un balance sobre el impacto sociopolítico de esta década de exhumaciones (politicasdelamemoria.org) y participa en un proyecto para Presidencia titulado Base de datos de gestión documental de las exhumaciones realizadas en España. "Aspiro a que podamos saber, por ejemplo, personas muertas por disparo, tantas".
Calavera en mano, confiesa que en las fosas también tiene sus momentos: "Cuando terminas de limpiar y dices a la familia: 'La fosa es vuestra', y bajan... uff, gran emoción. O se les dice: 'El numero tres es tu padre', y ellos: 'Mi padre son todos". Hasta tiene sus ritos Etxeberria. "Me quedo con una piedra de cada fosa. Pienso: 'Si tapó el crimen, tantas piedras, tantos lugares liberados". ¿Abrió fosas franquistas? "Sí, dos, en Camuñas (Toledo) y en Villasana de Mena (Burgos)". ¿Y? "Yo soy forense, no pregunto, víctimas son víctimas". Luego enseña los informes, uno tras otro, de distintas tumbas, con las medidas físicas de los enterrados, datos de posiciones, mil detalles de vidas perdidas. "Los de ahora son más completos, más ilustrativos, la fotografía digital abarata mucho los costes, basta un ordenador".
En su propia casa tiene Etxeberria un equipo multidiciplinar completo: trabaja con su esposa, Lourdes Herrasti, codo con codo. Y también con su hija Igone, que se encarga de lo audiovisual. Ella, crecida al calor de las fosas, representa algo así como el paradigma del voluntario joven. Hija única, tenía dos meses cuando pisó una excavación. "Para mis compañeros de Medicina, hablar de 1936 no representa mucho, pero para mí, sí. Creo que se ha esperado demasiado, lamentablemente, ya no se podrán devolver los restos a todos con ADN demostrado, pero sí se puede reconstruir sus historias. Me impacta ver la emoción de las familias, cómo rozan de repente un hueso y dicen: 'Ya, no necesitamos más'. Es especial. Sí que me gustaría que esto terminara. Pero si es solo por callar bocas, no. Hay que hacerlo despacio, curar esa herida, no se trata de sacar los huesos y ya. Hay que informar, hablar con los familiares, escucharlos, darles tiempo para que cuenten y reparen mientras se extraen los huesos. Para muchos es una liberación. ¿Si me imagino que sucediera una guerra así hoy? Uf, supongo que esto que hacemos debe servir para que ya no ocurra nunca más".
Iván Aparicio, en Ágreda, allá donde saltan corzos por la carretera, lo tiene también claro: "El fundamento de todo esto es sencillo: si permitimos que quede impune una barbaridad como aquella, volverá a suceder". Pero quizá quien mejor lo expresó fue una señora mayor un día a pie de fosa: "Si no los hubieran metido, ahora no los tendríamos que sacar".
Fuente: El País Semanal
Autor: LOLA HUETE MACHADO
Fotografías: SOFÍA MORO
Fecha: 14/11/2010
Veo cómo limpiáis cada hueso despacio, con la brocha, con tanto mimo, que parece que los estáis acariciando, y pienso en lo distinto que es hoy a como debió ser el día que los asesinaron...". Lo comenta Anabel Lapuente, nieta de una de las personas que acaban de encontrar en una fosa de Ágreda (Soria) los expertos y voluntarios de la Sociedad Aranzadi, dirigidos por el forense Francisco Etxeberria y la antropóloga Lourdes Herrasti. Se hace el silencio. Y es entonces cuando las aludidas, cuatro estudiantes de Medicina de la Universidad del País Vasco (UPV), rompen a llorar. Y con ellas, todos los presentes.
Ágreda es austero y monumental. Tranquilo. Saltan corzos por las carreteras. Lo advierten los carteles. Mil desaparecidos durante la Guerra Civil se cuentan en Soria. El cementerio está esquinado, y aquí, en una zona en desuso, se ven los cuatro esqueletos tirados bocabajo, maniatados, liberados ya de la tierra apelmazada durante décadas y mojada por la lluvia del día. Algunos vecinos del pueblo lo repitieron: "Vimos cómo los echaban aquí y cómo los mataban allá arriba, en el paraje de Los Cabezos...". Son Luis Torres (35 años, jornalero), Marcelino Navarro (17, aguacil), Gregorio Torres (alcalde) y Feliciano Lapuente (campesino, de 33). "Que consta fueron asesinados el 19 de octubre de 1936", se lee en el informe preliminar del equipo, que indica además: "Se encuentra presente doña Pilar Pérez, alcaldesa de Torrellas". Y aquí está ella hoy de nuevo. "No es habitual que un cargo municipal se implique tanto", asegura Etxeberria al hilo de la indiferencia política nacional al uso. Nada extraño si se tiene en cuenta que la Ley de la Memoria Histórica (leymemoria.mjusticia.es) data en España de 2007, tan coja que Amnistía Internacional la definió como "alejada del Derecho internacional", pues delega en asociaciones de víctimas una tarea que debía realizar el Estado. Y que Baltasar Garzón, el juez que abrió causa contra los crímenes del franquismo tres décadas después de la muerte del dictador, está inhabilitado desde mayo, como aviso para navegantes. Y ahí anda, en La Haya, en espera.
"Los cuatro de Morella", llaman a estos hombres. Uno es menor, Marcelino. Lo explica el estomatólogo Claudio Albizu al mostrar uno de sus dientes. "Se sabe por esto". Los otros tres deben ser identificados. Irán al laboratorio de la UPV junto a otros muchos en busca de un nombre que se les podrá dar o no: porque no haya ADN para comparar o esté contaminado. En los esqueletos, donde aparecen piezas de metal, han colocado bolas de colores; la mayoría son balas de pistola. Marcelino llevaba gemelos y una moneda de plata. Los muestran. Nadie se lo explica: "Quizá su madre le dijo al salir: 'Hijo, ponte bien por si acaso", comentan los lugareños. Pero se ve que dio igual.
Los familiares cuentan lo que sienten antes de que los cuerpos sean retirados. También es invitado Iván Aparicio, de la Asociación Soriana Recuerdo y Dignidad, a decir unas palabras. Dice varias: "Se habla de 'muertos de la Guerra Civil', pero estos no son muertos en la guerra, son civiles que no habían cogido un arma en su vida, sacados de sus casas y asesinados. Esto es lo que fue el fascismo en España, un crimen contra la humanidad. Y no puede ser que tengamos que corregir las violaciones de derechos humanos los voluntarios de cuatro asociaciones y los parientes. Esto es un acto de reparación hacia las familias. Pero aún hay que reparar a las víctimas. La legislación internacional vinculante incluye verdad, justicia y reparación. Hay que mostrar la verdad, hay que juzgar a los responsables, y hay que reparar. Sobre juzgar, en algún momento se tendrá que afrontar lo que pasó hace 74 años, pero también lo que pasa hoy con la Ley de la Memoria Histórica, que cumple la función de ley de punto final, y la falta de actuación de las Administraciones de justicia. Aquí tenía que haber un juez levantando un cadáver, esclarecer las señales de violencia, y no es así; así que alguna vez se tendrá que ver en el Tribunal de Derechos Humanos a los responsables de que se perpetúe la inmunidad del franquismo". Y ciertamente, aquí juez no hay ninguno.
El trabajo que realiza este equipo (y otros, valga este de ejemplo) sigue un protocolo científico propio (recogida de información, prospección, exhumación, identificación) a falta de uno oficial que asegura Etxeberria ya está elaborado hace rato porque él mismo ha participado. Pero, sí, se diría que es ceremonia amorosa: excavan con dedicación la tierra, la criban; extraen los restos, los observan y, tras limpiarlos (esqueletos, ropas, zapatos...), los guardan en cajas para luego dotarles de genealogía: esposa, hijos, padres, currículo... Reconstruyen así biografías. Como estas de Ágreda en una fosa más, la penúltima de las 231 abiertas desde hace una década, de las 2.052 que existen, según el Gobierno. Un total de 5.277 personas han sido exhumadas, pero se calcula que los desaparecidos superan los 100.000. Garzón manejó en 2008 un censo elaborado por familiares de 143.353, porque no existe ninguno oficial. Algunas comunidades tienen elaborado ya su mapa de fosas; otras están en ello.
Más de 100.000 biografías. Como la de Bárbara Sebastián Vela, de 70 años, encontrada en Illueca (Zaragoza); la de la maestra María de los Desamparados Blanco, vista por última vez en Lario (León) cuando su hijo Florentino tenía 18 años, y a la que este ha exhumado ahora con noventa y tantos; la de Jerónima Blanco y su hijo Fernando Cabo, de tres años, a los que mataron y enterraron en el huerto de su propia casa en Ponferrada para forzar la vuelta del marido, Isaac Cabo, que les sobrevivió; la docena de enfermeras del hospital psiquiátrico en Valdediós (Asturias); las 15 mujeres y un adolescente de Grazalema (Cádiz); los siete muertos de Fontanosas (Ciudad Real), cuya ubicación desveló una carta anónima dirigida al alcalde por un miembro del pelotón de fusilamiento. O la de Julián Merino, cuya esposa, Teresa Pozo (recién fallecida), quedó sola a los 23, embarazada de siete meses, con dos hijos, represaliada. La única viuda que vivió lo bastante para presenciar en 2005, con 93 años, la exhumación de su marido en Covarrubias (Burgos).
"La dignidad de las víctimas de la represión franquista no se ha perdido nunca", dijo el juez Garzón hace nada. "La dignidad la pierden los que en España no dan una respuesta adecuada a esos hechos". Y añadió algo que todos los implicados en exhumaciones confirman: "Nunca, ni en Chile, ni en Argentina, ni en España, he visto a los familiares de las víctimas pedir venganza. Solo piden justicia, y eso es algo así de sencillo. Y tan complicado, parece ser, a la vez". Nada extraño. Nada que no se haya hecho ya antes. En realidad, como dice la periodista Natalia Junquera en el prólogo del libro reciente Memoria histórica, del CSIC, se podría decir que la memoria histórica la inventó Franco: "Fue él el primero en pedir censos de desaparecidos, en encargar a expertos un protocolo de exhumaciones y, hasta ahora, el único que preservó por ley las fosas comunes para que no se construyera sobre ellas. Múltiples órdenes en el BOE dan cuenta de su afán por honrar a las víctimas. A las suyas". Y hasta desplazó restos de republicanos al panteón de El Escorial cuando los suyos no le alcanzaron para llenarlo (la gran tumba pendiente).
Desde siempre hubo familiares que quisieron recuperar a sus seres queridos para darles sepultura, el acto que cierra el círculo y es primordial para muchos. Algunos lo intentaron por sí solos, con pico y pala por así decir, pero se dieron cuenta de que no era modo. Porque en la mayoría de las fosas se encuentran varios o muchos; fosas comunes se llaman por algo. Por eso juntos yacían 125 en la de Valdenoceda (Burgos), 80 en la de Magallón (Zaragoza), más de 300 en la del monasterio de Uclés (Cuenca), 2.840 en la del cementerio de San Rafael (Málaga)... ¿Y cómo saber quién es quién? La tarea de poner nombre y apellido a los desaparecidos en España tiene mucho que ver con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH, www.memoriahistorica.org). Esta nació al calor de lo sucedido en 2000 en la cuneta de la carretera N-536 en Priaranza del Bierzo (León), cuando se abrió una fosa por vez primera con método científico. En ella se encontraba Emilio Silva Faba.
"A mí fue mi abuelo quien me enseñó a hablar. Aun muerto. Porque hasta el día que lo encontramos en Priaranza nunca fui capaz de hablar en público, ni levantar el dedo siquiera en la universidad para no significarme, tal era el miedo en mi familia". Emilio Silva nieto (presidente de la ARMH) lo confiesa en su casa en Madrid, mientras Emilio Silva padre, 84 años, manos delgadas y piel transparente, asiente. Hablan de aquel hombre que les dio la vida, cosmopolita, que a principios del siglo XX residió en EE UU y Argentina, regresó un día a su pueblo natal para papeleos y allí se quedó para siempre tras conocer a Modesta Santín, con la que tuvo seis hijos. Pusieron tienda en Villafranca del Bierzo, al estilo almacén de coloniales, La Preferida se llamaba. De ella nos dirá luego Felisa Rubio, testigo de aquel tiempo y amiga de la familia, tumbada en su cama en Triacastela (Lugo) por el peso de sus 87 años, que vendía "las mejores aceitunas de la comarca y muchas alpargatas; era una casa con corredor hacia el río, allí jugábamos". Emilio Silva hijo enseña una foto en la que aparece él con una pancarta reivindicando un centro escolar. Al fondo se ve La Preferida, en la esquina del viaducto donde hoy se levanta una casa moderna.
"Mi padre era azañista, se significó mucho, en Villafranca había mucho convento... Recuerdo el día en que empezó la guerra, y cómo los falangistas nos quitaban productos de la tienda; aquí tengo los recibos, mira. Mi padre sabía que su vida valía lo que la mercancía; cuando se terminó, se acabó". Su desaparición le marcó. "Me hinché a llorar, lo que me ha cambiado la vida, pensaba. Mi madre quedó rota, yo era el mayor, 10 años, trabajé hasta de pastor". Aun así, consiguió burlar al destino y tener la vida viajera que su padre habría querido. Emilio nieto añade: "Mi abuela murió cuando yo tenía 32. Siempre me sentí atraído por la figura del abuelo, pero nunca la oí hablar de él, y lo intenté". Hasta que tomó una decisión: "Que dejara de ser un relato familiar. Sus restos estaban en un lugar que yo desconocía. Pero estaba dispuesto a cambiar el final de su historia".
Lo que sucedió luego lo saben bien los implicados: Julio Vidal, Paco Etxeberria, Daniel Fernández, Santiago Macías... Vidal, arqueólogo de León, hombre de gran preparación, muy viajado, que se define a sí mismo como "pesimista político", y su esposa, la antropóloga María Encina Prada, se pusieron a su disposición desde el minuto uno. "Corre, corre, que por aquí hay muertos', siempre oí de niño esa frase de mi hermana al pasar por un lado de la carretera. Mi madre era de Priaranza, y lo de la fosa era cercano a mí, a mis vacaciones... A raíz de un artículo en prensa de Emilio Silva en 2000 nos enteramos que quería recuperar el cuerpo de su abuelo. Nos ofrecimos a colaborar aplicando la metodología arqueológica y de la antropología forense... Contacté con Etxeberria, que no tardó ni dos segundos en plantarse aquí. Se formó un pequeño equipo, el Ayuntamiento prestó la excavadora". Se pusieron a ello. Los lugareños sabían del lugar. "Pero sucede que las referencias espaciales y el paisaje cambian, así que no fue hasta el tercer fin de semana, ya desesperados creyendo que los cubría la carretera, cuando aparecieron restos de un zapato con pie". Fue un impacto. Esos muertos eran casi leyenda. En ese instante pasaron a ser pura verdad.
Como lo serán seguramente los tres maquis cuya fosa andaba localizando Etxeberria en Ezcurra (Navarra), un valle hermosísimo, hace una semana a petición de la Asociación Navarra de Familiares. En Navarra hubo 3.500 víctimas aun sin guerra. Ángel Mariezcurrena, oriundo, lleva años soñando con destapar el suceso del que él supo por su padre. El propietario del terreno lo confirmó: "Fue una emboscada y los mataron". Ese rincón era antaño zona de paso de los guerrilleros escondidos en Francia. "Ahora habrá que asegurar con el georradar", dice el forense. Y allí sucedió que en el bar del pueblo los lugareños ampliaron detalles. "Antes eso era imposible", cuenta Etxeberria, "en 10 años la gente ha perdido el miedo a hablar". Un grupo de estudiantes alemanes está presente; realizan sus tesis sobre el fascismo. Han pasado ya por Gernika, van a la zona del Ebro, quisieron saber de fosas. "No entendemos que esto esté ocurriendo ahora y no antes". Él responde: "Hay quien no quiere que se sepa nada, incluidos partidos con conciencia de izquierda, y hasta nos acusan de destruir pruebas. Pero esto es justo lo contrario. Un lugar como este pasa de ser anónimo para convertirse en una prueba histórica. Antes de Navidad estará abierto y será un hecho". Mariezcurrena no puede dormir pensando que alguien abra la tierra por su cuenta. "Hace años alguien habría excavado, pero ahora ya no, basta pedir permiso, de prospección y exhumación se llama. Navarra, por ejemplo, nunca los negó, pero en otras comunidades... bueno, según qué zonas".
"La fosa de Priaranza tardó en aparecer, lo cual fue positivo porque se empezó a correr la voz, a venir gente, incluso de derechas, a ayudar; otros, a preguntar, a ver si ellos también podían buscar a los suyos", rememora el entonces alcalde de la localidad y ahora concejal socialista Daniel Fernández, que colaboró sin dudarlo ("a una persona que busca a su padre no hay que mirarle filiación"), subiendo las calles de Priaranza. "El dueño de la finca sabía lo que había, no puso el terreno en producción nunca, plantó nogales y esperó. Luego nos lo cedió". Allí estaban los 13 hombres asesinados el 16 de octubre de 1936, la mayoría con dos tiros en la nuca. Como deseaba, Emilio sacó a su abuelo, y este se convirtió en el primer represaliado de la guerra identificado genéticamente. Lo llevó a Pereje, su pueblo natal, en el Camino de Santiago, a un bucólico cementerio en la ladera de un monte ante el que cruzan los peregrinos. Allí en el panteón se lee su nombre completo por expreso deseo de su viuda, como si ella siempre hubiera sabido que iba a regresar.
Del grupo, no todos fueron identificados, algunos nunca reclamados. "Eso es tremendo, vidas en suspenso". Juntos yacen en un nicho del cementerio de Villalibre de la Jurisdicción bajo una placa: "A la memoria de todos aquellos que lucharon y dieron sus vidas por la democracia y la libertad". El ex alcalde puntualiza: "Ni luchar pudieron, si los mataron en octubre". Las historias que se cuentan en la comarca de El Bierzo son infinitas. La guerra está aún presente. Y la posguerra, aún más, "mucho hambre y mucho maqui; vete al Campo de las Danzas y verás", sugiere una de las mujeres con zuecos mientras trabaja la huerta en esta tierra vigorosa. Los hombres se agolpan a la hora del café en el bar Inés, y también cuentan. Antonio Fierro, por ejemplo: "Los vi muertos en la cuneta, los niños bajamos a mirar". No le impresionó. "Estábamos hechos a todo..., así eran esos tiempos".
Santiago Macías, vicepresidente de la ARMH, 38 años, oriundo, llevaba desde los noventa reivindicando a los desaparecidos, interesado por los guerrilleros que abundaron en Castilla y León (de los que ha escrito). "Pero no es lo mismo organizar un homenaje que tener una fosa delante, la presencia física de los desaparecidos cambió completamente la historia, las evidencias transforman todo", dice pisando hoy la acera de la N-536. "Emilio tenía un interés particular, y yo, general; coincidimos, y ahí nació la ARMH", aclara. Su laboratorio se encuentra en Ponferrada, en una sala cedida por la Universidad de León. Es sobria, llena de fichas con el título "desapariciones forzadas", cajas con restos humanos y prendas, informes para mandar a Presidencia a efectos de cuentas, recortes de prensa, una pizarra con fosas pendientes de abrir (la de Candeleda, en Ávila, quizá lo esté ya, dirigida por los forenses José Luis Prieto o Roxana Ferllini). Por las paredes cuelgan viñetas. Destaca una en la que una silueta del Rey dice: "La ley dice que cada vez que se encuentra un cadáver debe presentarse un juez para su levantamiento". Y otra de Franco responde: "Es al revés. Primero hicimos el levantamiento y luego escondimos los cadáveres".
Aquí trabajan René, Marco, Nuria, Aníbal, parientes de desaparecidos o profesionales de antropología o arqueología. Hablan de la entrega de restos a la familia como momento clave: "Es una ceremonia civil, se convoca a parientes y autoridades. En Carajal de Campos, por ejemplo, con alcalde del PP, el acto se realizó con normalidad. Otras veces los políticos no quieren saber, dicen que desean ser neutrales, y yo digo, ¿neutrales ante quién?". El arqueólogo Julio Vidal ya antes de Priaranza había intentado hacer informe de fosas existentes, "pero la Junta de Castilla y León nunca quiso saber nada. Se trataba de concebir esas intervenciones como de Patrimonio, en lugar de 70.000 años, de 70 años atrás, porque el pasado nos importa a todos y todo". La Administración debe implicarse, dice. "Pero no quisieron; para mí fue una frustración, son tus ciudadanos, es asunto democrático...". Cree que las exhumaciones no deben hacerse por altruismo. Para él, las fosas deben ser catalogadas, protegidas, ser monumentos "contra la intolerancia y la barbarie".
Tras la fosa de Priaranza, el movimiento de reivindicación de los desaparecidos se convirtió en una suerte de marea empujada por la generación de nietos y por la apertura de una fosa tras otra. Adquirió notoriedad. Tiene picos, cuentan en la AHRM: el intento frustrado de encontrar a Lorca en Alfacar (Granada), lo de Garzón, cuando los muertos hallados son muchos... El interés internacional y de investigadores fue y es inmenso. Como las invitaciones a participar en congresos, conferencias, libros. Y los voluntarios de todo el mundo: "Solo tenemos eso, capital humano, unos 400 voluntarios. La asociación no tiene ni sede, cuenta con una subvención de 48.000 euros, nos ayuda la gente con su trabajo, los mismos familiares dando de comer al equipo o alojándolo. Hemos exhumado unas 1.600 personas, otras tantas están reclamadas".
Ellos y el resto de organizaciones (bien Foro de la Memoria, Federación de Foros de la Memoria, agrupaciones de asociaciones de víctimas o familias que actúan por su cuenta) consiguen sacar adelante lo que el Estado no saca. Con su trabajo rehacen un pedazo de la amnesia que España ha tenido durante siete décadas, dicen muchos. Pero Santos Juliá, en su libro Hoy no es ayer, asegura que no es tal, sino que fue puro pacto: "Guardar los cadáveres de uno y otro para que no se interpongan en el camino de la democracia". Y señala dos circunstancias hoy que lo alteran: la aparición en la escena pública de una nueva generación que no guarda recuerdo personal del régimen de Franco y la llegada de la derecha al poder.
"En Priaranza no éramos conscientes del desarrollo e impacto que iba a tener nuestro trabajo. E incluso a pesar de la frustración de muchas familias que opinan que no se hace nada, creo que se ha avanzado mucho. Hasta gente del PP nos ha dicho: 'Es lo menos que se puede hacer'. Sí, sé que aún es insuficiente. Pero nos quejamos de que el Gobierno no hace esto, lo otro... sí, pero también hay que preguntarse: '¿Y tu universidad y tus estudiantes?, ¿dónde están los intelectuales que deberían hablar de esto sin parar? Vivimos aún con la impronta de un tiempo preconstitucional", dice Etxeberria en su laboratorio de la UPV, que destila el estilo funcional de los edificios docentes. Nada destacado salvo que está repleto de secretos, que él sabe manejar. Muchas cajas de cartón y plástico que lucen los nombres en colores de lugares llenos de muerte: La Predaja, Villalba de Duero, Milagros... Y números por todas partes: individuo número uno, dos, tres... Además de huesos, hay balas, casquillos, monedas... Enseña los restos de un cuerpo completo y no pierde oportunidad: "Por aquí entró la bala, por allá salió, este tenía ya una patología...". Donde puede, él enseña. Es siempre el centro, por ser puro hombre enciclopédico e incansable, acorde con esa Sociedad de Ciencias para la que trabaja (a la que el Gobierno vasco asignó ocuparse de las exhumaciones; existen ayudas desde 2003 en el País Vasco). Etxeberria también forma parte del equipo de investigación del CSIC que, bajo la dirección del antropólogo imprescindible Francisco Ferrándiz, acaba de publicar un balance sobre el impacto sociopolítico de esta década de exhumaciones (politicasdelamemoria.org) y participa en un proyecto para Presidencia titulado Base de datos de gestión documental de las exhumaciones realizadas en España. "Aspiro a que podamos saber, por ejemplo, personas muertas por disparo, tantas".
Calavera en mano, confiesa que en las fosas también tiene sus momentos: "Cuando terminas de limpiar y dices a la familia: 'La fosa es vuestra', y bajan... uff, gran emoción. O se les dice: 'El numero tres es tu padre', y ellos: 'Mi padre son todos". Hasta tiene sus ritos Etxeberria. "Me quedo con una piedra de cada fosa. Pienso: 'Si tapó el crimen, tantas piedras, tantos lugares liberados". ¿Abrió fosas franquistas? "Sí, dos, en Camuñas (Toledo) y en Villasana de Mena (Burgos)". ¿Y? "Yo soy forense, no pregunto, víctimas son víctimas". Luego enseña los informes, uno tras otro, de distintas tumbas, con las medidas físicas de los enterrados, datos de posiciones, mil detalles de vidas perdidas. "Los de ahora son más completos, más ilustrativos, la fotografía digital abarata mucho los costes, basta un ordenador".
En su propia casa tiene Etxeberria un equipo multidiciplinar completo: trabaja con su esposa, Lourdes Herrasti, codo con codo. Y también con su hija Igone, que se encarga de lo audiovisual. Ella, crecida al calor de las fosas, representa algo así como el paradigma del voluntario joven. Hija única, tenía dos meses cuando pisó una excavación. "Para mis compañeros de Medicina, hablar de 1936 no representa mucho, pero para mí, sí. Creo que se ha esperado demasiado, lamentablemente, ya no se podrán devolver los restos a todos con ADN demostrado, pero sí se puede reconstruir sus historias. Me impacta ver la emoción de las familias, cómo rozan de repente un hueso y dicen: 'Ya, no necesitamos más'. Es especial. Sí que me gustaría que esto terminara. Pero si es solo por callar bocas, no. Hay que hacerlo despacio, curar esa herida, no se trata de sacar los huesos y ya. Hay que informar, hablar con los familiares, escucharlos, darles tiempo para que cuenten y reparen mientras se extraen los huesos. Para muchos es una liberación. ¿Si me imagino que sucediera una guerra así hoy? Uf, supongo que esto que hacemos debe servir para que ya no ocurra nunca más".
Iván Aparicio, en Ágreda, allá donde saltan corzos por la carretera, lo tiene también claro: "El fundamento de todo esto es sencillo: si permitimos que quede impune una barbaridad como aquella, volverá a suceder". Pero quizá quien mejor lo expresó fue una señora mayor un día a pie de fosa: "Si no los hubieran metido, ahora no los tendríamos que sacar".
Fuente: El País Semanal
Autor: LOLA HUETE MACHADO
Fotografías: SOFÍA MORO
Fecha: 14/11/2010
miércoles, 17 de noviembre de 2010
La Cueva de Nerja, clave para estudiar la extinción de los neandertales
La Cueva de Nerja (Málaga) fue uno de los últimos puntos del sur de Europa en el que se refugiaron los neandertales, por lo que los investigadores consideran que esta gruta esconde la clave de la desaparición de dicha especie y su posible coexistencia con los cromañones.
La cueva es objeto desde hace dos años de un proyecto interdisciplinar de investigación aplicada a su conservación, que aúna geología, biología y arqueología y que permitirá, entre otras cuestiones, estudiar la extinción del Homo Neanderthalensis y la posibilidad de que éste conviviera con el Homo Sapiens Sapiens.
El gerente de la Fundación Cueva de Nerja, Ángel Ramírez, ha explicado que las excavaciones realizadas han logrado "indicios o evidencias" de que los neandertales y los cromañones coexistieron en la gruta.
"Actualmente, se están realizando pruebas de datación cronológica y se está clasificando el material extraído, que puede aportar información fundamental al conocimiento prehistórico", ha señalado Ramírez.
El gerente ha remarcado que, al margen del atractivo turístico que supone este monumento natural, nunca se ha dejado de trabajar en el aspecto científico, y ha destacado que "la cavidad puede dar muchas respuestas sobre los primeros pobladores de la Costa del Sol".
Desde hace casi 25 años no se trabaja en el interior de la cueva y ya se ha conseguido bajar la cota arqueológica, además de consolidar los perfiles para tener un mejor conocimiento de los diferentes estratos.
Uno de los coordinadores del proyecto es José Luis Sanchidrián, profesor de Prehistoria de la Universidad de Córdoba, quien ha afirmado que la Cueva de Nerja es "única en el mundo" por la cantidad y la calidad del material que encierra, "puesto que estuvo habitada desde hace unos 40.000 años hasta hace sólo 3.000".
"Este lugar es fundamental para conocer las razones de la desaparición del Hombre de Neandertal y determinar si fue posible el cruce con la especie de los cromañones", ha insistido Sanchidrián.
"La imagen que se ha transmitido de los neandertales es equivocada, ya que ahora podrían convivir entre nosotros, y lo cierto es que no se puede hablar de fracaso de una especie que ha habitado tantos miles de años el planeta, ya que nosotros llevamos menos tiempo y no sabemos si seremos más longevos", ha añadido.
La principal finalidad de este proyecto es la conservación de la gruta y por ello, tras el estudio de los yacimientos, éstos se van a rellenar con una grava especial en las salas de La Torca, La Mina y Vestíbulo, con el objetivo de consolidar el terreno y evitar derrumbes en caso de lluvias o filtraciones.
Además, en el ámbito geológico, se pretende conseguir un modelo de gestión para todas las cuevas visitables, y en materia de conservación la aplicación novedosa de un sistema por que se introduciría un gen en la secuencia del ADN de los hongos que dan origen al conocido como mal verde, para su autodestrucción natural.
Fuente: Canal Patrimonio
Fecha: 10/11/2010
La cueva es objeto desde hace dos años de un proyecto interdisciplinar de investigación aplicada a su conservación, que aúna geología, biología y arqueología y que permitirá, entre otras cuestiones, estudiar la extinción del Homo Neanderthalensis y la posibilidad de que éste conviviera con el Homo Sapiens Sapiens.
El gerente de la Fundación Cueva de Nerja, Ángel Ramírez, ha explicado que las excavaciones realizadas han logrado "indicios o evidencias" de que los neandertales y los cromañones coexistieron en la gruta.
"Actualmente, se están realizando pruebas de datación cronológica y se está clasificando el material extraído, que puede aportar información fundamental al conocimiento prehistórico", ha señalado Ramírez.
El gerente ha remarcado que, al margen del atractivo turístico que supone este monumento natural, nunca se ha dejado de trabajar en el aspecto científico, y ha destacado que "la cavidad puede dar muchas respuestas sobre los primeros pobladores de la Costa del Sol".
Desde hace casi 25 años no se trabaja en el interior de la cueva y ya se ha conseguido bajar la cota arqueológica, además de consolidar los perfiles para tener un mejor conocimiento de los diferentes estratos.
Uno de los coordinadores del proyecto es José Luis Sanchidrián, profesor de Prehistoria de la Universidad de Córdoba, quien ha afirmado que la Cueva de Nerja es "única en el mundo" por la cantidad y la calidad del material que encierra, "puesto que estuvo habitada desde hace unos 40.000 años hasta hace sólo 3.000".
"Este lugar es fundamental para conocer las razones de la desaparición del Hombre de Neandertal y determinar si fue posible el cruce con la especie de los cromañones", ha insistido Sanchidrián.
"La imagen que se ha transmitido de los neandertales es equivocada, ya que ahora podrían convivir entre nosotros, y lo cierto es que no se puede hablar de fracaso de una especie que ha habitado tantos miles de años el planeta, ya que nosotros llevamos menos tiempo y no sabemos si seremos más longevos", ha añadido.
La principal finalidad de este proyecto es la conservación de la gruta y por ello, tras el estudio de los yacimientos, éstos se van a rellenar con una grava especial en las salas de La Torca, La Mina y Vestíbulo, con el objetivo de consolidar el terreno y evitar derrumbes en caso de lluvias o filtraciones.
Además, en el ámbito geológico, se pretende conseguir un modelo de gestión para todas las cuevas visitables, y en materia de conservación la aplicación novedosa de un sistema por que se introduciría un gen en la secuencia del ADN de los hongos que dan origen al conocido como mal verde, para su autodestrucción natural.
Fuente: Canal Patrimonio
Fecha: 10/11/2010
Ceuta expondrá piezas únicas de origen púnico, fenicio y romano en AR&PA
La Ciudad Autónoma de Ceuta expondrá piezas únicas de origen púnico, fenicio y romano que tiene en su poder con motivo de la celebración de la feria más importante del patrimonio de España.
Según ha informado el Gobierno ceutí, bajo los lemas "Estudiar el pasado para comprender el futuro" y "Patrimonio de todos", el Servicio de Museos de Ceuta asistirá a la VII Bienal de la Restauración y Gestión del Patrimonio AR&PA, donde expondrá los importantes avances logrados en los últimos años en materia de gestión patrimonial.
Con una presencia destacada de Ceuta, la Ciudad Autónoma desea transmitir la importancia del patrimonio cultural como motor de desarrollo local y de los nuevos espacios museísticos como centros de recursos activos de referencia en Ceuta.
Especialmente, el Museo de la Basílica Tardorromana, que se ha convertido en el espacio cultural de referencia de la localidad, por lo que se ha trasladado la planta basilical al diseño arquitectónico del expositor de Ceuta en la Bienal.
La Consejería de Educación, Cultura y Mujer acude a esta cita, la más importante del sector en España y donde estará presente por segunda vez consecutiva, con numerosas piezas arqueológicas del Museo, que se exhibirán en vitrinas especiales, y que dan cuenta de la importancia del patrimonio de la ciudad.
Así, en el expositor de Ceuta podrán verse desde ánforas púnicas hasta cerámicas fenicias, romanas y medievales.
Además, en el expositor se encontrarán dos espacios escenográficos destacados, gráfica ambiental, zonas interactivas y un vídeo especialmente realizado para la ocasión.
"AR&PA es para nosotros una excelente oportunidad para seguir dando a conocer Ceuta y su rico patrimonio y donde se puede apreciar el cambio que hemos imprimido a nuestro entorno fruto de la preocupación y la apuesta del Gobierno por la recuperación y potenciación de los bienes culturales", ha explicado la consejera de Educación, Cultura y Mujer, Mabel Deu.
Ceuta será uno de los más de 280 expositores que estarán presentes, unos 30 más que en la edición anterior, entre los que se encuentra el Ministerio de Cultura y otras ocho autonomías españolas.
Fuente: Canal Patrimonio
Fecha: 10/11/2010
Según ha informado el Gobierno ceutí, bajo los lemas "Estudiar el pasado para comprender el futuro" y "Patrimonio de todos", el Servicio de Museos de Ceuta asistirá a la VII Bienal de la Restauración y Gestión del Patrimonio AR&PA, donde expondrá los importantes avances logrados en los últimos años en materia de gestión patrimonial.
Con una presencia destacada de Ceuta, la Ciudad Autónoma desea transmitir la importancia del patrimonio cultural como motor de desarrollo local y de los nuevos espacios museísticos como centros de recursos activos de referencia en Ceuta.
Especialmente, el Museo de la Basílica Tardorromana, que se ha convertido en el espacio cultural de referencia de la localidad, por lo que se ha trasladado la planta basilical al diseño arquitectónico del expositor de Ceuta en la Bienal.
La Consejería de Educación, Cultura y Mujer acude a esta cita, la más importante del sector en España y donde estará presente por segunda vez consecutiva, con numerosas piezas arqueológicas del Museo, que se exhibirán en vitrinas especiales, y que dan cuenta de la importancia del patrimonio de la ciudad.
Así, en el expositor de Ceuta podrán verse desde ánforas púnicas hasta cerámicas fenicias, romanas y medievales.
Además, en el expositor se encontrarán dos espacios escenográficos destacados, gráfica ambiental, zonas interactivas y un vídeo especialmente realizado para la ocasión.
"AR&PA es para nosotros una excelente oportunidad para seguir dando a conocer Ceuta y su rico patrimonio y donde se puede apreciar el cambio que hemos imprimido a nuestro entorno fruto de la preocupación y la apuesta del Gobierno por la recuperación y potenciación de los bienes culturales", ha explicado la consejera de Educación, Cultura y Mujer, Mabel Deu.
Ceuta será uno de los más de 280 expositores que estarán presentes, unos 30 más que en la edición anterior, entre los que se encuentra el Ministerio de Cultura y otras ocho autonomías españolas.
Fuente: Canal Patrimonio
Fecha: 10/11/2010
Karakum o el enigma de las 4.000 tumbas
La civilización de Margush, precursora del zoroastrismo, desapareció hace más de 3.000 años en el corazón de Asia Central. Pero en Gonur-Depé (la Colina Gris) un laberinto de pasadizos, ruinas de templos, palacios y salas de sacrificios, recuerdan su esplendor gracias al esfuerzo del legendario arqueólogo Víctor Sarianidi.
En la edad del Bronce, estas ruinas fueron la ciudad más importante de Margush, un país conocido como Margiana por los griegos y mencionado en las antiguas inscripciones persas y en el Avesta, el libro sagrado de los seguidores de Zoroastro.Un laberinto de pasadizos en la arena se pierde entre las dunas ocres y los espinos resecos. Delimitados por muros derruidos se suceden los recintos rectangulares, restos de templos, palacios, salas de sacrificios, necrópolis y aposentos de una comunidad que, en opinión del arqueólogo, fue urbana y estratificada socialmente.
Margush apareció entre los años 2250 y 2300 antes de Cristo en las riberas del río Murgab, y desapareció cerca de mil años más tarde. Sus fundadores llegaron desde la actual Siria y se establecieron en los oasis próximos al Murgab. Cuando el río se desplazó, se fueron como habían llegado. El Murgab fluye hoy a un centenar de kilómetros por la ciudad de Marí, la segunda de Turkmenistán, cercana a la antigua Merv, en la ruta de la seda y de las expediciones de Alejandro Magno. Sarianidi comenzó a excavar aquí en 1972 en una expedición de la Academia de Ciencias de la URSS. Sigue viniendo regularmente, excepto en verano, cuando las temperaturas de 50º imposibilitan el trabajo. En cada expedición desentierra estatuas, cerámicas, joyas y vasijas de oro y de plata, arpones, sables, cuchillos y ruedas de bronce, esqueletos humanos, de caballos, asnos, corderos y perros.
Con los objetos se multiplican las preguntas. ¿Quiénes eran los habitantes de Margush? Sarianidi cree que fueron precursores de las doctrinas de Zoroastro (difundidas seis siglos antes de Cristo), pero esta hipótesis es la parte más polémica de su trabajo.
Sarianidi ha realizado dos descubrimientos de importancia mundial en su larga carrera. Su nombre está unido a la región de Bactriana (cuya capital, Bactria, es la actual Balj, en la zona de Mashar-e-Sharif, en Afganistán) y al país de Margush. A finales de los años setenta, el investigador descubrió el tesoro de Bactria, formado por numerosas joyas de oro de gran belleza.
Sobre el tesoro de Bactria se han escrito leyendas, pero Sarianidi afirma que todas sus piezas se conservaron gracias a los funcionarios del Banco Central de Afganistán, que en un heroico pacto de silencio impidieron que los talibanes se apoderaran de ellas. Invitado por los norteamericanos a Kabul, Sarianidi certificó que las joyas del tesoro de Bactria eran las que él mismo había clasificado.
El tesoro de Bactria demostraba la interrelación e interpenetración cultural y estética de Oriente y Occidente, de lo helénico y lo mediterráneo con lo oriental y lo chino. Los hallazgos de Margush son anteriores y demuestran que ya en el tercer milenio antes de Cristo la civilización en el espacio euroasiático era un todo conectado y no una suma de culturas aisladas. En Margush convergen "un impulso muy fuerte" surgido de Mesopotamia y otro de la civilización de la India, afirma Tigrán Mkrtychev, director adjunto del Museo de Arte Oriental de Moscú. En Margush "se cierra el mundo antiguo". "Su descubrimiento ha mostrado que la civilización era más amplia, más poderosa de lo que se suponía, y que tenía un centro de civilización urbana entre Mesopotamia y la antigua India", dice el experto. En Gonur-Depé y en Bactria, Sarianidi descubrió parecidos sellos metálicos, en los que un hombre o un niño conducen a un camello con una cuerda. "Los de Bactriana y los de Margiana no necesitaban traductores. Eran el mismo pueblo", afirma.
Según el arqueólogo, Margush tiene una superficie de 3.000 kilómetros cuadrados (50 kilómetros de ancho y 60 de largo). En Gonur-Depé, las excavaciones cubren 40 hectáreas. Con Nadezhda Dúbova como guía, recorremos el palacio del rey, donde el máximo dirigente vivía solo. En torno a este núcleo hay tres murallas. La primera está jalonada por torres, y en torno a la segunda están, al norte, el santuario real y la zona de banquetes colectivos; al oeste, el templo de los sacrificios; al sur, el del agua y dos piscinas, una grande y una pequeña, así como la necrópolis real; y al este, el templo del fuego. "Al despertarse, antes de empezar la jornada, aquellas gentes hacían sus sacrificios al fuego y al sol, rezaban sus oraciones y puede que incluso se bañaran en la piscina grande, cerca del río", dice Sarianidi.
Los arqueólogos han reforzado las paredes de adobe para que no sean erosionadas por la lluvia y el viento a los que han quedado expuestas. Son muros de gran espesor y no hay huellas de ventanas. En opinión de Dúbova, estos espacios tal vez fueran iluminados indirectamente desde la conjunción entre los muros y el techo. En Gonur-Depé y sus alrededores hay más de 4.000 tumbas. Cerca de una quincena son las llamadas tumbas reales, que fueron saqueadas en parte a lo largo de los siglos. Aun así, de ellas han salido preciosos hallazgos, como una vasija de oro de un kilo y medio y 18 vasijas de plata, una de las cuales está decorada con un magnífico camello. El Museo del Louvre de París se ofreció a restaurar estas piezas y a organizar una exposición. Pero los turcomanos tuvieron miedo. ¿Y si de repente les falsificaban las obras de arte y les devolvían copias? ¿Y si el avión se caía? Hoy, el tesoro real está disperso en diversos museos de Turkmenistán, y algunos objetos, como la jarra decorada con el majestuoso camello, corren peligro de oxidarse y necesitan una urgente y cualificada restauración, afirma Dúbova. Otra, como el mosaico del dragón alado que mata a una serpiente, cuelga "cabeza abajo" en el museo de Marí, afirma la antropóloga.
Sarianidi ha encontrado diversos tipos de enterramientos en Gonur-Depé. En uno de ellos vemos una carreta de cuatro ruedas y esqueletos de diversos animales dispuestos en un orden que los arqueólogos no aciertan aún a descifrar. Este año se han desenterrado gran cantidad de terracotas, hombres y mujeres con sus atributos sexuales, grandes narices y alas en lugar de brazos. Las figuras femeninas podrían ser diosas de la fertilidad, pero en ese caso las tumbas no serían el lugar más apropiado para ellas. Los personajes importantes de Gonur-Depé se iban al otro mundo acompañados de animales y esclavos. En una de las tumbas hay un grupo de personas que parecen haber sido sacrificadas de rodillas. También consumían una bebida mágica alucinógena y, según Nadezhda Dúbova, aún se discute si su receta era a base de hongos o de hierbas.
Fuente: El País
Fecha: 07/11/2010
En la edad del Bronce, estas ruinas fueron la ciudad más importante de Margush, un país conocido como Margiana por los griegos y mencionado en las antiguas inscripciones persas y en el Avesta, el libro sagrado de los seguidores de Zoroastro.Un laberinto de pasadizos en la arena se pierde entre las dunas ocres y los espinos resecos. Delimitados por muros derruidos se suceden los recintos rectangulares, restos de templos, palacios, salas de sacrificios, necrópolis y aposentos de una comunidad que, en opinión del arqueólogo, fue urbana y estratificada socialmente.
Margush apareció entre los años 2250 y 2300 antes de Cristo en las riberas del río Murgab, y desapareció cerca de mil años más tarde. Sus fundadores llegaron desde la actual Siria y se establecieron en los oasis próximos al Murgab. Cuando el río se desplazó, se fueron como habían llegado. El Murgab fluye hoy a un centenar de kilómetros por la ciudad de Marí, la segunda de Turkmenistán, cercana a la antigua Merv, en la ruta de la seda y de las expediciones de Alejandro Magno. Sarianidi comenzó a excavar aquí en 1972 en una expedición de la Academia de Ciencias de la URSS. Sigue viniendo regularmente, excepto en verano, cuando las temperaturas de 50º imposibilitan el trabajo. En cada expedición desentierra estatuas, cerámicas, joyas y vasijas de oro y de plata, arpones, sables, cuchillos y ruedas de bronce, esqueletos humanos, de caballos, asnos, corderos y perros.
Con los objetos se multiplican las preguntas. ¿Quiénes eran los habitantes de Margush? Sarianidi cree que fueron precursores de las doctrinas de Zoroastro (difundidas seis siglos antes de Cristo), pero esta hipótesis es la parte más polémica de su trabajo.
Sarianidi ha realizado dos descubrimientos de importancia mundial en su larga carrera. Su nombre está unido a la región de Bactriana (cuya capital, Bactria, es la actual Balj, en la zona de Mashar-e-Sharif, en Afganistán) y al país de Margush. A finales de los años setenta, el investigador descubrió el tesoro de Bactria, formado por numerosas joyas de oro de gran belleza.
Sobre el tesoro de Bactria se han escrito leyendas, pero Sarianidi afirma que todas sus piezas se conservaron gracias a los funcionarios del Banco Central de Afganistán, que en un heroico pacto de silencio impidieron que los talibanes se apoderaran de ellas. Invitado por los norteamericanos a Kabul, Sarianidi certificó que las joyas del tesoro de Bactria eran las que él mismo había clasificado.
El tesoro de Bactria demostraba la interrelación e interpenetración cultural y estética de Oriente y Occidente, de lo helénico y lo mediterráneo con lo oriental y lo chino. Los hallazgos de Margush son anteriores y demuestran que ya en el tercer milenio antes de Cristo la civilización en el espacio euroasiático era un todo conectado y no una suma de culturas aisladas. En Margush convergen "un impulso muy fuerte" surgido de Mesopotamia y otro de la civilización de la India, afirma Tigrán Mkrtychev, director adjunto del Museo de Arte Oriental de Moscú. En Margush "se cierra el mundo antiguo". "Su descubrimiento ha mostrado que la civilización era más amplia, más poderosa de lo que se suponía, y que tenía un centro de civilización urbana entre Mesopotamia y la antigua India", dice el experto. En Gonur-Depé y en Bactria, Sarianidi descubrió parecidos sellos metálicos, en los que un hombre o un niño conducen a un camello con una cuerda. "Los de Bactriana y los de Margiana no necesitaban traductores. Eran el mismo pueblo", afirma.
Según el arqueólogo, Margush tiene una superficie de 3.000 kilómetros cuadrados (50 kilómetros de ancho y 60 de largo). En Gonur-Depé, las excavaciones cubren 40 hectáreas. Con Nadezhda Dúbova como guía, recorremos el palacio del rey, donde el máximo dirigente vivía solo. En torno a este núcleo hay tres murallas. La primera está jalonada por torres, y en torno a la segunda están, al norte, el santuario real y la zona de banquetes colectivos; al oeste, el templo de los sacrificios; al sur, el del agua y dos piscinas, una grande y una pequeña, así como la necrópolis real; y al este, el templo del fuego. "Al despertarse, antes de empezar la jornada, aquellas gentes hacían sus sacrificios al fuego y al sol, rezaban sus oraciones y puede que incluso se bañaran en la piscina grande, cerca del río", dice Sarianidi.
Los arqueólogos han reforzado las paredes de adobe para que no sean erosionadas por la lluvia y el viento a los que han quedado expuestas. Son muros de gran espesor y no hay huellas de ventanas. En opinión de Dúbova, estos espacios tal vez fueran iluminados indirectamente desde la conjunción entre los muros y el techo. En Gonur-Depé y sus alrededores hay más de 4.000 tumbas. Cerca de una quincena son las llamadas tumbas reales, que fueron saqueadas en parte a lo largo de los siglos. Aun así, de ellas han salido preciosos hallazgos, como una vasija de oro de un kilo y medio y 18 vasijas de plata, una de las cuales está decorada con un magnífico camello. El Museo del Louvre de París se ofreció a restaurar estas piezas y a organizar una exposición. Pero los turcomanos tuvieron miedo. ¿Y si de repente les falsificaban las obras de arte y les devolvían copias? ¿Y si el avión se caía? Hoy, el tesoro real está disperso en diversos museos de Turkmenistán, y algunos objetos, como la jarra decorada con el majestuoso camello, corren peligro de oxidarse y necesitan una urgente y cualificada restauración, afirma Dúbova. Otra, como el mosaico del dragón alado que mata a una serpiente, cuelga "cabeza abajo" en el museo de Marí, afirma la antropóloga.
Sarianidi ha encontrado diversos tipos de enterramientos en Gonur-Depé. En uno de ellos vemos una carreta de cuatro ruedas y esqueletos de diversos animales dispuestos en un orden que los arqueólogos no aciertan aún a descifrar. Este año se han desenterrado gran cantidad de terracotas, hombres y mujeres con sus atributos sexuales, grandes narices y alas en lugar de brazos. Las figuras femeninas podrían ser diosas de la fertilidad, pero en ese caso las tumbas no serían el lugar más apropiado para ellas. Los personajes importantes de Gonur-Depé se iban al otro mundo acompañados de animales y esclavos. En una de las tumbas hay un grupo de personas que parecen haber sido sacrificadas de rodillas. También consumían una bebida mágica alucinógena y, según Nadezhda Dúbova, aún se discute si su receta era a base de hongos o de hierbas.
Fuente: El País
Fecha: 07/11/2010
Hallan cuatro fardos funerarios de niños incas en Pachacámac
Cuatro fardos funerarios de niños en perfecto estado de conservación, restos óseos de un adulto, perros momificados y diversas ofrendas, que corresponden al imperio inca y que datarían de los primeros años del siglo XV, fueron descubiertos por los arqueólogos del Santuario Histórico de Pachacámac.
El hallazgo los sorprendió cuando realizaban trabajos para poner en valor un tramo del circuito peatonal de peregrinaje que antiguamente conducía al área ceremonial del recinto.
"Estos contextos funerarios están ubicados al pie de la segunda muralla, una construcción de carácter simbólico porque es la zona que delimita el área monumental del templo, la zona más sagrada de Pachacámac" contó Jesús Holguín, arqueólogo del Museo de Sitio de Pachacámac.
De acuerdo con los primeros análisis, los fardos hallados al pie de la segunda muralla son de tres infantes: un recién nacido, un niño de 1 año y otro de 2 o 3 años como máximo. Un cuarto fardo, también de un recién nacido, fue hallado en una zona más alejada.
"La forma en que fueron encontrados nos hace pensar que posiblemente tuvieron un valor especial para la sociedad, pero otra de las posibilidades es que hayan sido sacrificados", dijo Holguín.
Una vez realizados los exámenes de ADN se sabrá realmente si murieron a causa de alguna enfermedad o si fueron entregados a manera de ofrenda. Junto a estos cuerpos, se hallaron algunos restos óseos de un adulto, vasijas y un retazo de tocapu o bordado decorativo.
En la zona de acceso a la pirámide 7 de Pachacámac, otro equipo de trabajo liderado por la arqueóloga Isabel Cornejo halló seis perros, tres de ellos momificados y el fardo funerario restante.
Este es el segundo hallazgo en nuestro país de entierro de perros. En la zona de El Algarrobal, Ilo (Moquegua), la doctora Sonia Guillén descubrió a, comienzos de la década del 90, decenas de entierros de perros en el contexto de la cultura Chiribaya, enclave Tiahuanaco en la costa, pero no como ofrenda.
En el caso de Pachacámac, Cornejo dijo: "Suponemos que eran ofrendas relacionadas con contextos funerarios, aunque no sabemos si estaban relacionadas con personajes importantes o con ciudadanos comunes. Debajo de uno de los perros se encontró el fardo de un recién nacido".
La directora del Museo de Sitio de Pachacámac, Denise Pozzi-Escot, manifestó que no sería extraño pensar que los perros hayan sido sacrificados por los peregrinos antes de acceder a la zona sagrada del santuario.
El veterinario del Santuario Histórico de Pachacámac, Enrique Angulo, atribuyó el buen estado de conservación de los cuerpos a la sequedad del ambiente y al tipo de suelo.
PARA TENER EN CUENTA
Función
El Santuario de Pachacámac fue el centro ceremonial más importante de la costa central. Lo habitaron las culturas Lima, Wari, Ichma e Inca.
El perro chiribaya
Para conocer más sobre el perro chiribaya de Ilo (Moquegua) visitar la siguiente web: www.pastorchiribaya.org.
El misterio de los bebés momia en Perú
El oráculo de Pachacamac era la deidad más adorada y temida de la costa peruana porque manejaba las fuerzas de la naturaleza, especialmente los terremotos. Su culto se extendió desde el 200 A. C. hasta años después de la conquista española y aun hoy dicen que pervive cristianizado en el fervor por la imagen del Cristo de los Milagros o Cristo de los temblores.
El santuario de Pachacamac, situado tan sólo a 30 kilómetros de Lima, se convirtió en el mayor centro de peregrinación precolombino de la costa y el culto a este dios- "el que da ánima al mundo" según Garcilaso de la Vega- llegó a ser adoptado por los invasores Incas. Miles de antiguos peruanos llegaban hasta la ciudadela santa para preguntarle al oráculo sobre el futuro o para que sanase sus enfermedades. A cambio, le ofrecían ofrendas.
La última de las ofrendas hallada por el equipo de arqueólogos del Ministerio de Cultura ha sido la de cuatro fardos funerarios de bebés de la época inca y 6 perros momificados, restos que datarían del siglo XV.
A tratarse de un santuario sagrado, Pachacamac contaba con cementerios en los que se han encontrado desde el inicio de las excavaciones hasta 300 fardos funerarios. Sin embargo, estos bebes fueron encontrados lejos de las zonas conocidas de enterramientos.
El primer bebé, enterrado junto a 6 perros, fue encontrado al pie de la rampa de acceso al área sagrada de Pachacamac, en una zona utilizada por los peregrinos para prepararse y comer antes de pasar al templo.
"Lo peculiar es que los perros estén asociados al entierro de un bebé, probablemente un recién nacido", explica el arqueólogo Jesús Olguín. "Normalmente, acompañan a entierros de adultos, como los que aparecieron en la tumba del señor de Sipán".
Este entierro de perros junto al recién nacido hace suponer al experto que el pequeño podría tener un importante valor para la sociedad de la época.
Otros tres bebes fueron hallados al pie de la segunda muralla que protege el área sagrada. Dos de ellos fueron descubiertos juntos y un tercero fue hallado al lado de ofrendas cerámicas incas.
La sequedad del desierto costeño y el perfecto estado de los fardos avizora que las momias estarán intactas, lo que permitirá detallar las causas de su muerte.
¿Sacrificios rituales o simples entierros?
Los sacrificios de niñas, niños y adolescentes durante la época inca son conocidos. En épocas de sequía, erupciones volcánicas o terremotos, niños y adolescentes sanos eran sacrificados a los apus (espíritus tutelares de las montañas) en montañas, islas o santuarios durante el ritual de Capac Cocha.
"Los Incas monopolizaron el sacrificio humano en el ritual de Capac Cocha, que era regido por el Estado", explica Katiusha Bernuy, arqueóloga al frente de las excavaciones en Pachacamac. "Todos los ofrendados se dirigían al Cusco y en la plaza principal eran protagonistas de ceremonias y ritos en los que participaba el Inca, para después salir a distintos puntos del imperio para ser sacrificados".
La famosa momia Juanita ('La dama del Ampato'), una adolescente congelada encontrada en Perú en la cima de un volcán, es prueba de ello. Juanita fue sacrificada a los 14 años de edad en una ceremonia ritual a más de 6000 metros de altura, lo que ha permitido que su momia se conserve intacta.
Los sacrificios humanos en Pachacamac también tienen antecedentes, explica a ELMUNDO.es la arqueóloga. A principios del siglo pasado, el arqueólogo Max Uhle descubrió en el templo del sol del complejo arqueológico los cuerpos de 20 jóvenes estranguladas. También han sido hallados entre los muros del santuario cadáveres de individuos adultos que habrían sido sacrificados.
De comprobarse que los bebés de Pachacamac fueron asesinados, sería el primer caso documentado en la época inca del sacrificio ritual de recién nacidos. Las momias de los pequeños serán sometidas a rayos X, a análisis de ADN y a autopsias que permitan averiguar la causa de su muerte.
Los perros encontrados también serán sometidos a estudios. Llama la atención el hecho de que los canes presentan abundante pelo, una cualidad ajena a la raza del perro peruano o 'perro calato' (desnudo).
Estos descubrimientos se enmarcan en el proyecto de investigación arqueológica de la principal vía de peregrinaje y la segunda muralla de Pachacamac, financiado por el Ministerio de Cultura y dirigido por Denisse Pozzi-Escot.
Fuente: El Comercio / El Mundo
Fecha: 06/11/2010
El hallazgo los sorprendió cuando realizaban trabajos para poner en valor un tramo del circuito peatonal de peregrinaje que antiguamente conducía al área ceremonial del recinto.
"Estos contextos funerarios están ubicados al pie de la segunda muralla, una construcción de carácter simbólico porque es la zona que delimita el área monumental del templo, la zona más sagrada de Pachacámac" contó Jesús Holguín, arqueólogo del Museo de Sitio de Pachacámac.
De acuerdo con los primeros análisis, los fardos hallados al pie de la segunda muralla son de tres infantes: un recién nacido, un niño de 1 año y otro de 2 o 3 años como máximo. Un cuarto fardo, también de un recién nacido, fue hallado en una zona más alejada.
"La forma en que fueron encontrados nos hace pensar que posiblemente tuvieron un valor especial para la sociedad, pero otra de las posibilidades es que hayan sido sacrificados", dijo Holguín.
Una vez realizados los exámenes de ADN se sabrá realmente si murieron a causa de alguna enfermedad o si fueron entregados a manera de ofrenda. Junto a estos cuerpos, se hallaron algunos restos óseos de un adulto, vasijas y un retazo de tocapu o bordado decorativo.
En la zona de acceso a la pirámide 7 de Pachacámac, otro equipo de trabajo liderado por la arqueóloga Isabel Cornejo halló seis perros, tres de ellos momificados y el fardo funerario restante.
Este es el segundo hallazgo en nuestro país de entierro de perros. En la zona de El Algarrobal, Ilo (Moquegua), la doctora Sonia Guillén descubrió a, comienzos de la década del 90, decenas de entierros de perros en el contexto de la cultura Chiribaya, enclave Tiahuanaco en la costa, pero no como ofrenda.
En el caso de Pachacámac, Cornejo dijo: "Suponemos que eran ofrendas relacionadas con contextos funerarios, aunque no sabemos si estaban relacionadas con personajes importantes o con ciudadanos comunes. Debajo de uno de los perros se encontró el fardo de un recién nacido".
La directora del Museo de Sitio de Pachacámac, Denise Pozzi-Escot, manifestó que no sería extraño pensar que los perros hayan sido sacrificados por los peregrinos antes de acceder a la zona sagrada del santuario.
El veterinario del Santuario Histórico de Pachacámac, Enrique Angulo, atribuyó el buen estado de conservación de los cuerpos a la sequedad del ambiente y al tipo de suelo.
PARA TENER EN CUENTA
Función
El Santuario de Pachacámac fue el centro ceremonial más importante de la costa central. Lo habitaron las culturas Lima, Wari, Ichma e Inca.
El perro chiribaya
Para conocer más sobre el perro chiribaya de Ilo (Moquegua) visitar la siguiente web: www.pastorchiribaya.org.
El misterio de los bebés momia en Perú
El oráculo de Pachacamac era la deidad más adorada y temida de la costa peruana porque manejaba las fuerzas de la naturaleza, especialmente los terremotos. Su culto se extendió desde el 200 A. C. hasta años después de la conquista española y aun hoy dicen que pervive cristianizado en el fervor por la imagen del Cristo de los Milagros o Cristo de los temblores.
El santuario de Pachacamac, situado tan sólo a 30 kilómetros de Lima, se convirtió en el mayor centro de peregrinación precolombino de la costa y el culto a este dios- "el que da ánima al mundo" según Garcilaso de la Vega- llegó a ser adoptado por los invasores Incas. Miles de antiguos peruanos llegaban hasta la ciudadela santa para preguntarle al oráculo sobre el futuro o para que sanase sus enfermedades. A cambio, le ofrecían ofrendas.
La última de las ofrendas hallada por el equipo de arqueólogos del Ministerio de Cultura ha sido la de cuatro fardos funerarios de bebés de la época inca y 6 perros momificados, restos que datarían del siglo XV.
A tratarse de un santuario sagrado, Pachacamac contaba con cementerios en los que se han encontrado desde el inicio de las excavaciones hasta 300 fardos funerarios. Sin embargo, estos bebes fueron encontrados lejos de las zonas conocidas de enterramientos.
El primer bebé, enterrado junto a 6 perros, fue encontrado al pie de la rampa de acceso al área sagrada de Pachacamac, en una zona utilizada por los peregrinos para prepararse y comer antes de pasar al templo.
"Lo peculiar es que los perros estén asociados al entierro de un bebé, probablemente un recién nacido", explica el arqueólogo Jesús Olguín. "Normalmente, acompañan a entierros de adultos, como los que aparecieron en la tumba del señor de Sipán".
Este entierro de perros junto al recién nacido hace suponer al experto que el pequeño podría tener un importante valor para la sociedad de la época.
Otros tres bebes fueron hallados al pie de la segunda muralla que protege el área sagrada. Dos de ellos fueron descubiertos juntos y un tercero fue hallado al lado de ofrendas cerámicas incas.
La sequedad del desierto costeño y el perfecto estado de los fardos avizora que las momias estarán intactas, lo que permitirá detallar las causas de su muerte.
¿Sacrificios rituales o simples entierros?
Los sacrificios de niñas, niños y adolescentes durante la época inca son conocidos. En épocas de sequía, erupciones volcánicas o terremotos, niños y adolescentes sanos eran sacrificados a los apus (espíritus tutelares de las montañas) en montañas, islas o santuarios durante el ritual de Capac Cocha.
"Los Incas monopolizaron el sacrificio humano en el ritual de Capac Cocha, que era regido por el Estado", explica Katiusha Bernuy, arqueóloga al frente de las excavaciones en Pachacamac. "Todos los ofrendados se dirigían al Cusco y en la plaza principal eran protagonistas de ceremonias y ritos en los que participaba el Inca, para después salir a distintos puntos del imperio para ser sacrificados".
La famosa momia Juanita ('La dama del Ampato'), una adolescente congelada encontrada en Perú en la cima de un volcán, es prueba de ello. Juanita fue sacrificada a los 14 años de edad en una ceremonia ritual a más de 6000 metros de altura, lo que ha permitido que su momia se conserve intacta.
Los sacrificios humanos en Pachacamac también tienen antecedentes, explica a ELMUNDO.es la arqueóloga. A principios del siglo pasado, el arqueólogo Max Uhle descubrió en el templo del sol del complejo arqueológico los cuerpos de 20 jóvenes estranguladas. También han sido hallados entre los muros del santuario cadáveres de individuos adultos que habrían sido sacrificados.
De comprobarse que los bebés de Pachacamac fueron asesinados, sería el primer caso documentado en la época inca del sacrificio ritual de recién nacidos. Las momias de los pequeños serán sometidas a rayos X, a análisis de ADN y a autopsias que permitan averiguar la causa de su muerte.
Los perros encontrados también serán sometidos a estudios. Llama la atención el hecho de que los canes presentan abundante pelo, una cualidad ajena a la raza del perro peruano o 'perro calato' (desnudo).
Estos descubrimientos se enmarcan en el proyecto de investigación arqueológica de la principal vía de peregrinaje y la segunda muralla de Pachacamac, financiado por el Ministerio de Cultura y dirigido por Denisse Pozzi-Escot.
Fuente: El Comercio / El Mundo
Fecha: 06/11/2010
Los vetones vivieron en Ávila en el Paleolítico
Nadie duda de la presencia vetona en Ávila. Distintos castros repartidos por toda la provincia constanan asentamientos humanos durante la Edad de Hierro. Pero hasta la fecha no se sospechaba que el ser humano pasó mucho antes por Ávila. Una prospección arqueológica realizada en el asentamiento vetón de la Mesa de Miranda, en la localidad de Chamartín, ha demostrado que los vetones, pueblo prerromano de cultura celta, habitaron estas tierras durante el Paleolítico.
El objetivo de esos trabajos no era en un principio el estudio del Paleolítico: "Nosotros buscábamos en Chamartín todo lo relacionado con la Edad del Hierro", explica Juan Pablo López, uno de los arqueólogos del equipo que lidera Francisco Javier González-Tablas, profesor de la Universidad de Salamanca.
"Buscábamos las zonas de material empleado para la construcción de la conocida como Casa C del castro", continúa López, que junto con la arqueóloga María Blanco halló un importante foco del Paleolítico (hace unos 2,5 millones años hasta hace unos 10.000 años). Importante porque, recalca Blanco, "no había ningún estudio sobre el Paleolítico en Ávila". Es más, según la arqueóloga, se daba por hecho que "el frío de las últimas glaciaciones habría impedido la presencia humana".
Sin embargo, los trabajos de prospección (la búsqueda de materiales en superficie) llevados a cabo en Chamartín han sacado a la luz piezas elaboradas en piedra, que el hombre empleó, sobre todo, a la hora de cazar. "Sólo hemos encontrado industria lítica, dadas las condiciones del terreno", aclara Blanco, que explica que, al tratarse de yacimientos "en malas condiciones, ubicados en terrenos muy ácidos", no suelen conservar restos humanos.
Una vez con las piezas en la mano (se localizaron cerca de 65), los arqueólogos llevaron a cabo el proceso de datación de las mismas, que en su caso se ha realizado a través de un paralelismo tipológico, es decir, por comparación con otras piezas ya datadas.
Marco temporal
"Hay que tener en cuenta que estamos hablando de un marco temporal que va entre hace un millón de años y 128.000", explica la arqueóloga, que, sin pretender comparar el descubrimiento abulense con el yacimiento de Atapuerca, recuerda que éste se remonta un millón de años atrás.
"En este caso, no hemos datado las piezas a través del estudio de pólenes o de microfauna como se hace en otras ocasiones", reconoce. Estos dos métodos son "indicativos de estadios climáticos, y a través de ellos se encasilla la pieza en un momento histórico determinado". Lo que sí ha hecho ha sido fotografiar cada una de las piezas y marcar su punto de aparición vía GPS, para elaborar un mapa arqueológico.
En cualquier caso, con estas 65 piezas en la mano, los arqueólogos ya están en disposición de poder avanzar algunas de las características de estos hombres y mujeres que pasaron por Ávila. "Eran nómadas buscando recursos", asegura Blanco, "gente que luchaba por su supervivencia y que aprovechaban el material que tenían disponible, ya fuera cuarzo o cuarcita".
Posible zona de paso
Según ella, es probable que estuvieran de paso hacia zonas más cálidas y habitadas, como las de Salamanca, y que se tratara de varios grupos humanos. "Quizá estuvieron sólo una semana, o un mes, aunque la cantidad de industria lítica que ha aparecido nos hace pensar que pudieron estar más", dice Blanco. Posiblemente, eran grupos que habitaban en los pies de las montañas, para tener un dominio visual que les permitiera controlar el paso de las manadas.
La aparición de estas piezas se completará con las que se hallen en los trabajos que ya se están llevando a cabo en los márgenes de los ríos Arevalillo y Adaja, así como en las localidades de Muñopepe y Padiernos, y en las prospecciones que se espera poder poner en marcha en Blasco Millán y Zorita de Los Molinos.
"Sabemos que hay restos del Paleolítico en estos puntos, pero todavía no hemos tenido tiempo de investigar", dice Blanco, que al igual que su compañero tiene muy claro que "el Paleolítico de la provincia de Ávila está sin explotar". En concreto, el Castro de Chamartín, "tiene una riqueza increíble, desde el Paleolítico a la Edad de Hierro". Una riqueza que cuenta con una ventaja: estar en una zona que no se ha alterado en siglos. "Estamos hablando de una superficie de 30 hectáreas, y en términos tanto absolutos como relativos conocemos sólo el 5%, y si lo extendemos a todo el hábitat, el apenas el 1%".
El pueblo de los vetones
Los vetones (lat. vettones) eran un pueblo prerromano de cultura celta que habitaba el oeste de la Península Ibérica. Su asentamiento se produjo entre los ríos Duero y Tajo, principalmente en el territorio de las actuales provincias de Salamanca, Cáceres, Ávila, Zamora y Toledo. También se han encontrado ejemplos en la región de los Tras os Montes en Portugal.
De los vetones quedan una serie de castros, poblaciones fortificadas, sobre todo en Salamanca y Ávila. Estos poblados contaban con diversos recintos, algunos para el ganado, y muestran un alto grado de civilización. En las necrópolis de estos castros se han encontrado muchas tumbas que muestran la importancia que los guerreros tenían en la cultura vetona. Los vetones dejaron como herencia múltiples verracos en piedra dispersos por la geografía, y también el juego tradicional de La Calva.
En líneas generales los Vetones limitaban con los Vaceos al norte, al este con los Carpetanos, al sur con los Oretanos, Túrdulos y célticos y al oeste con los Lusitanos.
Fuente: DiCYT
Fecha: 04/11/2010
El objetivo de esos trabajos no era en un principio el estudio del Paleolítico: "Nosotros buscábamos en Chamartín todo lo relacionado con la Edad del Hierro", explica Juan Pablo López, uno de los arqueólogos del equipo que lidera Francisco Javier González-Tablas, profesor de la Universidad de Salamanca.
"Buscábamos las zonas de material empleado para la construcción de la conocida como Casa C del castro", continúa López, que junto con la arqueóloga María Blanco halló un importante foco del Paleolítico (hace unos 2,5 millones años hasta hace unos 10.000 años). Importante porque, recalca Blanco, "no había ningún estudio sobre el Paleolítico en Ávila". Es más, según la arqueóloga, se daba por hecho que "el frío de las últimas glaciaciones habría impedido la presencia humana".
Sin embargo, los trabajos de prospección (la búsqueda de materiales en superficie) llevados a cabo en Chamartín han sacado a la luz piezas elaboradas en piedra, que el hombre empleó, sobre todo, a la hora de cazar. "Sólo hemos encontrado industria lítica, dadas las condiciones del terreno", aclara Blanco, que explica que, al tratarse de yacimientos "en malas condiciones, ubicados en terrenos muy ácidos", no suelen conservar restos humanos.
Una vez con las piezas en la mano (se localizaron cerca de 65), los arqueólogos llevaron a cabo el proceso de datación de las mismas, que en su caso se ha realizado a través de un paralelismo tipológico, es decir, por comparación con otras piezas ya datadas.
Marco temporal
"Hay que tener en cuenta que estamos hablando de un marco temporal que va entre hace un millón de años y 128.000", explica la arqueóloga, que, sin pretender comparar el descubrimiento abulense con el yacimiento de Atapuerca, recuerda que éste se remonta un millón de años atrás.
"En este caso, no hemos datado las piezas a través del estudio de pólenes o de microfauna como se hace en otras ocasiones", reconoce. Estos dos métodos son "indicativos de estadios climáticos, y a través de ellos se encasilla la pieza en un momento histórico determinado". Lo que sí ha hecho ha sido fotografiar cada una de las piezas y marcar su punto de aparición vía GPS, para elaborar un mapa arqueológico.
En cualquier caso, con estas 65 piezas en la mano, los arqueólogos ya están en disposición de poder avanzar algunas de las características de estos hombres y mujeres que pasaron por Ávila. "Eran nómadas buscando recursos", asegura Blanco, "gente que luchaba por su supervivencia y que aprovechaban el material que tenían disponible, ya fuera cuarzo o cuarcita".
Posible zona de paso
Según ella, es probable que estuvieran de paso hacia zonas más cálidas y habitadas, como las de Salamanca, y que se tratara de varios grupos humanos. "Quizá estuvieron sólo una semana, o un mes, aunque la cantidad de industria lítica que ha aparecido nos hace pensar que pudieron estar más", dice Blanco. Posiblemente, eran grupos que habitaban en los pies de las montañas, para tener un dominio visual que les permitiera controlar el paso de las manadas.
La aparición de estas piezas se completará con las que se hallen en los trabajos que ya se están llevando a cabo en los márgenes de los ríos Arevalillo y Adaja, así como en las localidades de Muñopepe y Padiernos, y en las prospecciones que se espera poder poner en marcha en Blasco Millán y Zorita de Los Molinos.
"Sabemos que hay restos del Paleolítico en estos puntos, pero todavía no hemos tenido tiempo de investigar", dice Blanco, que al igual que su compañero tiene muy claro que "el Paleolítico de la provincia de Ávila está sin explotar". En concreto, el Castro de Chamartín, "tiene una riqueza increíble, desde el Paleolítico a la Edad de Hierro". Una riqueza que cuenta con una ventaja: estar en una zona que no se ha alterado en siglos. "Estamos hablando de una superficie de 30 hectáreas, y en términos tanto absolutos como relativos conocemos sólo el 5%, y si lo extendemos a todo el hábitat, el apenas el 1%".
El pueblo de los vetones
Los vetones (lat. vettones) eran un pueblo prerromano de cultura celta que habitaba el oeste de la Península Ibérica. Su asentamiento se produjo entre los ríos Duero y Tajo, principalmente en el territorio de las actuales provincias de Salamanca, Cáceres, Ávila, Zamora y Toledo. También se han encontrado ejemplos en la región de los Tras os Montes en Portugal.
De los vetones quedan una serie de castros, poblaciones fortificadas, sobre todo en Salamanca y Ávila. Estos poblados contaban con diversos recintos, algunos para el ganado, y muestran un alto grado de civilización. En las necrópolis de estos castros se han encontrado muchas tumbas que muestran la importancia que los guerreros tenían en la cultura vetona. Los vetones dejaron como herencia múltiples verracos en piedra dispersos por la geografía, y también el juego tradicional de La Calva.
En líneas generales los Vetones limitaban con los Vaceos al norte, al este con los Carpetanos, al sur con los Oretanos, Túrdulos y célticos y al oeste con los Lusitanos.
Fuente: DiCYT
Fecha: 04/11/2010
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