En la Asamblea Anual de la Sociedad Española de Paleopatología celebrada el 5 de septiembre de 2009 con motivo de la celebración del X Congreso Nacional en la UAM, fue aceptada la candidatura propuesta desde la UAB para la celebración del XI Congreso de la Sociedad.
Nuestro objetivo para esta 11ª edición es que el congreso tenga un carácter amplio y se traten las distintas áreas de estudio de la Paleopatología. Además aprovechando la situación estratégica del país que nos acogerá, contamos con la participación de colegas franceses y portugueses en lo que ha ser el I Encuentro Transpirenaico de Paleopatología. La estructura inicial del congreso consta de un importante apartado de comunicaciones libres y pósters, así como un número reducido de conferencias y tres mesas específicas de trabajo. Entendemos que el futuro de nuestra sociedad está en los jóvenes, por lo que también hemos planteado una sesión de casos clínicos específica para ellos.
La sede estará radicada en el Centro de Congresos de Andorra la Vella. Durante el congreso, también podremos disfrutar del programa cultural y de ocio que ofrece el Principado lo que nos permitirá conocer su historia, su patrimonio artístico y natural, practicar deportes o shopping.
Por todo ello, el comité organizador se complace en invitarte a participar activamente en este XI Congreso Nacional de Paleopatología, que tendrá lugar los días 15, 16 y 17 de septiembre de 2011. Los interesados pueden pre-inscribirse desde este momento registrándose en la web (http://jornades.uab.cat/paleopatologia-XICongreso/) o remitiendo, por email (cg.paleopatologia.XI@uab.cat) o por correo postal a las direcciones abajo indicadas, el impreso de inscripción, antes del 1 de marzo de 2011.
El precio de inscripción del XI Congreso de la SEP será 180 € (100 € para estudiantes que lo acrediten documentalmente) y 200 € a partir del 1 de mayo de 2011.
Cualquier consulta o aclaración puede remitirse también a página web o a la Secretaría del XI Congreso de la Sociedad Española de Paleopatología:
Secretaria del XI Congreso de la Sociedad Española de Paleopatología Unitat d’Antropologia Biològica Dept. Biologia Animal, Biologia Vegetal i Ecologia Universitat Autònoma de Barcelona 08193 Bellaterra-Cerdanyola del Vallès España Benvinguts a Andorra, el pais dels Pirineus!! Bienvenidos a Andorra, el país de los Pirineos!!! Albert Isidro y Assumpció Malgosa
La estrategia de vivir despacio y morir tarde parece ser una característica clave de nuestra especie, frente a la más primitiva de vivir rápido y morir pronto.
Esa infancia larga, con una maduración prolongada, facilitaría el aprendizaje adicional y la capacidad cognitiva compleja de los individuos, por lo que "aunque costosa en términos de desarrollo, ayudaría a convertir al ser humano en uno de los organismos más exitosos del planeta", dice Tanya Smith, especialista en evolución humana de la Universidad de Harvard (EE.UU.). Unos nuevos estudios de dientes fósiles infantiles, realizados con técnicas avanzadas de rayos X, demuestran precisamente que el desarrollo de los neandertales era bastante más rápido que el de los humanos modernos. Los análisis, de tomografía microcomputerizada, se han hecho con el sincrotrón europeo de Grenoble (ESRF).
"Los dientes son registros notables del tiempo, porque marcan cada día de crecimiento, algo así como los anillos de los troncos de los árboles", explica Smith. "Además, nuestras primeras muelas tiene un minúsculo certificado de nacimiento, y su identificación permite determinar la edad de muerte de un niño". Smith y sus colegas han descubierto que el crecimiento dental de los neandertales, un indicador importante del desarrollo, era notablemente más rápido que el de nuestra especie, incluyendo algunos antepasados directos de hace 90.000 a 100.000 años. El hallazgo sugiere que la madurez lenta es un rasgo evolutivo relativamente reciente.
El estudio de los dientes se ha hecho con fósiles de once individuos, incluido el primer homínido descubierto, un neandertal que apareció en Bélgica en el invierno de 1829-30 cuya edad de muerte, por estudios comparativos con los patrones de desarrollo de nuestra especie, se había fijado en cinco años, mientras que ahora se ha adelantado a tres. Los resultados de estos estudios dentales añaden información importante a las diferencias de desarrollo que han salido a la luz con la secuenciación del genoma neandertal y que apuntan diferencias entre ambas especies en el desarrollo del esqueleto y del cráneo.
Otros primates, como los chimpancés, tienen una gestación comparativamente corta, maduración infantil rápida, edad temprana de reproducción y vida más corta. Los australopitecos, homínidos primitivos, tendrían patrones de crecimiento no muy distintos de los de los chimpancés, mientras que los neandertales estarían en algún punto intermedio entre aquellas especies y la nuestra. Los neandertales compartieron territorio durante mucho tiempo con nuestros antepasados y se extinguieron hace menos de 30.000 años. Los científicos no han aclarado aún por qué, pero buscan ventajas que pudieran tener los humanos actuales frente a aquellos parientes y la estrategia de vivir despacio y morir tarde puede ser una clave.
La investigación de los dientes de fósiles infantiles con sincrotrón, que se publica en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, ha durado cinco años. Los científicos han utilizado los finos haces de luz sincrotrón, rayos X, para obtener imágenes de los dientes haciéndolos rotar, con lo que han obtenido, tras el proceso de datos, una tomografía de su estructura con gran resolución. El sincrotrón actúa como un super-microscopio. "Hemos podido ver dentro de los valiosos fósiles sin dañarlos, utilizando las propiedades especiales de los rayos X de alta energía; así podemos investigar fósiles a escalas diferentes y en tres dimensiones, desde la forma general hasta las líneas microscópicas de crecimiento diario", explica Paul Tafforeau, científico del ESRF.
Autor: Alicia Rivera Fuente: El País Digital Fecha: 18/11/2010
Investigadores del Instituto de Biología Evolutiva (IBE) de Barcelona y de la Universidad de Islandia han hallado por primera vez el rastro genético de indígenas americanos en los antepasados vikingos de cuatro familias islandesas, lo que demostraría que el primer contacto genético entre Europa y América se produjo cinco siglos antes del descubrimiento de Cristóbal Colón.
La investigación, en la que ha participado el centro barcelonés coparticipado por la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se basa en el descubrimiento de un linaje genético de origen amerindio, correspondiente a una mujer que habría llegado a Islandia en torno al año 1000. La investigación se publica en la revista 'American Journal of Physical Anthropology'.
Los científicos, con la colaboración del banco de datos familiares de la empresa biofarmacéutica deCODE Genetics, con sede en Reijkiavik y que tiene documentadas las genealogías de hasta el 80% de los habitantes de Islandia, iniciaron su investigación tras descubrir hace cuatro años un linaje mitocondrial típico de los indígenas americanos y del este de Asia en cuatro islandeses.
La hipótesis de que dicho linaje procediera de la inmigración reciente --el rastro genético está ausente de Europa-- quedó descartada al comprobar que los cuatro islandeses procedían de antepasados que habitaron la isla en torno al año 1700 y 1740, en la misma región próxima al glaciar VatnaJökull.
Según los investigadores del IBE Carles Lalueza-Fox y Federico Sánchez-Quinto, el linaje hallado -denominado C1e- corresponde a una mujer porque es mitocondrial y éste solo se hereda por vía materna.
"Como la isla quedó prácticamente aislada desde el siglo X, la hipótesis más factible es que estos genes correspondan a una mujer amerindia que fue llevada desde América por los vikingos cerca del año 1000", ha manifestado Lalueza-Fox.
El descubrimiento ha sido posible tras analizar los genes de las cuatro familias de islandeses, que actualmente conforman un grupo de unas 80 personas.
HISTORIA ESCRITA Hasta la fecha se había probado que los genes de los islandeses proceden de los países escandinavos, Escocia e Irlanda, y a pesar de las teorías de que los vikingos hollaron tierra americana antes de Colón no se había confirmado ningún rastro genético que respaldara esta teoría.
Pruebas históricas de la llegada de los vikingos a América son el poblado descubierto en Anse aux Meadows -Terranova (Canadá)- y textos medievales islandeses como la 'Saga de los groenlandeses' de 1200 y la 'Saga de Eric el Rojo' de 1260, que apuntan a la llegada de los vikingos a América a partir del siglo X. Restos mayas y de otras civilizaciones precolombinas apuntan en la misma dirección.
La población de Islandia, con 320.000 habitantes, es suficientemente grande como para estar presentes todos los trastornos que afectan a los europeos, y al mismo tiempo suficientemente pequeña como para controlar la diversidad genética propia de linajes antepasados, según los científicos.
Un archivero de la Galería Nacional del Retrato, de Londres, ha encontrado varias reliquias de la tumba del rey Ricardo II (1367-1400) mientras catalogaba unos documentos del primer director de ese centro, George Sharf.
Entre los cientos de diarios y cuadernos de notas que dejó Sharf, fallecido en 1895, en cajas que permanecieron durante años apareció el contenido del féretro de un rey medieval y dibujos de cráneo y los huesos.
El contenido de una caja de cigarrillos que llevaba la fecha de 31 de agosto de 1871 estaba sólo identificado como "reliquias de una tumba real" medieval.
Dentro había fragmentos de madera, posiblemente del propio féretro, y trozos de tejido, indicó la Galería en un comunicado, según el cual el propio Sharf estuvo presente en la apertura de los féretros reales en la abadía londinense de Westminster.
El director y fundador de ese centro hizo dibujos muy precisos del cráneo y de los huesos del rey, incluidas las medidas de esos restos.
Sharf asistió a varias aperturas de tumbas reales, entre ellas las de Ricardo II, Eduardo VI, Enrique VII, Jacobo I e Isabel de York, esposa de Enrique VII y madre de Enrique VIII.
El primer director de la Galería fue un minucioso observador de la vida en la Inglaterra victoriana y sus diarios y dibujos constituyen un precioso testimonio de aquella época.
Unas marcas en fósiles atribuidas a herramientas resultan ser pisotones.
Los australopitecos, una de las viejas ramas del enmarañado árbol de homininos al que pertenece el ser humano, vuelven a ser monos zopencos. En agosto, un grupo internacional de científicos anunció el hallazgo en Dikika (Etiopía) de dos huesos animales que presentaban marcas de herramientas de piedra. El descubrimiento era trascendental.
Los fósiles, de 3,4 millones de años, implicaban que la única especie que vivía entonces en el lugar, el Australopithecus afarensis, ya empleaba herramientas para cortar carne, un rasgo tan humano que hasta entonces se reservaba al primer representante del género Homo, el habilis. Sin embargo, la costilla y el fémur de Dikika mostraban un australopiteco habilidoso, casi humano.
El uso de útiles para cortar carne se considera un rasgo humano. Ahora, un equipo liderado por el español Manuel Domínguez-Rodrigo tumba en la revista PNAS las conclusiones de sus colegas. Según el nuevo estudio, las marcas en los dos huesos etíopes no fueron hechas, en absoluto, con herramientas. "Estos animales murieron al lado de un río, y unos antílopes, o similares, pasaron por encima hace 3,4 millones de años. Las marcas que vemos son de pisoteo", explica el científico, profesor de Prehistoria en la Universidad Complutense de Madrid.
Su equipo no ha tenido acceso a los fósiles originales, pero ha estudiado sus fotografías y ha comparado las marcas con las obtenidas al pisotear huesos modernos. "Son iguales macroscópica y microscópicamente", zanja. Cuando un animal pesado pisa un hueso, la grava del suelo deja unas marcas características de abrasión, "como si se pasara un estropajo". Al microscopio, "son inconfundibles", según explica el prehistoriador, que ha trabajado con australopitecos en la garganta de Olduvai (Tanzania).
Sin embargo, el grupo de Dikika, encabezado por Shannon McPherron, del Instituto Max Planck (Alemania), mantiene la validez de su teoría. El equipo de Domínguez-Rodrigo "no considera la pieza que pudo formar las marcas, una piedra natural, sin tratar", replica McPherron a Público. En su lugar, "basa su estudio en piedras sometidas a lascado, que no han aparecido en Dikika". Según su versión, las marcas del yacimiento etíope coinciden con las producidas por roca natural, según un estudio todavía no publicado. Domínguez-Rodrigo rebate esta hipótesis: "Es imposible descuartizar una cabra con una roca natural. Nosotros lo hemos intentado y no se puede".
Unos antílopes pisaron los huesos hace 3,4 millones de años. El arqueólogo Jordi Ro-sell, del equipo de las excavaciones de Atapuerca y ajeno a ambos estudios, respalda al español. "Son marcas de la fricción de los huesos contra el suelo. Creo que un día veremos herramientas de australopitecos, pero ese día no ha llegado", afirma.
Al abrir una fosa no se desentierra a los muertos, sino la historia robada a muchos vivos. Allí dentro hay huesos de seres queridos, las balas que los mataron, la evidencia de lo sucedido. En el año 2000 se abrió la primera fosa con protocolo científico en Priaranza (León), en busca de Emilio Silva Faba y otras 12 personas. En esta década, un total de 5.277 de los más de 100.000 desaparecidos en la Guerra Civil han sido exhumados en 231 fosas. Arqueólogos, forenses, antropólogos, familiares y voluntarios lo hacen posible. Veo cómo limpiáis cada hueso despacio, con la brocha, con tanto mimo, que parece que los estáis acariciando, y pienso en lo distinto que es hoy a como debió ser el día que los asesinaron...". Lo comenta Anabel Lapuente, nieta de una de las personas que acaban de encontrar en una fosa de Ágreda (Soria) los expertos y voluntarios de la Sociedad Aranzadi, dirigidos por el forense Francisco Etxeberria y la antropóloga Lourdes Herrasti. Se hace el silencio. Y es entonces cuando las aludidas, cuatro estudiantes de Medicina de la Universidad del País Vasco (UPV), rompen a llorar. Y con ellas, todos los presentes.
Ágreda es austero y monumental. Tranquilo. Saltan corzos por las carreteras. Lo advierten los carteles. Mil desaparecidos durante la Guerra Civil se cuentan en Soria. El cementerio está esquinado, y aquí, en una zona en desuso, se ven los cuatro esqueletos tirados bocabajo, maniatados, liberados ya de la tierra apelmazada durante décadas y mojada por la lluvia del día. Algunos vecinos del pueblo lo repitieron: "Vimos cómo los echaban aquí y cómo los mataban allá arriba, en el paraje de Los Cabezos...". Son Luis Torres (35 años, jornalero), Marcelino Navarro (17, aguacil), Gregorio Torres (alcalde) y Feliciano Lapuente (campesino, de 33). "Que consta fueron asesinados el 19 de octubre de 1936", se lee en el informe preliminar del equipo, que indica además: "Se encuentra presente doña Pilar Pérez, alcaldesa de Torrellas". Y aquí está ella hoy de nuevo. "No es habitual que un cargo municipal se implique tanto", asegura Etxeberria al hilo de la indiferencia política nacional al uso. Nada extraño si se tiene en cuenta que la Ley de la Memoria Histórica (leymemoria.mjusticia.es) data en España de 2007, tan coja que Amnistía Internacional la definió como "alejada del Derecho internacional", pues delega en asociaciones de víctimas una tarea que debía realizar el Estado. Y que Baltasar Garzón, el juez que abrió causa contra los crímenes del franquismo tres décadas después de la muerte del dictador, está inhabilitado desde mayo, como aviso para navegantes. Y ahí anda, en La Haya, en espera.
"Los cuatro de Morella", llaman a estos hombres. Uno es menor, Marcelino. Lo explica el estomatólogo Claudio Albizu al mostrar uno de sus dientes. "Se sabe por esto". Los otros tres deben ser identificados. Irán al laboratorio de la UPV junto a otros muchos en busca de un nombre que se les podrá dar o no: porque no haya ADN para comparar o esté contaminado. En los esqueletos, donde aparecen piezas de metal, han colocado bolas de colores; la mayoría son balas de pistola. Marcelino llevaba gemelos y una moneda de plata. Los muestran. Nadie se lo explica: "Quizá su madre le dijo al salir: 'Hijo, ponte bien por si acaso", comentan los lugareños. Pero se ve que dio igual.
Los familiares cuentan lo que sienten antes de que los cuerpos sean retirados. También es invitado Iván Aparicio, de la Asociación Soriana Recuerdo y Dignidad, a decir unas palabras. Dice varias: "Se habla de 'muertos de la Guerra Civil', pero estos no son muertos en la guerra, son civiles que no habían cogido un arma en su vida, sacados de sus casas y asesinados. Esto es lo que fue el fascismo en España, un crimen contra la humanidad. Y no puede ser que tengamos que corregir las violaciones de derechos humanos los voluntarios de cuatro asociaciones y los parientes. Esto es un acto de reparación hacia las familias. Pero aún hay que reparar a las víctimas. La legislación internacional vinculante incluye verdad, justicia y reparación. Hay que mostrar la verdad, hay que juzgar a los responsables, y hay que reparar. Sobre juzgar, en algún momento se tendrá que afrontar lo que pasó hace 74 años, pero también lo que pasa hoy con la Ley de la Memoria Histórica, que cumple la función de ley de punto final, y la falta de actuación de las Administraciones de justicia. Aquí tenía que haber un juez levantando un cadáver, esclarecer las señales de violencia, y no es así; así que alguna vez se tendrá que ver en el Tribunal de Derechos Humanos a los responsables de que se perpetúe la inmunidad del franquismo". Y ciertamente, aquí juez no hay ninguno.
El trabajo que realiza este equipo (y otros, valga este de ejemplo) sigue un protocolo científico propio (recogida de información, prospección, exhumación, identificación) a falta de uno oficial que asegura Etxeberria ya está elaborado hace rato porque él mismo ha participado. Pero, sí, se diría que es ceremonia amorosa: excavan con dedicación la tierra, la criban; extraen los restos, los observan y, tras limpiarlos (esqueletos, ropas, zapatos...), los guardan en cajas para luego dotarles de genealogía: esposa, hijos, padres, currículo... Reconstruyen así biografías. Como estas de Ágreda en una fosa más, la penúltima de las 231 abiertas desde hace una década, de las 2.052 que existen, según el Gobierno. Un total de 5.277 personas han sido exhumadas, pero se calcula que los desaparecidos superan los 100.000. Garzón manejó en 2008 un censo elaborado por familiares de 143.353, porque no existe ninguno oficial. Algunas comunidades tienen elaborado ya su mapa de fosas; otras están en ello.
Más de 100.000 biografías. Como la de Bárbara Sebastián Vela, de 70 años, encontrada en Illueca (Zaragoza); la de la maestra María de los Desamparados Blanco, vista por última vez en Lario (León) cuando su hijo Florentino tenía 18 años, y a la que este ha exhumado ahora con noventa y tantos; la de Jerónima Blanco y su hijo Fernando Cabo, de tres años, a los que mataron y enterraron en el huerto de su propia casa en Ponferrada para forzar la vuelta del marido, Isaac Cabo, que les sobrevivió; la docena de enfermeras del hospital psiquiátrico en Valdediós (Asturias); las 15 mujeres y un adolescente de Grazalema (Cádiz); los siete muertos de Fontanosas (Ciudad Real), cuya ubicación desveló una carta anónima dirigida al alcalde por un miembro del pelotón de fusilamiento. O la de Julián Merino, cuya esposa, Teresa Pozo (recién fallecida), quedó sola a los 23, embarazada de siete meses, con dos hijos, represaliada. La única viuda que vivió lo bastante para presenciar en 2005, con 93 años, la exhumación de su marido en Covarrubias (Burgos).
"La dignidad de las víctimas de la represión franquista no se ha perdido nunca", dijo el juez Garzón hace nada. "La dignidad la pierden los que en España no dan una respuesta adecuada a esos hechos". Y añadió algo que todos los implicados en exhumaciones confirman: "Nunca, ni en Chile, ni en Argentina, ni en España, he visto a los familiares de las víctimas pedir venganza. Solo piden justicia, y eso es algo así de sencillo. Y tan complicado, parece ser, a la vez". Nada extraño. Nada que no se haya hecho ya antes. En realidad, como dice la periodista Natalia Junquera en el prólogo del libro reciente Memoria histórica, del CSIC, se podría decir que la memoria histórica la inventó Franco: "Fue él el primero en pedir censos de desaparecidos, en encargar a expertos un protocolo de exhumaciones y, hasta ahora, el único que preservó por ley las fosas comunes para que no se construyera sobre ellas. Múltiples órdenes en el BOE dan cuenta de su afán por honrar a las víctimas. A las suyas". Y hasta desplazó restos de republicanos al panteón de El Escorial cuando los suyos no le alcanzaron para llenarlo (la gran tumba pendiente).
Desde siempre hubo familiares que quisieron recuperar a sus seres queridos para darles sepultura, el acto que cierra el círculo y es primordial para muchos. Algunos lo intentaron por sí solos, con pico y pala por así decir, pero se dieron cuenta de que no era modo. Porque en la mayoría de las fosas se encuentran varios o muchos; fosas comunes se llaman por algo. Por eso juntos yacían 125 en la de Valdenoceda (Burgos), 80 en la de Magallón (Zaragoza), más de 300 en la del monasterio de Uclés (Cuenca), 2.840 en la del cementerio de San Rafael (Málaga)... ¿Y cómo saber quién es quién? La tarea de poner nombre y apellido a los desaparecidos en España tiene mucho que ver con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH, www.memoriahistorica.org). Esta nació al calor de lo sucedido en 2000 en la cuneta de la carretera N-536 en Priaranza del Bierzo (León), cuando se abrió una fosa por vez primera con método científico. En ella se encontraba Emilio Silva Faba.
"A mí fue mi abuelo quien me enseñó a hablar. Aun muerto. Porque hasta el día que lo encontramos en Priaranza nunca fui capaz de hablar en público, ni levantar el dedo siquiera en la universidad para no significarme, tal era el miedo en mi familia". Emilio Silva nieto (presidente de la ARMH) lo confiesa en su casa en Madrid, mientras Emilio Silva padre, 84 años, manos delgadas y piel transparente, asiente. Hablan de aquel hombre que les dio la vida, cosmopolita, que a principios del siglo XX residió en EE UU y Argentina, regresó un día a su pueblo natal para papeleos y allí se quedó para siempre tras conocer a Modesta Santín, con la que tuvo seis hijos. Pusieron tienda en Villafranca del Bierzo, al estilo almacén de coloniales, La Preferida se llamaba. De ella nos dirá luego Felisa Rubio, testigo de aquel tiempo y amiga de la familia, tumbada en su cama en Triacastela (Lugo) por el peso de sus 87 años, que vendía "las mejores aceitunas de la comarca y muchas alpargatas; era una casa con corredor hacia el río, allí jugábamos". Emilio Silva hijo enseña una foto en la que aparece él con una pancarta reivindicando un centro escolar. Al fondo se ve La Preferida, en la esquina del viaducto donde hoy se levanta una casa moderna.
"Mi padre era azañista, se significó mucho, en Villafranca había mucho convento... Recuerdo el día en que empezó la guerra, y cómo los falangistas nos quitaban productos de la tienda; aquí tengo los recibos, mira. Mi padre sabía que su vida valía lo que la mercancía; cuando se terminó, se acabó". Su desaparición le marcó. "Me hinché a llorar, lo que me ha cambiado la vida, pensaba. Mi madre quedó rota, yo era el mayor, 10 años, trabajé hasta de pastor". Aun así, consiguió burlar al destino y tener la vida viajera que su padre habría querido. Emilio nieto añade: "Mi abuela murió cuando yo tenía 32. Siempre me sentí atraído por la figura del abuelo, pero nunca la oí hablar de él, y lo intenté". Hasta que tomó una decisión: "Que dejara de ser un relato familiar. Sus restos estaban en un lugar que yo desconocía. Pero estaba dispuesto a cambiar el final de su historia".
Lo que sucedió luego lo saben bien los implicados: Julio Vidal, Paco Etxeberria, Daniel Fernández, Santiago Macías... Vidal, arqueólogo de León, hombre de gran preparación, muy viajado, que se define a sí mismo como "pesimista político", y su esposa, la antropóloga María Encina Prada, se pusieron a su disposición desde el minuto uno. "Corre, corre, que por aquí hay muertos', siempre oí de niño esa frase de mi hermana al pasar por un lado de la carretera. Mi madre era de Priaranza, y lo de la fosa era cercano a mí, a mis vacaciones... A raíz de un artículo en prensa de Emilio Silva en 2000 nos enteramos que quería recuperar el cuerpo de su abuelo. Nos ofrecimos a colaborar aplicando la metodología arqueológica y de la antropología forense... Contacté con Etxeberria, que no tardó ni dos segundos en plantarse aquí. Se formó un pequeño equipo, el Ayuntamiento prestó la excavadora". Se pusieron a ello. Los lugareños sabían del lugar. "Pero sucede que las referencias espaciales y el paisaje cambian, así que no fue hasta el tercer fin de semana, ya desesperados creyendo que los cubría la carretera, cuando aparecieron restos de un zapato con pie". Fue un impacto. Esos muertos eran casi leyenda. En ese instante pasaron a ser pura verdad.
Como lo serán seguramente los tres maquis cuya fosa andaba localizando Etxeberria en Ezcurra (Navarra), un valle hermosísimo, hace una semana a petición de la Asociación Navarra de Familiares. En Navarra hubo 3.500 víctimas aun sin guerra. Ángel Mariezcurrena, oriundo, lleva años soñando con destapar el suceso del que él supo por su padre. El propietario del terreno lo confirmó: "Fue una emboscada y los mataron". Ese rincón era antaño zona de paso de los guerrilleros escondidos en Francia. "Ahora habrá que asegurar con el georradar", dice el forense. Y allí sucedió que en el bar del pueblo los lugareños ampliaron detalles. "Antes eso era imposible", cuenta Etxeberria, "en 10 años la gente ha perdido el miedo a hablar". Un grupo de estudiantes alemanes está presente; realizan sus tesis sobre el fascismo. Han pasado ya por Gernika, van a la zona del Ebro, quisieron saber de fosas. "No entendemos que esto esté ocurriendo ahora y no antes". Él responde: "Hay quien no quiere que se sepa nada, incluidos partidos con conciencia de izquierda, y hasta nos acusan de destruir pruebas. Pero esto es justo lo contrario. Un lugar como este pasa de ser anónimo para convertirse en una prueba histórica. Antes de Navidad estará abierto y será un hecho". Mariezcurrena no puede dormir pensando que alguien abra la tierra por su cuenta. "Hace años alguien habría excavado, pero ahora ya no, basta pedir permiso, de prospección y exhumación se llama. Navarra, por ejemplo, nunca los negó, pero en otras comunidades... bueno, según qué zonas".
"La fosa de Priaranza tardó en aparecer, lo cual fue positivo porque se empezó a correr la voz, a venir gente, incluso de derechas, a ayudar; otros, a preguntar, a ver si ellos también podían buscar a los suyos", rememora el entonces alcalde de la localidad y ahora concejal socialista Daniel Fernández, que colaboró sin dudarlo ("a una persona que busca a su padre no hay que mirarle filiación"), subiendo las calles de Priaranza. "El dueño de la finca sabía lo que había, no puso el terreno en producción nunca, plantó nogales y esperó. Luego nos lo cedió". Allí estaban los 13 hombres asesinados el 16 de octubre de 1936, la mayoría con dos tiros en la nuca. Como deseaba, Emilio sacó a su abuelo, y este se convirtió en el primer represaliado de la guerra identificado genéticamente. Lo llevó a Pereje, su pueblo natal, en el Camino de Santiago, a un bucólico cementerio en la ladera de un monte ante el que cruzan los peregrinos. Allí en el panteón se lee su nombre completo por expreso deseo de su viuda, como si ella siempre hubiera sabido que iba a regresar.
Del grupo, no todos fueron identificados, algunos nunca reclamados. "Eso es tremendo, vidas en suspenso". Juntos yacen en un nicho del cementerio de Villalibre de la Jurisdicción bajo una placa: "A la memoria de todos aquellos que lucharon y dieron sus vidas por la democracia y la libertad". El ex alcalde puntualiza: "Ni luchar pudieron, si los mataron en octubre". Las historias que se cuentan en la comarca de El Bierzo son infinitas. La guerra está aún presente. Y la posguerra, aún más, "mucho hambre y mucho maqui; vete al Campo de las Danzas y verás", sugiere una de las mujeres con zuecos mientras trabaja la huerta en esta tierra vigorosa. Los hombres se agolpan a la hora del café en el bar Inés, y también cuentan. Antonio Fierro, por ejemplo: "Los vi muertos en la cuneta, los niños bajamos a mirar". No le impresionó. "Estábamos hechos a todo..., así eran esos tiempos".
Santiago Macías, vicepresidente de la ARMH, 38 años, oriundo, llevaba desde los noventa reivindicando a los desaparecidos, interesado por los guerrilleros que abundaron en Castilla y León (de los que ha escrito). "Pero no es lo mismo organizar un homenaje que tener una fosa delante, la presencia física de los desaparecidos cambió completamente la historia, las evidencias transforman todo", dice pisando hoy la acera de la N-536. "Emilio tenía un interés particular, y yo, general; coincidimos, y ahí nació la ARMH", aclara. Su laboratorio se encuentra en Ponferrada, en una sala cedida por la Universidad de León. Es sobria, llena de fichas con el título "desapariciones forzadas", cajas con restos humanos y prendas, informes para mandar a Presidencia a efectos de cuentas, recortes de prensa, una pizarra con fosas pendientes de abrir (la de Candeleda, en Ávila, quizá lo esté ya, dirigida por los forenses José Luis Prieto o Roxana Ferllini). Por las paredes cuelgan viñetas. Destaca una en la que una silueta del Rey dice: "La ley dice que cada vez que se encuentra un cadáver debe presentarse un juez para su levantamiento". Y otra de Franco responde: "Es al revés. Primero hicimos el levantamiento y luego escondimos los cadáveres".
Aquí trabajan René, Marco, Nuria, Aníbal, parientes de desaparecidos o profesionales de antropología o arqueología. Hablan de la entrega de restos a la familia como momento clave: "Es una ceremonia civil, se convoca a parientes y autoridades. En Carajal de Campos, por ejemplo, con alcalde del PP, el acto se realizó con normalidad. Otras veces los políticos no quieren saber, dicen que desean ser neutrales, y yo digo, ¿neutrales ante quién?". El arqueólogo Julio Vidal ya antes de Priaranza había intentado hacer informe de fosas existentes, "pero la Junta de Castilla y León nunca quiso saber nada. Se trataba de concebir esas intervenciones como de Patrimonio, en lugar de 70.000 años, de 70 años atrás, porque el pasado nos importa a todos y todo". La Administración debe implicarse, dice. "Pero no quisieron; para mí fue una frustración, son tus ciudadanos, es asunto democrático...". Cree que las exhumaciones no deben hacerse por altruismo. Para él, las fosas deben ser catalogadas, protegidas, ser monumentos "contra la intolerancia y la barbarie".
Tras la fosa de Priaranza, el movimiento de reivindicación de los desaparecidos se convirtió en una suerte de marea empujada por la generación de nietos y por la apertura de una fosa tras otra. Adquirió notoriedad. Tiene picos, cuentan en la AHRM: el intento frustrado de encontrar a Lorca en Alfacar (Granada), lo de Garzón, cuando los muertos hallados son muchos... El interés internacional y de investigadores fue y es inmenso. Como las invitaciones a participar en congresos, conferencias, libros. Y los voluntarios de todo el mundo: "Solo tenemos eso, capital humano, unos 400 voluntarios. La asociación no tiene ni sede, cuenta con una subvención de 48.000 euros, nos ayuda la gente con su trabajo, los mismos familiares dando de comer al equipo o alojándolo. Hemos exhumado unas 1.600 personas, otras tantas están reclamadas".
Ellos y el resto de organizaciones (bien Foro de la Memoria, Federación de Foros de la Memoria, agrupaciones de asociaciones de víctimas o familias que actúan por su cuenta) consiguen sacar adelante lo que el Estado no saca. Con su trabajo rehacen un pedazo de la amnesia que España ha tenido durante siete décadas, dicen muchos. Pero Santos Juliá, en su libro Hoy no es ayer, asegura que no es tal, sino que fue puro pacto: "Guardar los cadáveres de uno y otro para que no se interpongan en el camino de la democracia". Y señala dos circunstancias hoy que lo alteran: la aparición en la escena pública de una nueva generación que no guarda recuerdo personal del régimen de Franco y la llegada de la derecha al poder.
"En Priaranza no éramos conscientes del desarrollo e impacto que iba a tener nuestro trabajo. E incluso a pesar de la frustración de muchas familias que opinan que no se hace nada, creo que se ha avanzado mucho. Hasta gente del PP nos ha dicho: 'Es lo menos que se puede hacer'. Sí, sé que aún es insuficiente. Pero nos quejamos de que el Gobierno no hace esto, lo otro... sí, pero también hay que preguntarse: '¿Y tu universidad y tus estudiantes?, ¿dónde están los intelectuales que deberían hablar de esto sin parar? Vivimos aún con la impronta de un tiempo preconstitucional", dice Etxeberria en su laboratorio de la UPV, que destila el estilo funcional de los edificios docentes. Nada destacado salvo que está repleto de secretos, que él sabe manejar. Muchas cajas de cartón y plástico que lucen los nombres en colores de lugares llenos de muerte: La Predaja, Villalba de Duero, Milagros... Y números por todas partes: individuo número uno, dos, tres... Además de huesos, hay balas, casquillos, monedas... Enseña los restos de un cuerpo completo y no pierde oportunidad: "Por aquí entró la bala, por allá salió, este tenía ya una patología...". Donde puede, él enseña. Es siempre el centro, por ser puro hombre enciclopédico e incansable, acorde con esa Sociedad de Ciencias para la que trabaja (a la que el Gobierno vasco asignó ocuparse de las exhumaciones; existen ayudas desde 2003 en el País Vasco). Etxeberria también forma parte del equipo de investigación del CSIC que, bajo la dirección del antropólogo imprescindible Francisco Ferrándiz, acaba de publicar un balance sobre el impacto sociopolítico de esta década de exhumaciones (politicasdelamemoria.org) y participa en un proyecto para Presidencia titulado Base de datos de gestión documental de las exhumaciones realizadas en España. "Aspiro a que podamos saber, por ejemplo, personas muertas por disparo, tantas".
Calavera en mano, confiesa que en las fosas también tiene sus momentos: "Cuando terminas de limpiar y dices a la familia: 'La fosa es vuestra', y bajan... uff, gran emoción. O se les dice: 'El numero tres es tu padre', y ellos: 'Mi padre son todos". Hasta tiene sus ritos Etxeberria. "Me quedo con una piedra de cada fosa. Pienso: 'Si tapó el crimen, tantas piedras, tantos lugares liberados". ¿Abrió fosas franquistas? "Sí, dos, en Camuñas (Toledo) y en Villasana de Mena (Burgos)". ¿Y? "Yo soy forense, no pregunto, víctimas son víctimas". Luego enseña los informes, uno tras otro, de distintas tumbas, con las medidas físicas de los enterrados, datos de posiciones, mil detalles de vidas perdidas. "Los de ahora son más completos, más ilustrativos, la fotografía digital abarata mucho los costes, basta un ordenador".
En su propia casa tiene Etxeberria un equipo multidiciplinar completo: trabaja con su esposa, Lourdes Herrasti, codo con codo. Y también con su hija Igone, que se encarga de lo audiovisual. Ella, crecida al calor de las fosas, representa algo así como el paradigma del voluntario joven. Hija única, tenía dos meses cuando pisó una excavación. "Para mis compañeros de Medicina, hablar de 1936 no representa mucho, pero para mí, sí. Creo que se ha esperado demasiado, lamentablemente, ya no se podrán devolver los restos a todos con ADN demostrado, pero sí se puede reconstruir sus historias. Me impacta ver la emoción de las familias, cómo rozan de repente un hueso y dicen: 'Ya, no necesitamos más'. Es especial. Sí que me gustaría que esto terminara. Pero si es solo por callar bocas, no. Hay que hacerlo despacio, curar esa herida, no se trata de sacar los huesos y ya. Hay que informar, hablar con los familiares, escucharlos, darles tiempo para que cuenten y reparen mientras se extraen los huesos. Para muchos es una liberación. ¿Si me imagino que sucediera una guerra así hoy? Uf, supongo que esto que hacemos debe servir para que ya no ocurra nunca más".
Iván Aparicio, en Ágreda, allá donde saltan corzos por la carretera, lo tiene también claro: "El fundamento de todo esto es sencillo: si permitimos que quede impune una barbaridad como aquella, volverá a suceder". Pero quizá quien mejor lo expresó fue una señora mayor un día a pie de fosa: "Si no los hubieran metido, ahora no los tendríamos que sacar".
Fuente: El País Semanal Autor: LOLA HUETE MACHADO Fotografías: SOFÍA MORO Fecha: 14/11/2010
La Cueva de Nerja (Málaga) fue uno de los últimos puntos del sur de Europa en el que se refugiaron los neandertales, por lo que los investigadores consideran que esta gruta esconde la clave de la desaparición de dicha especie y su posible coexistencia con los cromañones.
La cueva es objeto desde hace dos años de un proyecto interdisciplinar de investigación aplicada a su conservación, que aúna geología, biología y arqueología y que permitirá, entre otras cuestiones, estudiar la extinción del Homo Neanderthalensis y la posibilidad de que éste conviviera con el Homo Sapiens Sapiens.
El gerente de la Fundación Cueva de Nerja, Ángel Ramírez, ha explicado que las excavaciones realizadas han logrado "indicios o evidencias" de que los neandertales y los cromañones coexistieron en la gruta.
"Actualmente, se están realizando pruebas de datación cronológica y se está clasificando el material extraído, que puede aportar información fundamental al conocimiento prehistórico", ha señalado Ramírez.
El gerente ha remarcado que, al margen del atractivo turístico que supone este monumento natural, nunca se ha dejado de trabajar en el aspecto científico, y ha destacado que "la cavidad puede dar muchas respuestas sobre los primeros pobladores de la Costa del Sol".
Desde hace casi 25 años no se trabaja en el interior de la cueva y ya se ha conseguido bajar la cota arqueológica, además de consolidar los perfiles para tener un mejor conocimiento de los diferentes estratos.
Uno de los coordinadores del proyecto es José Luis Sanchidrián, profesor de Prehistoria de la Universidad de Córdoba, quien ha afirmado que la Cueva de Nerja es "única en el mundo" por la cantidad y la calidad del material que encierra, "puesto que estuvo habitada desde hace unos 40.000 años hasta hace sólo 3.000".
"Este lugar es fundamental para conocer las razones de la desaparición del Hombre de Neandertal y determinar si fue posible el cruce con la especie de los cromañones", ha insistido Sanchidrián.
"La imagen que se ha transmitido de los neandertales es equivocada, ya que ahora podrían convivir entre nosotros, y lo cierto es que no se puede hablar de fracaso de una especie que ha habitado tantos miles de años el planeta, ya que nosotros llevamos menos tiempo y no sabemos si seremos más longevos", ha añadido.
La principal finalidad de este proyecto es la conservación de la gruta y por ello, tras el estudio de los yacimientos, éstos se van a rellenar con una grava especial en las salas de La Torca, La Mina y Vestíbulo, con el objetivo de consolidar el terreno y evitar derrumbes en caso de lluvias o filtraciones.
Además, en el ámbito geológico, se pretende conseguir un modelo de gestión para todas las cuevas visitables, y en materia de conservación la aplicación novedosa de un sistema por que se introduciría un gen en la secuencia del ADN de los hongos que dan origen al conocido como mal verde, para su autodestrucción natural.
La Ciudad Autónoma de Ceuta expondrá piezas únicas de origen púnico, fenicio y romano que tiene en su poder con motivo de la celebración de la feria más importante del patrimonio de España.
Según ha informado el Gobierno ceutí, bajo los lemas "Estudiar el pasado para comprender el futuro" y "Patrimonio de todos", el Servicio de Museos de Ceuta asistirá a la VII Bienal de la Restauración y Gestión del Patrimonio AR&PA, donde expondrá los importantes avances logrados en los últimos años en materia de gestión patrimonial.
Con una presencia destacada de Ceuta, la Ciudad Autónoma desea transmitir la importancia del patrimonio cultural como motor de desarrollo local y de los nuevos espacios museísticos como centros de recursos activos de referencia en Ceuta.
Especialmente, el Museo de la Basílica Tardorromana, que se ha convertido en el espacio cultural de referencia de la localidad, por lo que se ha trasladado la planta basilical al diseño arquitectónico del expositor de Ceuta en la Bienal.
La Consejería de Educación, Cultura y Mujer acude a esta cita, la más importante del sector en España y donde estará presente por segunda vez consecutiva, con numerosas piezas arqueológicas del Museo, que se exhibirán en vitrinas especiales, y que dan cuenta de la importancia del patrimonio de la ciudad.
Así, en el expositor de Ceuta podrán verse desde ánforas púnicas hasta cerámicas fenicias, romanas y medievales.
Además, en el expositor se encontrarán dos espacios escenográficos destacados, gráfica ambiental, zonas interactivas y un vídeo especialmente realizado para la ocasión.
"AR&PA es para nosotros una excelente oportunidad para seguir dando a conocer Ceuta y su rico patrimonio y donde se puede apreciar el cambio que hemos imprimido a nuestro entorno fruto de la preocupación y la apuesta del Gobierno por la recuperación y potenciación de los bienes culturales", ha explicado la consejera de Educación, Cultura y Mujer, Mabel Deu.
Ceuta será uno de los más de 280 expositores que estarán presentes, unos 30 más que en la edición anterior, entre los que se encuentra el Ministerio de Cultura y otras ocho autonomías españolas.
La civilización de Margush, precursora del zoroastrismo, desapareció hace más de 3.000 años en el corazón de Asia Central. Pero en Gonur-Depé (la Colina Gris) un laberinto de pasadizos, ruinas de templos, palacios y salas de sacrificios, recuerdan su esplendor gracias al esfuerzo del legendario arqueólogo Víctor Sarianidi.
En la edad del Bronce, estas ruinas fueron la ciudad más importante de Margush, un país conocido como Margiana por los griegos y mencionado en las antiguas inscripciones persas y en el Avesta, el libro sagrado de los seguidores de Zoroastro.Un laberinto de pasadizos en la arena se pierde entre las dunas ocres y los espinos resecos. Delimitados por muros derruidos se suceden los recintos rectangulares, restos de templos, palacios, salas de sacrificios, necrópolis y aposentos de una comunidad que, en opinión del arqueólogo, fue urbana y estratificada socialmente.
Margush apareció entre los años 2250 y 2300 antes de Cristo en las riberas del río Murgab, y desapareció cerca de mil años más tarde. Sus fundadores llegaron desde la actual Siria y se establecieron en los oasis próximos al Murgab. Cuando el río se desplazó, se fueron como habían llegado. El Murgab fluye hoy a un centenar de kilómetros por la ciudad de Marí, la segunda de Turkmenistán, cercana a la antigua Merv, en la ruta de la seda y de las expediciones de Alejandro Magno. Sarianidi comenzó a excavar aquí en 1972 en una expedición de la Academia de Ciencias de la URSS. Sigue viniendo regularmente, excepto en verano, cuando las temperaturas de 50º imposibilitan el trabajo. En cada expedición desentierra estatuas, cerámicas, joyas y vasijas de oro y de plata, arpones, sables, cuchillos y ruedas de bronce, esqueletos humanos, de caballos, asnos, corderos y perros.
Con los objetos se multiplican las preguntas. ¿Quiénes eran los habitantes de Margush? Sarianidi cree que fueron precursores de las doctrinas de Zoroastro (difundidas seis siglos antes de Cristo), pero esta hipótesis es la parte más polémica de su trabajo.
Sarianidi ha realizado dos descubrimientos de importancia mundial en su larga carrera. Su nombre está unido a la región de Bactriana (cuya capital, Bactria, es la actual Balj, en la zona de Mashar-e-Sharif, en Afganistán) y al país de Margush. A finales de los años setenta, el investigador descubrió el tesoro de Bactria, formado por numerosas joyas de oro de gran belleza.
Sobre el tesoro de Bactria se han escrito leyendas, pero Sarianidi afirma que todas sus piezas se conservaron gracias a los funcionarios del Banco Central de Afganistán, que en un heroico pacto de silencio impidieron que los talibanes se apoderaran de ellas. Invitado por los norteamericanos a Kabul, Sarianidi certificó que las joyas del tesoro de Bactria eran las que él mismo había clasificado.
El tesoro de Bactria demostraba la interrelación e interpenetración cultural y estética de Oriente y Occidente, de lo helénico y lo mediterráneo con lo oriental y lo chino. Los hallazgos de Margush son anteriores y demuestran que ya en el tercer milenio antes de Cristo la civilización en el espacio euroasiático era un todo conectado y no una suma de culturas aisladas. En Margush convergen "un impulso muy fuerte" surgido de Mesopotamia y otro de la civilización de la India, afirma Tigrán Mkrtychev, director adjunto del Museo de Arte Oriental de Moscú. En Margush "se cierra el mundo antiguo". "Su descubrimiento ha mostrado que la civilización era más amplia, más poderosa de lo que se suponía, y que tenía un centro de civilización urbana entre Mesopotamia y la antigua India", dice el experto. En Gonur-Depé y en Bactria, Sarianidi descubrió parecidos sellos metálicos, en los que un hombre o un niño conducen a un camello con una cuerda. "Los de Bactriana y los de Margiana no necesitaban traductores. Eran el mismo pueblo", afirma.
Según el arqueólogo, Margush tiene una superficie de 3.000 kilómetros cuadrados (50 kilómetros de ancho y 60 de largo). En Gonur-Depé, las excavaciones cubren 40 hectáreas. Con Nadezhda Dúbova como guía, recorremos el palacio del rey, donde el máximo dirigente vivía solo. En torno a este núcleo hay tres murallas. La primera está jalonada por torres, y en torno a la segunda están, al norte, el santuario real y la zona de banquetes colectivos; al oeste, el templo de los sacrificios; al sur, el del agua y dos piscinas, una grande y una pequeña, así como la necrópolis real; y al este, el templo del fuego. "Al despertarse, antes de empezar la jornada, aquellas gentes hacían sus sacrificios al fuego y al sol, rezaban sus oraciones y puede que incluso se bañaran en la piscina grande, cerca del río", dice Sarianidi.
Los arqueólogos han reforzado las paredes de adobe para que no sean erosionadas por la lluvia y el viento a los que han quedado expuestas. Son muros de gran espesor y no hay huellas de ventanas. En opinión de Dúbova, estos espacios tal vez fueran iluminados indirectamente desde la conjunción entre los muros y el techo. En Gonur-Depé y sus alrededores hay más de 4.000 tumbas. Cerca de una quincena son las llamadas tumbas reales, que fueron saqueadas en parte a lo largo de los siglos. Aun así, de ellas han salido preciosos hallazgos, como una vasija de oro de un kilo y medio y 18 vasijas de plata, una de las cuales está decorada con un magnífico camello. El Museo del Louvre de París se ofreció a restaurar estas piezas y a organizar una exposición. Pero los turcomanos tuvieron miedo. ¿Y si de repente les falsificaban las obras de arte y les devolvían copias? ¿Y si el avión se caía? Hoy, el tesoro real está disperso en diversos museos de Turkmenistán, y algunos objetos, como la jarra decorada con el majestuoso camello, corren peligro de oxidarse y necesitan una urgente y cualificada restauración, afirma Dúbova. Otra, como el mosaico del dragón alado que mata a una serpiente, cuelga "cabeza abajo" en el museo de Marí, afirma la antropóloga.
Sarianidi ha encontrado diversos tipos de enterramientos en Gonur-Depé. En uno de ellos vemos una carreta de cuatro ruedas y esqueletos de diversos animales dispuestos en un orden que los arqueólogos no aciertan aún a descifrar. Este año se han desenterrado gran cantidad de terracotas, hombres y mujeres con sus atributos sexuales, grandes narices y alas en lugar de brazos. Las figuras femeninas podrían ser diosas de la fertilidad, pero en ese caso las tumbas no serían el lugar más apropiado para ellas. Los personajes importantes de Gonur-Depé se iban al otro mundo acompañados de animales y esclavos. En una de las tumbas hay un grupo de personas que parecen haber sido sacrificadas de rodillas. También consumían una bebida mágica alucinógena y, según Nadezhda Dúbova, aún se discute si su receta era a base de hongos o de hierbas.
Cuatro fardos funerarios de niños en perfecto estado de conservación, restos óseos de un adulto, perros momificados y diversas ofrendas, que corresponden al imperio inca y que datarían de los primeros años del siglo XV, fueron descubiertos por los arqueólogos del Santuario Histórico de Pachacámac.
El hallazgo los sorprendió cuando realizaban trabajos para poner en valor un tramo del circuito peatonal de peregrinaje que antiguamente conducía al área ceremonial del recinto.
"Estos contextos funerarios están ubicados al pie de la segunda muralla, una construcción de carácter simbólico porque es la zona que delimita el área monumental del templo, la zona más sagrada de Pachacámac" contó Jesús Holguín, arqueólogo del Museo de Sitio de Pachacámac.
De acuerdo con los primeros análisis, los fardos hallados al pie de la segunda muralla son de tres infantes: un recién nacido, un niño de 1 año y otro de 2 o 3 años como máximo. Un cuarto fardo, también de un recién nacido, fue hallado en una zona más alejada.
"La forma en que fueron encontrados nos hace pensar que posiblemente tuvieron un valor especial para la sociedad, pero otra de las posibilidades es que hayan sido sacrificados", dijo Holguín.
Una vez realizados los exámenes de ADN se sabrá realmente si murieron a causa de alguna enfermedad o si fueron entregados a manera de ofrenda. Junto a estos cuerpos, se hallaron algunos restos óseos de un adulto, vasijas y un retazo de tocapu o bordado decorativo.
En la zona de acceso a la pirámide 7 de Pachacámac, otro equipo de trabajo liderado por la arqueóloga Isabel Cornejo halló seis perros, tres de ellos momificados y el fardo funerario restante.
Este es el segundo hallazgo en nuestro país de entierro de perros. En la zona de El Algarrobal, Ilo (Moquegua), la doctora Sonia Guillén descubrió a, comienzos de la década del 90, decenas de entierros de perros en el contexto de la cultura Chiribaya, enclave Tiahuanaco en la costa, pero no como ofrenda.
En el caso de Pachacámac, Cornejo dijo: "Suponemos que eran ofrendas relacionadas con contextos funerarios, aunque no sabemos si estaban relacionadas con personajes importantes o con ciudadanos comunes. Debajo de uno de los perros se encontró el fardo de un recién nacido".
La directora del Museo de Sitio de Pachacámac, Denise Pozzi-Escot, manifestó que no sería extraño pensar que los perros hayan sido sacrificados por los peregrinos antes de acceder a la zona sagrada del santuario.
El veterinario del Santuario Histórico de Pachacámac, Enrique Angulo, atribuyó el buen estado de conservación de los cuerpos a la sequedad del ambiente y al tipo de suelo.
PARA TENER EN CUENTA
Función El Santuario de Pachacámac fue el centro ceremonial más importante de la costa central. Lo habitaron las culturas Lima, Wari, Ichma e Inca.
El perro chiribaya Para conocer más sobre el perro chiribaya de Ilo (Moquegua) visitar la siguiente web: www.pastorchiribaya.org.
El misterio de los bebés momia en Perú El oráculo de Pachacamac era la deidad más adorada y temida de la costa peruana porque manejaba las fuerzas de la naturaleza, especialmente los terremotos. Su culto se extendió desde el 200 A. C. hasta años después de la conquista española y aun hoy dicen que pervive cristianizado en el fervor por la imagen del Cristo de los Milagros o Cristo de los temblores.
El santuario de Pachacamac, situado tan sólo a 30 kilómetros de Lima, se convirtió en el mayor centro de peregrinación precolombino de la costa y el culto a este dios- "el que da ánima al mundo" según Garcilaso de la Vega- llegó a ser adoptado por los invasores Incas. Miles de antiguos peruanos llegaban hasta la ciudadela santa para preguntarle al oráculo sobre el futuro o para que sanase sus enfermedades. A cambio, le ofrecían ofrendas.
La última de las ofrendas hallada por el equipo de arqueólogos del Ministerio de Cultura ha sido la de cuatro fardos funerarios de bebés de la época inca y 6 perros momificados, restos que datarían del siglo XV.
A tratarse de un santuario sagrado, Pachacamac contaba con cementerios en los que se han encontrado desde el inicio de las excavaciones hasta 300 fardos funerarios. Sin embargo, estos bebes fueron encontrados lejos de las zonas conocidas de enterramientos.
El primer bebé, enterrado junto a 6 perros, fue encontrado al pie de la rampa de acceso al área sagrada de Pachacamac, en una zona utilizada por los peregrinos para prepararse y comer antes de pasar al templo.
"Lo peculiar es que los perros estén asociados al entierro de un bebé, probablemente un recién nacido", explica el arqueólogo Jesús Olguín. "Normalmente, acompañan a entierros de adultos, como los que aparecieron en la tumba del señor de Sipán".
Este entierro de perros junto al recién nacido hace suponer al experto que el pequeño podría tener un importante valor para la sociedad de la época.
Otros tres bebes fueron hallados al pie de la segunda muralla que protege el área sagrada. Dos de ellos fueron descubiertos juntos y un tercero fue hallado al lado de ofrendas cerámicas incas.
La sequedad del desierto costeño y el perfecto estado de los fardos avizora que las momias estarán intactas, lo que permitirá detallar las causas de su muerte.
¿Sacrificios rituales o simples entierros? Los sacrificios de niñas, niños y adolescentes durante la época inca son conocidos. En épocas de sequía, erupciones volcánicas o terremotos, niños y adolescentes sanos eran sacrificados a los apus (espíritus tutelares de las montañas) en montañas, islas o santuarios durante el ritual de Capac Cocha.
"Los Incas monopolizaron el sacrificio humano en el ritual de Capac Cocha, que era regido por el Estado", explica Katiusha Bernuy, arqueóloga al frente de las excavaciones en Pachacamac. "Todos los ofrendados se dirigían al Cusco y en la plaza principal eran protagonistas de ceremonias y ritos en los que participaba el Inca, para después salir a distintos puntos del imperio para ser sacrificados".
La famosa momia Juanita ('La dama del Ampato'), una adolescente congelada encontrada en Perú en la cima de un volcán, es prueba de ello. Juanita fue sacrificada a los 14 años de edad en una ceremonia ritual a más de 6000 metros de altura, lo que ha permitido que su momia se conserve intacta.
Los sacrificios humanos en Pachacamac también tienen antecedentes, explica a ELMUNDO.es la arqueóloga. A principios del siglo pasado, el arqueólogo Max Uhle descubrió en el templo del sol del complejo arqueológico los cuerpos de 20 jóvenes estranguladas. También han sido hallados entre los muros del santuario cadáveres de individuos adultos que habrían sido sacrificados.
De comprobarse que los bebés de Pachacamac fueron asesinados, sería el primer caso documentado en la época inca del sacrificio ritual de recién nacidos. Las momias de los pequeños serán sometidas a rayos X, a análisis de ADN y a autopsias que permitan averiguar la causa de su muerte.
Los perros encontrados también serán sometidos a estudios. Llama la atención el hecho de que los canes presentan abundante pelo, una cualidad ajena a la raza del perro peruano o 'perro calato' (desnudo).
Estos descubrimientos se enmarcan en el proyecto de investigación arqueológica de la principal vía de peregrinaje y la segunda muralla de Pachacamac, financiado por el Ministerio de Cultura y dirigido por Denisse Pozzi-Escot.
Nadie duda de la presencia vetona en Ávila. Distintos castros repartidos por toda la provincia constanan asentamientos humanos durante la Edad de Hierro. Pero hasta la fecha no se sospechaba que el ser humano pasó mucho antes por Ávila. Una prospección arqueológica realizada en el asentamiento vetón de la Mesa de Miranda, en la localidad de Chamartín, ha demostrado que los vetones, pueblo prerromano de cultura celta, habitaron estas tierras durante el Paleolítico.
El objetivo de esos trabajos no era en un principio el estudio del Paleolítico: "Nosotros buscábamos en Chamartín todo lo relacionado con la Edad del Hierro", explica Juan Pablo López, uno de los arqueólogos del equipo que lidera Francisco Javier González-Tablas, profesor de la Universidad de Salamanca.
"Buscábamos las zonas de material empleado para la construcción de la conocida como Casa C del castro", continúa López, que junto con la arqueóloga María Blanco halló un importante foco del Paleolítico (hace unos 2,5 millones años hasta hace unos 10.000 años). Importante porque, recalca Blanco, "no había ningún estudio sobre el Paleolítico en Ávila". Es más, según la arqueóloga, se daba por hecho que "el frío de las últimas glaciaciones habría impedido la presencia humana".
Sin embargo, los trabajos de prospección (la búsqueda de materiales en superficie) llevados a cabo en Chamartín han sacado a la luz piezas elaboradas en piedra, que el hombre empleó, sobre todo, a la hora de cazar. "Sólo hemos encontrado industria lítica, dadas las condiciones del terreno", aclara Blanco, que explica que, al tratarse de yacimientos "en malas condiciones, ubicados en terrenos muy ácidos", no suelen conservar restos humanos.
Una vez con las piezas en la mano (se localizaron cerca de 65), los arqueólogos llevaron a cabo el proceso de datación de las mismas, que en su caso se ha realizado a través de un paralelismo tipológico, es decir, por comparación con otras piezas ya datadas.
Marco temporal "Hay que tener en cuenta que estamos hablando de un marco temporal que va entre hace un millón de años y 128.000", explica la arqueóloga, que, sin pretender comparar el descubrimiento abulense con el yacimiento de Atapuerca, recuerda que éste se remonta un millón de años atrás.
"En este caso, no hemos datado las piezas a través del estudio de pólenes o de microfauna como se hace en otras ocasiones", reconoce. Estos dos métodos son "indicativos de estadios climáticos, y a través de ellos se encasilla la pieza en un momento histórico determinado". Lo que sí ha hecho ha sido fotografiar cada una de las piezas y marcar su punto de aparición vía GPS, para elaborar un mapa arqueológico.
En cualquier caso, con estas 65 piezas en la mano, los arqueólogos ya están en disposición de poder avanzar algunas de las características de estos hombres y mujeres que pasaron por Ávila. "Eran nómadas buscando recursos", asegura Blanco, "gente que luchaba por su supervivencia y que aprovechaban el material que tenían disponible, ya fuera cuarzo o cuarcita".
Posible zona de paso Según ella, es probable que estuvieran de paso hacia zonas más cálidas y habitadas, como las de Salamanca, y que se tratara de varios grupos humanos. "Quizá estuvieron sólo una semana, o un mes, aunque la cantidad de industria lítica que ha aparecido nos hace pensar que pudieron estar más", dice Blanco. Posiblemente, eran grupos que habitaban en los pies de las montañas, para tener un dominio visual que les permitiera controlar el paso de las manadas.
La aparición de estas piezas se completará con las que se hallen en los trabajos que ya se están llevando a cabo en los márgenes de los ríos Arevalillo y Adaja, así como en las localidades de Muñopepe y Padiernos, y en las prospecciones que se espera poder poner en marcha en Blasco Millán y Zorita de Los Molinos.
"Sabemos que hay restos del Paleolítico en estos puntos, pero todavía no hemos tenido tiempo de investigar", dice Blanco, que al igual que su compañero tiene muy claro que "el Paleolítico de la provincia de Ávila está sin explotar". En concreto, el Castro de Chamartín, "tiene una riqueza increíble, desde el Paleolítico a la Edad de Hierro". Una riqueza que cuenta con una ventaja: estar en una zona que no se ha alterado en siglos. "Estamos hablando de una superficie de 30 hectáreas, y en términos tanto absolutos como relativos conocemos sólo el 5%, y si lo extendemos a todo el hábitat, el apenas el 1%".
El pueblo de los vetones Los vetones (lat. vettones) eran un pueblo prerromano de cultura celta que habitaba el oeste de la Península Ibérica. Su asentamiento se produjo entre los ríos Duero y Tajo, principalmente en el territorio de las actuales provincias de Salamanca, Cáceres, Ávila, Zamora y Toledo. También se han encontrado ejemplos en la región de los Tras os Montes en Portugal.
De los vetones quedan una serie de castros, poblaciones fortificadas, sobre todo en Salamanca y Ávila. Estos poblados contaban con diversos recintos, algunos para el ganado, y muestran un alto grado de civilización. En las necrópolis de estos castros se han encontrado muchas tumbas que muestran la importancia que los guerreros tenían en la cultura vetona. Los vetones dejaron como herencia múltiples verracos en piedra dispersos por la geografía, y también el juego tradicional de La Calva.
En líneas generales los Vetones limitaban con los Vaceos al norte, al este con los Carpetanos, al sur con los Oretanos, Túrdulos y célticos y al oeste con los Lusitanos.
Tauste tenía un importante asentamiento musulmán en la Edad Media. Así se desvela de una necrópolis que ha aparecido en la avenida Obispo José María Coget en dicha localidad zaragozana. Concretamente, los tres restos humanos hallados datarían del siglo X, hecho que podría dar un vuelco a la historia local.
En Tauste y junto al colegio Alfonso I, situado en la avenida José María Coget, han aparecido tres restos humanos y podrían aparecer muchos más.
El arqueólogo encargado de este estudio, Francisco Javier Gutiérrez, ha resaltado la importancia de este hallazgo en historia local. A falta de la debida investigación, las catas se están produciendo en unas dimensiones de cinco metros por cuatro, aunque, según éste, este lugar de enterramiento musulmán podría ocupar una extensión de una hectárea y media.
De estos datos, Gutiérrez ha aseverado que se puede concluir que hubiera un importante asentamiento musulmán en Tauste. Este hecho podría confirmar las teorías de algunos investigadores acerca de la datación de la torre zagrí de Tauste que la fechan anterior al siglo XIII. No obstante, según el arqueólogo, es necesario un estudio arqueológico concreto de esta edificación para dar por real dicha teoría.
En estos momentos, las investigaciones se centran en los restos que van a ser depositados, en un principio, en el Museo Provincial de Zaragoza. No obstante, el arqueólogo ha afirmado que la Asociación Cultural El Patiaz está sopesando la idea de estudiar los cadáveres para conocer “los hábitos culturales” de estos musulmanes que vivían en Tauste.
El alcalde de la localidad, José Luis Pola, ha valorado este hallazgo, resaltando el “valor histórico para Tauste”. “Del mudéjar a esta parte se conocían datos, pero este descubrimiento puede ser el dato histórico que revele qué población tenía el municipio durante los siglos IX, X y XI”.
Esta necrópolis ha aparecido en un ensanche de 1960 en el que siempre ha habido rumores de su existencia, pero que no ha sido una realidad hasta que el Ayuntamiento de Tauste y la Asociación Cultural El Patiaz decidieron indagar sobre estos hechos.
El Museu Arqueológico y Etnográfico Municipal Soler Blasco de Xàbia ha realizado una excavación arqueológica en el interior de la ermita de Sant Joan, anexa al viejo cementerio. La construcción del cementerio en las inmediaciones en el año 1817, convirtió la ermita en capilla funeraria, función que ha tenido hasta los años ochenta del siglo pasado. La excavación llevada a cabo se planteó con el fin de estudiar las posibles estructuras conservadas en el subsuelo de la ermita así como para intentar fijar su datación, además de recuperar este interesante edificio de propiedad municipal con el objetivo de que en el futuro pueda ser conocido y visitado. Así las cosas, los trabajos arqueológicos han permitido documentar un importante conjunto de 30 tumbas de inhumación, excavadas en el suelo natural de gleba de forma más o menos rectangulares. Ventisiete mantenían la orientación este-oeste (con la cabeza situada haia el este, exceptuando dos, que la tenían situada en poniente), y sólo tres se orientaban de norte en sur.
La mayor parte de los entierramientos fueron realizados dentro de ataúdes, con los cuerpos en posición decúbito supino, con los brazos flexionados sobre el pecho o el abdomen, exceptuando algunos de los infantiles, que tenían los brazos flexionados y las manos bajo del rostro, en posición de dormir.
De las treinta tumbas localizadas, diecinueve correspondían a adultos, y las once restantes eran enterramientos infantiles. Seis estaban vacías, mientras que el resto correspondían a cuatro adultos varones entre 40 y 70 años, seis mujeres entre 20 y 65 años, y tres individuos a los que no ha sido posible determinar el sexo por el mal estado de conservación. Los entierramientos de niños han determinado que tenían unas edades entre 1 y 2 meses y los 5 ó 6 años. Casi todos fueron enterrados entre 1817 y 1849, momento en que fue ensanchado el cementerio, adquiriendo aproximadamente la extensión actual.
La intervención arqueológica ha afectado a pràcticamente la totalidad de la superficie interior de este edificio de planta rectangular de 14 metros de longitud y 7,30 metros de anchura, con una única nave dividida en tres tramos regulares de unos 4,25 metros de longitud. La ermita de sant Joan era en origen un edificio de uso religioso situado a las afueras de la villa de Xàbia, en el cruce de los caminos que salían del pueblo en dirección a Pedreguer, Dénia, Gata y el Poblenou. Este edificio constituye un claro e interesante ejemplo de las conocidas como "ermitas de conquista", edificios de nave única y cubierta en dos aguas sustentada por arcos diafragmáticos. En este caso, son dos los arcos (uno forrado y reconvertido en arco de medio punto a mediados del siglo XIX) que dividen el espacio rectangular de la ermita en tres tramos regulares. No disponemos de demasiadas referencias documentales sobre sant Joan; hoy en día, la noticia más antigua que conocemos es de mediados del siglo XVII, momento en lo que parece que fue utilizado como lonja o almudí de la villa.
Gracias al Libro del Sacristán de la Parroquia de Xàbia, redactado en 1769, sabemos que era utilizado para usos religiosos al menos el día de Sant Joan Evangelista (27 de diciembre),"... Acabada la Misa mayor va el Clero a cantar una Misa a la Hermita de San Juan...", especialmente el día de Sant Joan Baptista (24 de junio)"... Día de San Juan Bautista, este día va el Clero a cantar una Misa a su ermita y para que vaian, se tocan tres toques como en visperas, el ultimo toque a las cinco de la Mañana..."
Esta excavación ha sido posible gracias a la participación del programa EMCORP que ha permitido la contratación de un arqueólogo. También han participado la brigada de obras municipal y el departamento de topografía municipal. El estudio antropológico ha sido realizado por doctor Francisco Gómez Bellard.
Una de las grandes riquezas del yacimiento de Lancia son sus necrópolis, las áreas de enterramiento en las que ya se han contabilizado casi doscientas tumbas, fundamentalmente datadas en dos épocas: romana y medieval. Y una de las exhumaciones más sorprendentes es sin duda la del esqueleto completo de un niño de corta edad, procedente de uno de los enterramientos correspondientes a la época medieval de la población, según apreciaba ayer el arqueólogo Gregorio Marcos, responsable de la empresa que se ha hecho cargo de la excavación y quien también ha hecho ver lo singular de haber encontrado individuos y familias enteras con edades muy diferentes.
Marcos ofreció información a este periódico sobre los tipos de enterramiento que se han hallado en la ciudad asturromana: las inhumaciones, es decir, el enterramiento del individuo, de los que se han hallado unos veinte vestigios, todos ellos medievales; y la zona con incineraciones, que suma más de 150 tumbas y que estaría datada casi toda ella en torno al siglo I. En este último caso, las cenizas de la persona muerta se introducían en una urna que a su vez se enterraba en un agujero practicado en el suelo junto a objetos personales del finado -"fíbulas, hebillas o pulseras que previamente también se habían quemado junto al fallecido-".
«Hemos encontrado individuos de todas las edades», explicaba Gregorio Marcos, quien recordaba que su empresa está ultimando el informe definitivo sobre la excavación y que el gobierno autonómico podría tenerlo en, aproximadamente, una semana. También se ha señalado que los restos exhumados ofrecerán información de gran interés sobre el modo de vida de estos ciudadanos de hace dos milenios, desde su longevidad y enfermedades padecidas hasta la alimentación, talla y aspecto físico de los mismos.
Costumbres conservadas Una línea de trabajo apuntada por el historiador Mario Lozano, coordinador de la plataforma Salvemos Lancia, surge de observar la disposición de las tumbas romanas. «Podemos ver cómo en muchos casos existe un enterramiento principal, situado dentro de una estructura tipo templete o caseta pequeña, mientras que fuera de ella se agrupan otras más simples, como si fueran los miembros de la gens o familia típica del pueblo astur. Esto podría demostrar que los primitivos habitantes de Lancia conservaron parte de sus costumbres y tradiciones, como por ejemplo los usos funerarios, por lo menos durante algún tiempo después de la conquista de la ciudad por parte de las legiones romanas».
El área total de la excavación ha ascendido finalmente a 35.000 metros cuadrados en unos 1.200 metros a lo largo de lo que sería el trazado de la autovía León-Valladolid (A-60) entre las localidades de Mansilla de las Mulas y Villamoros. A pesar de que lo que hasta ahora se conocía con el nombre de Lancia, la ciudad fortificada aupada al cerro del Castro, al pie de estas nuevas excavaciones, se había declarado Bien de Interés Cultural -"máximo grado de protección en la legislación española-" y de que se conocía de manera fidedigna de que el asentamiento se extendía por la llanura, las instituciones eligieron, de entre tres posibles trazados, precisamente el que pasaba al lado de Lancia.
Además de las dos áreas de necrópolis se ha hallado un edificio de planta basilical, un complejo industrial con dos hornos, uno posiblemente romano y otro medieval, los cimientos de unas posibles termas y restos de diversas calzadas, además de numerosos objetos de uso cotidiano.
Arsuaga y Forges presentan 'Elemental queridos humanos'.
"El ser humano siempre busca el beneficio inmediato y eso no es sostenible porque no somos capaces de renunciar a más y más cosas, pero la biosfera es un sistema muy complejo en el que todo está relacionado y si conocemos esas relaciones, aprendemos a valorarlas". Este es el mensaje que el paleontólogo Juan Luis Arsuaga, investigador del Centro de Evolución y Comportamiento Humano, y su colega, la geógrafa Milagros Algaba, han querido transmitir en su última obra.
'Elemental queridos humanos. Vidas y Andanzas del ingenioso planeta Tierra', de la editorial Temas de Hoy, es una reflexión sobre el pasado de la vida y el desarrollo humano, que ha contado con la genialidad de Antonio Fraguas, Forges, responsable de 'envolver' en humor, con sus dibujos, este recorrido.
La presentación de la obra ha tenido lugar en un enclave especial: el Parque Natural de Peñalara, en la sierra de Madrid, un espacio que llegó a estar muy degradado hace 20 años, pero que ahora es un ejemplo de conservación. "En el fondo, cuando a la gente le dices que algo es bonito y no lo ensucie, es consciente de su valor y lo cuida", asegura el paleontólogo.
Desde el prólogo, los autores recuerdan que en la Tierra los seres humanos estamos inmersos en una biosfera en la que todos los organismos se relacionan entre sí y tienen un pasado y un futuro común. El paleontólogo ponía un ejemplo desde la morrena de un antiguo glaciar: "Los humanos siempre hemos vivido en relación con el entorno. Hasta aquí subían los neandertales que vivían en La Pinilla a buscar caza en verano, porque había pastos y, por tanto, hervíboros. Por ello debemos cuidar esa relación".
En opinión de Arsuaga, el problema es que "el ser humano siempre busca el beneficio inmediato, no calcula y no es capaz de renunciar a las cosas, y eso es insostenible". "Por ello debemos desarrollar una conciencia de especie, y ser egoístas pero con el objetivo de mantener el planeta para todos porque la alternativa a la conservación no es la pobreza y la falta de progreso, sino la justicia y el reparto de esta riqueza", apunta el investigador.
Adaptar el entorno. Éste es una de los mensajes claves que, con argumentos científicos, se mantienen a lo largo de toda la obra. De hecho, Milagros Algaba, que se centra en la historia a partir del Neolítico, asegura que fue hace 10.000 años cuando el 'Homo sapiens' comenzó a adaptar el entorno a sus necesidades, y desde entonces no ha dejado de hacerlo.
"Ahora producimos igual que en el Neolítico, que es cuando se rompió el equilibrio, pero como ahora somos muchos millones ha mejorado la tecnología y somos más fructíferos", argumenta. Para Algaba "lo importante es que la gente sea consciente de que somos un bicho más en un sistema muy complejo y hermoso que debemos conocer. No se trata de dar recetas mágicas ni ser gurús, sino de explicar científicamente donde estamos".
Forges, por su parte, destacaba la falta de reflexión sobre las consecuencias que tienen determinadas decisiones que afectan a la Naturaleza. "Los japoneses tardaron ocho años en decidir dónde se colocaba una antena de comunicaciones; aquí se eligió el lugar en dos horas y fue un desastre", comenta mientras, al fondo, se ven las antenas en la cima de la Bola del Mundo en Navacerrada.
Pese a que ninguno de los tres plantea soluciones, sino realidades, Arsuaga insiste en que "es posible sacar rendimiento del entorno sin necesidad de acabar con él, por ejemplo, explotando un lugar turísticamente pero poniendo en valor su biodiversidad y manteniéndola, en lugar de llenar de ladrillos los espacios".
Como concluye Forges en el diálogo de un padre y un hijo mirando un pasaisaje hermoso: "Algún día, hijo mío, si no lo cuidamos, todo esto será suyo". "¿De quién papá?". "De la nada,hijo, de la nada".
Los análisis practicados a los hallazgos arqueológicos del yacimiento de Lancia, cerca de León, por donde se proyecta ejecutar la autovía A-60 (León-Valladolid), apuntan a que la extensa necrópolis de incineración encontrada con unas 200 tumbas se remonta al siglo I.
Así lo ha dicho hoy a EFE el arqueólogo Gregorio Marcos, director de las excavaciones realizadas este verano en este yacimiento, que está situado en el municipio de Villasabariego, a 20 kilómetros de León, y que alberga restos de la ciudad astur más grande de Iberia así como vestigios romanos.
Precisamente por este lugar, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por parte de la Junta de Castilla y León, lo que significa que goza de la máxima protección, se proyecta que pase la A-60.
Marcos ha explicado que los estudios realizados, y cuyo informe se presentará en unos días, confirman la existencia de la necrópolis de incineración de 200 tumbas y sitúan el inicio de los enterramientos en este lugar en el siglo I, un "pelín" antes de lo que se suponía con anterioridad a estos análisis.
El informe está casi listo y se presentará una vez se obtengan todos los resultados de las pruebas de carbono 14 realizadas a los restos, los únicos que quedan y que se prevén que estén en una semana, ha explicado.
Las prospecciones en este yacimiento de Lancia se realizaron este verano con motivo de las obras de la autovía A-60, que se proyecta que pase por esta zona.
En total se excavó un área de 35.000 metros cuadrados, unos 1.200 metros a lo largo de la hipotética autovía, con el fin de saber qué había ahí.
Lancia fue un poblado prerromano, del siglo II y I a.C., una gran urbe, con una importante historia bélica, que fue tomada después por los romanos, pero no destruida.
Del yacimiento se había excavado con anterioridad una pequeña parte del mismo, pero quedaba por explorar otra más extensa aún y por donde se proyecta que pase esta autovía.
En estas prospecciones del verano se encontraron, según los informes preliminares, una extensa necrópolis de incineración, con unas 200 tumbas, una planta basilical, un complejo industrial, con dos hornos, uno posiblemente romano y otro medieval, entre otros enseres.
Según Gregorio Marcos, los últimos estudios realizados sobre los estos suponen una "confirmación" de lo que arrojaron los informes preliminares, aunque en el caso de la necrópolis de incineración la sitúan un "pelín" antes.
Una vez acabado el informe, la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de la Junta decidirá qué hacer con los restos y si autorizar la A-60.
Cuando se diseñó esta autovía, se contemplaron varios trazados, si bien se acordó que el más idóneo era el que precisamente pasa por este yacimiento.
A raíz de estas prospecciones, varios colectivos se han movilizado para que se preserven estos restos y han creado una plataforma denominada "Salvemos Lancia", que reivindica otro trazado para esta autovía.
Este conjunto lo forman medio centenar de estructuras funerarias y cuevas artificiales en forma de cámara circular con entradas a diversos niveles. Dos de éstas se encuentran a ambos lados de un amplio corredor tallado en la roca arenisca.
Los Ministerios de Cultura y de Medio Ambiente conjuntamente van a invertir 3,7 millones de euros para mejorar las condiciones de estas instalaciones ya que actualmente el yacimiento se encuentra abandonado y no se puede visitar. En esta actuación también se incluye la ciudad romana de Baelo Claudia, las tumbas antropomorfas de Betis- Betijuelo y las canteras romanas de Punta Camarinal.
El proyecto incluye un nuevo proyecto museológico y museográfico para el conjunto arqueológico de Baelo Claudia. Se mejoraran la red de itinerarios del Parque Natural del Estrecho y la accesibilidad a las instalaciones. Así se llevarán a cabo el cerramiento de zonas arqueológicas y se añadirán puertas de acceso a las mismas.
Nuestra historia parecía más o menos clara. Los primeros humanos modernos surgieron en África hace unos 150.000 años. Más tarde, hace 50.000 años, nuestros tatarabuelos salieron del continente para conquistar Asia. Y hace 40.000 años entraron en Europa, donde mucho tiempo después acabaron construyendo la Torre Eiffel. Pero ahora esta teoría se tambalea.
Un grupo de investigadores chinos, dirigido por el paleoantropólogo estadounidense Erik Trinkaus y el chino Wu Liu, ha hallado un fragmento de mandíbula y dos muelas de un individuo que vivió en el sur de China hace unos 100.000 años. Era, inequívocamente, un Homo sapiens. La comunidad científica se enfrenta ahora a los restos de un hombre moderno que han aparecido en un lugar y en una fecha en la que no deberían estar y ponen patas arriba lo asumido hasta ahora.
Según los investigadores, los Homo sapiens coexistieron en Asia con los humanos arcaicos, lo que en Europa llamamos neandertales, durante más de 50.000 años. Y, según explica Trinkaus, aprovecharon el tiempo juntos. "Se cruzaron", asegura el científico, de la Universidad Washington en San Luis, que ya describió en 2003 restos de los primeros humanos modernos europeos en Rumanía.
SEXO CON DESCENDENCIA La mandíbula, desenterrada en 2007 en la cueva de Zhiren -en una zona montañosa de la región de Guangxi, pegada a Vietnam-, es prácticamente como la de cualquier humano moderno, pero más robusta, como la de los neandertales. Su edad, 60.000 años más que las evidencias conocidas hasta ahora, y morfología apuntan a que los Homo sapiens salieron de África mucho antes de lo que se pensaba, protagonizando "una dispersión con asimilación o continuidad poblacional con flujo genético", según los científicos.
Traducido a un lenguaje llano, los primeros humanos modernos abandonaron África hace más de 100.000 años y en su periplo por Asia copularon con otras poblaciones arcaicas. Y, según subraya Trinkaus, adoptaron un mismo estilo de vida. "Las diferencias de comportamiento entre estos dos grupos fueron más pequeñas y más sutiles de lo que se pensaba", señala el investigador.
Los autores, no obstante, apuntan otra posibilidad en su artículo, publicado en la revista PNAS: "El surgimiento de manera independiente de estos rasgos en Asia Oriental". Si se confirmara esta hipótesis, sería una revolución. El multirregionalismo, enemigo de la Teoría Fuera de África, sostiene que el Homo sapiens apareció de manera gradual en varios puntos del planeta. Para el paleobiólogo Antonio Rosas, del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC), "el hallazgo es contradictorio con todo lo que conocemos hasta ahora". No obstante, pide cautela, ya que "el multirregionalismo no ha sido aceptado por la mayor parte de la comunidad científica".
"En China son partidarios del multirregionalismo e, incluso, sostienen que el Homo sapiens pudo surgir en Asia, no en África", explica la paleoantropóloga María Martinón-Torres. Esta científica, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, en Burgos, va a colaborar este año con Wu Liu y tuvo en la mano la mandíbula de Zhiren durante una visita al Instituto de Paleoantropología de Pekín el año pasado.
"Tenemos que estar preparados para que todo cambie con las excavaciones en Asia", advierte. Los yacimientos en Europa y África "están muy trillados", según Martinón-Torres, pero nadie sabe qué se esconde en Asia.
Autor: Manuel Ansede Fuente: Público Fecha: 26/10/2010
La asociación cultural 'Los Dólmenes', creada en torno al patrimonio histórico del sector norte de la comarca del Aljarafe, ha advertido este martes de un supuesto expolio perpetrado en el entorno del Plan Parcial número cuatro de Castilleja de Guzmán (Sevilla), donde hace años fueron descubiertos cuatro 'tholos' o enterramientos circulares relacionados con el cercano dolmen de Montelirio, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), y donde "dos jóvenes" habrían sustraído una punta de lanza y restos óseos pertenecientes a la necrópolis calcolítica que guarda el subsuelo.
A través de un comunicado, la citada organización ha advertido de que un vecino que reside en la calle Miguel de Cervantes, limítrofe a los suelos del citado plan parcial, fue testigo el pasado 21 de octubre de este presunto expolio. Según la asociación 'Los Dólmenes', este vecino contempló desde la azotea de su vivienda cómo dos jóvenes "cavaban" en el interior de estos suelos próximos al conocido dolmen de Montelirio, cuya antigüedad podría remontarse al periodo comprendido entre los años 2800 y 2900 antes de Cristo. En concreto, los jóvenes habrían cavado en la zona del plan parcial cercana al número seis de la calle Miguel de Cervantes, donde previamente unos vecinos del entorno habían "cubierto" con una lona y un tablero una inhumación aflorada a la superficie.
Dos alumnos del Instituto de Educación Secundaria (IES) Las Encinas, igualmente, habrían sido testigos de cómo estas personas cavaban en la zona con la ayuda de una pequeña pala, un cepillo y una azada, huyendo posteriormente con "una punta de lanza y unos huesos" procedentes de la mencionada inhumación. Los supuestos expoliadores, según la organización cultural, habrían sido también avistados en el entorno del propio dolmen de Montelirio, recientemente sometido a excavaciones arqueológicas de la mano de la Consejería de Cultura.
"A PLENA LUZ" DEL DÍA "Este expolio, a plena luz del día, demuestra el estado de dejadez y abandono en que se encuentran todos los dólmenes del Plan Parcial número cuatro", ha denunciado públicamente esta plataforma cultural en cuanto a estos suelos en los que fueron proyectados un geriátrico y una gran superficie comercial hasta que la Consejería de Cultura reconoció el valor de los hallazgos arqueológicos surgidos en el marco de las cautelas patrimoniales.
Los suelos en cuestión, de cualquier forma, se localizan en el ámbito de influencia de la declaración de Bien de Interés Cultural, con la categoría de Zona Arqueológica, que pesa sobre 779,16 hectáreas de los términos municipales de Valencina de la Concepción y Castilleja de Guzmán al albergar este entorno los vestigios del asentamiento prehistórico de la zona norte de la cornisa del Aljarafe. En este mismo entorno, de hecho, se localizan los dólmenes de La Pastora, Matarrubilla y Ontiveros.
LOS SUELOS SON DE TITULARIDAD PRIVADA El alcalde de Castilleja de Guzmán, Carmelo Ceba (PSOE), ha señalado al respecto a Europa Press que ni la Policía Local ni la Guardia Civil le han notificado la incidencia aludida por el colectivo conservacionista, si bien ha reconocido que los suelos del plan parcial número cuatro, de titularidad privada, no gozan de "ningún tipo de protección" física que impida el acceso a posibles expoliadores. En ese sentido, ha explicado que la empresa propietaria de los terrenos en cuestión se encuentra inmersa en un concurso de acreedores y que el Ayuntamiento no tiene poderes sobre sus suelos al carecer de su propiedad.
Sobre la presencia de los posibles expoliadores en el dolmen de Montelirio, Ceba ha recordado que la finca de 16.000 metros cuadrados en la que se alza el monumento megalítico goza de cerramiento y que los corredores y cámaras del túmulo fueron debidamente cubiertos después de que el pasado mes de enero finalizase la última campaña de excavaciones arqueológicas, coordinada por los arqueólogos Álvaro Fernández, Vicente Aycart y José Luis Escacena.
El equipo de arqueólogos que trabaja en el metro de Málaga, bajo la supervisión de los técnicos de la Delegación Provincial de Cultura de la Junta, han finalizado las tareas derivadas del descubrimiento de una necrópolis alto-imperial romana en la confluencia de las calles La Unión y Santa Marta.
Este hallazgo ha sido valorado desde el pasado 5 de octubre por los arqueólogos, pertenecientes a la empresa Taller de Investigaciones Arqueológicas, en coordinación con técnicos de la Delegación Provincial de Cultura y de Metro de Málaga.
Los trabajos se han desarrollado en un corto período de tiempo, sin que se haya visto prácticamente afectado el normal desarrollo de la construcción del metropolitano a su paso por esta parte del trazado, tal y como indicaron a Europa Press desde la Oficina del Metro de Málaga.
UN TOTAL DE 15 TUMBAS Como fruto de este hallazgo se han obtenido 15 tumbas con restos óseos en diferentes estados de conservación. Ahora se procederá a su traslado para el análisis y catálogo de las piezas arqueológicas descubiertas.
Los técnicos de la Delegación Provincial de Cultura de la Junta de Andalucía ya determinaron que esta necrópolis está ligada a una de las vías romanas de salida de la ciudad.
Con la finalización de estos trabajos se cumple con el plazo que se estimó al inicio del hallazgo y la obra recupera, por tanto, la normalidad, reanudando las últimas tareas de colocación de losa de cubierta que restan por hacer en esta zona del trazado.
Desde Metro de Málaga han subrayado que las actuaciones relativas a las obras del suburbano "garantizan la preservación del patrimonio arqueológico, entendido como bien de dominio público, desde el estudio, documentación e, incluso, su conservación o puesta en valor, en los casos que sean necesarios".