El "Hombre de Pekín" (China) y el "Hombre de Atapuerca" (España) se dan la mano en Shanghái, aproximadamente un millón de años después de su aparición en la tierra, en el primer acuerdo para intercambios científicos y culturales entre dos de los yacimientos arqueológicos más importantes del mundo.
El "Hombre de Atapuerca", como el de Pekín, proceden de un tronco común: el Homo Erectus, un homínido que habitó en la tierra entre 1,8 millones de años y 300.000 antes del actual, por lo que abarcó las eras del Pleistoceno Inferior y Medio.
El 2 de diciembre de 1929, el paleontólogo chino Pei Wenzhong halló los restos del que luego se conocería mundialmente como "Hombre de Pekín", el mayor descubrimiento arqueológico de un homínido en Asia.
Fue en una cueva de la localidad de Zhoukoudian, cercana a Pekín, donde el investigador chino desenterró una calavera completa del "homo erectus pekinensis".
Los investigadores concluyeron que los restos pertenecían a un hombre de mediana edad, de 150 centímetros de altura y características fisiológicas similares a las de un hombre chino actual.
En su momento, el descubrimiento fue especialmente popular ya que fue considerado el primer eslabón perdido que justificaba la teoría de la evolución de Darwin.
Más tarde, en 1936, el científico chino Jia Lanpo halló en el mismo yacimiento otros tres cráneos durante unos trabajos que realizaba en la capital durante la guerra de resistencia contra Japón (1937-1945).
Según los últimos estudios elaborados por equipos chinos, el "Hombre de Pekín" data de hace 750.000 años, 200.000 más de lo que se creía en un principio.
El yacimiento, considerado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, está situado en Zhoukoudian, concretamente a 48 kilómetros al sur de la capital china y en una localidad en la que se han detectado, hasta la fecha, los vestigios de cerca de 40 ejemplares del "homo erectus".
El yacimiento chino es el único del mundo con evidencias de presencia humana continuada entre los 500.000 y los 10.000 años antes de nuestra era, por lo que el Hombre de Pekín es conocido como uno de los "eslabones perdidos" que puede ayudar a resolver el misterio de la evolución humana.
El hombre de Pekín, quizá el primero que supo utilizar el fuego, se sitúa en el tiempo entre el hombre de Java, que vivió hace 1,3 millones de años, y el de Neandertal, de hace 120.000 años, mientras que el hombre moderno ('homo sapiens') surgió hace 100.000.
La historia del "Hombre de Pekín" está marcada por la leyenda, ya que se dice que los primeros dientes del homínido los encontró un científico sueco en un mercado de Zhoukoudian, cuando los lugareños trataron de vendérselos asegurando que se trataba de dientes de dragón.
Su polémica también se alarga en el tiempo, puesto que tres de los cinco fragmentos de huesos originales se perdieron misteriosamente durante la guerra contra el invasor japonés (1937-1945) y aún se desconoce su paradero.
El lugar donde están los tres fragmentos perdidos, que ha sido buscado por la CIA y el FBI, es uno de los grandes enigmas de la Paleontología, y existe una recompensa de 150.000 dólares para quien pueda aportar datos sobre su paradero.
En 2005, el Gobierno chino lanzó sin éxito una campaña para su recuperación tanto en el interior del país como en Estados Unidos, donde se cree que los responsables de la excavación enviaron los huesos para evitar el expolio japonés.
Fuente: Canal Patrimonio
Fecha: 11/10/2010
El "Hombre de Atapuerca", como el de Pekín, proceden de un tronco común: el Homo Erectus, un homínido que habitó en la tierra entre 1,8 millones de años y 300.000 antes del actual, por lo que abarcó las eras del Pleistoceno Inferior y Medio.
El 2 de diciembre de 1929, el paleontólogo chino Pei Wenzhong halló los restos del que luego se conocería mundialmente como "Hombre de Pekín", el mayor descubrimiento arqueológico de un homínido en Asia.
Fue en una cueva de la localidad de Zhoukoudian, cercana a Pekín, donde el investigador chino desenterró una calavera completa del "homo erectus pekinensis".
Los investigadores concluyeron que los restos pertenecían a un hombre de mediana edad, de 150 centímetros de altura y características fisiológicas similares a las de un hombre chino actual.
En su momento, el descubrimiento fue especialmente popular ya que fue considerado el primer eslabón perdido que justificaba la teoría de la evolución de Darwin.
Más tarde, en 1936, el científico chino Jia Lanpo halló en el mismo yacimiento otros tres cráneos durante unos trabajos que realizaba en la capital durante la guerra de resistencia contra Japón (1937-1945).
Según los últimos estudios elaborados por equipos chinos, el "Hombre de Pekín" data de hace 750.000 años, 200.000 más de lo que se creía en un principio.
El yacimiento, considerado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, está situado en Zhoukoudian, concretamente a 48 kilómetros al sur de la capital china y en una localidad en la que se han detectado, hasta la fecha, los vestigios de cerca de 40 ejemplares del "homo erectus".
El yacimiento chino es el único del mundo con evidencias de presencia humana continuada entre los 500.000 y los 10.000 años antes de nuestra era, por lo que el Hombre de Pekín es conocido como uno de los "eslabones perdidos" que puede ayudar a resolver el misterio de la evolución humana.
El hombre de Pekín, quizá el primero que supo utilizar el fuego, se sitúa en el tiempo entre el hombre de Java, que vivió hace 1,3 millones de años, y el de Neandertal, de hace 120.000 años, mientras que el hombre moderno ('homo sapiens') surgió hace 100.000.
La historia del "Hombre de Pekín" está marcada por la leyenda, ya que se dice que los primeros dientes del homínido los encontró un científico sueco en un mercado de Zhoukoudian, cuando los lugareños trataron de vendérselos asegurando que se trataba de dientes de dragón.
Su polémica también se alarga en el tiempo, puesto que tres de los cinco fragmentos de huesos originales se perdieron misteriosamente durante la guerra contra el invasor japonés (1937-1945) y aún se desconoce su paradero.
El lugar donde están los tres fragmentos perdidos, que ha sido buscado por la CIA y el FBI, es uno de los grandes enigmas de la Paleontología, y existe una recompensa de 150.000 dólares para quien pueda aportar datos sobre su paradero.
En 2005, el Gobierno chino lanzó sin éxito una campaña para su recuperación tanto en el interior del país como en Estados Unidos, donde se cree que los responsables de la excavación enviaron los huesos para evitar el expolio japonés.
Fuente: Canal Patrimonio
Fecha: 11/10/2010
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