La ARMH entregará, 74 años después de su asesinato, los restos mortales de dos represaliados del 36.
“Si vuelvo… que no sé si volveré…”. Con estas premonitorias palabras se despidió de los suyos Elías Gutiérrez de Godos la tarde del 16 de septiembre de 1936. Tres días después, su cuerpo tiroteado yacía bajo la tierra del Monte Calzadín, en una pedregosa cuneta próxima a la localidad de Gordaliza del Pino y de la que finalmente pudo ser rescatado por el equipo de la ARMH en 2007.
El próximo sábado, cuando se cumplen 74 años de su asesinato, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) procederá a la entrega de los restos mortales de este labrador de Grajal, cuya familia dará por fin una sepultura digna a aquel que “sólo defendió la libertad”.
Además del cuerpo de Elías, la ARMH hará también entrega de los restos de otro ‘paseado’ del 36, de nombre Jacinto Martínez Santos, nacido en Grajal de Campos, jornalero agrícola, y que fue apresado y asesinado junto a Elías. El ‘delito’ de éste, reclamar los derechos de los campesinos.
El acto en recuerdo de los dos jornaleros tendrá lugar a partir de las 11:30 horas en el Palacio de los Condes de Grajal. Además del emotivo acto de entrega, la ARMH explicará los extremos de la prospección y posterior exhumación de los cuerpos en la que participarán los técnicos y voluntarios que asistieron en esa campaña.
Jacinto Martínez y Elías Gutiérrez son sólo dos de los catorce ‘protagonistas’ de una dura investigación realizada por el historiador Vicente Martínez Encinas recopilada en el volumen ‘Grajal de Campos. La década conflictiva: 1930 - 1936’, donde recuerda las vidas de todos ellos.
‘Jacintón’
Según recoge Encinas, Jacinto Martínez Santos, ‘Jacintón’ era un jornalero agrícola “ingenuo y bohemio a su estilo. Trabajador duro. Incapaz de practicar el mal a sabiendas y una persona de leyenda por su singularidad”. La singularidad a la que hace referencia Encinas quedó perpetuada en la novela Historias de Valcanillo, de Tomás Salvador, novela finalista del Premio Nadal en 1951.
Implicado en la toma de la Panera Comarcal (una sonada revuelta donde los campesinos reclamaban el acceso al trigo comunal) y en el motín de la Plaza Mayor, (también relacionado con el capítulo de la panera) lo detuvieron el día 16 de septiembre de 1936, en la era de Macario Antolinez de la Mota, cuando estaba limpiando el grano. Actuaron en la detención guardias civiles de Cistierna y falangistas que, en principio, sólo iban a tomarle declaración. Así todo, Jacinto Martínez fue trasladado al centro de Falange de Grajal y de allí a la cárcel de Sahagún.
El día 19 de septiembre, hacia las 12 de la mañana, lo sacaron en “un coche verdinegro” y lo fusilaron junto con Elías Gutiérrez de Godos, en el Monte Calzadín, entorno perteneciente al término municipal de Gordaliza del Pino. Según los testimonios recogidos por Encinas, “Elías resultó muerto en el acto, mientras que Jacintón quedó malherido. Dada su corpulenta humanidad, arrebató la pistola al guardia que lo disparó y tambaleándose intentó golpearle con ella. Otro guardia civil lo remató”.
Elías Gutiérrez de Godos
Elías Gutiérrez de Godos, también era labrador y jornalero agrícola. Estaba casado y tenía diez hijos. Afiliado en mayo de 1931 a la Derecha Liberal Republicana, estuvo trabajando el día 16 de septiembre por la mañana en el pago de la Fuente del Piojo. Dejó los utensilios de trabajo en el carro de la familia Santos-Rodríguez, con una advertencia premonitoria: “Si vuelvo… que no sé si volveré…” se fue a casa y, aquella misma tarde, lo detuvieron con el pretexto de tomarle declaración.
El día 19 a las 12 de la mañana, llegaban a la prisión del partido judicial sus familiares para entregarle ropa y comida. En ese momento, arrancaba el coche que trasladaba a ambos. “Los allegado le siguieron, a duras penas, hasta el Puente Canto ”, recoge Encinas. “En el Registro Civil de Grajal no costa partida alguna de su defunción o fusilamiento”.
Fuente: La Crónica de León
Autor: Cristina Domínguez
Fecha: 24/09/2010
“Si vuelvo… que no sé si volveré…”. Con estas premonitorias palabras se despidió de los suyos Elías Gutiérrez de Godos la tarde del 16 de septiembre de 1936. Tres días después, su cuerpo tiroteado yacía bajo la tierra del Monte Calzadín, en una pedregosa cuneta próxima a la localidad de Gordaliza del Pino y de la que finalmente pudo ser rescatado por el equipo de la ARMH en 2007.
El próximo sábado, cuando se cumplen 74 años de su asesinato, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) procederá a la entrega de los restos mortales de este labrador de Grajal, cuya familia dará por fin una sepultura digna a aquel que “sólo defendió la libertad”.
Además del cuerpo de Elías, la ARMH hará también entrega de los restos de otro ‘paseado’ del 36, de nombre Jacinto Martínez Santos, nacido en Grajal de Campos, jornalero agrícola, y que fue apresado y asesinado junto a Elías. El ‘delito’ de éste, reclamar los derechos de los campesinos.
El acto en recuerdo de los dos jornaleros tendrá lugar a partir de las 11:30 horas en el Palacio de los Condes de Grajal. Además del emotivo acto de entrega, la ARMH explicará los extremos de la prospección y posterior exhumación de los cuerpos en la que participarán los técnicos y voluntarios que asistieron en esa campaña.
Jacinto Martínez y Elías Gutiérrez son sólo dos de los catorce ‘protagonistas’ de una dura investigación realizada por el historiador Vicente Martínez Encinas recopilada en el volumen ‘Grajal de Campos. La década conflictiva: 1930 - 1936’, donde recuerda las vidas de todos ellos.
‘Jacintón’
Según recoge Encinas, Jacinto Martínez Santos, ‘Jacintón’ era un jornalero agrícola “ingenuo y bohemio a su estilo. Trabajador duro. Incapaz de practicar el mal a sabiendas y una persona de leyenda por su singularidad”. La singularidad a la que hace referencia Encinas quedó perpetuada en la novela Historias de Valcanillo, de Tomás Salvador, novela finalista del Premio Nadal en 1951.
Implicado en la toma de la Panera Comarcal (una sonada revuelta donde los campesinos reclamaban el acceso al trigo comunal) y en el motín de la Plaza Mayor, (también relacionado con el capítulo de la panera) lo detuvieron el día 16 de septiembre de 1936, en la era de Macario Antolinez de la Mota, cuando estaba limpiando el grano. Actuaron en la detención guardias civiles de Cistierna y falangistas que, en principio, sólo iban a tomarle declaración. Así todo, Jacinto Martínez fue trasladado al centro de Falange de Grajal y de allí a la cárcel de Sahagún.
El día 19 de septiembre, hacia las 12 de la mañana, lo sacaron en “un coche verdinegro” y lo fusilaron junto con Elías Gutiérrez de Godos, en el Monte Calzadín, entorno perteneciente al término municipal de Gordaliza del Pino. Según los testimonios recogidos por Encinas, “Elías resultó muerto en el acto, mientras que Jacintón quedó malherido. Dada su corpulenta humanidad, arrebató la pistola al guardia que lo disparó y tambaleándose intentó golpearle con ella. Otro guardia civil lo remató”.
Elías Gutiérrez de Godos
Elías Gutiérrez de Godos, también era labrador y jornalero agrícola. Estaba casado y tenía diez hijos. Afiliado en mayo de 1931 a la Derecha Liberal Republicana, estuvo trabajando el día 16 de septiembre por la mañana en el pago de la Fuente del Piojo. Dejó los utensilios de trabajo en el carro de la familia Santos-Rodríguez, con una advertencia premonitoria: “Si vuelvo… que no sé si volveré…” se fue a casa y, aquella misma tarde, lo detuvieron con el pretexto de tomarle declaración.
El día 19 a las 12 de la mañana, llegaban a la prisión del partido judicial sus familiares para entregarle ropa y comida. En ese momento, arrancaba el coche que trasladaba a ambos. “Los allegado le siguieron, a duras penas, hasta el Puente Canto ”, recoge Encinas. “En el Registro Civil de Grajal no costa partida alguna de su defunción o fusilamiento”.
Fuente: La Crónica de León
Autor: Cristina Domínguez
Fecha: 24/09/2010
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