Los arqueólogos de la cueva de El Sidrón, en Asturias, han aprovechado el tiempo. A pesar de haber tenido que acortar la temporada de excavaciones este año por falta de presupuesto, han logrado localizar el lugar original donde yacieron los cadáveres de los 10 u 11 neandertales que vivieron en este rincón de Asturias hace unos 43.000 años.
En algún momento, los cadáveres fueron arrastrados por una tormenta hasta el depósito inferior del que se han ido rescatando desde 1994. "Es posible que el agua no se llevase todo y que haya más restos en la nueva localización", señala el investigador del CSIC Antonio Rosas, uno de los responsables de la excavación.
En el nivel más profundo se han hallado este año varios huesos nuevos de aquellos habitantes, entre los que hay fragmentos del pie así como una vértebra y trozos de fémur que aún están incrustados en la roca y no podrán ser extraídos este año, debido a la falta de tiempo y recursos.
La campaña en El Sidrón concluyó ayer tras apenas 12 días de trabajo en lugar de los 30 que se habrían dedicado si el Principado de Asturias no hubiese cortado el grifo de la financiación. "Esperamos que sea sólo una vaguada en el camino", señala Rosas. De esta cueva han salido restos que han permitido secuenciar el genoma neandertal y confirmar que se cruzaron con los sapiens.
Los geólogos del equipo, de unas 20 personas, hicieron un sondeo de la cueva y localizaron el posible "depósito primario" de los restos, es decir, su lecho de muerte. Alcanzar este depósito podría esclarecer muchos misterios sobre quiénes eran los neandertales asturianos.
"No se sabe si aquello era una tumba y esa es la pregunta que queremos responder", confiesa Rosas. Pero hasta que se alcance la gruta no se sabrá si fue en realidad el lecho de muerte original de este grupo humano, en el que había varios adultos, dos adolescentes y al menos un niño.
La cavidad, hoy repleta de sedimentos, está a unos siete metros de profundidad, unos diez más arriba que el depósito más profundo. Es difícil saber cuánto tiempo se tardaría en alcanzarla, pero Rosas calcula que al menos hacen falta cinco campañas, es decir, cinco años con financiación y tiempo para excavar.
Fuente: Público
Fecha: 13/09/2010
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