Su talento militar lo convirtió en mentor de algunos de los mayores conquistadores de la historia, como Aníbal y Napoléon, mientras sus tácticas militares siguen siendo estudiadas hasta hoy. Aunque su reinado fue breve, Alejandro III de Macedonia -conocido popularmente por su apodo "El Grande" (356 a.C.-323 a.C.)-, fue responsable de crear uno de los mayores imperios de todos los tiempos: no sólo marchó exitosamente a Siria, Egipto (donde incluso recibidió el título de faraón), Mesopotamia, Persia y Bactria, sino que propagó la cultura griega hacia el Oriente y marcó el inició de la llamada civilización helénica.
Pero pese a la leyenda que pesaba sobre sus hombros, su muerte no fue épica ni sangrienta. Durante el mes de junio del año 323 a.C., Alejandro falleció en el palacio de Nabucodonosor II, en Babilonia. Desde entonces se ha especulado con las posibles razones de su fallecimiento, por lo que han surgido teorías que van desde el envenenamiento hasta causas naturales. Ahora un nuevo estudio, que se presentará esta semana en el XII Congreso Internacional de Toxicología, en España, afirma que el estratega habría muerto producto de un veneno fabricado con una bacteria altamente tóxica y capaz de generar los efectos que los antiguos atribuían a las letales aguas del río Estigia, que servía de entrada al inframundo de la mitología griega.
Según Antoinette Hayes, toxicóloga de Pfizer Research y coautora del reporte basado en la revisión de documentos antiguos, la calicheamicina generada por la bacteria Micromonospora echinospora fue el elemento que le dio su reputación al Estigia, hoy conocido como Mavroneri, y cuyas aguas dan origen a la segunda cascada más grande de Grecia. "Se trata de una bacteria extremadamente tóxica y que apenas se ha estudiado. Fue descubierta en los 80 en el caliche, depósitos solidificados de carbonato de calcio que son comunes en Grecia", dijo a Hayes a Discovery News.
Alejando cayó enfermo durante una celebración, gritando de dolor ante una repentina punzada en la zona del hígado. Cayó en cama incapaz de hablar y sólo movía sus ojos y manos. "Las citotoxinas causan muerte celular e inducen fiebre alta, escalofríos, y severos dolores musculares. Por eso esta toxina pudo causar la fiebre y el dolor que sufrió Alejandro", concluyó Hayes.
Fuente: La Tercera
Fecha: 19/07/2010
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