«Único en España». Los profesores de Prehistoria de la Universidad de León Federico Bernaldo de Quirós y Ana Neira Campos manifestaron que el hecho de que los dos cuerpos de los hombres del mesolítico encontrados en una cueva de Arintero hace cuatro años no fueran inhumados es un hecho excepcional. «Es la primera vez que se encuentra aquí un rito funerario del Mesolítico de estas características», destacan, y añaden que esta práctica se había constatado ya en descubrimientos realizados en Portugal o Italia pero nunca en España. Y es que el 90% los ritos funerarios durante el mesolítico eran de inhumación, mientras que los dos individuos de Arintero fueron depositados -”no enterrados-” en el interior de una cueva, lo que implica el inicio de una nueva visión del mundo del hombre que precedió al Neolítico. Esta misma teoría la defiende Pablo Arias, investigador del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, que destaca que este tipo de comportamientos funerarios -”una cavidad remota, aparentemente no habitable donde se colocan los cadáveres a manera de nichos-” son más frecuentes en épocas más tardías. «La Braña Arintero constituye un documento de gran importancia para conocer el comportamiento funerario de las últimas sociedades de cazadores-recolectores de la península Ibérica», explica.
Dieta y estacionalidad.
El delegado de la Junta, Eduardo Fernández, presentó las conclusiones de la investigación de los dos cuerpos hallados en la cueva de La Braña-Arintero, en una publicación que, coordinada por la antropóloga Encina Prada y el arqueólogo de la Junta Julio Vidal, ha sido editada en la colección Estudios y catálogos de la Junta de Castilla y León. Este monográfico reúne toda la investigación a través de trabajos y estudios de las áreas de prehistoria y antropología de varias universidades españolas y europeas, como la de Oxford o la de Burdeos. Así, los investigadores franceses Solange Rigaud, Franceso D-™ Errico y Marian Vanhaeren fueron los responsables del estudio de los 24 caninos de ciervo encontraron junto a los cuerpos. Destacan los estudiosos que el conjunto responde a una selección que tenía como finalidad adornar, de acuerdo con los cánones simbólicos establecidos, el atuendo que el difunto llevó a lo largo de su vida. Además, existen diferencias en la perforación de los dientes, lo que lleva a pensar que en la confección del conjunto participaron varias personas. Encina Prada manifestó que sólo dos de los caninos pertenecían al mismo ciervo, el resto procedían de distintos cérvidos, todos ellos machos. Además, se ha descubierto que la colección estaba fijada de manera lateral al vestido del portador.
Por su parte, la Universidad de Oxford en colaboración con la de Santander, estudió el colágeno encontrado en los huesos de los dos esqueletos y determinó que, durante sus últimos años de vida, los dos humanos habían basado su alimentación en productos de origen marino, algo muy extraño para los habitantes de zonas de interior. Para Federico Bernaldo de Quirós y Ana Neira, los dos individuos formaban parte de un grupo de alrededor de cincuenta personas cuya dieta puede explicarse en el hecho de que habrían pasado a uno y otro lado de la cornisa cantábrica de manera estacional.
La antropóloga Encina Prada subrayó que los restos humanos corresponden a dos varones de unos 35 o 40 años cuyos restos se conservan de manera muy completa. Ambos individuos se parecen y tienen rasgos suaves y no muy robustos. Además, no eran excesivamente altos. Medían 1,66 y 1,63 centímetros y prácticamente no falta ningún hueso. Las entesopatías de ambos muestran que habrían pasado gran parte de su tiempo en cuclillas o arrodillados, una postura que podrían haber adoptado para la fabricación de utensilios con los que cazar y recolectar.
Hallados en Braña-Arintero los primeros restos humanos mesolíticos del Duero
Los trabajos de investigación que desde hace cuatro años se han realizado en la cueva leonesa de Braña-Arintero han logrado descubrir, por primera vez, restos humanos de la época mesolítica en la cuenca del Duero.
Dos esqueletos hallados en esta zona componen el testimonio más interior de la Península Ibérica, ya que normalmente suelen tener más ámbito costero, según ha informado esta mañana Julio Vidal, coordinador del libro "Los hombres mesolíticos de la cueva de Braña-Arintero", que aúna las investigaciones realizadas desde 2006.
Este monográfico, presentado en León, reúne toda la investigación a través de trabajos y estudios de las áreas de prehistoria y antropología de varias universidades españolas y europeas, como la de Oxford o la de Burdeos, según ha informado una de las coordinadoras del proyecto, Encina Prada.
La Universidad de Burdeos fue la encargada de llevar a cabo un estudio sobre 24 caninos de ciervo que se encontraron junto a los restos humanos y que constituyen unos de los primeros ejemplos de Europa sobre la utilización de huesos para el adorno personal.
Por su parte, la Universidad de Oxford en colaboración con la de Santander, estudió el colágeno encontrado en los huesos de los dos esqueletos y determinó que, durante sus últimos años de vida, los dos humanos habían basado su alimentación en productos de origen marino, algo muy extraño para los habitantes de zonas de interior.
Los restos humanos corresponden, según ha informado la investigadora Encina Prada, a dos varones de unos 35 ó 40 años, a los que hace unos 8.000 años sus congéneres dieron sepultura en un lugar muy propicio para su conservación: dentro de la cueva y lejos del alcance animal.
"Estos hallazgos tienen una particularidad para el mesolítico de la Península Ibérica y del resto de Europa, y es que no hubo intención de enterrarlos, sino que descansaban en la superficie, lo que ha propiciado su buena conservación y el hecho de que se hayan encontrado prácticamente todos los huesos del cuerpo", ha explicado.
La Junta de Castilla y León, responsable de estos vestigios, ha inaugurado una exposición en el Museo de León en la que se pueden observar todos los restos hallados en Braña-Arintero y en la que se explican las investigaciones que aúna el monográfico, según ha anunciado su delegado territorial, Eduardo Fernández.
Fuente: Diario de León / Canal Patrimonio
Fecha: 16/06/2010
Dieta y estacionalidad.
El delegado de la Junta, Eduardo Fernández, presentó las conclusiones de la investigación de los dos cuerpos hallados en la cueva de La Braña-Arintero, en una publicación que, coordinada por la antropóloga Encina Prada y el arqueólogo de la Junta Julio Vidal, ha sido editada en la colección Estudios y catálogos de la Junta de Castilla y León. Este monográfico reúne toda la investigación a través de trabajos y estudios de las áreas de prehistoria y antropología de varias universidades españolas y europeas, como la de Oxford o la de Burdeos. Así, los investigadores franceses Solange Rigaud, Franceso D-™ Errico y Marian Vanhaeren fueron los responsables del estudio de los 24 caninos de ciervo encontraron junto a los cuerpos. Destacan los estudiosos que el conjunto responde a una selección que tenía como finalidad adornar, de acuerdo con los cánones simbólicos establecidos, el atuendo que el difunto llevó a lo largo de su vida. Además, existen diferencias en la perforación de los dientes, lo que lleva a pensar que en la confección del conjunto participaron varias personas. Encina Prada manifestó que sólo dos de los caninos pertenecían al mismo ciervo, el resto procedían de distintos cérvidos, todos ellos machos. Además, se ha descubierto que la colección estaba fijada de manera lateral al vestido del portador.
Por su parte, la Universidad de Oxford en colaboración con la de Santander, estudió el colágeno encontrado en los huesos de los dos esqueletos y determinó que, durante sus últimos años de vida, los dos humanos habían basado su alimentación en productos de origen marino, algo muy extraño para los habitantes de zonas de interior. Para Federico Bernaldo de Quirós y Ana Neira, los dos individuos formaban parte de un grupo de alrededor de cincuenta personas cuya dieta puede explicarse en el hecho de que habrían pasado a uno y otro lado de la cornisa cantábrica de manera estacional.
La antropóloga Encina Prada subrayó que los restos humanos corresponden a dos varones de unos 35 o 40 años cuyos restos se conservan de manera muy completa. Ambos individuos se parecen y tienen rasgos suaves y no muy robustos. Además, no eran excesivamente altos. Medían 1,66 y 1,63 centímetros y prácticamente no falta ningún hueso. Las entesopatías de ambos muestran que habrían pasado gran parte de su tiempo en cuclillas o arrodillados, una postura que podrían haber adoptado para la fabricación de utensilios con los que cazar y recolectar.
Hallados en Braña-Arintero los primeros restos humanos mesolíticos del Duero
Los trabajos de investigación que desde hace cuatro años se han realizado en la cueva leonesa de Braña-Arintero han logrado descubrir, por primera vez, restos humanos de la época mesolítica en la cuenca del Duero.
Dos esqueletos hallados en esta zona componen el testimonio más interior de la Península Ibérica, ya que normalmente suelen tener más ámbito costero, según ha informado esta mañana Julio Vidal, coordinador del libro "Los hombres mesolíticos de la cueva de Braña-Arintero", que aúna las investigaciones realizadas desde 2006.
Este monográfico, presentado en León, reúne toda la investigación a través de trabajos y estudios de las áreas de prehistoria y antropología de varias universidades españolas y europeas, como la de Oxford o la de Burdeos, según ha informado una de las coordinadoras del proyecto, Encina Prada.
La Universidad de Burdeos fue la encargada de llevar a cabo un estudio sobre 24 caninos de ciervo que se encontraron junto a los restos humanos y que constituyen unos de los primeros ejemplos de Europa sobre la utilización de huesos para el adorno personal.
Por su parte, la Universidad de Oxford en colaboración con la de Santander, estudió el colágeno encontrado en los huesos de los dos esqueletos y determinó que, durante sus últimos años de vida, los dos humanos habían basado su alimentación en productos de origen marino, algo muy extraño para los habitantes de zonas de interior.
Los restos humanos corresponden, según ha informado la investigadora Encina Prada, a dos varones de unos 35 ó 40 años, a los que hace unos 8.000 años sus congéneres dieron sepultura en un lugar muy propicio para su conservación: dentro de la cueva y lejos del alcance animal.
"Estos hallazgos tienen una particularidad para el mesolítico de la Península Ibérica y del resto de Europa, y es que no hubo intención de enterrarlos, sino que descansaban en la superficie, lo que ha propiciado su buena conservación y el hecho de que se hayan encontrado prácticamente todos los huesos del cuerpo", ha explicado.
La Junta de Castilla y León, responsable de estos vestigios, ha inaugurado una exposición en el Museo de León en la que se pueden observar todos los restos hallados en Braña-Arintero y en la que se explican las investigaciones que aúna el monográfico, según ha anunciado su delegado territorial, Eduardo Fernández.
Fuente: Diario de León / Canal Patrimonio
Fecha: 16/06/2010