viernes, 11 de junio de 2010

Una prospección localiza en la Catedral los posibles restos de Arias Gonzalo

Una prospección endoscópica efectuada en seis lucillos, nichos que están en los muros, de la nave sur y en los laterales del coro de la Catedral que en la actualidad están tapados ha permitido descubrir unos restos humanos que podrían pertenecer a Arias Gonzalo, albacea del rey Fernando I de Castilla y, según la tradición, defensor en la ciudad en el Cerco, un grupo escultórico medieval, varias pinturas murales y la momia del obispo de Bernardo de Perigord.

Los hallazgos han tenido lugar mediante la introducción de una pequeña cámara en unos huecos abiertos en los lucillos cegados «por moda en el siglo XVII», una vez que en el 2001 en la capilla de San Juan Evangelista se hallaron de manera fortuita varias esculturas en relieve posiblemente del autor del sepulcro del doctor Grado que ahora se conservan en el Museo Catedralicio.

En el arcosolio ubicado en el primer tramo del costado norte del coro han localizado los restos recogidos tras el incendio del antiguo claustro en 1591 y recolocados en este punto de la Seo en 162. Han detectado a un difunto momificado y «a través del endoscopio se observa un pie envuelto en un sudario», aseveró el director del Museo Catedralicio, José Ángel Rivera de las Heras. El historiador aludió a que «la documentación conservada sugiere que el difunto sea Arias Gonzalo».

El descubrimiento más importante desde el punto de vista artístico y patrimonial es el del lucillo del alcaide Lope Rodríguez de Olivares, fallecido en 1402, que se encuentra en el muro sur del primer tramo de la nave meridional de la Catedral. «En el fondo del nicho localizamos un relieve escultórico que representa la "Transfiguración del Señor"», explicó el responsable diocesano de Patrimonio. En su centro «aparece Cristo, con la barba y el pelo dorado, envuelto en un haz de rayo, bendiciendo con la mano derecha y con una filacteria desplegada en la mano izquierda, rodeado por Pedro y Santiago y, en la parte inferior, San Juan Evangelista». En la cara interior del arco se aprecian «figuras murales figurativas que corresponden al rey David y al rey Salomón», mientras que «en la parte baja se vislumbran otras escenas que no se han podido concretar», describió Rivera de las Heras. El experto sentenció: «El hallazgo es de primera categoría». «No conocemos en sepulcros murales en Castilla y León de la época medieval ninguna representación con el tema de la "Transfiguración"».

Momia de un obispo
Otro arcosolio analizado es el del obispo don Bernardo de Perigord, el primer prelado tras la restitución de la sede episcopal. En él han encontrado, a través del endoscopio y moviendo posteriormente un sillar, en su parte inferior «los restos mortales momificados cubiertos por un sudario que se suponen que corresponden al obispo Bernardo de Perigord», cuyo pontificado transcurrió entre 1121 y 1149, concretó el experto.

En el nicho construido en los muros de la nave meridional, el lucillo correspondiente al canónico Alonso García abad del Espíritu Santo, la prospección, autorizada por la Comisión Territorial de Patrimonio, ha revelado que «el interior está lleno casi hasta arriba de piedra, sólo se aprecian pinturas murales figurativas y geométricas en la zona central y en el lado derecho de la superficie inferior de un arco», precisó el responsable diocesano de Patrimonio. El historiador concretó que en la clave que cierra el arco aparece pintado «el escudo catedralicio, por ser el difundo un integrante del Cabildo, sobrepuesto sobre la pinturas originales que pueden pertenecer al siglo XVI o XVII».

En el primer tramo del costado sur del coro, el estudio se ha efectuado sobre el sepulcro del chantre Juan del Busto y muestra que el muro interior es totalmente liso y la parte inferior no ha podido ser explorada por estar llena de piedras . Además, el lucillo del obispo Pedro II, situado en el primer tramo del costado norte del coro, «ha sido imposible de explorar al estar su interior macizo y se ignora aún si se conservan el bulto funerario o la tapa y los restos mortales del prelado».

Ante la importancia de los hallazgos de la prospección, realizada en mayo por la empresa Abado y promovida por el Cabildo con los donativos de los visitantes que acceden a la Seo, el organismo catedralicio ha decido proseguir «con el descubrimiento total de los lucillos», actuación para la que pedirán la autorización a la Comisión Territorial de Patrimonio, y «en las condiciones que estipule, retirar los cegacimientos para saber qué es lo que hay de forma total no de manera parcial como hasta ahora», concretó Rivera de Las Heras.

Las actuaciones, precisó el director del Museo Catedralicio, «serán paulatinas» y comenzarán por el arcosolio en donde se encuentra el relieve de la «Transfiguración» para proseguir con el resto de nichos «en la medida que lo permitan las posibilidades económicas del Cabildo», puntualizó el historiador. El delegado diocesano de Patrimonio concluyó: «estos descubrimientos modifican sustancialmente el aspecto de la Catedral y su patrimonio artístico».

Fuente: La Opinion de Zamora
Fecha: 09/06/2010

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