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domingo, 6 de febrero de 2011
Neandertales, humanos hasta las narices
Las grandes narices que gastaban los neandertales no eran una adaptación al frío. Así lo asegura un nuevo estudio que ha analizado cráneos de Homo sapiens y sus parientes cercanos para poner a prueba una hipótesis sostenida durante décadas.
Desde que, hace más de 180 años, se desenterraron en Bélgica los primeros fósiles neandertales, estos han pasado de ser deformes embrutecidos a un grupo hermano que llegó a compartir lecho y fluidos con los humanos modernos. Muchas de las diferencias físicas entre ambos se han intentado explicar como adaptación a un clima frío, ya que los neandertales supieron vivir en una Europa gélida durante decenas de miles de años.
"Los neandertales eran considerados como los esquimales del Pleistoceno", explica a Público Todd Rae, un paleontólogo de la Universidad de Roehampton (Reino Unido). Las narices grandes también se habían atribuido a las bajas temperaturas, algo que no tenía mucho sentido, según Todd. "Los esquimales tienen caras y narices estrechas", señala. Para poner a prueba la teoría, Rae comparó los senos nasales de humanos modernos y neandertales. La talla de estas cavidades huecas situadas en el interior del cráneo y las fosas nasales se suponía un indicador de esa adaptación al frío, y estudios anteriores decían que los neandertales las tenían más grandes. De esa forma, sus nasos podían calentar mejor el aire frío.
El equipo de Rae ha analizado radiografías y reconstrucciones en tres dimensiones de cráneos bien conservados de neandertales que vivieron en climas fríos y los comparó con los de Homo sapiens de climas templados. Los resultados, publicados en Journal of Human Evolution, no concuerdan con la teoría de la adaptación a temperaturas bajas. "Los senos nasales de los neandertales de climas fríos resultan iguales que los de los humanos modernos europeos", explica Rae. "La nariz ancha no era una adaptación al frío", sentencia.
Otros estudios apoyan su tesis. Los senos nasales se hacen más pequeños cuanto más bajas son las temperaturas, tanto entre primates como roedores. De forma similar, los senos de los esquimales también son más pequeños que los del resto de los humanos de hoy. La moraleja es que hay que pensar en una nueva teoría para descifrar el misterio del rostro neandertal. "Es posible que, en lugar del frío, sea una adaptación a la vida en el bosque, ya que otros rasgos neandertales, como las piernas cortas y la menor estatura, se han propuesto como tales", propone Rae.
El caso no está cerrado. "El estudio presenta unas medidas un poco pobres para generalizar", opina el investigador del CSIC Antonio Rosas. Como posible explicación apunta que aquellas caras de grandes narices, pómulos marcados y barbillas retraídas podrían deberse al azar de la evolución, conocido como deriva genética.
"Me convence totalmente la explicación del fenómeno como resultado de la deriva genética desde un antepasado común con nosotros", opina Michael Walker, profesor de antropología de la Universidad de Murcia. De hecho, las formas neandertales podrían ser mucho más comunes que las sapiens. "El rostro neandertal refleja una morfología muy arraigada en el género Homo durante el Pleistoceno medio, lo que es difícilmente compatible con la adaptación al frío", opina el experto.
Autor: Nuño Domínguez
Fuente: Público
Fecha: 18/01/2011
Desde que, hace más de 180 años, se desenterraron en Bélgica los primeros fósiles neandertales, estos han pasado de ser deformes embrutecidos a un grupo hermano que llegó a compartir lecho y fluidos con los humanos modernos. Muchas de las diferencias físicas entre ambos se han intentado explicar como adaptación a un clima frío, ya que los neandertales supieron vivir en una Europa gélida durante decenas de miles de años.
"Los neandertales eran considerados como los esquimales del Pleistoceno", explica a Público Todd Rae, un paleontólogo de la Universidad de Roehampton (Reino Unido). Las narices grandes también se habían atribuido a las bajas temperaturas, algo que no tenía mucho sentido, según Todd. "Los esquimales tienen caras y narices estrechas", señala. Para poner a prueba la teoría, Rae comparó los senos nasales de humanos modernos y neandertales. La talla de estas cavidades huecas situadas en el interior del cráneo y las fosas nasales se suponía un indicador de esa adaptación al frío, y estudios anteriores decían que los neandertales las tenían más grandes. De esa forma, sus nasos podían calentar mejor el aire frío.
El equipo de Rae ha analizado radiografías y reconstrucciones en tres dimensiones de cráneos bien conservados de neandertales que vivieron en climas fríos y los comparó con los de Homo sapiens de climas templados. Los resultados, publicados en Journal of Human Evolution, no concuerdan con la teoría de la adaptación a temperaturas bajas. "Los senos nasales de los neandertales de climas fríos resultan iguales que los de los humanos modernos europeos", explica Rae. "La nariz ancha no era una adaptación al frío", sentencia.
Otros estudios apoyan su tesis. Los senos nasales se hacen más pequeños cuanto más bajas son las temperaturas, tanto entre primates como roedores. De forma similar, los senos de los esquimales también son más pequeños que los del resto de los humanos de hoy. La moraleja es que hay que pensar en una nueva teoría para descifrar el misterio del rostro neandertal. "Es posible que, en lugar del frío, sea una adaptación a la vida en el bosque, ya que otros rasgos neandertales, como las piernas cortas y la menor estatura, se han propuesto como tales", propone Rae.
El caso no está cerrado. "El estudio presenta unas medidas un poco pobres para generalizar", opina el investigador del CSIC Antonio Rosas. Como posible explicación apunta que aquellas caras de grandes narices, pómulos marcados y barbillas retraídas podrían deberse al azar de la evolución, conocido como deriva genética.
"Me convence totalmente la explicación del fenómeno como resultado de la deriva genética desde un antepasado común con nosotros", opina Michael Walker, profesor de antropología de la Universidad de Murcia. De hecho, las formas neandertales podrían ser mucho más comunes que las sapiens. "El rostro neandertal refleja una morfología muy arraigada en el género Homo durante el Pleistoceno medio, lo que es difícilmente compatible con la adaptación al frío", opina el experto.
Autor: Nuño Domínguez
Fuente: Público
Fecha: 18/01/2011
Las obras del AVE descubren un poblado neolítico en Sant Andreu
El subsuelo de la Torre del Fang esconde una necrópolis medieval hasta ahora desconocida
Los arqueólogos hallan los restos de una persona enterrada hace 5.000 años cerca de la estación
La controversia surgida por el posible efecto negativo de la línea de alta velocidad sobre el templo de la Sagrada Família ha facilitado que los arqueólogos trabajen sin miradas encima de sus espaldas en otros tramos del trazado del AVE por el subsuelo de Barcelona. Así, los asombrosos resultados de las intervenciones arqueológicas en el distrito de Sant Andreu han pasado desapercibidos. El hallazgo más significativo es un enterramiento neolítico de unos 5.000 años descubierto en las excavaciones del entorno de la estación de Sant Andreu Comtal.
El esqueleto desenterrado, el primero de este tipo que se halla en la zona, constata una ocupación humana en los albores de la metalurgia. Ferran Puig, director del Servei d'Arqueologia del Museu d'Història de Barcelona, asegura que los hallazgos recogidos en los dos últimos años en el extenso sector en obras entre el puente de Bac de Roda y el nudo de la Trinitat son interesantes y variados. Muchos de ellos están ahora en el laboratorio del museo, a la espera de los análisis científicos.
«Se han localizado restos que van de la prehistoria al Rec Comtal del siglo XIX, una joya de la arquitectura hidráulica», explica Ferran Puig. El equipo de investigadores también ha destapado una villa romana del siglo IV con espacios de producción agrícola. «De algunos restos -añade- se tenían indicios en zonas cercanas, pero de lo que no había ni un dato es del poblado neolítico y de una necrópolis medieval descubierta dentro de la Torre del Fang», edificio catalogado situado en Clot-Espronceda.
BARRIO FAVORABLE A LA VIDA
Los trabajos arqueológicos preventivos se hacen en las obras de la nueva estación de Sant Andreu Comtal, en esta masía medieval situada en el inicio del túnel del AVE por el Eixample y en otros puntos del largo corredor ferroviario. Puig expone que estos hallazgos revelarán etapas y características desconocidas de la ocupación humana. «Ahora tenemos la evidencia de que en Sant Andreu hubo un poblado neolítico hace 5.000 años. Es, sin duda, un lugar favorable a la vida humana», asegura.
En general, los restos presentan un estado de conservación deficiente. «Sobre todo por la acción de antiguas remodelaciones que ha ido sufriendo este distrito», dice. Con ello, hace referencia a la construcción de edificios ferroviarios y a la vieja playa de vías que ahora desaparece.
LA ANTIGUA ESTACIÓN
«Con el poco cuidado con que se trató en su día el daño arqueológico derivado de la edificación de la vieja estación de tren, tenemos mucha suerte de que no se hayan destruido todos los restos de este poblado neolítico», afirma.
Los hallazgos, según Puig, no han causado ningún impedimiento ni conflicto en la construcción de la línea de alta velocidad. «Son restos de gran interés científico pero que, hasta el momento, han suscitado un más que discreto impacto monumental, ya que nos han llegado en mal estado de conservación», lamenta el arqueólogo.
El constante cableado, los nuevos aparcamientos, el aumento de conducciones para cloacas y los nuevos túneles del metro someten a constantes riesgos el capital arqueológico. Es el patrimonio «más amenazado» ya que no se puede evaluar su importancia hasta que no se localiza. «Hemos de establecer zonas y normas de protección con el fin de salvaguardar los sectores urbanos con más potencial», explica.
BÚSQUEDA DEL EQUILIBRIO
Ferran Puig es consciente, no obstante, de que una ciudad debe evolucionar. «Barcelona es un ser vivo que se renueva y se adapta día a día a las necesidades de sus habitantes. En consecuencia, hace falta encontrar un equilibrio y actuar, pero siempre haciéndolo con prevención para evitar algún desastre patrimonial», afirma.
Puig niega que durante las obras del AVE se localizara un refugio antiaéreo del la guerra civil del que no se tenía constancia. «Fue una confusión de los vecinos, que con buena voluntad, alertaron de que se veía una antigua perforación en el subsuelo, que en realidad está situada a pocos metros de un refugio ya conocido y perfectamente conservado», dice. Los arqueólogos municipales y de la Generalitat ya tenían controlada esa perforación que corresponde a un pozo de agua de la época moderna.
REFUGIOS DE LA GUERRA CIVIL
«Ningún refugio de la guerra civil se ha visto afectado por las obras», insiste. De todas maneras, la conservación de este patrimonio histórico es compleja y costosa. «Se debe tener en cuenta que muchos de estos refugios construidos entre 1936 y 1939 no pudieron ser terminados o se han visto afectados por el deterioro causado por el paso del tiempo y por el propio proceso urbano», enumera Puig. En consecuencia, muchas veces no cumplen los mínimos requisitos de seguridad para acoger visitas.
Fuente: El Periódico
Fecha: 01/12/2010
Los arqueólogos hallan los restos de una persona enterrada hace 5.000 años cerca de la estación
La controversia surgida por el posible efecto negativo de la línea de alta velocidad sobre el templo de la Sagrada Família ha facilitado que los arqueólogos trabajen sin miradas encima de sus espaldas en otros tramos del trazado del AVE por el subsuelo de Barcelona. Así, los asombrosos resultados de las intervenciones arqueológicas en el distrito de Sant Andreu han pasado desapercibidos. El hallazgo más significativo es un enterramiento neolítico de unos 5.000 años descubierto en las excavaciones del entorno de la estación de Sant Andreu Comtal.
El esqueleto desenterrado, el primero de este tipo que se halla en la zona, constata una ocupación humana en los albores de la metalurgia. Ferran Puig, director del Servei d'Arqueologia del Museu d'Història de Barcelona, asegura que los hallazgos recogidos en los dos últimos años en el extenso sector en obras entre el puente de Bac de Roda y el nudo de la Trinitat son interesantes y variados. Muchos de ellos están ahora en el laboratorio del museo, a la espera de los análisis científicos.
«Se han localizado restos que van de la prehistoria al Rec Comtal del siglo XIX, una joya de la arquitectura hidráulica», explica Ferran Puig. El equipo de investigadores también ha destapado una villa romana del siglo IV con espacios de producción agrícola. «De algunos restos -añade- se tenían indicios en zonas cercanas, pero de lo que no había ni un dato es del poblado neolítico y de una necrópolis medieval descubierta dentro de la Torre del Fang», edificio catalogado situado en Clot-Espronceda.
BARRIO FAVORABLE A LA VIDA
Los trabajos arqueológicos preventivos se hacen en las obras de la nueva estación de Sant Andreu Comtal, en esta masía medieval situada en el inicio del túnel del AVE por el Eixample y en otros puntos del largo corredor ferroviario. Puig expone que estos hallazgos revelarán etapas y características desconocidas de la ocupación humana. «Ahora tenemos la evidencia de que en Sant Andreu hubo un poblado neolítico hace 5.000 años. Es, sin duda, un lugar favorable a la vida humana», asegura.
En general, los restos presentan un estado de conservación deficiente. «Sobre todo por la acción de antiguas remodelaciones que ha ido sufriendo este distrito», dice. Con ello, hace referencia a la construcción de edificios ferroviarios y a la vieja playa de vías que ahora desaparece.
LA ANTIGUA ESTACIÓN
«Con el poco cuidado con que se trató en su día el daño arqueológico derivado de la edificación de la vieja estación de tren, tenemos mucha suerte de que no se hayan destruido todos los restos de este poblado neolítico», afirma.
Los hallazgos, según Puig, no han causado ningún impedimiento ni conflicto en la construcción de la línea de alta velocidad. «Son restos de gran interés científico pero que, hasta el momento, han suscitado un más que discreto impacto monumental, ya que nos han llegado en mal estado de conservación», lamenta el arqueólogo.
El constante cableado, los nuevos aparcamientos, el aumento de conducciones para cloacas y los nuevos túneles del metro someten a constantes riesgos el capital arqueológico. Es el patrimonio «más amenazado» ya que no se puede evaluar su importancia hasta que no se localiza. «Hemos de establecer zonas y normas de protección con el fin de salvaguardar los sectores urbanos con más potencial», explica.
BÚSQUEDA DEL EQUILIBRIO
Ferran Puig es consciente, no obstante, de que una ciudad debe evolucionar. «Barcelona es un ser vivo que se renueva y se adapta día a día a las necesidades de sus habitantes. En consecuencia, hace falta encontrar un equilibrio y actuar, pero siempre haciéndolo con prevención para evitar algún desastre patrimonial», afirma.
Puig niega que durante las obras del AVE se localizara un refugio antiaéreo del la guerra civil del que no se tenía constancia. «Fue una confusión de los vecinos, que con buena voluntad, alertaron de que se veía una antigua perforación en el subsuelo, que en realidad está situada a pocos metros de un refugio ya conocido y perfectamente conservado», dice. Los arqueólogos municipales y de la Generalitat ya tenían controlada esa perforación que corresponde a un pozo de agua de la época moderna.
REFUGIOS DE LA GUERRA CIVIL
«Ningún refugio de la guerra civil se ha visto afectado por las obras», insiste. De todas maneras, la conservación de este patrimonio histórico es compleja y costosa. «Se debe tener en cuenta que muchos de estos refugios construidos entre 1936 y 1939 no pudieron ser terminados o se han visto afectados por el deterioro causado por el paso del tiempo y por el propio proceso urbano», enumera Puig. En consecuencia, muchas veces no cumplen los mínimos requisitos de seguridad para acoger visitas.
Fuente: El Periódico
Fecha: 01/12/2010
Convenio Grupo Paleolab y Sección Arqueología de la Universidad de Córdoba
Por segundo año consecutivo Grupo Paleolab y la Universidad de Córdoba (Sección Arqueología, dirigida por el Prof. Desiderio Vaquerizo) han suscrito un convenio de colaboración para impartir prácticas a alumnos del Máster Oficial Interuniversitario Arqueología y Patrimonio: Ciencia y Profesión. Este programa de Doctorado ha recibido la Mención de Calidad que concede la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación y Calidad).
En el marco de este convenio de colaboración alumnos del mencionado Máster realizan estancias en la sede de Grupo Paleolab en Valencia, donde pueden realizar prácticas sobre Bioantropología y Arqueología Funeraria. De manera especial los estudiantes han podido conocer las diferentes líneas de investigación que nuestro grupo desarrolla desde hace años:
ARQUEOLOGÍA FUNERARIA ROMANA
BIOANTROPOLOGÍA ARQUEOLÓGICA
PALEOPATOLOGÍA
ANTROPOLOGÍA FORENSE
Más infromación: http://www.arqueocordoba.com
Fuente: Blog Paleolab
Fecha: 29/11/2010
En el marco de este convenio de colaboración alumnos del mencionado Máster realizan estancias en la sede de Grupo Paleolab en Valencia, donde pueden realizar prácticas sobre Bioantropología y Arqueología Funeraria. De manera especial los estudiantes han podido conocer las diferentes líneas de investigación que nuestro grupo desarrolla desde hace años:
ARQUEOLOGÍA FUNERARIA ROMANA
BIOANTROPOLOGÍA ARQUEOLÓGICA
PALEOPATOLOGÍA
ANTROPOLOGÍA FORENSE
Más infromación: http://www.arqueocordoba.com
Fuente: Blog Paleolab
Fecha: 29/11/2010
"LA FOSA DE LOS FERROVIARIOS"
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica encuentra una fosa con los restos de ocho personas en Matallana de Valmadrigal.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha localizado una fosa común situada en un paraje cercano al pueblo de Matallana de Valmadrigal, en León, al borde de la carretera que une esta localidad y Santa Cristina.
Según señalan diversos testimonios, en ese lugar que ahora se está excavando se encuentran los restos de ocho personas asesinadas en el otoño de 1936.
Varios vecinos han señalado lo que confirman las primeras evidencias halladas en la fosa; los restos podrían pertenecer a varios trabajadores del ferrocarril, detenidos en los primeros meses de la contienda y confinados en prisión, posiblemente en el actual parador de San Marcos.
El de los ferroviarios fue uno de los grupos profesionales con los que se ensañó especialmente la represión franquista como "castigo" por si intensa participación política y sindical.
La ARMH ha hecho este domingo "un llamamiento a cualquier persona que pueda aportar información para conocer la identidad de esas ocho personas".
Las labores de exhumación están siendo dirigidas por el arqueólogo René Pacheco, que ya ha exhumado numerosas fosas comunes. Junto a él participa un equipo de ocho voluntarios llegados desde diferentes puntos de la geografía española. Entre ellos, Raúl de la Fuente, de Psicólogos Sin Fronteras, una organización que desde hace años colabora con la ARMH apoyando a familiares de desaparecidos, tanto los que lo son directamente de las fosas que se están exhumando como otros que se acercan a contar su tragedia o pedir ayuda. En los trabajos de identificación participará la antropóloga forense Elena Vergara.
Fuente: Leonoticias.com
Fecha: 28/11/2010
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha localizado una fosa común situada en un paraje cercano al pueblo de Matallana de Valmadrigal, en León, al borde de la carretera que une esta localidad y Santa Cristina.
Según señalan diversos testimonios, en ese lugar que ahora se está excavando se encuentran los restos de ocho personas asesinadas en el otoño de 1936.
Varios vecinos han señalado lo que confirman las primeras evidencias halladas en la fosa; los restos podrían pertenecer a varios trabajadores del ferrocarril, detenidos en los primeros meses de la contienda y confinados en prisión, posiblemente en el actual parador de San Marcos.
El de los ferroviarios fue uno de los grupos profesionales con los que se ensañó especialmente la represión franquista como "castigo" por si intensa participación política y sindical.
La ARMH ha hecho este domingo "un llamamiento a cualquier persona que pueda aportar información para conocer la identidad de esas ocho personas".
Las labores de exhumación están siendo dirigidas por el arqueólogo René Pacheco, que ya ha exhumado numerosas fosas comunes. Junto a él participa un equipo de ocho voluntarios llegados desde diferentes puntos de la geografía española. Entre ellos, Raúl de la Fuente, de Psicólogos Sin Fronteras, una organización que desde hace años colabora con la ARMH apoyando a familiares de desaparecidos, tanto los que lo son directamente de las fosas que se están exhumando como otros que se acercan a contar su tragedia o pedir ayuda. En los trabajos de identificación participará la antropóloga forense Elena Vergara.
Fuente: Leonoticias.com
Fecha: 28/11/2010
Aplican el georradar a un área de 2.000 m² inmediatos a la basílica de Marialba de la Ribera (León) para descubrir sus verdaderas dimensiones
La Fundación del Patrimonio aplica el georradar a un área de 2.000 metros cuadrados inmediatos a la basílica paleocristiana para descubrir sus verdaderas dimensiones
Los restos de Marialba de la Ribera, basílica del siglo IV considerada como el más antiguo templo paleocristiano de España, están siendo objeto de un exhaustivo sondeo con la técnica del georradar que afecta a un área de 2.000 metros cuadrados, según confirmaron fuentes de la Fundación del Patrimonio de Castilla y León, encargada desde hace cinco años de la excavación, estudio y protección de este principal monumento leonés, históricamente olvidado.
Además de en la planta de la propia basílica, recientemente excavada -y donde se descubrieron numerosos restos humanos-, los sondeos se centran en un área ubicada al norte del templo, «con objeto de descubrir, exactamente, hasta dónde llegaba el templo, o si tenía cerca otras edificaciones», prosiguen las mismas fuentes, añadiendo que esta técnica funciona de una manera muy similar al radar convencional, «emitiendo una serie de ondas que rastrean el terreno, rebotan y regresan, ofreciendo un completo mapa de lo que hay debajo. Se trata de una técnica no agresiva que no tiene ningún tipo de impacto sobre los posibles restos arqueológicos o humanos existentes en la zona».
Esta prospección, cuyas conclusiones se entregarán, previsiblemente, a principios del 2011, se suma a una serie de iniciativas que la Fundación del Patrimonio ha contratado con objeto de completar una excavación cuyas conclusiones se dieron a conocer el pasado mes de agosto. Entre esas iniciativas, la entidad -formada por la Junta de Castilla y León y todas las cajas de ahorro de la autonomía- ha incluido también el análisis antropológico de varios restos humanos procedentes de los enterramientos exhumados para averiguar su antigüedad exacta, edad, modo de vida de los individuos, etc., un análisis que también están teniendo lugar en estos momentos.
El informe final sobre los restos arqueológicos de la basílica había revelado el carácter monumental del templo, visible a gran distancia y con unos cimientos de dos metros de ancho, algo inusual en la época. El grosor de los muros de la basílica sólo tiene parangón en las murallas que se construyeron en el Imperio Romano, de finales del siglo III, en ciudades del noroeste de la Península tales como León y Astorga.
En este lugar, situado en el municipio leonés de Villaturiel, han aparecido restos que van del siglo IV al siglo XIII, fecha en la que se cree que comenzó a desmantelarse este complejo religioso de gran importancia para la historia del cristianismo.
El proyecto de crear un edificio protector «sigue adelante»
Las conclusiones de la excavación de Marialba, iniciadas por la Fundación del Patrimonio en 2009, así como el proyecto de prospección geofísica, serán llevados a la próxima Comisión Provincial de Patrimonio a título informativo. Pero además, en el orden de temas que se tratarán o revisarán en esta comisión figura el «proyecto de ejecución de un edificio para la protección y puesta en valor de la basílica paleocristiana de Marialba de la Ribera».
Un proyecto que, como informan desde la fundación, ya fue estudiado por la Comisión Regional de Patrimonio, donde se dictaminó que debía ser objeto «de una serie de modificaciones técnicas» que se llevarán a cabo próximamente para volver de nuevo a ser examinado antes de su aprobación. A la comisión provincial llegan estas recomendaciones, asimismo, a título informativo, según sugieren desde la fundación, con lo que el proyecto, que parecía aparcado, «sigue adelante».
La evolución del proyecto
Aquel edificio fue presupuestado hace cinco años en 700.000 euros con el fin de proteger y musealizar el yacimiento, y su proyecto inicial prevía una pasarela para que los visitantes pudiesen -caminar- sobre la basílica. En un primer momento se pensó que, una vez acabadas las obras de este cubo protector, de planta rectangular y siete metros de altura, comenzarían a desenterrar, ya bajo techo, las ruinas de la antesala, la sala, el ábside, el baptisterio, el nártex (pórtico) y las edificaciones anexas a la primitiva construcción, descubierta a finales del siglo XIX. Sin embargo, al final se hizo lo contrario: en junio de 2009, los arqueólogos iniciaron las excavaciones como paso previo para definir un proyecto de intervención y musealización en función de la importancia de los hallazgos y del estado concreto de las estructuras.
282 individuos, 3.400 trozos de cerámica y 400 cuentas de vidrio enhebradas
El informe arqueológico final sobre la excavación de Marialba de la Ribera ocupó 900 páginas distribuidas en cinco volúmenes, y en él se daba cuenta de todos los detalles sobre los sondeos practicados en una superficie cercana a los 2.000 metros cuadrados, con más de 5.800 registros específicos que describían los 237 enterramientos que salieron a la luz con restos de 282 individuos, los más de 3.400 fragmentos de cerámica y los cerca de 2.500 fragmentos no cerámicos -metal, vidrio, azabache, monedas, decoración, ladrillos, tejas, piedras y fauna- que se estudiaron e inventariaron.
Los restos del edificio también se consolidaron para evitar su deterioro, quedando protegidos al concluir la excavación. Además, la investigación puso de manifiesto que el edificio se construyó sobre un lugar sin ningún tipo de construcción o asentamiento previo y aislado, es decir que la basílica no formó parte de otro complejo como una villa romana, tal como indicaban algunas hipótesis.
Las investigaciones apuntaron a un uso religioso y funerario del edificio desde sus primeros momentos, dado que las primeras evidencias claras en la excavación de los estratos son dos sepulturas tardorromanas al suroeste de la basílica. Se trata de dos tumbas de tipología singular, una de ellas cubierta por un tejadillo de teja de doble vertiente, poco común. Estos dos enterramientos alumbran la posibilidad de una nueva área de cementerio de esta época aún por explorar. En adelante, las sepulturas se van sucediendo desde la época visigoda hasta la Baja Edad Media, con tipologías diversas que evolucionan de acuerdo con su cronología.
Otras edificaciones
En cuanto a las áreas habitadas, la excavación ha dado con restos, no documentados en excavaciones previas, que indican que la zona aledaña pudo estar habitada y cultivada desde la Alta Edad Media, bien como explotación agrícola bien como parte de una comunidad religiosa ligada a la basílica. Se han descubierto muros que pudieron formar parte de un asentamiento agrario anexo al templo, un pozo con brocal e, incluso un horno, quizá de uso metalúrgico dentro de lo que fue la basílica.
Resulta significativo el hallazgo de más de 400 cuentas de vidrio enhebradas en collares en siete tumbas, todas ellas medievales y de niños.
Fuente: Diario de León
Fecha: 27/11/2010
Los restos de Marialba de la Ribera, basílica del siglo IV considerada como el más antiguo templo paleocristiano de España, están siendo objeto de un exhaustivo sondeo con la técnica del georradar que afecta a un área de 2.000 metros cuadrados, según confirmaron fuentes de la Fundación del Patrimonio de Castilla y León, encargada desde hace cinco años de la excavación, estudio y protección de este principal monumento leonés, históricamente olvidado.
Además de en la planta de la propia basílica, recientemente excavada -y donde se descubrieron numerosos restos humanos-, los sondeos se centran en un área ubicada al norte del templo, «con objeto de descubrir, exactamente, hasta dónde llegaba el templo, o si tenía cerca otras edificaciones», prosiguen las mismas fuentes, añadiendo que esta técnica funciona de una manera muy similar al radar convencional, «emitiendo una serie de ondas que rastrean el terreno, rebotan y regresan, ofreciendo un completo mapa de lo que hay debajo. Se trata de una técnica no agresiva que no tiene ningún tipo de impacto sobre los posibles restos arqueológicos o humanos existentes en la zona».
Esta prospección, cuyas conclusiones se entregarán, previsiblemente, a principios del 2011, se suma a una serie de iniciativas que la Fundación del Patrimonio ha contratado con objeto de completar una excavación cuyas conclusiones se dieron a conocer el pasado mes de agosto. Entre esas iniciativas, la entidad -formada por la Junta de Castilla y León y todas las cajas de ahorro de la autonomía- ha incluido también el análisis antropológico de varios restos humanos procedentes de los enterramientos exhumados para averiguar su antigüedad exacta, edad, modo de vida de los individuos, etc., un análisis que también están teniendo lugar en estos momentos.
El informe final sobre los restos arqueológicos de la basílica había revelado el carácter monumental del templo, visible a gran distancia y con unos cimientos de dos metros de ancho, algo inusual en la época. El grosor de los muros de la basílica sólo tiene parangón en las murallas que se construyeron en el Imperio Romano, de finales del siglo III, en ciudades del noroeste de la Península tales como León y Astorga.
En este lugar, situado en el municipio leonés de Villaturiel, han aparecido restos que van del siglo IV al siglo XIII, fecha en la que se cree que comenzó a desmantelarse este complejo religioso de gran importancia para la historia del cristianismo.
El proyecto de crear un edificio protector «sigue adelante»
Las conclusiones de la excavación de Marialba, iniciadas por la Fundación del Patrimonio en 2009, así como el proyecto de prospección geofísica, serán llevados a la próxima Comisión Provincial de Patrimonio a título informativo. Pero además, en el orden de temas que se tratarán o revisarán en esta comisión figura el «proyecto de ejecución de un edificio para la protección y puesta en valor de la basílica paleocristiana de Marialba de la Ribera».
Un proyecto que, como informan desde la fundación, ya fue estudiado por la Comisión Regional de Patrimonio, donde se dictaminó que debía ser objeto «de una serie de modificaciones técnicas» que se llevarán a cabo próximamente para volver de nuevo a ser examinado antes de su aprobación. A la comisión provincial llegan estas recomendaciones, asimismo, a título informativo, según sugieren desde la fundación, con lo que el proyecto, que parecía aparcado, «sigue adelante».
La evolución del proyecto
Aquel edificio fue presupuestado hace cinco años en 700.000 euros con el fin de proteger y musealizar el yacimiento, y su proyecto inicial prevía una pasarela para que los visitantes pudiesen -caminar- sobre la basílica. En un primer momento se pensó que, una vez acabadas las obras de este cubo protector, de planta rectangular y siete metros de altura, comenzarían a desenterrar, ya bajo techo, las ruinas de la antesala, la sala, el ábside, el baptisterio, el nártex (pórtico) y las edificaciones anexas a la primitiva construcción, descubierta a finales del siglo XIX. Sin embargo, al final se hizo lo contrario: en junio de 2009, los arqueólogos iniciaron las excavaciones como paso previo para definir un proyecto de intervención y musealización en función de la importancia de los hallazgos y del estado concreto de las estructuras.
282 individuos, 3.400 trozos de cerámica y 400 cuentas de vidrio enhebradas
El informe arqueológico final sobre la excavación de Marialba de la Ribera ocupó 900 páginas distribuidas en cinco volúmenes, y en él se daba cuenta de todos los detalles sobre los sondeos practicados en una superficie cercana a los 2.000 metros cuadrados, con más de 5.800 registros específicos que describían los 237 enterramientos que salieron a la luz con restos de 282 individuos, los más de 3.400 fragmentos de cerámica y los cerca de 2.500 fragmentos no cerámicos -metal, vidrio, azabache, monedas, decoración, ladrillos, tejas, piedras y fauna- que se estudiaron e inventariaron.
Los restos del edificio también se consolidaron para evitar su deterioro, quedando protegidos al concluir la excavación. Además, la investigación puso de manifiesto que el edificio se construyó sobre un lugar sin ningún tipo de construcción o asentamiento previo y aislado, es decir que la basílica no formó parte de otro complejo como una villa romana, tal como indicaban algunas hipótesis.
Las investigaciones apuntaron a un uso religioso y funerario del edificio desde sus primeros momentos, dado que las primeras evidencias claras en la excavación de los estratos son dos sepulturas tardorromanas al suroeste de la basílica. Se trata de dos tumbas de tipología singular, una de ellas cubierta por un tejadillo de teja de doble vertiente, poco común. Estos dos enterramientos alumbran la posibilidad de una nueva área de cementerio de esta época aún por explorar. En adelante, las sepulturas se van sucediendo desde la época visigoda hasta la Baja Edad Media, con tipologías diversas que evolucionan de acuerdo con su cronología.
Otras edificaciones
En cuanto a las áreas habitadas, la excavación ha dado con restos, no documentados en excavaciones previas, que indican que la zona aledaña pudo estar habitada y cultivada desde la Alta Edad Media, bien como explotación agrícola bien como parte de una comunidad religiosa ligada a la basílica. Se han descubierto muros que pudieron formar parte de un asentamiento agrario anexo al templo, un pozo con brocal e, incluso un horno, quizá de uso metalúrgico dentro de lo que fue la basílica.
Resulta significativo el hallazgo de más de 400 cuentas de vidrio enhebradas en collares en siete tumbas, todas ellas medievales y de niños.
Fuente: Diario de León
Fecha: 27/11/2010
Cueva de Mont-ral aportará información de los ritos funerarios del neolítico final
Una reciente excavación del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) en la cueva de los Galls Carboners, en Mont-ral, permitirá obtener información "clave" para conocer cómo eran los ritos funerarios de las sociedades del neolítico final, según este organismo.
Entre los hallazgos destacan unos 200 restos humanos y un collar formado por pequeños agallones blancos fabricados probablemente a partir de fragmentos de concha, ha explicado Josep Maria Vergès, investigador del IPHES y director de la excavación.
Vergès ha recordado que la cueva de los Galls Carboners había sido excavada en la década de 1970 por Ferran Companys, propietario de la finca donde se sitúa, quien recuperó básicamente restos humanos, muy bien conservados, que sus descendientes cedieron al Área de Prehistoria de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona.
Posteriormente, estos fósiles fueron estudiados por miembros de este instituto y de la URV.
Ahora, el principal objetivo de la excavación llevada a cabo el pasado mes de octubre es documentar el contexto arqueológico del sepulcro colectivo a partir de los elementos que todavía se conservaban en el lugar, para poder revalorar a nivel científico los materiales de la colección Companys.
El equipo de arqueólogos todavía no dispone de dataciones, aunque la principal hipótesis es que se sitúa entre el neolítico final y el calcolítico, hace unos 5.000 años.
Además de los restos humanos, se han podido extraer muestras de sedimentos para analizar residuos que "deben permitir obtener información de calidad sobre los ritos funerarios de estas comunidades".
Por otra parte, por debajo del depósito sepulcral, se ha localizado un nivel muy rico con restos paleontológicos, especialmente de pájaros, y arqueobotánicos, que aportarán información sobre el paleoambiente de las montañas de Prades durante las primeras fases del Holoceno, hace entre 5.000 y 10.000 años.
Documentan una cueva sepulcral en Mont-ral que aportará información clave para conocer los ritos funerarios del neolítico
Una reciente excavación del IPHES ((Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social) en la cueva de los Galls Carboners, en Mont-ral (Alt Camp, Tarragona) permitirá obtener información de calidad, clave para conocer cómo eran los ritos funerarios de las sociedades del neolítico final - calcolítico.
Entre los hallazgos destacan unos 200 restos humanos y un collar formado por pequeñas cuentas blancas fabricadas probablemente a partir de fragmentos de concha.
"La cueva de los Galls Carboners había sido excavada durante la década de 1970 por Ferran Companys, propietario de la finca donde se sitúa, y recuperó básicamente restos humanos de todas las partes del cuerpo, muy bien conservadas, y que sus descendientes dieron hace unos años al Área de Prehistoria de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona", explica Josep Maria Vergès, investigador del IPHES y director de la excavación actual.
Posteriormente, estos fósiles fueron estudiados por miembros de este instituto y de la URV. "Ahora -prosigue Vergès- el principal objetivo de la excavación era documentar en detalle el contexto arqueológico del sepulcro colectivo a partir de los elementos que todavía se conservaban in situ, con el fin de poder revalorizar a nivel científico los materiales de la colección Companys, y lo hemos podido determinar".
Se trata de una cueva sepulcral colectiva, un tipo de yacimiento que es relativamente común, "pero la mayoría fueron excavados o saqueados de antiguo, lo que hace que no se disponga de muchos datos procedentes de excavaciones realizadas con metodología moderna", puntualiza Josep Maria Vergès. El equipo todavía no dispone de dataciones, pero el mismo investigador indica: "suponemos que se sitúa entre el neolítico final y el calcolítico, es decir, hace unos 5.000 años antes del presente".
Aparte de los restos humanos, se han podido extraer muestras de sedimentos para análisis de residuos que han de permitir obtener información de calidad sobre los ritos funerarios de estas comunidades.
Por otra parte, por debajo del depósito sepulcral, se ha localizado un nivel muy rico con restos paleontológicos, especialmente de pájaros, y arqueobotánicos, que aportará información sobre el paleoambiente de las Montañas de Prades durante las primeras fases del Holoceno entre hace unos 5.000 y 10.000 años.
Esta intervención se encuentra incluida dentro del proyecto "Evolución paleoambiental y poblamiento prehistórico en las cuencas de los ríos Francolí, Gaià, Siurana y rieras del Camp de Tarragona", que desarrolla el IPHES. La excavación se llevó a cabo en octubre por un equipo integrado por 7 personas, entre miembros y colaboradores del IPHES y también del Seminari d’Estudis i Recerques Prehistòriques (SERP) de la Universitat de Barcelona.
Fuente: ABC / Canal Patrimonio
Fecha: 26/11/2010
Entre los hallazgos destacan unos 200 restos humanos y un collar formado por pequeños agallones blancos fabricados probablemente a partir de fragmentos de concha, ha explicado Josep Maria Vergès, investigador del IPHES y director de la excavación.
Vergès ha recordado que la cueva de los Galls Carboners había sido excavada en la década de 1970 por Ferran Companys, propietario de la finca donde se sitúa, quien recuperó básicamente restos humanos, muy bien conservados, que sus descendientes cedieron al Área de Prehistoria de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona.
Posteriormente, estos fósiles fueron estudiados por miembros de este instituto y de la URV.
Ahora, el principal objetivo de la excavación llevada a cabo el pasado mes de octubre es documentar el contexto arqueológico del sepulcro colectivo a partir de los elementos que todavía se conservaban en el lugar, para poder revalorar a nivel científico los materiales de la colección Companys.
El equipo de arqueólogos todavía no dispone de dataciones, aunque la principal hipótesis es que se sitúa entre el neolítico final y el calcolítico, hace unos 5.000 años.
Además de los restos humanos, se han podido extraer muestras de sedimentos para analizar residuos que "deben permitir obtener información de calidad sobre los ritos funerarios de estas comunidades".
Por otra parte, por debajo del depósito sepulcral, se ha localizado un nivel muy rico con restos paleontológicos, especialmente de pájaros, y arqueobotánicos, que aportarán información sobre el paleoambiente de las montañas de Prades durante las primeras fases del Holoceno, hace entre 5.000 y 10.000 años.
Documentan una cueva sepulcral en Mont-ral que aportará información clave para conocer los ritos funerarios del neolítico
Una reciente excavación del IPHES ((Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social) en la cueva de los Galls Carboners, en Mont-ral (Alt Camp, Tarragona) permitirá obtener información de calidad, clave para conocer cómo eran los ritos funerarios de las sociedades del neolítico final - calcolítico.
Entre los hallazgos destacan unos 200 restos humanos y un collar formado por pequeñas cuentas blancas fabricadas probablemente a partir de fragmentos de concha.
"La cueva de los Galls Carboners había sido excavada durante la década de 1970 por Ferran Companys, propietario de la finca donde se sitúa, y recuperó básicamente restos humanos de todas las partes del cuerpo, muy bien conservadas, y que sus descendientes dieron hace unos años al Área de Prehistoria de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona", explica Josep Maria Vergès, investigador del IPHES y director de la excavación actual.
Posteriormente, estos fósiles fueron estudiados por miembros de este instituto y de la URV. "Ahora -prosigue Vergès- el principal objetivo de la excavación era documentar en detalle el contexto arqueológico del sepulcro colectivo a partir de los elementos que todavía se conservaban in situ, con el fin de poder revalorizar a nivel científico los materiales de la colección Companys, y lo hemos podido determinar".
Se trata de una cueva sepulcral colectiva, un tipo de yacimiento que es relativamente común, "pero la mayoría fueron excavados o saqueados de antiguo, lo que hace que no se disponga de muchos datos procedentes de excavaciones realizadas con metodología moderna", puntualiza Josep Maria Vergès. El equipo todavía no dispone de dataciones, pero el mismo investigador indica: "suponemos que se sitúa entre el neolítico final y el calcolítico, es decir, hace unos 5.000 años antes del presente".
Aparte de los restos humanos, se han podido extraer muestras de sedimentos para análisis de residuos que han de permitir obtener información de calidad sobre los ritos funerarios de estas comunidades.
Por otra parte, por debajo del depósito sepulcral, se ha localizado un nivel muy rico con restos paleontológicos, especialmente de pájaros, y arqueobotánicos, que aportará información sobre el paleoambiente de las Montañas de Prades durante las primeras fases del Holoceno entre hace unos 5.000 y 10.000 años.
Esta intervención se encuentra incluida dentro del proyecto "Evolución paleoambiental y poblamiento prehistórico en las cuencas de los ríos Francolí, Gaià, Siurana y rieras del Camp de Tarragona", que desarrolla el IPHES. La excavación se llevó a cabo en octubre por un equipo integrado por 7 personas, entre miembros y colaboradores del IPHES y también del Seminari d’Estudis i Recerques Prehistòriques (SERP) de la Universitat de Barcelona.
Fuente: ABC / Canal Patrimonio
Fecha: 26/11/2010
jueves, 2 de diciembre de 2010
La cultura de El Argar, una civilización olvidada
Almería, aparte de Los Millares, guarda en la llamada cultura de El Argar otra de las joyas de la arqueología española.
Para muchos países europeos el periodo conocido como Bronce Medio, que abarca las fechas comprendidas entre el 2000 y el 1200 a.C. es el punto de partida para el inicio de las culturas y tradiciones que acabarían conformando su identidad nacional actual. En Grecia la cultura micénica tomaba fuerza para después desplomarse poco después de acabar este periodo, en Italia los etruscos y sus predecesores conformaban un próspero país en el noroeste de Italia mientras que en la Anatolia turca surgía con fuerza un nuevo reino: los hititas.
Sin embargo en España no ocurre lo mismo. Nosotros por lo general nos consideramos hijos de Roma y de su cultura ignorando que en nuestras raíces existen sustratos de procedencia mucho más antigua de los que aún se conservan huellas en nuestro folclore, aunque no recordemos o nos cueste interpretar su verdadero origen.
Nuestra ignorancia muchas veces nos hace afirmar que en España no hubo grandes culturas antes de los romanos, y que los llamados pueblos íberos apenas eran más que un puñado de salvajes que se dedicaban a la ganadería y la agricultura. Quizás hemos oído , como un rumor, de Tartessos y de los tesoros del rey Argantonio pero enseguida lo denominamos leyenda y negamos la posibilidad de que existiera realmente.
El propósito de este artículo es mostrar que en el sur de la Península, al mismo tiempo que las grandes culturas citadas anteriormente, se estaba desarrollando una civilización cuyo nivel de progreso no le iba muy a la zaga a ninguna de ellas. Se trata de la cultura argárica o de El Argar, cuyo núcleo principal se encontraba en la actual provincia de Almería.
Una sociedad agrícola fuertemente jerarquizada
La cultura de El Argar se desarrolló en poblados en los cuales cobra gran importancia la industria del hierro, tanto en su uso agrícola como militar. En cuanto a la ganadería aparece el primer testimonio de domesticación del caballo, aunque no está del todo claro cual era su uso real.
La sociedad de la cultura argárica se encuentra fuertemente jerarquizada. Probablemente cada núcleo urbano estuviera dirigido por un caudillo o una clase dominante que controlaba al resto de la población que empleaba para labores agrícolas, ganaderas o como parte de sus huestes defensivas.
Aunque también se construyeron asentamientos sobre terreno llano, la mayoría de los poblados argáricos se realizaron en terreno elevado, colinas o laderas de montaña. Las casas vecinales solían situarse en las partes más bajas mientras que los edificios militares y de las clases altas se edificaban en las partes superiores. Las casas argáricas son de muros rectos y planta rectangular. Los arqueólogos que realizan estudios demográficos de la cultura de El Argar afirman que se observa un crecimiento de población y una mejora del nivel de vida de la población en cuanto al periodo anterior, el calcolítico. Defienden que cada poblado argárico mantenía una población media de 300 individuos que podían llegar a los 1.500 en los grandes asentamientos. Esto puede deberse, según estos arqueólogos, no sólo a las incipientes relaciones comerciales sino también al desarrollo agrícola y ganadero que ya se estaba produciendo en los últimos siglos de la edad del Cobre.
Asimismo, en los lugares geográficos que eran propicios para ello, durante la cultura argárica también empezaron a explotarse determinados recursos mineros.
Enterramientos argáricos: la integración del difunto en la sociedad y la creencia en el más allá
Un hecho destacado que se produce durante el periodo de El Argar es el cambio de mentalidad respecto al enterramiento del difunto. En este periodo los sepulcros se encuentran dentro del recinto de las propias casa o en su subsuelo. Los cadáveres solían introducirse en grandes tinajas rodeados de los objetos más valiosos que poseían, que generalmente eran de metal. Los arqueólogos distinguen el nivel que tenía el difunto dentro de la sociedad argárica por el valor de su ajuar funerario.
Gracias a esto se sabe, como se ha apuntado al principio del texto, que había una elaboradora jerarquización de dos o tres niveles: "reyes" o "caudillos", "nobles" y "campesinos" o "vasallos". Los personajes de más alta cuna solían enterrarse junto con bellas armas rituales y joyas muy elaboradas.
El motivo por el cual los enterramientos se realizaban dentro del recinto de las casas se debe, según los arqueólogos, a que esta sociedad ya creía en el más allá e integraban a los difuntos dentro de la comunidad de los vivos.
Orígenes de la cultura de El Argar
Antiguamente se creía que la cultura de El Argar había surgido, como muchos de los hitos culturales de nuestra península por imitación o influencia de otras culturas, sin embargo actualmente esa concepción ha cambiado.
Investigadores como Lull y otros afirman que ya en la cultura de Los Millares, además cercana y coterránea a los lugares donde se desarrolló la cultura argárica ya aparecen indicios de lo que se produjo en esta época y que por lo tanto no es descartable el origen autóctono, aunque sin negar la evidencia de influencias debidas al intercambio comercial con regiones a veces distantes de El Argar como la Grecia micénica.
Extensión y lugares arqueológicos de la cultura argárica
El ámbito geográfico que ocupó la cultura de El Argar abarca una extensa franja del sureste peninsular que se corresponde con las actuales provincias de Almería y Jaén y quizás una parte de la región de Murcia.
Los principales sitios arqueológicos son El Argar, Fuente Bermeja de Níjar, Cerro del Nacimiento, Cuevas del Almanzora y Sierra de las Estancias en Almería, Peñalosa en Jaén y La Bastida de Totana y Puntarrón Chico en Murcia, entre otros.
Estas zonas y lugares arqueológicos aún no están completamente excavados y pueden que aún guarden más sorpresas y descubrimientos acerca de esta gran civilización del sureste español.
Autor: Jose Manuel Peque Martínez
Fuente: Suite101
Fecha: 26/11/2010
Para muchos países europeos el periodo conocido como Bronce Medio, que abarca las fechas comprendidas entre el 2000 y el 1200 a.C. es el punto de partida para el inicio de las culturas y tradiciones que acabarían conformando su identidad nacional actual. En Grecia la cultura micénica tomaba fuerza para después desplomarse poco después de acabar este periodo, en Italia los etruscos y sus predecesores conformaban un próspero país en el noroeste de Italia mientras que en la Anatolia turca surgía con fuerza un nuevo reino: los hititas.
Sin embargo en España no ocurre lo mismo. Nosotros por lo general nos consideramos hijos de Roma y de su cultura ignorando que en nuestras raíces existen sustratos de procedencia mucho más antigua de los que aún se conservan huellas en nuestro folclore, aunque no recordemos o nos cueste interpretar su verdadero origen.
Nuestra ignorancia muchas veces nos hace afirmar que en España no hubo grandes culturas antes de los romanos, y que los llamados pueblos íberos apenas eran más que un puñado de salvajes que se dedicaban a la ganadería y la agricultura. Quizás hemos oído , como un rumor, de Tartessos y de los tesoros del rey Argantonio pero enseguida lo denominamos leyenda y negamos la posibilidad de que existiera realmente.
El propósito de este artículo es mostrar que en el sur de la Península, al mismo tiempo que las grandes culturas citadas anteriormente, se estaba desarrollando una civilización cuyo nivel de progreso no le iba muy a la zaga a ninguna de ellas. Se trata de la cultura argárica o de El Argar, cuyo núcleo principal se encontraba en la actual provincia de Almería.
Una sociedad agrícola fuertemente jerarquizada
La cultura de El Argar se desarrolló en poblados en los cuales cobra gran importancia la industria del hierro, tanto en su uso agrícola como militar. En cuanto a la ganadería aparece el primer testimonio de domesticación del caballo, aunque no está del todo claro cual era su uso real.
La sociedad de la cultura argárica se encuentra fuertemente jerarquizada. Probablemente cada núcleo urbano estuviera dirigido por un caudillo o una clase dominante que controlaba al resto de la población que empleaba para labores agrícolas, ganaderas o como parte de sus huestes defensivas.
Aunque también se construyeron asentamientos sobre terreno llano, la mayoría de los poblados argáricos se realizaron en terreno elevado, colinas o laderas de montaña. Las casas vecinales solían situarse en las partes más bajas mientras que los edificios militares y de las clases altas se edificaban en las partes superiores. Las casas argáricas son de muros rectos y planta rectangular. Los arqueólogos que realizan estudios demográficos de la cultura de El Argar afirman que se observa un crecimiento de población y una mejora del nivel de vida de la población en cuanto al periodo anterior, el calcolítico. Defienden que cada poblado argárico mantenía una población media de 300 individuos que podían llegar a los 1.500 en los grandes asentamientos. Esto puede deberse, según estos arqueólogos, no sólo a las incipientes relaciones comerciales sino también al desarrollo agrícola y ganadero que ya se estaba produciendo en los últimos siglos de la edad del Cobre.
Asimismo, en los lugares geográficos que eran propicios para ello, durante la cultura argárica también empezaron a explotarse determinados recursos mineros.
Enterramientos argáricos: la integración del difunto en la sociedad y la creencia en el más allá
Un hecho destacado que se produce durante el periodo de El Argar es el cambio de mentalidad respecto al enterramiento del difunto. En este periodo los sepulcros se encuentran dentro del recinto de las propias casa o en su subsuelo. Los cadáveres solían introducirse en grandes tinajas rodeados de los objetos más valiosos que poseían, que generalmente eran de metal. Los arqueólogos distinguen el nivel que tenía el difunto dentro de la sociedad argárica por el valor de su ajuar funerario.
Gracias a esto se sabe, como se ha apuntado al principio del texto, que había una elaboradora jerarquización de dos o tres niveles: "reyes" o "caudillos", "nobles" y "campesinos" o "vasallos". Los personajes de más alta cuna solían enterrarse junto con bellas armas rituales y joyas muy elaboradas.
El motivo por el cual los enterramientos se realizaban dentro del recinto de las casas se debe, según los arqueólogos, a que esta sociedad ya creía en el más allá e integraban a los difuntos dentro de la comunidad de los vivos.
Orígenes de la cultura de El Argar
Antiguamente se creía que la cultura de El Argar había surgido, como muchos de los hitos culturales de nuestra península por imitación o influencia de otras culturas, sin embargo actualmente esa concepción ha cambiado.
Investigadores como Lull y otros afirman que ya en la cultura de Los Millares, además cercana y coterránea a los lugares donde se desarrolló la cultura argárica ya aparecen indicios de lo que se produjo en esta época y que por lo tanto no es descartable el origen autóctono, aunque sin negar la evidencia de influencias debidas al intercambio comercial con regiones a veces distantes de El Argar como la Grecia micénica.
Extensión y lugares arqueológicos de la cultura argárica
El ámbito geográfico que ocupó la cultura de El Argar abarca una extensa franja del sureste peninsular que se corresponde con las actuales provincias de Almería y Jaén y quizás una parte de la región de Murcia.
Los principales sitios arqueológicos son El Argar, Fuente Bermeja de Níjar, Cerro del Nacimiento, Cuevas del Almanzora y Sierra de las Estancias en Almería, Peñalosa en Jaén y La Bastida de Totana y Puntarrón Chico en Murcia, entre otros.
Estas zonas y lugares arqueológicos aún no están completamente excavados y pueden que aún guarden más sorpresas y descubrimientos acerca de esta gran civilización del sureste español.
Autor: Jose Manuel Peque Martínez
Fuente: Suite101
Fecha: 26/11/2010
La momia hallada en Sahagún (León) era de un varón y posiblemente una celebridad
Los estudios realizados a la momia hallada junto a un sello papal, del siglo XIV, enterrada en el altar mayor del Santuario de la Peregrina de Sahagún (León), han revelado que se trata de un varón, de entre 45 y 55 años, y que posiblemente fue una personalidad de elevada dignidad.
La investigación no ha permitido determinar la figura histórica en cuestión de la que se trata, pero sí que el ataúd estaba justo en el altar mayor, lo que hace pensar que el personaje fuera relevante, y que junto a la momia estaban enterradas otras dos mujeres, así como un sello del Papa Gregorio XI.
Así lo han explicado hoy en León en un café de redacción organizado por EFE, en el Parador de San Marcos, los expertos que han participado en este estudio, que ha desterrado ciertas hipótesis que se sostenían en un principio como que esta momia pertenecía a una mujer.
Los restos humanos aparecieron por sorpresa a finales de 2008 ocultos en un ataúd detrás de una pared del altar mayor del Santuario de la Peregrina de Sahagún, una de las joyas del mudéjar del país, con motivo de las obras de restauración que se están realizando en este monumento, que aún no han concluido, según ha explicado el arquitecto director de las obras, José Ramón Sola.
La Peregrina de Sahagún fue un antiguo convento franciscano que se empezó a construir en 1257, según consta en el acta fundacional del mismo.
Por su parte, el arqueólogo Javier Morala, ha desvelado que se trata de un enterramiento secundario, que no es original, y que la momia, además de los restos de las otras dos mujeres, y el sello papal, fueron trasladados, por razones que se desconocen, a otro féretro, en una época que se desconoce también.
Este féretro a lo largo de la historia ha sido abierto hasta en dos ocasiones, e incluso tiene injertos de madera distintos al original, ha explicado el arqueólogo.
Se desconoce si el sello papal, la momia y las mujeres son coetáneos, pero lo que sí está claro es que hubo intención de ocultarlos, al haberles enterrado juntos, y después tapados con una pared.
En ese lugar, hay colocado un retablo, del siglo XVIII, que se pudo colocar una vez emparedados los restos.
El proceso de momificación de este varón ha sido natural, es decir, se ha producido por haber estado en un lugar con unas determinadas condiciones de sequedad y por eso ha llegado a nuestros días, según ha dicho.
El arqueólogo ha explicado que no son frecuentes hallazgos de este tipo, y mucho menos enterrados en un altar y con un sello papal.
Por su parte, el profesor de Anatomía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid Juan Francisco Pastor ha detallado el resultado del escáner realizado a estos restos, del que se desprende que el varón presentaba marcas a nivel de los muslos como que estuviera atado, había perdido dientes, tenía una lesión en el brazo muy importante, en la zona del codo, y cálculos en la vejiga.
Respecto a las marcas de los muslos que presenta la momia, ha apuntado que se las ha podido producir el cordón de un hábito franciscano, que pudo llevar en vida, o que se le colocaron cuando se le amortajó, algo que tampoco era raro en personajes acaudalados.
En cuanto a las dos mujeres que han aparecido con él, una de entre 21 y 35 años, y la otra de entre 36 y 50, no presentan patologías relevantes, salvo artrosis cervical, una de ellas, y la otra, en un tobillo.
Las obras de este santuario concluyeron en el siglo XIV, según Sola.
Durante la restauración de este monumento, que comenzó en 2004, han aparecido desde yeserías, hasta pinturas, e incluso inscripciones mudéjares, difíciles de descifrar, según ha explicado el arquitecto.
En este santuario, se pretende habilitar el Centro de Documentación del Camino de Santiago.
Fuente: ABC
Fecha: 25/11/2010
La investigación no ha permitido determinar la figura histórica en cuestión de la que se trata, pero sí que el ataúd estaba justo en el altar mayor, lo que hace pensar que el personaje fuera relevante, y que junto a la momia estaban enterradas otras dos mujeres, así como un sello del Papa Gregorio XI.
Así lo han explicado hoy en León en un café de redacción organizado por EFE, en el Parador de San Marcos, los expertos que han participado en este estudio, que ha desterrado ciertas hipótesis que se sostenían en un principio como que esta momia pertenecía a una mujer.
Los restos humanos aparecieron por sorpresa a finales de 2008 ocultos en un ataúd detrás de una pared del altar mayor del Santuario de la Peregrina de Sahagún, una de las joyas del mudéjar del país, con motivo de las obras de restauración que se están realizando en este monumento, que aún no han concluido, según ha explicado el arquitecto director de las obras, José Ramón Sola.
La Peregrina de Sahagún fue un antiguo convento franciscano que se empezó a construir en 1257, según consta en el acta fundacional del mismo.
Por su parte, el arqueólogo Javier Morala, ha desvelado que se trata de un enterramiento secundario, que no es original, y que la momia, además de los restos de las otras dos mujeres, y el sello papal, fueron trasladados, por razones que se desconocen, a otro féretro, en una época que se desconoce también.
Este féretro a lo largo de la historia ha sido abierto hasta en dos ocasiones, e incluso tiene injertos de madera distintos al original, ha explicado el arqueólogo.
Se desconoce si el sello papal, la momia y las mujeres son coetáneos, pero lo que sí está claro es que hubo intención de ocultarlos, al haberles enterrado juntos, y después tapados con una pared.
En ese lugar, hay colocado un retablo, del siglo XVIII, que se pudo colocar una vez emparedados los restos.
El proceso de momificación de este varón ha sido natural, es decir, se ha producido por haber estado en un lugar con unas determinadas condiciones de sequedad y por eso ha llegado a nuestros días, según ha dicho.
El arqueólogo ha explicado que no son frecuentes hallazgos de este tipo, y mucho menos enterrados en un altar y con un sello papal.
Por su parte, el profesor de Anatomía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid Juan Francisco Pastor ha detallado el resultado del escáner realizado a estos restos, del que se desprende que el varón presentaba marcas a nivel de los muslos como que estuviera atado, había perdido dientes, tenía una lesión en el brazo muy importante, en la zona del codo, y cálculos en la vejiga.
Respecto a las marcas de los muslos que presenta la momia, ha apuntado que se las ha podido producir el cordón de un hábito franciscano, que pudo llevar en vida, o que se le colocaron cuando se le amortajó, algo que tampoco era raro en personajes acaudalados.
En cuanto a las dos mujeres que han aparecido con él, una de entre 21 y 35 años, y la otra de entre 36 y 50, no presentan patologías relevantes, salvo artrosis cervical, una de ellas, y la otra, en un tobillo.
Las obras de este santuario concluyeron en el siglo XIV, según Sola.
Durante la restauración de este monumento, que comenzó en 2004, han aparecido desde yeserías, hasta pinturas, e incluso inscripciones mudéjares, difíciles de descifrar, según ha explicado el arquitecto.
En este santuario, se pretende habilitar el Centro de Documentación del Camino de Santiago.
Fuente: ABC
Fecha: 25/11/2010
La Olmeda acerca las costumbres funerarias del Bajo Imperio Romano
La villa romana La Olmeda, situada en Pedrosa de la Vega (Palencia), acerca las tradiciones y costumbres funerarias del Bajo Imperio Romano con una exposición que recorre el complejo mundo del "funus" romano a través del hallazgo de dos necrópolis con 700 tumbas excavadas en esta villa.
La muestra titulada "El Último Viaje. Los Ajuares Funerarios de la Olmeda" ha sido calificada como una "magnifica exposición sobre el último viaje y los ajuares funerarios de la época tardo romana".
Su objetivo es dar a conocer todo lo que concierne a los enterramientos de la época romana y las ceremonias que se utilizaban pero "sobre todo intentamos que la villa romana La Olmeda sea un espacio cultural vivo y permanente", ha subrayado el presidente de la diputación de Palencia.
Para el director arqueológico de La Olmeda, José Antonio Abásolo, "en el estudio del mundo funerario de la antigüedad hay un antes y un después de La Olmeda".
Abásolo ha recordado que esta villa era el centro de un vasto territorio donde residía una población muy grande por lo que contaba con cinco cementerios.
En este sentido ha destacado que "hay muy pocas villas como La Olmeda pero carecemos en arqueología de sus cementerios" debido a que en la edad antigua las tumbas no tenían ninguna evidencia externa que sirviera para identificarlas y de ahí que resulte muy difícil localizarlos.
De ahí la importancia de las dos necrópolis excavadas en los alrededores de la villa, donde se han encontrado 700 tumbas, un numero muy superior al del único cementerio del Bajo Imperio que hasta ahora se conocía en Castilla y León, entre las provincias de Burgos y Álava, y que cuenta con 50 enterramientos identificados.
La exposición se estructura en una serie de paneles en los que se habla del origen y antecedentes de las creencias de los antiguos, la historia funeraria de La Olmeda y lo que ha significado la Olmeda en el estudio del "funus" romano.
Se completa con vitrinas con piezas de las dos necrópolis excavadas entre las que hay pulseras y collares de ámbar, piezas de vidrio y cerámica y objetos de diversa naturaleza asociadas al sexo y profesión del difunto.
La exposición ha pretendido buscar una especie de complemento y convergencia entre lo que era la vida en la villa y el conocimiento del mundo de las creencias de la antigüedad cuando enterraban a sus difuntos, las ofrendas que depositaban y comprobar así la evolución cronológica y cultural en la ingente cantidad de enterramientos hallados, ha explicado Abásolo.
Fuente: ABC
Fecha: 25/11/2010
La muestra titulada "El Último Viaje. Los Ajuares Funerarios de la Olmeda" ha sido calificada como una "magnifica exposición sobre el último viaje y los ajuares funerarios de la época tardo romana".
Su objetivo es dar a conocer todo lo que concierne a los enterramientos de la época romana y las ceremonias que se utilizaban pero "sobre todo intentamos que la villa romana La Olmeda sea un espacio cultural vivo y permanente", ha subrayado el presidente de la diputación de Palencia.
Para el director arqueológico de La Olmeda, José Antonio Abásolo, "en el estudio del mundo funerario de la antigüedad hay un antes y un después de La Olmeda".
Abásolo ha recordado que esta villa era el centro de un vasto territorio donde residía una población muy grande por lo que contaba con cinco cementerios.
En este sentido ha destacado que "hay muy pocas villas como La Olmeda pero carecemos en arqueología de sus cementerios" debido a que en la edad antigua las tumbas no tenían ninguna evidencia externa que sirviera para identificarlas y de ahí que resulte muy difícil localizarlos.
De ahí la importancia de las dos necrópolis excavadas en los alrededores de la villa, donde se han encontrado 700 tumbas, un numero muy superior al del único cementerio del Bajo Imperio que hasta ahora se conocía en Castilla y León, entre las provincias de Burgos y Álava, y que cuenta con 50 enterramientos identificados.
La exposición se estructura en una serie de paneles en los que se habla del origen y antecedentes de las creencias de los antiguos, la historia funeraria de La Olmeda y lo que ha significado la Olmeda en el estudio del "funus" romano.
Se completa con vitrinas con piezas de las dos necrópolis excavadas entre las que hay pulseras y collares de ámbar, piezas de vidrio y cerámica y objetos de diversa naturaleza asociadas al sexo y profesión del difunto.
La exposición ha pretendido buscar una especie de complemento y convergencia entre lo que era la vida en la villa y el conocimiento del mundo de las creencias de la antigüedad cuando enterraban a sus difuntos, las ofrendas que depositaban y comprobar así la evolución cronológica y cultural en la ingente cantidad de enterramientos hallados, ha explicado Abásolo.
Fuente: ABC
Fecha: 25/11/2010
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