domingo, 12 de septiembre de 2010

CONFÍAN EN LOCALIZAR LOS CUERPOS DE 80 PERSONAS EN LA FOSA DE LA PEDRAJA

Los trabajos, que se inician este lunes, se prolongarán durante dos semanas en las que se seguirán buscando más enterramientos pues se estima que hay restos de 300 individuos.

Este lunes comienza a las nueve de la mañana la exhumación de la fosa de La Pedraja localizada el pasado 3 de junio. Está situada en la carretera N-120 Burgos-Logroño en el punto kilométrico 81.4, a unos tres kilómetros de la población de Villafranca Montes de Oca. Tiene una dimensión de 2,30 metros de anchura por 28 de largo y se estima que puede contener entre 60 y 80 cuerpos.

Esta exhumación es posible gracias a la Agrupación de Familiares de las Personas Asesinadas en los Montes de La Pedraja, constituida en el mes de diciembre del año 2008 para buscar a todos sus seres queridos asesinados en esta zona. En el momento de su formación, la agrupación estaba formada por 70 asociados, a los que luego se unieron otras 22 personas.

Los trabajos de exhumación comienzan este lunes, pero para llegar hasta aquí sus familiares han recorrido un largo camino. Constituir la agrupación, pedir la subvención al Ministerio de Presidencia, esperar su concesión y solicitar los permisos necesarios para actuar son sólo algunos de los pasos que han tenido que seguir.

Esta exhumación está dirigida por el forense Paco Etxeberría y contará con la participación de entre 20 a 25 profesionales de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, de la que es presidente. Los trabajos se prolongarán durante dos semanas en horario de 9 a 21 horas. El equipo estará constituido, entre otros profesionales, por arqueólogos y por dos psicólogos, pues muchos familiares presenciarán la exhumación.

Durante estos quince días se continuarán buscando más fosas ya que todo hace pensar que puede haber más cuerpos. Para localizar más restos, se empleará un gradiómetro de protones, que es un aparato que detecta los movimientos que hubo en el subsuelo en el pasado. Así, los familiares quieren confirmar que no quedan más fosas.

Se cree que podría haber más de 300 individuos, que fueron fusilados entre julio de 1936 y enero de 1937. Se estima esta cifra debido a los testimonios de gente que acude a La Pedraja y por los datos de la Prisión Central de Burgos.

«Hay constancia de 51 personas con nombres y apellidos de Briviesca y la zona y otros 68 de Miranda de Ebro y de La Rioja», explica Miguel Ángel Martínez Movilla, representante legal de la agrupación y el que ha llevado todo el proceso. Es nieto de Rafael Martínez Moro, uno de los fusilados en el monte de la Pedraja. Martínez Movilla y su padre solían acudir a este paraje ya durante la dictadura. Fue en 1976 cuando los familiares de los asesinados en este monte comenzaron a reunirse allí cada año para homenajearlos.

Su historia
«Mi abuelo fue detenido el 19 de julio de 1936 en Briviesca y trasladado a la prisión de este pueblo. Más tarde, fue llevado a la Prisión Central de Burgos, de la que salió junto a otras diez personas el 3 de octubre para ser fusilado», explica Martínez Movilla, que aporta más datos de su familiar . Su abuelo era contratista y hacía obras de construcción para la Administración. Tenía 42 años cuando fue asesinado. Su nieto cree que el único motivo para ello era que presidía la agrupación socialista de Briviesca, donde dejó mujer y cinco hijos. Sus familiares no tienen duda de que Rafael se encuentra en La Pedraja porque algunos vecinos de Villafranca Montes de Oca, que iban obligados a cavar las fosas, le reconocieron cuando fue llevado allí para ser fusilado e informaron a su familia al día siguiente del suceso.

Después de los trabajos de campo, los restos encontrados serán llevados a los laboratorios que Aranzadi posee en San Sebastián, donde se procederá a su identificación. Primero, por sus rasgos anatómicos y, en caso de que esta opción no sea posible, se realizaría a través del ADN.

Martínez Movilla no entiende cómo la Ley de Memoria Histórica puede dejar en manos de los familiares la búsqueda de sus muertos, ya que a su juicio es un problema del Estado español. A dos días de la exhumación asegura que las familias están ansiosas porque «ven que se les acaba su plazo de vida y no han sido capaces de encontrarlos». Define su sentimiento como una alegría amarga. «Has conseguido lo que deseabas, pero hay amargura porque ni a las Administraciones, ni a los amigos, ni a la gente les preocupa este tema», explica.

Fuente: Diario de Burgos
Autor: Nuria Gutiérrez
Fecha: 21/08/2010

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