martes, 19 de mayo de 2009

El yacimiento de la Cueva Eirós permite estudiar la transición entre los últimos neandertales y los primeros humanos modernos

La Cueva Eirós (Triacastela, Lugo) conserva la única secuencia del Noroeste donde se puede estudiar la transición entre los últimos neandertales y los primeros humanos modernos, proporcionando valiosa información sobre sus modos de vida, estrategias de caza y subsistencia de estas dos especies de homínidos.

Estas son las primeras conclusiones a las que han llegado los investigadores del Grupo de Estudios para la Prehistoria del Noroeste de la Univesrsida de Santiago de Compostela (USC) que están trabajando en la excavación de esta cueva junto a un equipo del Institut Catalá de Paleocología Humana i Evolució Social de Tarragona (IPHES). Los trabajos desarrollados revelan la importancia de este yacimiento para el estudio de los modos de vida de los neandertales en el Paleolítico medio.

La industria lítica y las nuevas dataciones realizadas en un nivel superior de la cueva indican la existencia de una ocupación humana que se remonta a hace aproximadamente treinta mil años, ya en los inicios del Paleolítico Superior. Este mismo nivel de la cueva se relaciona con el Auriñaciense, período en el que los primeros humanos modernos llegan al continente europeo.

En la actualidad, los principales yacimientos de este período existentes en la Península Ibérica se encuentran en la Cornisa Cantábrica destacando la Cueva del Castillo, Cueva Morín, Labeoko Cueva y La Viña, situándose el yacimiento lugués como el más occidental.

La datación de Cueva Eirós mediante otras técnicas como la OSL al mismo tiempo que las dataciones realizadas en la Cueva de Valdavara ayudarán a completar a secuencia del Paleolítico Superior en Galicia.

Estos yacimientos en cuevas ofrecieron valiosa información a los investigadores sobre los modos de vida de los humanos modernos, tanto en lo referente a sus estrategias de caza, modos de fabricación de herramientas como en lo relativo a su esfera simbólica, como testimonian la presencia de cuentas de collar. Pero también proporcionaron gran información para la reconstrucción paleoambiental del entorno a través del hallazgo de restos de fauna extinta del Pleistoceno Superior como son el rinoceronte lanudo y los osos de las cavernas.

Fuente:
USC
Fecha: 18/05/2009

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