Descubrir el origen de la agricultura en diferentes regiones del globo viene siendo un reto complejo para los arqueólogos. Ahora, un equipo de investigadores ha encontrado evidencias de antiguos experimentos humanos con el cultivo de granos en Asia Oriental. Obtuvieron esta información de una fuente inusual para lo que cabría esperar de este tipo de estudios: huesos de perro y de cerdo.
Los huesos de perro y de cerdo, así como los huesos de otras especies animales, analizados en el estudio, provienen de un yacimiento arqueológico en una región del noroeste de China, considerada como un posible núcleo pionero de la agricultura en el Este de Asia.
Trazas de compuestos químicos en los huesos de los perros sugieren una dieta rica en mijo, un grano que difícilmente los perros salvajes habrían comido por su cuenta en grandes cantidades, pero que era un alimento cotidiano en las sociedades agrícolas primitivas en el noroeste de China.
Los huesos fueron encontrados en un asentamiento neolítico, conocido como Dadiwan. Los seres humanos ocuparon este lugar durante dos fases principales: desde hace 7.900 años hasta hace 7.200 (Fase 1), y desde hace 6.500 años hasta hace 4.900 (Fase 2). Aunque han sido encontrados algunos restos fósiles de mijo en ambos depósitos, los fósiles no revelan directamente cuánta era la contribución del mijo a la dieta local.
Para responder a esta pregunta, los investigadores recurrieron a una técnica conocida como análisis de isótopos estables. Los átomos de elementos como el carbono se presentan en distintas versiones (isótopos) que son químicamente similares, pero que pueden diferenciarse en el laboratorio por pequeñísimas diferencias en su masa. Ciertos tipos de plantas, conocidas como vegetales C4, tienden a concentrar isótopos de carbono más pesados a medida que crecen, en comparación con los vegetales del tipo C3. Por tanto, los animales cuyas dietas son ricas en plantas C4 tienden también a concentrar isótopos más pesados en sus huesos. El mijo es una de las pocas plantas C4 que crecen en el árido noroeste de China, por lo que el contenido de ciertos isótopos de carbono en los huesos es un buen indicador de una dieta rica en mijo.
Los análisis realizados en el Laboratorio Geofísico del Instituto Carnegie han revelado que la mayoría de los huesos de perro de los depósitos de la Fase 1 de ocupación tenían la firma isotópica de una dieta rica en mijo. Esto sugiere que los perros a quienes pertenecieron los huesos fueron domesticados y alimentados por seres humanos, quienes cosechaban el mijo. Los huesos de cerdos del mismo sitio cuentan una historia ligeramente diferente. En los depósitos de la Fase 1, los huesos de los cerdos no muestran señales de mijo en sus dietas, por lo que probablemente pertenecieron a cerdos salvajes que fueron cazados como alimento. Pero los huesos de cerdo provenientes de la Fase 2 sí presentan la marca isotópica del mijo, de manera que, con toda probabilidad, en aquella época ya habían sido domesticados.
Fuente: Scitech News
Fecha: 20/05/2009
Los huesos de perro y de cerdo, así como los huesos de otras especies animales, analizados en el estudio, provienen de un yacimiento arqueológico en una región del noroeste de China, considerada como un posible núcleo pionero de la agricultura en el Este de Asia.
Trazas de compuestos químicos en los huesos de los perros sugieren una dieta rica en mijo, un grano que difícilmente los perros salvajes habrían comido por su cuenta en grandes cantidades, pero que era un alimento cotidiano en las sociedades agrícolas primitivas en el noroeste de China.
Los huesos fueron encontrados en un asentamiento neolítico, conocido como Dadiwan. Los seres humanos ocuparon este lugar durante dos fases principales: desde hace 7.900 años hasta hace 7.200 (Fase 1), y desde hace 6.500 años hasta hace 4.900 (Fase 2). Aunque han sido encontrados algunos restos fósiles de mijo en ambos depósitos, los fósiles no revelan directamente cuánta era la contribución del mijo a la dieta local.
Para responder a esta pregunta, los investigadores recurrieron a una técnica conocida como análisis de isótopos estables. Los átomos de elementos como el carbono se presentan en distintas versiones (isótopos) que son químicamente similares, pero que pueden diferenciarse en el laboratorio por pequeñísimas diferencias en su masa. Ciertos tipos de plantas, conocidas como vegetales C4, tienden a concentrar isótopos de carbono más pesados a medida que crecen, en comparación con los vegetales del tipo C3. Por tanto, los animales cuyas dietas son ricas en plantas C4 tienden también a concentrar isótopos más pesados en sus huesos. El mijo es una de las pocas plantas C4 que crecen en el árido noroeste de China, por lo que el contenido de ciertos isótopos de carbono en los huesos es un buen indicador de una dieta rica en mijo.
Los análisis realizados en el Laboratorio Geofísico del Instituto Carnegie han revelado que la mayoría de los huesos de perro de los depósitos de la Fase 1 de ocupación tenían la firma isotópica de una dieta rica en mijo. Esto sugiere que los perros a quienes pertenecieron los huesos fueron domesticados y alimentados por seres humanos, quienes cosechaban el mijo. Los huesos de cerdos del mismo sitio cuentan una historia ligeramente diferente. En los depósitos de la Fase 1, los huesos de los cerdos no muestran señales de mijo en sus dietas, por lo que probablemente pertenecieron a cerdos salvajes que fueron cazados como alimento. Pero los huesos de cerdo provenientes de la Fase 2 sí presentan la marca isotópica del mijo, de manera que, con toda probabilidad, en aquella época ya habían sido domesticados.
Fuente: Scitech News
Fecha: 20/05/2009
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