Los monos capuchinos a menudo compensan a quienes les imitan con amistad, aseguran unos investigadores americanos en la revista 'Science'.
Al realizar varios experimentos con capuchinos, una especie de mono muy sociable, los investigadores descubrieron que los animales preferían a los humanos que imitaban sus acciones de forma inmediata antes que a aquellos que realizaban acciones similares pero no simultáneamente.
El equipo dirigido por Annika Paukner descubrió que los monos miraban más tiempo a sus imitadores humanos, pasaban más tiempo cerca de ellos y también interactuaban más con ellos en un intercambio de objetos por comida en comparación a cómo respondían ante humanos que no los estaban imitando de forma directa.
A través de una serie de pruebas de seguimiento, los investigadores también confirmaron que era el acto humano de imitación lo que conseguía el afecto de los capuchinos y no simplemente la mayor familiaridad o atención percibida por los monos.
El director del Instituto Eunice Kennedy para la Salud Infantil y el Desarrollo Humano (NICHD), Duane Alexander, dice que esa tendencia de los monos capuchinos es igual a la de los seres humanos que prefieren el comportamiento de otras personas que sutilmente repiten sus gestos. "Observar la forma en que la imitación promueve la amistad en los primates podría ayudar a conocer problemas de imitación y relación social de las personas, como algunas formas de autismo", señaló.
Los seres humanos con frecuencia adoptan las poses y gestos de las personas que conocen de forma inconsciente. Además, la gente que no sabe que son objeto de imitación generalmente siente afecto y empatía por quienes les imitan y, según señalan los investigadores, esa imitación sería la base que lleva a los seres humanos a formar grupos sociales permanentes.
Fuente: El Mundo
Fecha: 16/08/2009
Al realizar varios experimentos con capuchinos, una especie de mono muy sociable, los investigadores descubrieron que los animales preferían a los humanos que imitaban sus acciones de forma inmediata antes que a aquellos que realizaban acciones similares pero no simultáneamente.
El equipo dirigido por Annika Paukner descubrió que los monos miraban más tiempo a sus imitadores humanos, pasaban más tiempo cerca de ellos y también interactuaban más con ellos en un intercambio de objetos por comida en comparación a cómo respondían ante humanos que no los estaban imitando de forma directa.
A través de una serie de pruebas de seguimiento, los investigadores también confirmaron que era el acto humano de imitación lo que conseguía el afecto de los capuchinos y no simplemente la mayor familiaridad o atención percibida por los monos.
El director del Instituto Eunice Kennedy para la Salud Infantil y el Desarrollo Humano (NICHD), Duane Alexander, dice que esa tendencia de los monos capuchinos es igual a la de los seres humanos que prefieren el comportamiento de otras personas que sutilmente repiten sus gestos. "Observar la forma en que la imitación promueve la amistad en los primates podría ayudar a conocer problemas de imitación y relación social de las personas, como algunas formas de autismo", señaló.
Los seres humanos con frecuencia adoptan las poses y gestos de las personas que conocen de forma inconsciente. Además, la gente que no sabe que son objeto de imitación generalmente siente afecto y empatía por quienes les imitan y, según señalan los investigadores, esa imitación sería la base que lleva a los seres humanos a formar grupos sociales permanentes.
Fuente: El Mundo
Fecha: 16/08/2009
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