El uso de nuevas tecnologías, como la aplicación de pruebas de ADN, permitirá conocer a profundidad los hallazgos encontrados en la Zona Arqueológica de Jonuta, sentando las bases para estudios posteriores de manera especializada en coordinación entre diversas instituciones.
Así lo manifestó la arqueóloga Miriam Judith Gallegos Gómora, profesora investigadora del Centro INAH-Tabasco, quien estuvo al frente de la investigación de campo y que ahora encabeza un grupo de profesores que intentan desentrañar los misterios de la colección prehispánica encontrada.
En ese sentido, recordó que desde el año pasado el doctor en ciencias Manuel Acosta Alejandro, premio al mérito científico por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco colabora con la investigación en el análisis de los materiales encontrados.
"Nos ayuda para dilucidar que tipos de materiales estaban usando para hacer los ladrillos y también comenzar a identificar el sistema de producción, como qué tipo de temperaturas alcanzaban los hornos, si eran abiertos o no, sabemos que eran grande productores pero no sabemos como las hacían ni en que cantidades".
Y es que cabe recordar que en el lugar fueron encontrados cuatro muros paralelos de mampostería erigida con ladrillos pequeños y delgados, uno de ellos con restos de estuco, así como dos pequeñas losas colocadas verticalmente al frente del último muro, como una especie de pequeñas estelas, hechas de argamasa de cal de concha, indicó la especialista.
Estos hallazgos confirman que el uso parcial del ladrillo entre los antiguos asentamientos mayas que ocuparon las llanuras de la costa tabasqueña, hacia el año 850 d.C, en el periodo Clásico Tardío y Epiclásico.
Gallegos Gómora ha participado en proyectos de investigación de arqueología prehispánica e histórica, y de arquitectura colonial en varios puntos del país como Calakmul (Campeche), Comalcalco (Tabasco), los conventos de San Gabriel Cholula (Puebla) y Santo Domingo de Oxolotán (Tabasco), entre otros, por lo que dice estar interesada en corroborar si los restos humanos, también encontrados en Jonuta, son mayas.
ADN REVELARÁ DEGENERACIONES EN ESPECIES
Para ello, en próximas fechas se dará inicio a un trabajo con biólogos especialistas de la UJAT, institución estrechamente ligada al INAH, consistente en tomar muestras de ADN de las osamentas, tanto humanas como animales, para compararlas con los pobladores actuales.
"Esto es importante porque hay una especie de tortuga endémica, la tortuga blanca, que por esta transformación del paisaje de tabasco en el que ya no están comunicados los cuerpos de agua, los grupos de tortugas se quedan en un solo sitio y ya no tienen reproducción con otras, entonces les pasa lo mismo que en épocas antiguas, de que al estarse reproduciendo entre ellos mismo empieza a haber una degeneración en la raza", explicó.
La Arqueóloga mexicana por la Escuela Nacional de Antropología e Historia, y maestra en restauración arquitectónica por la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía, indicó que lo que se planea "es comparar el ADN contemporáneo y las tortugas que nosotros sacamos de la época prehispánica".
Esto, porque al momento de hacer las excavaciones se encontraron placas, cráneos de tapir y varios tepalcates, "entonces sabremos cuan sanas estaban las especies, tratando de obtener información con el objetivo de encontrar soluciones para esta degeneración"
Además, "se analizarán los esqueletos de diversas excavaciones también para conocer las condiciones de salud de la población prehispánica", ya que no se ha trabajado nunca las características de la población jonuteca "nosotros los asociamos a que eran mayas, pero hace falta estudiar su ADN para cotejarlo con otras colecciones, para certificar que lo son".
Esto, sostuvo, "es importante por que es la primera vez que se aplican nuevas tecnologías en los proyectos arqueológicos", pues el antecedente más cercano, en Tabasco, lo constituye la aplicación del radar de penetración en la Venta y Comalcalco, que es un instrumento que coloquialmente se puede describir como "si pasaras un rodillo sobre una superficie" lanzando ondas sonoras que rebotan "dibujando" lo que se encuentra en el subsuelo.
Por ello, es que esta cooperación entre el INAH y la UJAT representa una nueva forma de dar lectura a las colecciones arqueológicas encontradas hasta ahora y en el futuro.
Fuente: Heraldo de Tabasco
Fecha: 28/06/2010
Así lo manifestó la arqueóloga Miriam Judith Gallegos Gómora, profesora investigadora del Centro INAH-Tabasco, quien estuvo al frente de la investigación de campo y que ahora encabeza un grupo de profesores que intentan desentrañar los misterios de la colección prehispánica encontrada.
En ese sentido, recordó que desde el año pasado el doctor en ciencias Manuel Acosta Alejandro, premio al mérito científico por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco colabora con la investigación en el análisis de los materiales encontrados.
"Nos ayuda para dilucidar que tipos de materiales estaban usando para hacer los ladrillos y también comenzar a identificar el sistema de producción, como qué tipo de temperaturas alcanzaban los hornos, si eran abiertos o no, sabemos que eran grande productores pero no sabemos como las hacían ni en que cantidades".
Y es que cabe recordar que en el lugar fueron encontrados cuatro muros paralelos de mampostería erigida con ladrillos pequeños y delgados, uno de ellos con restos de estuco, así como dos pequeñas losas colocadas verticalmente al frente del último muro, como una especie de pequeñas estelas, hechas de argamasa de cal de concha, indicó la especialista.
Estos hallazgos confirman que el uso parcial del ladrillo entre los antiguos asentamientos mayas que ocuparon las llanuras de la costa tabasqueña, hacia el año 850 d.C, en el periodo Clásico Tardío y Epiclásico.
Gallegos Gómora ha participado en proyectos de investigación de arqueología prehispánica e histórica, y de arquitectura colonial en varios puntos del país como Calakmul (Campeche), Comalcalco (Tabasco), los conventos de San Gabriel Cholula (Puebla) y Santo Domingo de Oxolotán (Tabasco), entre otros, por lo que dice estar interesada en corroborar si los restos humanos, también encontrados en Jonuta, son mayas.
ADN REVELARÁ DEGENERACIONES EN ESPECIES
Para ello, en próximas fechas se dará inicio a un trabajo con biólogos especialistas de la UJAT, institución estrechamente ligada al INAH, consistente en tomar muestras de ADN de las osamentas, tanto humanas como animales, para compararlas con los pobladores actuales.
"Esto es importante porque hay una especie de tortuga endémica, la tortuga blanca, que por esta transformación del paisaje de tabasco en el que ya no están comunicados los cuerpos de agua, los grupos de tortugas se quedan en un solo sitio y ya no tienen reproducción con otras, entonces les pasa lo mismo que en épocas antiguas, de que al estarse reproduciendo entre ellos mismo empieza a haber una degeneración en la raza", explicó.
La Arqueóloga mexicana por la Escuela Nacional de Antropología e Historia, y maestra en restauración arquitectónica por la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía, indicó que lo que se planea "es comparar el ADN contemporáneo y las tortugas que nosotros sacamos de la época prehispánica".
Esto, porque al momento de hacer las excavaciones se encontraron placas, cráneos de tapir y varios tepalcates, "entonces sabremos cuan sanas estaban las especies, tratando de obtener información con el objetivo de encontrar soluciones para esta degeneración"
Además, "se analizarán los esqueletos de diversas excavaciones también para conocer las condiciones de salud de la población prehispánica", ya que no se ha trabajado nunca las características de la población jonuteca "nosotros los asociamos a que eran mayas, pero hace falta estudiar su ADN para cotejarlo con otras colecciones, para certificar que lo son".
Esto, sostuvo, "es importante por que es la primera vez que se aplican nuevas tecnologías en los proyectos arqueológicos", pues el antecedente más cercano, en Tabasco, lo constituye la aplicación del radar de penetración en la Venta y Comalcalco, que es un instrumento que coloquialmente se puede describir como "si pasaras un rodillo sobre una superficie" lanzando ondas sonoras que rebotan "dibujando" lo que se encuentra en el subsuelo.
Por ello, es que esta cooperación entre el INAH y la UJAT representa una nueva forma de dar lectura a las colecciones arqueológicas encontradas hasta ahora y en el futuro.
Fuente: Heraldo de Tabasco
Fecha: 28/06/2010
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