En este proyecto sobre paleoecología colaboró también la Universidad de Oxford
El grupo de investigación de Ecología y Biogeografía Insular de la Universidad de La Laguna, junto con investigadores de la Universidad de Oxford, acaba de publicar un artículo científico que presenta los primeros resultados de un estudio de ecología a largo plazo o paleoecología sobre la presencia de bosques en Tenerife en la época de los guanches y anterior a ella. Este trabajo ha sido financiado principalmente por la Royal Society of London y el Long-term Ecology Laboratory de la Universidad de Oxford.
El artículo, publicado en la revista Journal of Biogeography, da cuenta de los primeros resultados de un estudio cuyo objetivo es reconstruir la vegetación que existió en los últimos 5.000 años en el entorno de La Laguna y averiguar cómo era la vegetación natural antes de la llegada del hombre.
“Conociendo las especies vegetales que predominaban en cada momento, podemos además hacernos una idea de los ambientes pasados que favorecían la presencia de un tipo de vegetación u otro”, explica Lea de Nascimento, del departamento de Ecología, Parasitología y Genética de la Universidad de La Laguna. Para saber qué plantas vivían en cada época los investigadores utilizaron fósiles, es decir, restos de aquellas plantas que se conservan a pesar del paso del tiempo.
En este caso se analizaron fósiles vegetales, principalmente polen, esporas de helechos y briófitos y pequeños fragmentos de carbón. En condiciones normales estos restos vegetales se degradarían por oxidación, por eso para su preservación se requieren ambientes pobres en oxígeno, como lagos, turberas, capas de hielo, etc. “El antiguo lago que dio nombre a la ciudad de La Laguna es uno de los pocos enclaves aptos para obtener fósiles de este tipo bien conservados y se eligió por esta razón como sitio de estudio”, prosigue la investigadora de la ULL.
Los primeros resultados muestran que la Vega lagunera estuvo poblada por bosques hasta la conquista de los castellanos. Sin embargo, estos bosques no estuvieron formados por las mismas especies de árboles durante todo el Holoceno tardío (últimos 5.000 años de historia de La Tierra).
Hasta hace aproximadamente 2.000 años, dos de los árboles más abundantes de la zona pertenecían a especies que no se consideran autóctonas de las Islas Canarias hoy en día. Los géneros de estos árboles son Quercus (de la familia de los robles, alcornoques y encinas entre otros) y Carpinus (conocido como carpe y distribuido actualmente en Europa central y oriental). Junto a estos árboles aparecen también, en menor proporción, pinos canarios y otros árboles del monteverde y del bosque termófilo, lo que indica su presencia a escala regional y más alejados del entorno de la laguna.
El declive de estos árboles (Quercus y Carpinus) comenzó hace unos 2.000 años coincidiendo con la presencia en las islas de los guanches. También se observa un incremento de los incendios durante los últimos 2.000 años, por la abundancia de pequeños fragmentos de carbón, en comparación con el periodo anterior. “Se concluye por tanto que el hombre con sus actividades (fuego, ganadería, tala selectiva) pudo ser el principal agente causante de la desaparición de ambos árboles en la región estudiada”, concluye Lea de Nascimento.
Fuente: Diario Digital de la ULL
Fecha: 01/07/2009
El grupo de investigación de Ecología y Biogeografía Insular de la Universidad de La Laguna, junto con investigadores de la Universidad de Oxford, acaba de publicar un artículo científico que presenta los primeros resultados de un estudio de ecología a largo plazo o paleoecología sobre la presencia de bosques en Tenerife en la época de los guanches y anterior a ella. Este trabajo ha sido financiado principalmente por la Royal Society of London y el Long-term Ecology Laboratory de la Universidad de Oxford.
El artículo, publicado en la revista Journal of Biogeography, da cuenta de los primeros resultados de un estudio cuyo objetivo es reconstruir la vegetación que existió en los últimos 5.000 años en el entorno de La Laguna y averiguar cómo era la vegetación natural antes de la llegada del hombre.
“Conociendo las especies vegetales que predominaban en cada momento, podemos además hacernos una idea de los ambientes pasados que favorecían la presencia de un tipo de vegetación u otro”, explica Lea de Nascimento, del departamento de Ecología, Parasitología y Genética de la Universidad de La Laguna. Para saber qué plantas vivían en cada época los investigadores utilizaron fósiles, es decir, restos de aquellas plantas que se conservan a pesar del paso del tiempo.
En este caso se analizaron fósiles vegetales, principalmente polen, esporas de helechos y briófitos y pequeños fragmentos de carbón. En condiciones normales estos restos vegetales se degradarían por oxidación, por eso para su preservación se requieren ambientes pobres en oxígeno, como lagos, turberas, capas de hielo, etc. “El antiguo lago que dio nombre a la ciudad de La Laguna es uno de los pocos enclaves aptos para obtener fósiles de este tipo bien conservados y se eligió por esta razón como sitio de estudio”, prosigue la investigadora de la ULL.
Los primeros resultados muestran que la Vega lagunera estuvo poblada por bosques hasta la conquista de los castellanos. Sin embargo, estos bosques no estuvieron formados por las mismas especies de árboles durante todo el Holoceno tardío (últimos 5.000 años de historia de La Tierra).
Hasta hace aproximadamente 2.000 años, dos de los árboles más abundantes de la zona pertenecían a especies que no se consideran autóctonas de las Islas Canarias hoy en día. Los géneros de estos árboles son Quercus (de la familia de los robles, alcornoques y encinas entre otros) y Carpinus (conocido como carpe y distribuido actualmente en Europa central y oriental). Junto a estos árboles aparecen también, en menor proporción, pinos canarios y otros árboles del monteverde y del bosque termófilo, lo que indica su presencia a escala regional y más alejados del entorno de la laguna.
El declive de estos árboles (Quercus y Carpinus) comenzó hace unos 2.000 años coincidiendo con la presencia en las islas de los guanches. También se observa un incremento de los incendios durante los últimos 2.000 años, por la abundancia de pequeños fragmentos de carbón, en comparación con el periodo anterior. “Se concluye por tanto que el hombre con sus actividades (fuego, ganadería, tala selectiva) pudo ser el principal agente causante de la desaparición de ambos árboles en la región estudiada”, concluye Lea de Nascimento.
Fuente: Diario Digital de la ULL
Fecha: 01/07/2009
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