Los restos de fauna y de herramientas de piedra encontrados en el yacimiento de Vallparadís, en Terrassa, demuestran que estuvo habitado por humanos hace ya un millón de años, según un estudio del ha informado hoy la Universidad Rovira i Virgili.
Los primeros resultados científicos de este estudio se publican hoy en la "revista Proceedings of the Nacional Academy of Sciences" (PNAS), y afirman que el lugar llena un vacío cronológico para saber qué ocurrió entre los primeros habitantes de Orce hace 1,3 millones de años y los Homo antecessor de Gran Dolina TD6, en Atapuerca, hace 800.000 años.
El minucioso estudio de las abundantes herramientas de piedra y de los restos de fauna demuestran que hace un millón de años en la zona mediterránea de la península ibérica, en el yacimiento de Vallparadís, ya vivían seres humanos, que subsistieron gracias a la gran capacidad de adaptación al entorno, con una gran presencia de animales carnívoros como las hienas y jaguares, con quienes compitieron en su lucha por la supervivencia.
Así lo demuestran los primeros resultados científicos obtenidos por un equipo integrado por miembros del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social) y del Área de Prehistoria de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona.
Los restos arqueológicos estudiados se obtuvieron en las excavaciones realizadas entre los años 2005 y 2007 en la ciudad de Terrassa, donde a raíz de los trabajos de construcción de una estación de los Ferrocarriles de la Generalitat se puso al descubierto un nuevo yacimiento en la zona del antiguo torrente conocida como Vallparadís.
Por este motivo, el IPHES y la URV realizaron una excavación de urgencia, bajo la dirección de los doctores Joan García y Kenneth Martínez, investigadores de dicho instituto, que han dirigido asimismo las investigaciones que se recogen en el artículo publicado en PNAS.
El yacimiento ha proporcionado el mayor registro arqueológico y paleontológico del Pleistoceno inferior europeo, hace aproximadamente un millón de años, una etapa clave en la primera ocupación humana de Europa.
"Los estudios realizados refuerzan la propuesta de que los homínidos habitaron de forma continuada nuestro continente en esta época", aseguran Joan García y Kenneth Martínez.
La cuantiosa industria lítica que aportó Vallparadís pertenece a la tecnología Olduvayense, caracterizándose por presentar una escasa elaboración, principalmente realizada sobre pequeños cantos de río, fundamentalmente de materiales autóctonos como el cuarzo, el sílex o la lidita, que sirvieron para confeccionar un instrumental lítico a partir de sencillas técnicas de talla.
Por lo que concierne a la fauna, se hallaron abundantes restos de macromamíferos, entre los que destacan herbívoros como los équidos, cérvidos o bóvidos, además de otras especies de gran tamaño como los hipopótamos, elefantes y rinocerontes, y diversos carnívoros como las hienas y jaguares.
"Cabe destacar que algunos de los restos de herbívoros presentaban marcas de corte y fracturaciones antrópicas, demostrando así un acceso primario de los humanos a las carcasas de los animales en relación al resto de grandes carnívoros. Éste fue el elemento clave del éxito adaptativo de las primeras poblaciones ibéricas, puesto que les posibilitó obtener los recursos cárnicos necesarios para garantizar su subsistencia", observan los codirectores de Vallparadís.
"El factor más determinante de la expansión y la adaptación de los homínidos fuera de África -prosiguen los investigadores del IPHES- fue probablemente el hecho de poseer una dieta carnívora que les permitía sobrevivir en un entorno ecológico diverso, como el de Vallparadís".
En este lugar, "aquellos especímenes -cuentan García y Martínez- tenían una capacidad adaptativa tan desarrollada que no fueron selectivos en el momento de escoger la presa que consumían o las materias primas utilizadas en los procesos de talla de los instrumentos".
Esta estrategia de adaptación generalista supone que los homínidos no habrían requerido de una tecnología muy avanzada para explotar los recursos disponibles.
Por lo tanto, "proponemos que estas primeras poblaciones europeas habrían sabido muy bien cómo sacar partido de los cadáveres de los animales encontrados en las zonas que bordeaban el río, convirtiéndose en los grandes depredadores, desplazando de la cúspide de la cadena trófica a los grandes carnívoros", concluyen ambos investigadores.
Fuente: El Confidencial
Fecha: 15/03/2010
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