La hembra del mosquito 'Anopheles' es la responsable de la transmisión del parásito que causa la malaria, una enfermedad que acaba cada año con la vida de miles de personas. Durante años, se ha luchado contra estos insectos para tratar de frenar las devastadoras secuelas sociales y económicas del paludismo pero ahora ha surgido una nueva estrategia: estudiar su genoma en busca de las claves de la resistencia.
Si no puedes con ellos, únete. Eso debió pensar este equipo formado por científicos del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (Heidelberg, Alemania) y del Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica de Estrasburgo (Francia) cuando lanzaron este proyecto cuyas conclusiones aparecen en la revista 'Science'. A pesar de que los mosquitos son los que inoculan el parásito, también podrían ser nuestros aliados contra la enfermedad.
"Los parásitos de la malaria deben pasar parte de sus vidas dentro de los mosquitos y otra parte dentro de los humanos, así que aprendiendo cómo los mosquitos resisten la malaria podremos encontrar nuevas herramientas para controlar su transmisión a las personas en las zonas endémicas", ha explicado Stephanie Blandin, investigadora del organismo galo.
El planteamiento parte de la existencia de ciertos grupos de mosquitos que son resistentes a la infección de los 'plasmodium', los protozoos que causan el paludismo. "Comprender las bases genéticas de esta resistencia es una vieja cuestión", reza el trabajo.
Así que tomaron dos grupos de mosquitos 'Anopheles gambiae', uno de los cuales era resistente al 'Plasmodium berghei' (el parásito que causa la malaria en los roedores), y analizaron su genoma. Al compararlos, se percataron de que existía una zona de unos 975 genes en la que parecía residir la capacidad de resistir la infección por 'P. berghei'.
DESTRUCCIÓN DE LOS PARÁSITOS
Uno de estos genes en particular llamó la atención de los investigadores debido a su participación en la destrucción de los parásitos en el intestino de los mosquitos y por su elevado polimorfismo. Un análisis detallado de TEP1, nombre con el que bautizaron a este gen, reveló que su secuencia difería entre los moquitos resistentes al 'plasmodium' y los normales.
Más aún, comprobaron que existían unas cuantas variantes de TEP1 y cada una de ellas se correspondía un nivel de resistencia diferente a la infección por este parásito.
La cuestión de si los mecanismos de resistencia observados con 'P. beghei' serían similares a los de 'P. falciparum' (la especie que causa la malaria en humanos) "no tiene aún respuesta", ha declarado Blandin a elmundo.es. "Pero, aunque los parásitos que causan la malaria en humanos y roedores son diferentes, hay varias pistas que sugieren que TEP1 también está implicado en la respuesta contra 'P. falciparum'", ha añadido.
Estos descubrimientos podrían dar lugar a una nueva estrategia en la lucha contra el paludismo. Si la correlación observada entre las variantes de TEP1 y los distintos grados de resistencia se cumple también con el 'Plasmodium falciparum', fase en la que se encuentra actualmente la investigación de Blandin y sus colegas, "podremos mejorar los métodos disponibles actualmente para controlar las poblaciones de mosquitos poniendo especial atención en los grupos susceptibles a la infección", concluye la experta gala.
Autor: Cristina de Martos
Fuente: El Mundo Digital
Fecha: 02/10/2009
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