El que está considerado como uno de los cementerios de época islámica más antiguos de Europa apareció en un solar junto a la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, en la calle Nogalte, con motivo de las obras de construcción de un edificio. Los trabajos arqueológicos fueron dirigidas por María Chávet Lozoya y Rubén Sánchez Gallego, pertenecientes al grupo de investigación de la Universidad de Granada HUM-165: Patrimonio, Cultura y Ciencias Medievales.
María Chávet comenta que aunque las labores arqueológicas se iniciaron en 2007, todavía están en marcha parte de los estudios de los resultados obtenidos. «No obstante disponemos de datos que nos permiten completar el conocimiento histórico sobre este espacio de la ciudad denominado Ramblilla de San Lázaro».
Para estos expertos, que están realizando las tesis doctorales sobre el mundo islámico, lo más importante de esta campaña de excavaciones fue la aparición de un complejo funerario en el que se documentaron casi 500 sepulturas, con inhumaciones realizadas con un ritual bastante homogéneo, caracterizado por la disposición de los individuos en posición decúbito supino, con las piernas rectas, el brazo derecho estirado y el izquierdo sobre la pelvis en unos casos.
La orientación de la cabeza se establece hacia el este, orientada a La Meca, colocando un colchón de tierra bajo ésta y el cuerpo situado en una covacha o nicho lateral en el interior de la tumba, siempre en el lado derecho.
Los arqueólogos explican que esta disposición del cadáver se ha podido comprobar con el estudio de fuentes escritas como el Corán y Hadices, y algunos paralelos arqueológicos «No será hasta la implantación de la doctrina maliki en al-Andalus en el siglo X, cuando se establezca legalmente la disposición de las inhumaciones en posición de cúbito lateral derecho».
Otra de las características singulares de este cementerio, en base a los estudios llevados a cabo, es la documentación de ataúdes, confirmando lo que las fuentes islámicas escritas describen. Este cementerio de Lorca es uno de los escasos lugares, en la Península Ibérica, donde se han hallado inhumaciones islámicas en ataúdes.
La conservación de este cementerio, que ocupaba una parcela en torno a los 700 metros cuadrados, no ha sido posible por las malas condiciones del terreno que, al ser de aluvión de rambla, se desmoronaba con facilidad. Chávet dice estar muy agradecida al Servicio de Patrimonio Histórico de la Región de Murcia que ha financiado el estudio antropológico, las pruebas de Carbono 14 y apoya las conclusiones sobre la cronología de este cementerio.
Los arqueólogos estiman que en un primer momento, posiblemente en el Tercer Milenio antes de Cristo, se produjo una primera ocupación del terreno sobre los estratos geológicos de la rambla fosilizada, con el asentamiento en su margen derecha de un poblado calcolítico.
Estos niveles inferiores prehistóricos fueron alterados por la excavación de las fosas de inhumación correspondientes al cementerio islámico. No aparecieron espacios de hábitat u otras estructuras de períodos culturales documentados en Lorca como argárico, ibérico, romano o tardorromano.
Por el contrario, se han documentado fragmentos cerámicos de esas culturas, en los rellenos inferiores de las tumbas, por lo que se puede interpretar que estaban depositados allí esos materiales, posiblemente por arrastres fluviales, y se mezclaron con la tierra procedente de las excavaciones de las tumbas.
Fuente: Web Islam
Fecha: 15/10/2009
María Chávet comenta que aunque las labores arqueológicas se iniciaron en 2007, todavía están en marcha parte de los estudios de los resultados obtenidos. «No obstante disponemos de datos que nos permiten completar el conocimiento histórico sobre este espacio de la ciudad denominado Ramblilla de San Lázaro».
Para estos expertos, que están realizando las tesis doctorales sobre el mundo islámico, lo más importante de esta campaña de excavaciones fue la aparición de un complejo funerario en el que se documentaron casi 500 sepulturas, con inhumaciones realizadas con un ritual bastante homogéneo, caracterizado por la disposición de los individuos en posición decúbito supino, con las piernas rectas, el brazo derecho estirado y el izquierdo sobre la pelvis en unos casos.
La orientación de la cabeza se establece hacia el este, orientada a La Meca, colocando un colchón de tierra bajo ésta y el cuerpo situado en una covacha o nicho lateral en el interior de la tumba, siempre en el lado derecho.
Los arqueólogos explican que esta disposición del cadáver se ha podido comprobar con el estudio de fuentes escritas como el Corán y Hadices, y algunos paralelos arqueológicos «No será hasta la implantación de la doctrina maliki en al-Andalus en el siglo X, cuando se establezca legalmente la disposición de las inhumaciones en posición de cúbito lateral derecho».
Otra de las características singulares de este cementerio, en base a los estudios llevados a cabo, es la documentación de ataúdes, confirmando lo que las fuentes islámicas escritas describen. Este cementerio de Lorca es uno de los escasos lugares, en la Península Ibérica, donde se han hallado inhumaciones islámicas en ataúdes.
La conservación de este cementerio, que ocupaba una parcela en torno a los 700 metros cuadrados, no ha sido posible por las malas condiciones del terreno que, al ser de aluvión de rambla, se desmoronaba con facilidad. Chávet dice estar muy agradecida al Servicio de Patrimonio Histórico de la Región de Murcia que ha financiado el estudio antropológico, las pruebas de Carbono 14 y apoya las conclusiones sobre la cronología de este cementerio.
Los arqueólogos estiman que en un primer momento, posiblemente en el Tercer Milenio antes de Cristo, se produjo una primera ocupación del terreno sobre los estratos geológicos de la rambla fosilizada, con el asentamiento en su margen derecha de un poblado calcolítico.
Estos niveles inferiores prehistóricos fueron alterados por la excavación de las fosas de inhumación correspondientes al cementerio islámico. No aparecieron espacios de hábitat u otras estructuras de períodos culturales documentados en Lorca como argárico, ibérico, romano o tardorromano.
Por el contrario, se han documentado fragmentos cerámicos de esas culturas, en los rellenos inferiores de las tumbas, por lo que se puede interpretar que estaban depositados allí esos materiales, posiblemente por arrastres fluviales, y se mezclaron con la tierra procedente de las excavaciones de las tumbas.
Fuente: Web Islam
Fecha: 15/10/2009
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