Don Félix López Reyes ha dedicado gran parte de su vida a cuidar las 35 hectáreas que posee en la parte media del cerro El Gallo, ubicado sobre los 2.500 m.s.n.m. y a ocho horas a pie de la localidad de El Sauce, distrito de Cañaris, provincia de Ferreñafe. Sin embargo, no fue hasta hace poco que se enteró de que su propiedad guarda elementos más valiosos que los granos de café que cultiva y las vacas Holstein que cría. Allí ha ocurrido un hallazgo que servirá para conocer detalles inéditos de la etnia Cañari, cultura oriunda de Ecuador que también se desarrolló en lo que es hoy la sierra de Lambayeque y de la que se tiene muy poca información.
Se trata del descubrimiento de una decena de tumbas intactas formadas por grandes bloques de piedra de diferentes dimensiones. Aunque todavía se desconoce lo que hay en su interior, el arqueólogo de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo Julio Fernández Alvarado explica que son muy importantes, debido a que muestran características diferentes a las que corresponden a las culturas conocidas de la costa y sierra, por lo que se puede considerar un patrón funerario inédito en esta parte del país.
Este importante hallazgo, en el que participó El Comercio, fue hecho por un grupo de investigadores encabezado por Julio Fernández Alvarado y el presidente de la Asociación de Protección de los Bosques Secos (Asprobos), Ruperto Orellana Rodríguez. Recientemente ellos emprendieron una expedición al lugar luego de enterarse de que huaqueros habían profanado algunas tumbas ubicadas en esa área de frondosa vegetación y muy difícil acceso.
La expedición, que demandó un gran esfuerzo físico por parte de los participantes, partió la semana pasada del distrito de Motupe hacia las zonas montañosas de la región, tras recorrer ambos márgenes de la microcuenca del río Olós. No obstante, el trayecto más desafiante fue el que empezó en la localidad de El Sauce y terminó en el mismo cerro El Gallo, hasta donde se llegó después de horas de abrir camino con machete.
En este cerro se localizaría el centro de un complejo arqueológico que fue escogido por los nativos cañaris debido a la excelente ubicación estratégica y a la presencia de una cabecera de agua que nace en el colchón acuífero de El Gallo.
Allí se encontrarían 12 tumbas intactas y una profanada en la que se ven restos de vasijas de cerámica y telares. Los expedicionarios creen que todavía pueden existir más tumbas en ese sector.
VESTIGIOS POR INVESTIGAR
Fernández sugirió a las autoridades del Gobierno Central llevar a cabo proyectos de investigación para excavar científicamente las misteriosas tumbas que guardan los secretos de los cañaris, que tienen su origen en Ecuador.
A pesar de la poca información que se tiene al respecto, los investigadores estiman que ellos habrían llegado al Perú cuando aquí se desarrollaba la cultura Chavín (800-200 a.C.). Luego fueron dominados por los incas y distribuidos como mitimaes en diversas zonas como en Cajamarca y otros lugares de Lambayeque.
Fuente: El Comercio
Fecha: 06/10/2009
Se trata del descubrimiento de una decena de tumbas intactas formadas por grandes bloques de piedra de diferentes dimensiones. Aunque todavía se desconoce lo que hay en su interior, el arqueólogo de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo Julio Fernández Alvarado explica que son muy importantes, debido a que muestran características diferentes a las que corresponden a las culturas conocidas de la costa y sierra, por lo que se puede considerar un patrón funerario inédito en esta parte del país.
Este importante hallazgo, en el que participó El Comercio, fue hecho por un grupo de investigadores encabezado por Julio Fernández Alvarado y el presidente de la Asociación de Protección de los Bosques Secos (Asprobos), Ruperto Orellana Rodríguez. Recientemente ellos emprendieron una expedición al lugar luego de enterarse de que huaqueros habían profanado algunas tumbas ubicadas en esa área de frondosa vegetación y muy difícil acceso.
La expedición, que demandó un gran esfuerzo físico por parte de los participantes, partió la semana pasada del distrito de Motupe hacia las zonas montañosas de la región, tras recorrer ambos márgenes de la microcuenca del río Olós. No obstante, el trayecto más desafiante fue el que empezó en la localidad de El Sauce y terminó en el mismo cerro El Gallo, hasta donde se llegó después de horas de abrir camino con machete.
En este cerro se localizaría el centro de un complejo arqueológico que fue escogido por los nativos cañaris debido a la excelente ubicación estratégica y a la presencia de una cabecera de agua que nace en el colchón acuífero de El Gallo.
Allí se encontrarían 12 tumbas intactas y una profanada en la que se ven restos de vasijas de cerámica y telares. Los expedicionarios creen que todavía pueden existir más tumbas en ese sector.
VESTIGIOS POR INVESTIGAR
Fernández sugirió a las autoridades del Gobierno Central llevar a cabo proyectos de investigación para excavar científicamente las misteriosas tumbas que guardan los secretos de los cañaris, que tienen su origen en Ecuador.
A pesar de la poca información que se tiene al respecto, los investigadores estiman que ellos habrían llegado al Perú cuando aquí se desarrollaba la cultura Chavín (800-200 a.C.). Luego fueron dominados por los incas y distribuidos como mitimaes en diversas zonas como en Cajamarca y otros lugares de Lambayeque.
Fuente: El Comercio
Fecha: 06/10/2009
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