martes, 1 de diciembre de 2009

El misterio de la necrópolis de Abu Rawash

El faraón Djedefre, fue el que decidió trasladar su complejo funerario a la necrópolis de Abu Rawash, situada unos ocho kilómetros al norte de Guiza. Este terreno ya se había utilizado antes para enterramientos, pues en la época tinita se llegó a formar en la zona una necrópolis de mastabas.

Cuando el faraón Khufu (padre de Djedefre) falleció, apenas comenzada la IV Dinastía, la sucesión no fue inmediata al existir dos posibles sucesores, Djedefre y Khaefre, pero según las inscripciones de una tumba Djedefre fue el nuevo faraón.

Nadie sabe las razones de este distaciamiento proyectado por Djedefre. Los arqueólogos sostienen que el joven faraón quiso alejarse de la tumba de su padre de forma sutil y manifestar que le desaprobaba, pero no es la única hipótesis.

En la necrópolis de Abu Rowash, lo que más llama la atención es el complejo funerario de Djedefre, situado en un saliente de la roca y al que se accede tras recorrer dos kilómetros por una calzada de acceso. La primera vez que se excavó esta tumba fue a principios del siglo XX, a cargo de una expedición del IFAO. La tumba volvió a ser explorada por varios arqueólogos y en la actualidad se encuentra trabajando en ella otro grupo del IFAO.

En una de esas exploraciones, concretamente durante el año 2002, fueron desenterrados los restos de una pirámide subsidiaria completamente desconocida hasta entonces. Se trata de un edificio de unos 20 codos de lado que en la actualidad sólo tiene 2 metros de alto. Está dividida por un corredor de norte a sur y desde su extremo se pasa a una habitación hacia el este y dos habitaciones hacia el oeste.

Al este del complejo funerario de Djedefre, aproximadamente a dos kilómetros, un edificio de ladrillo construido también sobre un afloramiento rocoso, que algunos egiptólogos los interpretan como los restos de una pirámide de la III Dinastía, sigue intrigando a los especialistas.

Fuente:
SE
Fecha: 27/11/2009

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