Los humanos ya habían llegado a Europa occidental hace 1,57 millones de años. Unos 200.000 años antes de la muerte de los homininos más antiguos encontrados en Atapuerca, hace 1,3 millones de años, una especie humana ya tallaba sus herramientas en el Valle del Herault, cerca de Motpellier.
Allí, en una cantera de basalto de Lézignan-la-Cèbe, se han encontrado 20 herramientas de piedra labradas al estilo olduvayense (la industria humana más antigua que se conoce) que aquellos individuos utilizarían para descuartizar animales o extraer el tuétano a sus huesos. El hallazgo lo publica un equipo del CNRS (Centro Nacional de Investigaciones Científicas, de sus siglas en francés) en el número de diciembre de la revista Comptes-Rendus PALEVOL.
El nuevo yacimiento lo encontró hace 15 años Jean Rouvier, un habitante de un pueblo cercano que recogió de la cantera un puñado de huesos y diéntes de mamífero fosilizados. En verano de 2008, Rouvier le habló de su hallazgo a uno de los autores del estudio y se comenzó a investigar el yacimiento.
Los paleontólogos se encontraron un gran número de especies antiguas, desde roedores y bóvidos hasta parientes antiguos de los rinocerontes o los elefantes. Además, las lluvias otoñales descubrieron los artefactos humanos que convierten la cantera de Lézignan-la-Cèbe en una nueva referencia para comprender las migraciones de los primeros homininos que poblaron Europa. La conjunción de restos de vertebrados terrestres y trazas de presencia humana en el Pleistoceno inferior europeo solo se encuentra en Atapuerca y en el yacimiento búlgaro de Kozarnika.
Faltan los huesos
Hasta ahora, se habían encontrado restos de poblaciones humanas en Europa de entre 1,2 y 1,4 millones de años de antigüedad en Bulgaria, España e Italia. Algo más al este, en el yacimiento georgiano de Dmanisi, se habían hallado humanos de hasta 1,8 millones de años. Este tenue reguero de vestigios está ayudando a reconstruir el camino de entrada en Europa de aquellos humanos que comenzaron a elaborar herramientas en África hace 2,5 millones de años.
Por el momento, en Francia no se han encontrado huesos de los autores de aquellas lascas, pero los paleontólogos del CNRS son optimistas. En su opinión, el contexto geológico en el que han aparecido las herramientas puede haber conservado restos humanos. De hecho, los objetos se han encontrado en la superficie del yacimiento. Los niveles de donde proceden aún no han sido excavados y pueden conservar agradables sorpresas.
El año que viene, están previstas nuevas excavaciones para profundizar en el conocimiento de la que, por ahora, es la ocupación humana más antigua de Europa. Además, los paleontólogos quieren estudiar el significado de las marcas de dientes e indicios de carroñeo y huesos roídos que se han encontrado en los fósiles de Lézignan-la-Cèbe. Cada vez hay más pistas para empezar a saber quiénes fueron y cómo vivieron los primeros europeos.
Fuente: Público
Fecha: 17/12/2009
Allí, en una cantera de basalto de Lézignan-la-Cèbe, se han encontrado 20 herramientas de piedra labradas al estilo olduvayense (la industria humana más antigua que se conoce) que aquellos individuos utilizarían para descuartizar animales o extraer el tuétano a sus huesos. El hallazgo lo publica un equipo del CNRS (Centro Nacional de Investigaciones Científicas, de sus siglas en francés) en el número de diciembre de la revista Comptes-Rendus PALEVOL.
El nuevo yacimiento lo encontró hace 15 años Jean Rouvier, un habitante de un pueblo cercano que recogió de la cantera un puñado de huesos y diéntes de mamífero fosilizados. En verano de 2008, Rouvier le habló de su hallazgo a uno de los autores del estudio y se comenzó a investigar el yacimiento.
Los paleontólogos se encontraron un gran número de especies antiguas, desde roedores y bóvidos hasta parientes antiguos de los rinocerontes o los elefantes. Además, las lluvias otoñales descubrieron los artefactos humanos que convierten la cantera de Lézignan-la-Cèbe en una nueva referencia para comprender las migraciones de los primeros homininos que poblaron Europa. La conjunción de restos de vertebrados terrestres y trazas de presencia humana en el Pleistoceno inferior europeo solo se encuentra en Atapuerca y en el yacimiento búlgaro de Kozarnika.
Faltan los huesos
Hasta ahora, se habían encontrado restos de poblaciones humanas en Europa de entre 1,2 y 1,4 millones de años de antigüedad en Bulgaria, España e Italia. Algo más al este, en el yacimiento georgiano de Dmanisi, se habían hallado humanos de hasta 1,8 millones de años. Este tenue reguero de vestigios está ayudando a reconstruir el camino de entrada en Europa de aquellos humanos que comenzaron a elaborar herramientas en África hace 2,5 millones de años.
Por el momento, en Francia no se han encontrado huesos de los autores de aquellas lascas, pero los paleontólogos del CNRS son optimistas. En su opinión, el contexto geológico en el que han aparecido las herramientas puede haber conservado restos humanos. De hecho, los objetos se han encontrado en la superficie del yacimiento. Los niveles de donde proceden aún no han sido excavados y pueden conservar agradables sorpresas.
El año que viene, están previstas nuevas excavaciones para profundizar en el conocimiento de la que, por ahora, es la ocupación humana más antigua de Europa. Además, los paleontólogos quieren estudiar el significado de las marcas de dientes e indicios de carroñeo y huesos roídos que se han encontrado en los fósiles de Lézignan-la-Cèbe. Cada vez hay más pistas para empezar a saber quiénes fueron y cómo vivieron los primeros europeos.
Fuente: Público
Fecha: 17/12/2009
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