miércoles, 3 de febrero de 2010

Rastreando con detalle la ascendencia de los afroamericanos

La técnica, detallada en un nuevo estudio, no sólo permite a los investigadores comparar 300.000 rasgos identificativos comunes del ADN en diversas herencias genéticas humanas, sino que también es capaz de desvelar detalles importantes sobre la historia genética personal de individuos y sobre la procedencia de segmentos individuales de sus genomas, particularmente en sujetos con una herencia genética rica y diversa, como los afroamericanos.

El estudio, codirigido por Carlos Bustamante, genetista de poblaciones en la Universidad Cornell, se centró principalmente en la estructura genética de poblaciones de África occidental, ya que estudios genéticos e históricos anteriores habían sugerido que la región era la fuente de la mayor parte de la ascendencia de los afroamericanos actuales. Los resultados sugieren diferencias genéticas claras y perceptibles entre algunas de las poblaciones de África occidental, mientras que otras parecen ser casi indistinguibles, incluso cuando se comparan más de 300.000 marcadores genéticos. Los investigadores señalan que un tamaño de muestra más grande probablemente revelará una mayor diversidad entre estas poblaciones.

Los investigadores encontraron que el grado de ascendencia de África Occidental en los 365 afroamericanos analizados en el estudio variaba entre el 1 y el 99 por ciento. Esta amplia variación habrá que tenerla muy en cuenta al usar información genética para personalizar tratamientos mediante medicamentos y para evaluar el riesgo a contraer ciertas enfermedades. La proporción media de ascendencia europea en los afroamericanos era del 18,5 por ciento, también con una gran variación entre individuos.

La investigación podría ser útil para realizar reconstrucciones de ascendencia individuales, la medicina personalizada, tratamientos mediante medicamentos más eficaces, y el desarrollo de métodos más efectivos de mapear factores de riesgo genéticos para enfermedades comunes tales como la hipertensión, la diabetes y el cáncer de próstata.

Katarzyna Bryc (Universidad Cornell) y Sarah Tishkoff (Universidad de Pensilvania) también han trabajado en el estudio.

Fuente:
Solo Ciencia
Fecha: 29/01/2010

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