“Cómo Lázaro vuelto de la tumba” –dijo algún crítico–, un antropólogo narra la primera etapa de aprendizaje que lo convertirá en “hombre de conocimiento” bajo la guía de un brujo yanqui. Por diversos medios, don Juan sumerge a su discípulo en una “realidad no ordinaria”, tan objetiva como la cotidiana pero totalmente distinta, inexplicable para nuestros esquemas de pensamientos pero no para la sabiduría antigua, que el maestro transmite con impecable coherencia lógica y poética. La popularidad alcanza por los textos de Castaneda confirma que agitan zonas profundas y olvidadas del alma colectiva, que Octavio Paz evoca en su Prólogo: “Todos vimos alguna vez el mundo con esa mirada anterior pero hemos perdido el secreto”. ¿Nos atreveremos a recuperarlo? Las dudas y los terrores de Castaneda son los de todos nosotros, y como él oscilamos entre lo racional y los mágicos.“... cuando me encontraba dedicado a cursar mis estudios de graduado en el Departamento de Antropología de la Universidad de California, Los Ángeles, por casualidad conocí a un viejo chamán, un indio yanqui del estado de Sonora, México. Su nombre era Juan Matus...”
No hay comentarios:
Publicar un comentario