Italia, tierra de tesoros para la Historia y el Arte, vuelve a dar sorpresas. Se ha hecho público un hallazgo por parte de un equipo de la Universidad de Michigan dentro de las tierras de la antigua ciudad romana de Gabii, apenas a 20 kilómetros de la capital italiana. El objeto en cuestión consiste en un sarcófago de plomo del siglo IV o del V después de la Era, lo cual no es muy habitual dentro de los descubrimientos mortuorios romanos.
El conjunto, de unos 360 kilogramos de peso plantea varios problemas de trasporte y conservación. Dado que su peso es excesivo para levantamientos normales, el paso lógico es desmontarlo y llevarlo al laboratorio más cercano para su estudio y restauración. No obstante, dado que todavía se desconoce lo que guarda en su interior y que el material impide el trabajo con rayos X y otros tipos de escáner, los procedimientos para establecer las condiciones de recuperación serán más lentos, con análisis endoscópicos para averiguar su contenido –evidentemente un cadáver- y su estado.
Los responsables del descubrimiento han hablado de la excepcionalidad del mismo en la Península Itálica. Pero eso no significa que no existan más ejemplos en territorios del Imperio. Sin ir más lejos, en Córdoba se han documentado restos de estos elementos en cantidades nada desdeñables, contabilizándose hasta doce en los depósitos del Museo Arqueológico de Córdoba en el año 2002.
En la Comunidad de Madrid, en la localidad de Arroyomolinos, en enero de 2009 aparecieron dos sarcófagos, uno perteneciente a un adulto y otro a un infante, actualmente custodiados en el Museo Arqueológico Regional de Madrid, situado en Alcalá de Henares. A finales del mismo año se recuperó otro ejemplar en Tarragona que había sido ocultado por una empresa de construcción.
La tendencia imperante de la inhumación en el mundo romano vino pareja de la adopción del cristianismo como religión oficial. Mientras que en las tradiciones paganas el enterramiento del cuerpo, la cremación o la incineración no eran formas incompatibles el hecho de no conservar el cuerpo después de muerto no casaba con la mentalidad original cristiana, donde la resurrección de las almas llevaría pareja la de los cuerpos.
Fuente: El reservado
Fecha: 29/04/2010
El conjunto, de unos 360 kilogramos de peso plantea varios problemas de trasporte y conservación. Dado que su peso es excesivo para levantamientos normales, el paso lógico es desmontarlo y llevarlo al laboratorio más cercano para su estudio y restauración. No obstante, dado que todavía se desconoce lo que guarda en su interior y que el material impide el trabajo con rayos X y otros tipos de escáner, los procedimientos para establecer las condiciones de recuperación serán más lentos, con análisis endoscópicos para averiguar su contenido –evidentemente un cadáver- y su estado.
Los responsables del descubrimiento han hablado de la excepcionalidad del mismo en la Península Itálica. Pero eso no significa que no existan más ejemplos en territorios del Imperio. Sin ir más lejos, en Córdoba se han documentado restos de estos elementos en cantidades nada desdeñables, contabilizándose hasta doce en los depósitos del Museo Arqueológico de Córdoba en el año 2002.
En la Comunidad de Madrid, en la localidad de Arroyomolinos, en enero de 2009 aparecieron dos sarcófagos, uno perteneciente a un adulto y otro a un infante, actualmente custodiados en el Museo Arqueológico Regional de Madrid, situado en Alcalá de Henares. A finales del mismo año se recuperó otro ejemplar en Tarragona que había sido ocultado por una empresa de construcción.
La tendencia imperante de la inhumación en el mundo romano vino pareja de la adopción del cristianismo como religión oficial. Mientras que en las tradiciones paganas el enterramiento del cuerpo, la cremación o la incineración no eran formas incompatibles el hecho de no conservar el cuerpo después de muerto no casaba con la mentalidad original cristiana, donde la resurrección de las almas llevaría pareja la de los cuerpos.
Fuente: El reservado
Fecha: 29/04/2010
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