El biólogo Francisco Ayala de la Universidad de California en Irvine, y sus colegas, creen que el mortífero parásito fue transmitido a los humanos desde los chimpancés quizá tan recientemente como hace 5.000 años, y probablemente a través de un único mosquito a juzgar por los resultados de los análisis genéticos. Hasta ahora, no había ninguna idea clara acerca del origen de la malaria.
El nuevo hallazgo podría ayudar a desarrollar una vacuna para ella, que cada año pone enfermos a 500 millones de individuos y mata a un millón y medio, aproximadamente. También puede contribuir a que los científicos comprendan mejor de qué modo enfermedades infecciosas como el SIDA, el SARS y la gripe aviar pueden ser transmitidas a los humanos desde animales.
Cuando la malaria saltó de los chimpancés a los humanos, se volvió muy dañina con notable rapidez. La malaria en los humanos se ha vuelto resistente a muchos fármacos. Los investigadores esperan que los hallazgos que han hecho ayuden al desarrollo de vacunas eficaces.
La malaria humana maligna es causada por un parásito llamado Plasmodium falciparum, que es responsable del 85 por ciento de todas las infecciones y de casi todas las muertes por malaria. Se sabía que los chimpancés son portadores potenciales de un parásito estrechamente relacionado, el Plasmodium reichenowi, pero la mayoría de los científicos asumía que ambos parásitos llevaban existiendo por separado en humanos y chimpancés los últimos 5 millones de años.
Los autores del nuevo estudio examinaron varias cepas nuevas del parásito halladas en muestras de sangre tomadas de chimpancés en libertad o nacidos en libertad, en santuarios de Camerún y Costa de Marfil.
Un análisis genético relacionó una de las cepas presentes en chimpancés con todas las cepas del parásito de la malaria humana conocidas en el mundo. Esta conexión sugiere que un mosquito pudo ser el vehículo que transfirió la malaria a los humanos. Debido a que hay poca variación genética entre las cepas del parásito humano, los científicos creen que la transmisión se produjo en un pasado bastante reciente en términos biológicos; hace entre dos millones de años y tan sólo cinco mil, aunque por ahora no se ha podido establecer a ciencia cierta una fecha más precisa.
Los nuevos resultados respaldan una hipótesis anterior del Dr. Ajit Varki de la Universidad de California en San Diego y sus colegas. Según esa hipótesis, ciertas mutaciones genéticas crearon al principio en el Ser Humano una resistencia significativa a la enfermedad provocada por el parásito del chimpancé, pero luego le volvieron muy susceptible a la enfermedad causada por la versión humana del parásito.
Lo descubierto en el nuevo estudio también corrobora un hallazgo anterior hecho por Ayala y Stephen Rich (ahora en la Universidad de Massachusetts en Amherst), el de que la malaria comenzó a diseminarse a través de los trópicos y luego por el resto del mundo, hace unos 5.000 años, cuando empezó la agricultura en África.
Además de Ayala y Rich, en el nuevo estudio han trabajado Nathan Wolfe de la Universidad de Stanford, así como expertos del Instituto Robert Koch y del Instituto Max Planck para la Antropología Evolutiva en Alemania, junto con investigadores de otras entidades en Estados Unidos, Camerún y Costa de Marfil.
Fuente: SóloCiencia
Fecha: 04/09/2009
El nuevo hallazgo podría ayudar a desarrollar una vacuna para ella, que cada año pone enfermos a 500 millones de individuos y mata a un millón y medio, aproximadamente. También puede contribuir a que los científicos comprendan mejor de qué modo enfermedades infecciosas como el SIDA, el SARS y la gripe aviar pueden ser transmitidas a los humanos desde animales.
Cuando la malaria saltó de los chimpancés a los humanos, se volvió muy dañina con notable rapidez. La malaria en los humanos se ha vuelto resistente a muchos fármacos. Los investigadores esperan que los hallazgos que han hecho ayuden al desarrollo de vacunas eficaces.
La malaria humana maligna es causada por un parásito llamado Plasmodium falciparum, que es responsable del 85 por ciento de todas las infecciones y de casi todas las muertes por malaria. Se sabía que los chimpancés son portadores potenciales de un parásito estrechamente relacionado, el Plasmodium reichenowi, pero la mayoría de los científicos asumía que ambos parásitos llevaban existiendo por separado en humanos y chimpancés los últimos 5 millones de años.
Los autores del nuevo estudio examinaron varias cepas nuevas del parásito halladas en muestras de sangre tomadas de chimpancés en libertad o nacidos en libertad, en santuarios de Camerún y Costa de Marfil.
Un análisis genético relacionó una de las cepas presentes en chimpancés con todas las cepas del parásito de la malaria humana conocidas en el mundo. Esta conexión sugiere que un mosquito pudo ser el vehículo que transfirió la malaria a los humanos. Debido a que hay poca variación genética entre las cepas del parásito humano, los científicos creen que la transmisión se produjo en un pasado bastante reciente en términos biológicos; hace entre dos millones de años y tan sólo cinco mil, aunque por ahora no se ha podido establecer a ciencia cierta una fecha más precisa.
Los nuevos resultados respaldan una hipótesis anterior del Dr. Ajit Varki de la Universidad de California en San Diego y sus colegas. Según esa hipótesis, ciertas mutaciones genéticas crearon al principio en el Ser Humano una resistencia significativa a la enfermedad provocada por el parásito del chimpancé, pero luego le volvieron muy susceptible a la enfermedad causada por la versión humana del parásito.
Lo descubierto en el nuevo estudio también corrobora un hallazgo anterior hecho por Ayala y Stephen Rich (ahora en la Universidad de Massachusetts en Amherst), el de que la malaria comenzó a diseminarse a través de los trópicos y luego por el resto del mundo, hace unos 5.000 años, cuando empezó la agricultura en África.
Además de Ayala y Rich, en el nuevo estudio han trabajado Nathan Wolfe de la Universidad de Stanford, así como expertos del Instituto Robert Koch y del Instituto Max Planck para la Antropología Evolutiva en Alemania, junto con investigadores de otras entidades en Estados Unidos, Camerún y Costa de Marfil.
Fuente: SóloCiencia
Fecha: 04/09/2009
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