Las comunidades centroeuropeas dedicadas a la ganadería lechera fueron las responsables de la evolución de la digestión de la lactosa hace 7.500 años, según muestra una nueva investigación.
En un artículo publicado en la revista Public Library of Science (PLoS) Computational Biology, científicos alemanes y británicos explican de qué forma un cambio genético ayudó a los primeros europeos a beber leche sin enfermar.
Antes se creía que sólo los europeos nórdicos podían beber leche sin sufrir efectos adversos porque necesitaban vitamina D en su dieta por la falta de luz solar en su región. En este estudio reciente, los científicos utilizaron un modelo informático de simulación para investigar la expansión de la persistencia de la lactasa (es decir, la tolerancia a la lactosa), la ganadería lechera, otras prácticas de recolección de alimentos y ciertos genes en Europa.
«La mayoría de los adultos del mundo no producen la enzima lactasa y por eso no pueden digerir la lactosa», explicó el profesor Mark Thomas del Departamento de Genética, Evolución y Medio Ambiente del University College de Londres. «Sin embargo, la mayoría de los europeos continúan produciendo lactasa durante toda su vida, una característica que se denomina persistencia de la lactasa.»
Los investigadores descubrieron que dicha persistencia está relacionada con una alteración genética única que fue de enorme ayuda para la supervivencia de las personas. Los adultos no empezaron a consumir leche fresca hasta que aprendieron a domesticar a los animales. Según los investigadores, lo más probable es que la persistencia de la lactasa evolucionara a la par que la práctica cultural de explotar el ganado lechero. Sin embargo, los investigadores no estaban seguros respecto a cuándo surgió por primera vez en Europa o qué factores propiciaron su rápida expansión.
Los autores explicaron: «Nuestro estudio simuló la expansión de la persistencia de la lactasa y la agricultura en Europa y descubrió que, aparentemente, esta persistencia se originó hace alrededor de 7.500 años entre el centro de los Balcanes y Europa Central, probablemente entre las gentes de la cultura "Linearbandkeramik" ("Cultura de cerámica lineal"), término acuñado por el arqueólogo alemán Friedrich Klopfleisch (1831-1898) para referirse a las primeras comunidades ganaderas auténticas de Europa Central.»
«Sin embargo, al contrario de lo que se suele creer, también descubrimos que la necesidad dietética de vitamina D no era imprescindible para explicar por qué en la actualidad la persistencia de la lactasa es común en el norte de Europa.»
¿Por qué es tan ventajoso el consumo de leche fresca? Se cree que la leche puede compensar la insuficiencia de rayos del sol y la síntesis de vitamina D en la piel en las latitudes más septentrionales. La vitamina D es necesaria para la absorción de calcio, y la leche supone una fuente alimenticia importante de ambos nutrientes, según los expertos. La leche constituye también una fuente beneficiosa de proteínas y es rica en calorías.
Los datos también sugieren que la producción lechera se practicaba en el sureste de Europa tras comenzar la actividad ganadera.
«En general, si consideramos los resultados de nuestras simulaciones y los resultados arqueológicos, arqueozoológicos y arqueométricos, hay motivos para relacionar el origen geográfico de la expansión de persistencia de la lactasa con la aparición y expansión de una economía lechera basada en el ganado durante el VI milenio a.C.», se lee en el estudio.
Concretamente, los autores afirman que «la región geográfica donde se originó la cultura Linearbandkeramik, que actualmente ocupa la zona noroeste de Hungría y el suroeste de Eslovaquia, sin duda coincide con nuestros resultados.»
También participaron en este estudio investigadores de la Universidad Johannes Gutenberg (Alemania) y la Universidad de Reading (Reino Unido).
Fuente: CORDIS: Servicio de Información en I+D Comunitario
Fecha: 22/09/2009
En un artículo publicado en la revista Public Library of Science (PLoS) Computational Biology, científicos alemanes y británicos explican de qué forma un cambio genético ayudó a los primeros europeos a beber leche sin enfermar.
Antes se creía que sólo los europeos nórdicos podían beber leche sin sufrir efectos adversos porque necesitaban vitamina D en su dieta por la falta de luz solar en su región. En este estudio reciente, los científicos utilizaron un modelo informático de simulación para investigar la expansión de la persistencia de la lactasa (es decir, la tolerancia a la lactosa), la ganadería lechera, otras prácticas de recolección de alimentos y ciertos genes en Europa.
«La mayoría de los adultos del mundo no producen la enzima lactasa y por eso no pueden digerir la lactosa», explicó el profesor Mark Thomas del Departamento de Genética, Evolución y Medio Ambiente del University College de Londres. «Sin embargo, la mayoría de los europeos continúan produciendo lactasa durante toda su vida, una característica que se denomina persistencia de la lactasa.»
Los investigadores descubrieron que dicha persistencia está relacionada con una alteración genética única que fue de enorme ayuda para la supervivencia de las personas. Los adultos no empezaron a consumir leche fresca hasta que aprendieron a domesticar a los animales. Según los investigadores, lo más probable es que la persistencia de la lactasa evolucionara a la par que la práctica cultural de explotar el ganado lechero. Sin embargo, los investigadores no estaban seguros respecto a cuándo surgió por primera vez en Europa o qué factores propiciaron su rápida expansión.
Los autores explicaron: «Nuestro estudio simuló la expansión de la persistencia de la lactasa y la agricultura en Europa y descubrió que, aparentemente, esta persistencia se originó hace alrededor de 7.500 años entre el centro de los Balcanes y Europa Central, probablemente entre las gentes de la cultura "Linearbandkeramik" ("Cultura de cerámica lineal"), término acuñado por el arqueólogo alemán Friedrich Klopfleisch (1831-1898) para referirse a las primeras comunidades ganaderas auténticas de Europa Central.»
«Sin embargo, al contrario de lo que se suele creer, también descubrimos que la necesidad dietética de vitamina D no era imprescindible para explicar por qué en la actualidad la persistencia de la lactasa es común en el norte de Europa.»
¿Por qué es tan ventajoso el consumo de leche fresca? Se cree que la leche puede compensar la insuficiencia de rayos del sol y la síntesis de vitamina D en la piel en las latitudes más septentrionales. La vitamina D es necesaria para la absorción de calcio, y la leche supone una fuente alimenticia importante de ambos nutrientes, según los expertos. La leche constituye también una fuente beneficiosa de proteínas y es rica en calorías.
Los datos también sugieren que la producción lechera se practicaba en el sureste de Europa tras comenzar la actividad ganadera.
«En general, si consideramos los resultados de nuestras simulaciones y los resultados arqueológicos, arqueozoológicos y arqueométricos, hay motivos para relacionar el origen geográfico de la expansión de persistencia de la lactasa con la aparición y expansión de una economía lechera basada en el ganado durante el VI milenio a.C.», se lee en el estudio.
Concretamente, los autores afirman que «la región geográfica donde se originó la cultura Linearbandkeramik, que actualmente ocupa la zona noroeste de Hungría y el suroeste de Eslovaquia, sin duda coincide con nuestros resultados.»
También participaron en este estudio investigadores de la Universidad Johannes Gutenberg (Alemania) y la Universidad de Reading (Reino Unido).
Fuente: CORDIS: Servicio de Información en I+D Comunitario
Fecha: 22/09/2009
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