sábado, 27 de junio de 2009

Un cambio climático podría haber causado una extinción masiva en la antigüedad

Una investigación reciente sugiere que un cambio climático podría haber sido la causa de una extinción masiva de especies hace 200 millones de años. Los resultados del estudio aclaran la velocidad a la que se produjo dicha extinción y sugieren que pueden bastar cambios relativamente leves en los niveles de dióxido de carbono atmosférico para provocar un fenómeno de este tipo.

El estudio, cofinanciado por una beca de movilidad Marie Curie del Sexto Programa Marco (6PM) de la UE, se ha publicado en el último número de la revista Science.

La extinción referida, ocurrida en el Triásico-Jurásico, es uno de los cinco fenómenos de extinción masiva que han tenido lugar en la historia de la Tierra. Durante este periodo de tiempo se extinguieron muchas especies marinas y aparecieron los primeros dinosaurios.

Hasta ahora los científicos pensaban que el ritmo de las extinciones masivas era muy lento, es decir, de millones de años de duración. En esta investigación, científicos de Irlanda, Reino Unido y Estados Unidos estudiaron seis grupos de plantas fosilizadas halladas en el yacimiento de Kap Stewart Group, en el este de Groenlandia.

Estos científicos aplicaron a las rocas una técnica de análisis nueva para averiguar qué había ocurrido antes y durante el fenómeno de extinción masiva. Sus investigaciones revelaron indicios de que los ecosistemas estaban en declive mucho antes de que las especies empezaran a extinguirse. Durante el periodo de tiempo estudiado se produjo una disminución tanto en la cantidad de comunidades vegetales como de plantas concretas.

«La repentina pérdida de diversidad vegetal [...] coincide con la respuesta que se espera de las plantas a un cambio ambiental catastróficamente rápido en vez de gradual», señalan los investigadores.

«Las diferencias en la abundancia de especies en los primeros veinte metros de los acantilados donde se recogieron los fósiles son del tipo que se esperaba», afirmó Peter Wagner, del
Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsonian (Estados Unidos). «Sin embargo, en los últimos diez metros se observan pérdidas de diversidad tan drásticas que es imposible que las podamos atribuir a un error del muestreo: la capacidad de los ecosistemas para alimentar a las especies era cada vez menor.»

Además, el declive de las comunidades vegetales antiguas coincidió con un aumento de los niveles de dióxido de carbono y del calentamiento del planeta. No obstante, los científicos señalan que altos niveles de dióxido de azufre procedentes de erupciones volcánicas también podrían haber influido en el fenómeno de extinción.

«En la actualidad no disponemos de ningún método para detectar cambios en la concentración de dióxido de azufre en el pasado, por lo que es difícil evaluar si ello influyó en este patrón de extinción, además del aumento de dióxido de carbono», afirmó Jennifer McElwain del
University College de Dublín (Irlanda). Entre las causas posibles de la extinción se incluye el impacto de un meteorito y una liberación de metano de gran magnitud.

Los científicos advierten que deberíamos aprender del pasado. «Debemos prestar atención a los signos de deterioro incipiente que se observan en los ecosistemas actuales», afirmó la Dra. McElwain. «Hemos aprendido del pasado que las extinciones de especies de gran magnitud, de hasta el 80% de ellas, pueden ocurrir de forma repentina, pero que vienen precedidas de largos intervalos de cambios ecológicos.»

Los científicos ahora necesitan registros fiables de los niveles de dióxido de azufre y dióxido de carbono del pasado para descubrir con más precisión lo que ocurrió hace doscientos millones de años.

Fuente:
CORDIS: Servicio de Información en I+D Comunitario
Fecha: 26/06/2009

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